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NO ERES TÚ, ES EL FILTRO (LITERALMENTE)
De acuerdo a información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud, los jóvenes dedican al uso de pantallas más del doble del tiempo recomendado. De acuerdo a los últimos datos, invierten casi tres horas al día a dispositivos móviles, la televisión y los videojuegos, tiempo que puede llegar a elevarse hasta a cinco horas el fin de semana, cuando la recomendación es no pasar de dos.
De los 180 minutos invertidos en tecnología al día, 151, o sea el 84%, están dedicados a redes sociales, espacios en los que los internautas se ven expuestos a gran cantidad de imágenes distorsionadas a través de filtros y aplicaciones, que generan expectativas irreales de como deben verse los demás o ellos mismos. Una situación que afecta principalmente a las mujeres.
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Un estudio realizado a alrededor de 500 jóvenes de entre 10 y 17 años por el Proyecto Autoestima Dove, revela que el 23% siente que no se ve suficientemente bien si no edita sus fotografías y alrededor del 20% se siente afectada por el hecho de que en la vida real no tiene el mismo aspecto que las fotografías que publica en línea.
De los 180 minutos invertidos en tecnología al día, 151, o sea el 84%, están dedicados a redes sociales, donde se ven influenciados por imágenes que establecen estándares irreales de belleza 84%
Además, el 51% considera el uso de filtros y aplicaciones para modificar la imagen parte de su día a día, y el 60% cree que no hay nada de malo en modificar su imagen porque los adultos también lo hacen y, además, el resto de la gente de su edad utiliza filtros y aplicaciones.
El problema es, que a medida que crecen, las jóvenes dejan atrás los filtros cómicos que los hacen parecer extraterrestres, perritos o gatitos, para empezar a centrarse en aquellos que les permitan “embellecerse”, “mejorar su imagen” y cambiar aspectos que no les gustan no solo de sus rostros, sino también de sus cuerpos.

Según los datos, las jóvenes entre 14 y 17 años, comienzan a hacer retoques en el estómago, los muslos, las piernas, los glúteos y el pecho, mientras las más jóvenes, de entre 10 y 13 se centran más en la cara y los ojos.
Las jóvenes entre 14 y 17 años, comienzan a hacer retoques en su cuerpo, mientras las más jóvenes se centran más en la cara y los ojos.
Otro de los temas importantes en el estudio demuestra que el nivel de influencia de lo que las mujeres jóvenes ven en las redes sociales es extremadamente alto. 46% aseguró que es importante que las imágenes y videos que comparten sean similares a lo que suben las influencers.

Ante esta información, es más que evidente que el uso de herramientas digitales que permiten modificar las características físicas, aunado a los estándares irreales de perfección que establecen las redes sociales son la receta perfecta para impactar de manera negativa la seguridad de las jóvenes.
Al respecto existen gran cantidad de estudios científicos que han demostrado que las redes sociales pueden influir negativamente en la confianza en la propia imagen corporal, el estado de ánimo y la autoestima.
A partir de los 13 años, las mujeres dejan de usar filtros cómicos y comienzan a centrarse en los que les permiten “perfeccionar” sus caras y cuerpos
Por eso, te dejo algunas acciones simples pero efectivas que recomiendan los expertos para tratar de combatir los efectos adversos en las jóvenes:
• Hablar sobre las redes sociales y la imagen propia
• Predicar con el ejemplo y publicar más fotos propias sin retocar
• Abogar por una representación de belleza más amplia, inclusiva y realista en redes sociales.
Y como este es un tema que afecta no solo a la gente joven sino también a gran cantidad de adultos, recordarnos siempre al usar nuestras redes sociales que, si estás modificando tu imagen, esa persona NO ERES TÚ, ES EL FILTRO, y