entrevista Por
Franco Bevilacqua
@franbevilacqua
L
as historias de amor están destinadas a vivir vaivenes. En ese juego, hay ganadores y perdedores momentáneos, fugaces desniveles que sirven para hacer valorar –y perpetuar- los instantes de felicidad. La de Fernando Cavenaghi y River transita eternamente ese género y hoy atraviesa el conflicto de depender de terceros. Desde su exilio en México, uno de los últimos ídolos millonarios habla de cómo es corresponderse y no poder convivir, le pone palabras al sufrimiento del hincha y avisa: “Ramón sabe lo que quiero”. Los datos duros dicen que convirtió 91 goles en 158 partidos en River y que dio cuatro vueltas olímpicas (Clausura 02, 03 y 04 y el título de la BN). Sin embargo, es el corazón el que juzga quién entra y quién sale del cuadro de honor, y en su último paso por el club, Cavenaghi hizo mover la estantería. Su regreso, la puesta en riesgo de todas sus certezas y la salida con traición, lo ubicaron definitivamente como ídolo e hicieron temblar el asiento de algunos que pensaban que su idolatría no corría peligro. -Durante todo el segundo semestre en la BN se habló mucho de tu continuidad y la falta de propuestas para que se diera. ¿En qué momento te diste cuenta de que no ibas a seguir? -A pesar de mi relación con Passarella, todo lo que pasó fue muy raro. Siempre pensé que en algún momento iba a llegar la llamada, la propuesta, al menos una palabra de apoyo y de confirmación de que iba a seguir. Era el goleador del equipo, el capitán, hice las cosas bien y cuando no salieron como yo quería, los hinchas no dejaron de apoyarme. Pero, bueno, uno es grande, conoce a la gente y, tarde o temprano, se vio venir las cosas. -¿Te arrepentís de algo de lo que pasó en ese año? -No me arrepiento de nada de lo que hice en ese año. Fue muy duro para todos, realmente duro. Nadie se imagina lo que vivimos. Por eso dejé todo lo que WWW.PASIONMONUMENTAL.COM • • pagina 14
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Cavenaghi se fue de México y se entusiasma con volver a Núñez. Passarella, Trezeguet, Almeyda y el Pelado, en una charla en la que no se guarda nada: “La salida de River fue una de las cosas más duras que me pasó en mi vida”.
“Con Ramón fui campeón y goleador”
Nicolás Aboaf
tenía de mí. Nunca bajé los brazos, estuve para respaldar cuando no me tocó jugar la cantidad de tiempo que yo quería y me maté entrenando para que no quede ni una duda de que estábamos todos con un mismo objetivo. Por suerte, y por cómo trabajamos, se cumplió. Haría todo exactamente igual. -¿Incluso jugar en una posición que no era la tuya como te pasó cuando llegó Trezeguet? -Los contextos y las situaciones te condicionan. Por eso digo que haría todo igual. En el momento que estaba River, con lo que necesitábamos como grupo y como club, hubiese jugado de lo que sea con tal de ayudar. Además, uno se tiene que adaptar a lo que dice el entrenador en cada momento, él es el que dispone. Ahora sí, si quitamos del medio el momento que atravesábamos, no volvería a hacerlo. Creo que mi bajón del segundo semestre se debió a que tuve que adaptarme a una posición que no sentía, que no estaba acostumbrado a hacer y que impactó en la cantidad de goles que metí. Pero era el capitán y tenía que dar el ejemplo. Hoy, a menos que sea una situación muy particular, límite, no volvería a hacerlo. -¿Qué hablaste con Almyeda hace pocos días? -Con Matías, por suerte, pudimos charlar y aclarar un poco las cosas. En principio, lo que nos propusimos fue no hablar más del tema, darle un punto final y dejarlo en el olvido porque lo que suce-
“todo lo que paso fue muy raro. Siempre pense que en algun momento llegaria la llamada, al menos una palabra de apoyo y de confirmacion de que iba a seguir...”
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