3 minute read

Mente 2

-Emociones-

11. He aprendido que lo más valioso que tengo son mis emociones y mis sentimientos. Debo cuidarlos a toda costa y, más importante, entender que no todas las personas pueden tener acceso a ellos.

Advertisement

12. Tal vez no te conozca, pero quiero confesarte que soy muy emocional hasta el punto en que mis emociones me dominan (a veces tomo decisiones que me llevan a cagarla parejo en mi vida).

13. Lo siento mucho, todo. Lo siento en exceso. No me malinterpretes, no te estoy pidiendo perdón; soy una persona que siente todo con mucha intensidad.

14. La pregunta es: “¿Cómo puedo canalizar mis emociones para proyectarlas de manera efectiva?” Pues existen diferentes formas, pero lo que a mí me ha funcionado es preguntarme lo siguiente: a. ¿Qué quiero transmitir? b. ¿Es el momento ideal para expresarme? Es decir, evaluar el contexto. c. ¿Qué tono de voz necesito usar para que la otra persona no lo sienta como ataque? d. ¿Cómo es la otra persona?, ¿Será que le puedo expresar esto? e. Si estoy frente a la persona, ¿En qué postura debo poner mi cuerpo?, ¿Qué dirá mi lenguaje corporal?

Suena a muchas preguntar para hacerse en menos de 2 minutos, ¿verdad? Poco a poco vi que esto me ha ayudado a proyectar de mejor manera mis emociones.

15. No te calles lo que sientes…porque, si algo he aprendido es que: El cuerpo grita lo que mente calla.

16. Después de muchas cagadas, aprendí a tomar decisiones con la intensidad de mi corazón y con la sabiduría de mi mente.

17. No seas tan duro(a) contigo mismo(a); permítete sentir, permítete fluir y verás cómo todo irá mejorando.

18. Lo que sientes es válido, lo que ya no es válido es cómo lo proyectas hacia afuera. Yo soy una persona muy explosiva e impulsiva; por lo que aprendí a que es válido estar enojado, pero no es válido levantar la voz o ser violento.

19. Que tu buen corazón no se altere por personas “anticuerpos”, es decir, aquellas que repelen a los demás.

20. Me ha dicho mucha gente muy cercana a mí, que no tenga miedo de expresar mis emociones. A veces pienso que no es miedo, creo que ya es cansancio. Cansancio de solamente expresar, pero no resolver.

21. Cuando hablamos de autoestima, usualmente pensamos en amarse y quererse uno(a) mismo(a) y está bien, pero, ¿Esto qué significa realmente? Algo que he aprendido es que amarse significa permitirse sentir, vivir, experimentar, establecer límites. No siempre se trata de: “Me amo y me acepto”. Considero que es mucho más profundo que eso.

22. Amarse a uno mismo(a) no implica odiar a los demás. Se trata de darse la prioridad y el valor que uno merece.

23. Después de 15 años de batallar con mi salud mental entendí lo valioso que soy (muchísimo). Una vez escuché una frase que me encantó y decía: “No subestimes el vacío que dejaría tu ausencia”. Puta madre, es cierto. Muchas veces pensamos que las demás personas estarían “mejor” sin nosotros, pero no necesariamente es cierto.

24. Crecí siendo una persona extremadamente tímida e introvertida, odiaba cada centímetro de lo que veía al espejo. Tenía autoestima super bajo ya que pensaba lo peor de mí; pensaba que era el peor hijo, nieto, amigo, hermano y persona en general. Creía que no era merecedor de nada bueno. ¡Estaba tan ciego!

25. La autoestima se relaciona con el amor propio y el amor propio se basa en el autoconocimiento. Con esto quiero decir que para poder amarnos como lo merecemos, debemos conocernos poco a poco (y no dejar de sorprendernos con lo que encontremos).

26. Establecer límites es un verdadero acto de autoestima y amor propio. ¡Tan fácil que es decirlo, joder! Con una persona desconocida en el banco ha sido muy fácil establecer límites, pero, ¿Y con mi familia?, ¿Con mi novia? Como dice la canción de Rata Blanca: “Es muy fácil ser vos”.

27. Me pasó cuando era más joven (adolescente, digamos) que llegué a odiar cada centímetro de lo que miraba en el espejo; era obeso y padecía de acné en la cara…una combinación realmente terrible para alguien con autoestima baja. ¿Te ha pasado?, ¿Has visto tu reflejo en alguna superficie (no necesariamente un espejo) y querer destruirla por completo?

28. Entre mis 10 y 16 años nunca me quité el suéter ni siquiera en los días tan calurosos y sofocantes del verano. ¿Por qué? Porque me daba pena mi cuerpo, así de simple; bueno, déjame elaborar un poco más. Lamentablemente, crecí en un círculo en donde la apariencia física tenía mucho peso (jeje) en las relaciones interpersonales y me sentía siempre tan juzgado que me encerré. Para que te hagas una idea, ni siquiera en la playa me quitaba la camisa por pena a mis manboobs o “tetas de hombre”.

29. Un día llegó ese fatídico y tan inalcanzable momento en donde dije: “Ya basta. Ya basta de sentirme menos que los demás y que mi apariencia física determine mi valor como persona.” De ese día hasta la fecha (12 años después), amo cada centímetro de lo que veo en el espejo; me amo.

30. Veo mis cicatrices y estrías y ya no siento vergüenza, al contrario, las abrazo y les dio la bienvenida. Esto lo hago porque son parte de mi cuerpo y de mi vida; son algo natural, algo real.

This article is from: