+ empresas vehículos pesados lo convirtió, hace 12 años, en el último Campeón Sudamericano de Súper Truck.
EN LAS RUTAS Y EN LAS PISTAS En 1995, se fundó en el país una categoría de camiones de pista, denominada Súper Truck. Estaba conformada por vehículos traídos de Estados Unidos, de marcas Mack, Kenworth y Peterbilt. Precisamente, un vehículo de esa última insignia fue el que manejó Liporace. La categoría funcionó durante 4 años. El último de ellos, Miguel se quedó con el título que, según su denominación, lo coronó Campeón Sudamericano de Súper Truck. El transportista recuerda con orgullo su participación en esa categoría. No obstante, deja entrever cierto sinsabor cuando no se la recuerda como él considera que se merece: “me hubiera encantado participar cuando vinieron los brasileros –en referencia a la Fórmula Truck, que corrió una fecha de su calendario 2009 en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez, de Buenos Aires-. Por lo menos, que se acuerden del último campeón con los camiones acá en Argentina. No porque sea yo, (sino) para que se den cuenta que también nosotros corríamos acá, ganábamos y nos golpeábamos. Pero no fueron capaces, ni siquiera, de nombrar la categoría que corría. Eso jode un poco”, confiesa. Aún con ese sentimiento, concurrió y disfrutó mucho de la Fórmula Truck, como lo hicieron todos los amantes de los camiones. En este momento, su empresa apoya en las pistas al Chevrolet de Sergio Alaux, que compite en Turismo Carretera.
LA CARA DE LA EMPRESA Si algún desprevenido pregunta qué es lo que distingue a Transportes Liporace, su propietario contestaría sin dudar: “el estado de los camiones”. Además de ser un apasionado por sus rodados, él sabe que son la imagen de la compañía. Sumado a los detalles que mejoran el andar y la imagen, como deflectores, ploteos originales y otros accesorios, el aspecto de los vehículos resalta a primera vista. Algunos de sus clientes son helados Ice Cream, helados Munchi’s, Citrícola Ayuí, Pollos Noelma, JBS Swift y frigorífico Arre-
UN TRANSPORTE INOLVIDABLE Glenda Huser, esposa de Miguel Liporace, no sabía nada de camiones antes de conocer a su marido. Con el tiempo, aprendió a admirar esas grandes máquinas y a entender la pasión de su pareja. Hoy, colabora con el transporte en tareas administrativas y aspectos referidos a la imagen de la firma. En retrospectiva, los camiones siempre fueron importantes en la vida del matrimonio. Por eso, en 2004, llegaron juntos a su fiesta de casamiento abordo de un Scania T.
056 PCR
Beef. Entre los trabajos emblemáticos que realizó la firma estuvieron el transporte de todo el mobiliario del Casino del City Center Rosario y el acarreo del equipamiento utilizado en la cancha de River Plate por los Rolling Stones durante el recital que dieron en 2006. Para ese trabajo, se necesitó un total de 22 camiones, entre propios y contratados. Al igual que muchos transportistas, Miguel Liporace asegura que, en algunos momentos difíciles, pensó dedicarse a otra actividad. Sin embargo, su pasión siempre fue más fuerte: “me gustan los camiones, es lo que siempre me dije”, sostiene.