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I.1. GRUPO DE PROPUESTAS EXTRAÍDAS DE LAS FUENTES COLONIALES

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III.4.1 Pachacamac

III.4.1 Pachacamac

I.1. GRUPO DE PROPUESTAS EXTRAÍDAS DE LAS FUENTES COLONIALES.

.- Dioses y Hombres de Huarochirí. Francisco de Ávila. 1604. Biblioteca Nacional de Madrid. Manuscrito 3169.

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Dioses y Hombres de Huarochirí es quizá una de las narraciones más importantes del Perú antiguo. Como transcribir su contenido sería una tarea demasiado larga hemos decidido analizar algunos puntos destacados de la narración; básicamente aquellos conceptos que manifiestan información sobre la cosmovisión: geometría e influencias-características adscritas a ésta.

La narración comienza con la derrota de “la primera huaca” Yanamca Tutañamca, sometida ésta por Huallallo Carchuicho. Yanamca Tutañamca aparece como una deidad asociada al canibalismo, a una edad oscura y húmeda, que representa, probablemente, el tiempo que será derrotado por las fuerzas regeneradoras de una nueva potencia. En el periodo de oscuridad moría la gente y revivía a los cinco días, del mismo modo que la narración comprende las siembras; durante ese periodo mítico (Ávila, Francisco de; 1975:15). Durante este periodo, en el cual las características ponen de manifiesto que la vida humana era breve, aparece un héroe civilizador. Surge la figura de Viracocha oculta bajo la apariencia de un vagabundo, un “...miserable piojoso...” (Ávila, Francisco de; 1975:26). En la narración aparece la fuerza del verbo, Viracocha con solo hablar conseguía hacer andenes y enseño a las comunidades como explotar los recursos (Ávila, Francisco de; 1975:26). En esta faceta de héroe civilizador, que posee Viracocha, se enamora de una doncella, Cavillaca, a la que todos deseaban. Cavillaca se pone a tejer al píe del árbol de lúcuma48 y Cuniraya, para poder engendrarla, se convierte en pájaro para subir al árbol (Ávila, Francisco de; 1975: 26). Ella tomó el fruto, que portaba su germen masculino, y tuvo un hijo.

Tras dar a luz a su hijo, la doncella quería saber cuál era el padre de la criatura, por lo que convocó una reunión. Durante la reunión la doncella

48 Árbol que posee flores hermafroditas.

comprender que su hijo era de un “mendigo y piojoso”, el díos Viracocha (Ávila, Francisco de; 1975:26). Pero, ella, Cavillaca, desconoce que es el resplandeciente Viracocha. Viracocha persigue a Cavillaca, pues ella huye del mendigo, y comienza un seguimiento en el cual acontecen multitud de hazañas importantes. En dicha persecución Viracocha va repartiendo las cualidades de los animales, según se ve ayudado por ellos, o no. Éstos quedan de tal manera: el cóndor, el puma y el halcón son animales que le ayudan, por lo tanto son animales beneficiados en la escala animal; mientras que el zorrito, el loro49, y el zorro50 se ven afectados (Ávila, Francisco de; 1975: 26-30). Posiblemente, unos animales están vinculados al SolViracocha, los primeros y otros, como se observa, a la Luna- Cavillaca. Durante la huida Cavillaca se dirige hacia el mar de la costa de Pachacamac (Ávila, Francisco de; 1975:30).

En el texto Pachacamac aparece como una divinidad que habita junto a dos hijas, custodiadas por una gran serpiente, y su mujer Urpayhuachac, en la región intra-terrena (Ávila, Francisco de; 1975: 30). El periodo narrado se caracteriza por la ausencia de peces en el mar, y es la mujer de Pachacamac, Urpayhuachac, la que los criaba en un estanque (Ávila, Francisco de; 1975: 31). Cuniraya- Viracocha pretende a una de las hijas de Pachacamac, pero, al serle negada ésta, Viracocha se enfada y arroja al mar los peces que criaba Urpayhuachac (Ávila, Francisco de; 1975:31). En este acto hemos apreciado una segunda ordenación de los animales, primero Viracocha clasifica, bajo unos postulados ético-morales, los animales terrestres y luego los marinos; que custodia una divinidad intra-terrena.

Las características que muestra el capítulo nos hacen pensar que, posiblemente, la narración presenta a los personajes proto-luna (Cavillaca) y proto-sol (Cuniraya),se dividen las fuerzas del universo; y además, se ordenan y clasifican los habitantes y las formas de producción y acción que estos perpetrarán. Además, el recorrido que efectúan los personajes de la

49 Sobre el loro, César Itier ha escrito que este no goza de la misma consideración que el zorro, por los daños que produce en las cosechas Es un ave detestada por los campesinos, pues, picotea todas las mazorcas de maíz sin terminar ninguna (Itier, César;1997:323) 50 Se dice que el zorro es uno de los animales más queridos de la Pachamama. El zorro es un intermediario de la Tierra, explica el investigador César Itier, contribuye al mantenimiento de un equilibrio entre el kay pacha y el mundo subterráneo (Itier, César; 1997:313).

acción es de Sur a Norte, característica que advirtió M. J. Ossio que comprende que en la mitología centro-andina los mitos siempre tienen un recorrido sur-norte (Ossio, Juan María; 1982:108). Éstos aluden a la ascensión de “abajo” hacía “arriba”, en última instancia, posiblemente esta característica manifiesta información sobre la ascensión del que persigue a la Luna, y no la alcanza (Ossio,Juan María; 1982:110).

La siguiente narración del mito, Capitulo III: “Como paso antiguamente los indios cuando reventó el mar”51, narra una gran inundación que devasto a la población. En este periodo una de las características destacables es que los animales podían comunicarse con los hombres. La catástrofe, el pachacuti, fue revelado a un pastor por su llama. El texto de Francisco de Ávila dice lo siguiente al respecto: “...ahora,[dice la llama al pastor] de aquí a cinco días. El gran lago ha de llegar y todo acabará” (Ávila, Francisco de; 1975:32). El pastor protagonista se refugió con su familia en la montaña de Huillcacoto; al quinto día de la inundación el sol murió y se hizo de noche durante cinco días (Ávila, Francisco de; 1975:34)52. De esta manera, la tierra quedó sumergida en las aguas y en la oscuridad, posiblemente a modo de ser gestante. Además, otra de las características, que destaca en el capitulo, es que los órdenes se invierten; es decir, las piedras se golpearon entre ellas mismas, unas contra otras, se percibe un periodo de caos (Ávila, Francisco de; 1975:34). En el Capitulo V53, se revela el nacimiento de Pariacaca. Esta divinidad, Pariacaca, nació de cinco huevos en el cerro de Condorcoto (Ávila, Francisco de; 1975:35)54. Semejantes narraciones existen en otras zonas de los Andes, por ejemplo, en la zona de Tiahuanacu, el investigador S. Waisbard recopiló la tradición en la cual se describía que, tras un cataclismo, tres cóndores trajeron de una tierra lejana tres parejas humanas dentro de tres huevos (Waisbard, Simone; 1977:85). En estos mitos la creación se encuentra simbolizada por la

51 Ávila, Francisco de; 1975:32. 52 Nuevamente aparece un periodo de oscuridad, o ausencia de sol. Nótese, además, la cantidad de veces que aparece el número cinco. 53 Ávila, Francisco de; 1975:35. 54 Semejantes a ésta narración, que propone el nacimiento del mundo a partir de un huevo, son las narraciones conocidas en África, China, India, el Pacífico Sur, Grecia o Japón. Sobre el concepto de Huevo Celeste y su relación con el nacimiento de la Tierra o como placenta del universo hablaremos en párrafos posteriores.

ruptura del huevo, así, el huevo es el elemento potencial de toda vida y a veces, es definido como la placenta del mundo. Huaytyacuri55, hijo de Pariacaca, era el único que sabía del futuro nacimiento de Pariacaca (Ávila, Francisco de; 1975:35). Pero, antes del nacimiento de Pariacaca, su hijo Huaytyacuri será el personaje principal de una serie de hazañas que ponen de manifiesto el poder de la personificación de la divinidad, posiblemente celeste, frente a los “perfiles terrestres” que adquieren sus contrincantes.

Huaytyacuri vivía miserablemente, al igual que Viracocha, y se informó que había un poderoso y rico jefe, Tamtañamca, que engañaba a las poblaciones diciendo “...que era sabio, como un dios...” (Ávila, Francisco de; 1975:36). Éste fue aquejado de una horrible enfermedad, cuyo origen descubrió el héroe. Huaytyacuri, dormido en un cerro, escucho a dos zorros. Uno de los zorros se hallaba en la parte de arriba del cerro y otro se hallaba en la parte de abajo, al juntarse los dos se comentaban los sucesos acaecidos, y entre ellos el origen de la enfermedad del gobernante56 (Ávila, Francisco de; 1975:37-38). La ubicación espacial de los zorros manifiesta una unión de arriba-abajo, quizás, de ámbitos opuestos. Su unión se podría entender como el encuentro de dos fuerzas, la de arriba y la de abajo, un tinka57 . La enfermedad se presenta ocasionada por la actitud, posiblemente incestuosa, de la mujer de Tamtañamca; así, por su acometido trasgresor, se veía afectado su esposo. El texto dice lo siguiente:

“...a la parte vergonzosa de la mujer le entró el grano de maíz saltando del tostador. La mujer saco el grano y se lo dio a comer a un hombre. Como el hombre comió el grano, se hizo culpable; por eso,

55 Nótese que la trama se presenta confusa, pues el hijo de Pariacaca interviene en la trama antes del nacimiento del padre, y como veremos, es favorecido por éste en muchas ocasiones. En cierta medida, el nacimiento de Pariacaca no antepone el poder de la deidad, que puede existir sin un acto físico de creación o trasformación. Es decir, vive y engendra como potencia sin un cuerpo físico. Esta percepción nos hizo pensar en la posibilidad de entender la deidad como la presentó Francisco López de Gomara: “…dicen que a los comienzos del mundo vino por la parte septentrional un hombre que se llamó Con, el cual no tenía huesos. Andaba mucho y ligero…” (López de Gomara, F., 1985: Págs. 184-185). Esta característica, la posibilidad de hallar en la divinidad una potencia no material ni tangible, la analizaremos en párrafos posteriores. 56 En las comunidades andinas se dice que el zorro que es “watuq” adivino. Esa capacidad le permite saber dónde se le ha puesto la trampa (Itier, César; 1997:312) 57 La importancia de este concepto, tinka, se analizará en otro apartado.

desde ese tiempo, a los que pecan de ese modo se les tiene en cuenta, y es por esa culpa que una serpiente devora las cuerdas de la casa, y un sapo de dos cabezas habita bajo la piedra del batán.” (Ávila, Francisco de; 1975:37).

Esta característica, por la cual los hechos ajenos repercuten a los seres cercanos, es una peculiaridad del sentir andino. Un acto que efectúa un ser humano puede afligir a la familia, al ayllu, y se puede expresar mediante una plaga en la cosecha, mal tiempo, una enfermedad, etc. Los actos morales no sólo involucran a la persona sino al grupo y al entorno que le rodea.

Las casas en la cosmovisión andina se valoran como entidades vivas, son un acceso al inframundo, por lo que realizar una casa, o erigir un edificio, conlleva una serie de rituales, para pedir permiso a la mama. En la narración mítica, en la casa del “pretendido jefe” enfermo, pues se atribuía la sabiduría de un dios, “...una serpiente devora, [o dos, según el párrafo leído] las cuerdas de la casa, y un sapo de dos cabezas habita bajo la piedra del batan...” (Ávila, Francisco de; 1975:37). En estos párrafos aparece una curiosa relación entre la casa, sus habitantes y la enfermedad. Posiblemente es una de las primeras noticias sobre el concepto de enfermedad. El afectado es agredido por entidades, o espíritus terrestres, presumiblemente con poderes perjudiciales: la serpiente y el sapo. 58 En esta ocasión se podría decir que la casa, junto a las entidades inframundanas, se considera como una entidad viva que engulle59 . Además, posiblemente la atrevida actitud del

58 Existen multitud procedencias patológicas de la enfermedad, pero, las más corrientes son las trasmitidas por espíritus del hurin pacha. Éstos, sedientos, atrapan o capturan el ánimo, que posee el individuo, lo que provoca al enfermo la muerte. Entre los síntomas más característicos se hallan la somnolencia, el desequilibrio, la inapetencia etc., características que se agravan hasta el fallecimiento del aquejado. La enfermedad se analizará en el subcapítulo IV.5: La enfermedad. 59Parte de estas creencias han pervivido hasta nuestros días. En la actualidad, en la región andina, la techa de una vivienda es realizada por un oficiante porque existe la creencia de que éstas están vivas, y se comen a sus habitantes si no son tratadas con los rituales pertinentes (en Mariscotti, Ana Mª; 1978: 184). (Figura 1).

curaca60, al querer imitar las potencias de las divinidades, ha despertado la voracidad de la Madre Tierra, que lo está engullendo.

Huaytyacuri se enamoró de la hija del jefe, éste logró sanar gracias a las instrucciones que Huaytyacuri le dio (Ávila, Francisco de; 1975:37). Para poder casarse con su hija tuvo que pugnar con el esposo de la hija mayor de Tamtañamca, y pasar varias pruebas (Ávila, Francisco de; 1975:39): 1ª.- La primera prueba consistía en saber cuál de los dos bebía y cantaba más. Huaytyacuri se ayudó de los instrumentos que poseían unos zorros y ganó la prueba (Ávila, Francisco de; 1975:39). 2ª.- En la segunda prueba debían ataviarse con los mejores y más vistosos trajes, y Huaytyacuri apareció con un traje de nieve, que resplandeció sobre el de su contrincante (Ávila, Francisco de; 1975:40). 3ª.- En la tercera prueba tenían que aparecer con pieles de pumas, y Huaytyacuri apareció con la piel de un puma rojo (Ávila, Francisco de; 1975:40). 4ª.- En la cuarta prueban tenían que construir una casa en el menor tiempo posible, y Huaytyacuri fue ayudado por los animales durante la noche (Ávila, Francisco de; 1975:40).

Todas estas pruebas fueron superadas por Huaytyacuri gracias a la ayuda de su padre Pariacaca; que aun no posee cuerpo físico. El esposo de la hija mayor huyó y se convirtió en venado, y “...los venados se convirtieron en comida humana...” (Ávila, Francisco de; 1975:42). Y la esposa se transformo en piedra, en la laguna de Anchi (Ávila, Francisco de; 1975:41). El castigo de estas dos personas es muy característico dentro del orden moral andino; ella es trasformada en piedra y su esposo en venado, animal adorado y cazado de forma ritual desde tiempos pre-incas.61 Huaytyacuri fue hasta el cerro de Condorcoto y allí estaba la presencia de Pariacaca, “…cuando llego al sitio, el viento empezó a soplar; en los tiempos antiguos no soplaba el viento…” (Ávila, Francisco de; 1975:38). En

60 Curaca cuna: “Los principales, o nobles del pueblo” (González Holguín, Fray Diego;2007:65)

61 En la actualidad, en cierta medida, estas representaciones, piedras o el venado, manifiestan formas del tiempo pasado (información obtenida durante el trabajo Campo, Potosí, 2006).

esta ocasión observamos cómo se engendra un nuevo elemento gracias a la divinidad: el viento. Antes del nacimiento de Pariacaca el viento no existía. En diferentes partes del mito Pariacaca es vinculado con poderes atmosféricos (Ávila, Francisco de; 1975:32-38-42-45). En la mayoría de los casos, las divinidades representan, entre otras cosas, los elementos del universo, en este caso Pariacaca es una potencia cuyas formas se vinculan a los fenómenos que se manifiestan en el Hanan pacha. Pachacamac, por el contrario, es una deidad que se vincula, en la narración, con los poderes del interior de la tierra, representados por la serpiente y con los seres que pertenecen al agua; los peces que cuida su mujer Urpayñanca (Ávila, Francisco de; 1975:30-31-101). Tanto su mujer, como Pachacamac, poseen atributos intra-terrestres-acuáticos. Pariacaca simboliza las fuerzas que están renaciendo frente a los poderes oscuros que dominaban el periodo anterior; cuando la gente moría y el no existía. Éstas características nos hacen pensar que, posiblemente, el mito hace referencia al nacimiento de los fenómenos que caracterizan las entidades del cielo, de las fuerzas que regirán el mundo desde la derrota de las entidades pasadas-inframundanas. Pareciera como si se estuviese gestando un nuevo orden del universo, establecido por el renacimiento del sol; y el establecimiento del rayo, la lluvia y los agentes atmosféricos que luchan contra los poderes del interior de la tierra. La deidad establece, como hemos visto, el viento con su nacimiento, lo que le otorga cualidades atmosféricas de gran potencia. El nacimiento de Pariacaca es representado por cinco huevos, hallados en la cima de Condorcoto, de los cuales surgieron cinco halcones (Ávila, Francisco de; 1975: 42-78). Esta característica verifica, al igual, el vínculo de la deidad con el Hanan Pacha, y por extensión con el halcón como animal insigne de la deidad; junto al felino-gato-jaguar (Ávila, Francisco de; 1975: 108). Estos halcones se convirtieron en hombres y castigaron los engaños de los hombres, “…se alzaron convertidos en lluvia y arrastraron al mar todas las cosas, llamas, sin permitir que ni un solo pueblo se salvara…” (Ávila, Francisco de; 1975:42). La lluvia, agente atmosférico posiblemente masculino, purifica la tierra con un segundo diluvio. La alusión, en reiteradas partes del texto, al exterminio mediante la lluvia, nos hizo pensar en la posibilidad de comprender que la deidad, en sus cuatro manifestaciones, purifica y renueva el orden establecido mediante la lluvia. El castigo es debido, entre otras muchas cosas, a que las

gentes que pueblan la tierra viven engañando y quebrantando las leyes que la deidad quiere establecer. En esta parte de la narración aparece la divinidad como un agente que origina tanto vida como muerte; ya que, la idea esencial es que para crear un periodo nuevo, el anterior debe ser aniquilado. Tras varias hazañas acaecidas por las cuatro manifestaciones de Pariacaca, que forman cinco con la deidad, el mito narra cómo el enemigo de la divinidad, Huallallo Carhuincho, que fue la huaca que venció a Yanamca Tutañamca, se enfrenta a él (Ávila, Francisco de;1975:44). De nuevo aparecen dos fuerzas opuestas, la del cielo, Pariacaca, y la potencia que regía con anterioridad el poder, Huallallo Carhuincho, que se confrontan. Por el momento, se entiende, a través del mito, que hubo una primera humanidad, con Yanamca Tutañamca62, en la que predominaba el canibalismo y la oscuridad; y una segunda regida por Huallallo Carhuincho, potencia que se manifiesta como un agente inframundano, como veremos. Tras esta aclaración de divinidades, y de humanidades creadas, o devoradas, se narra un tercer diluvio que purifica la humanidad existente. De igual forma que Viracocha, o Cuniraya, Pariacaca es tratado con desprecio; por su apariencia de pobre (Ávila, Francisco de; 1975:45). Es despreciado por las comunidades que visita y sólo fue ayudado por una mujer a la cual la deidad reveló que en un periodo de cinco días ocurriría una gran catástrofe que acabaría con la vida, el diluvio (Ávila, Francisco de; 1975:45). La gran masa de agua fue emanada desde un cerro por Pariacaca- Cuniraya- Viracocha, el cual hizo caer lluvia de “... granizo roja y amarilla...” y huevos de nieve, lo que arrasó con los hombres (Avila, Francisco de; 1975:45). 63 Pariacaca luchó contra Huallallo Carhuincho, y éste para combatirle se convirtió en fuego que ascendía hacia el cielo, lugar en el que se hallaba Pariacaca. Tras una ardua lucha, Pariacaca- Cuniraya - Viracocha convirtió en laguna a Huallallo Carhuincho, llamada desde entonces Mullucocha, laguna

62 Para G. Taylor la divinidad Yanañama Tutañamca representa la primera época de caos y oscuridad (Taylor, Gerald; 1987: 52).

63 En párrafos posteriores analizaremos la importancia que posee el detalle colorido de la lluvia del tercer diluvio, casualmente, en otros párrafos de la narración la lluvia que cae, al igual, es de color rojo y amarillo. Así, la deidad no sólo establece una jerarquía de poderes, sino una jerarquía de lugares, de rumbos y de cualidades, como el rojo y el amarillo, que son aquéllos que él utiliza, y que dominan el Hanan Pacha en la narración.

roja (Ávila, Francisco de; 1975:51). Estas son dos características que otorgan, en cierta medida, características no celestes a la divinidad, pues se relaciona con la laguna, acceso al inframundo, y al mullu, ofrenda por excelencia en los enterramientos, como explicaremos. Después, los cinco halcones “...se fundieron...apenas se fundieron la tierra se enfrió y empezó a caer granizo...” (Ávila, Francisco de; 1975:51). En párrafos posteriores aparece lo siguiente sobre la deidad “...como Pariacaca estaba formado por cinco hombres, desde cinco direcciones hizo caer torrentes de lluvia, amarilla y roja, de las mismas cinco direcciones empezaron a salir rayos, pero, desde el amanecer hasta la tarde, Huallallo Carhuincho permaneció vivo, como fuego inmenso que ardía y alcanzaba hasta el cielo...” (Ávila, Francisco de; 1975:51-53). En esta parte de la narración se presentan las deidades caracterizados, de nuevo, por elementos de la naturaleza, por un lado Pariacaca lucha utilizando, el granizo, la lluvia amarilla y roja y el rayo, “herramientas” del hanan pacha; mientras Huallallo Carhuincho utiliza el fuego terrestre, “herramienta”, posiblemente, que caracteriza el hurin pacha. El Pachacuti persigue, básicamente, la lucha de dos formas primarias que sujetan el espacio, en este caso frío-calor, para que su fuerza se desorbite, y así, se establezcan catástrofes que determinen la formación de un nuevo periodo; teniendo en cuenta el exterminio que causan estos sucesos. En otras partes del mito se indica, otra vez, la actividad destructora-regeneradora de Pariacaca, que asola la comunidad que habitaba el pueblo de Yarutini, con viento fuerte, y también, la comunidad que habitaba el pueblo Macacalla con cinco días de lluvia amarilla y roja (Ávila, Francisco de; 1975: 108 y sig.).

Desde la gran lucha, los hijos de Pariacaca, sus cuatro manifestaciones, vigilan las cinco direcciones del universo, para que no vuelva Huallallo Carhuincho (Ávila, Francisco de; 1975:53 y sig.). Hemos observado que las advocaciones de la divinidad, la divinidad en sí mima, es percibida como un vigilante de las direcciones del Universo. Posiblemente este orden establezca la geometría del universo, así, el universo creado es percibido en su plano vertical con una división primaria tripartita, compuesta por el hanan pacha, kay pacha y hurin pacha; mientras que el plano horizontal se observa dividido en

cinco direcciones; bajo un delicado y estricto control de las fuerzas que rigen la armonía. Hemos concebido la idea de que si las advocaciones de la deidad manifiestan la geometría del universo, sus características personales, posiblemente, se asocien a los rumbos del cosmos caracterizándolos de forma concreta dependiendo de la esencia y la dirección que las gobierne, como mostraremos. En el texto se aprecia que estas cinco direcciones están gobernadas por las deidades que poseen poderes atmosféricos (Ávila, Francisco de; 1975:53 y sig.), así, entendemos que éstas son entidades sobrenaturales vinculadas a los poderes celestiales de la lluvia, del rayo, de los fluidos cálidos64 y de un determinado orden ético-moral; frente a los poderes gélidos de la región intra-terrena y un determinado orden ético-moral (canibalismo, etc.). Una vez instaurado el nuevo orden, Pariacaca proporcionó las instrucciones con las formas y funciones que debía realizar la nueva humanidad para adorarlo. El texto dice lo siguiente: “...Tú recordando mi vida, siguiéndola, celebraras cada año una pascua...” (Ávila, Francisco de; 1975:56). Huallallo Carhuincho fue sentenciado a comer perros, y que los huancas65 le adorarán, porque ellos son “...come perros...” como su deidad (Ávila, Francisco de; 1975:55). Como se aprecia de nuevo, se establecen las dos fuerzas que dominan el universo, en la que destaca y gana la fuerza de Hanan. La aparición de Chaupiñamca en el mito y sus características, promiscuidad y gran voracidad, son interpretadas como símbolo de la Madre Tierra (Mariscotti, Ana María; 1978). En la narración está acompañada de cinco hermanas (Ávila, Francisco de; 1975:62 y sig.). Interpretamos está característica manifestación en cinco, pero femenino, como expresión que acompaña o que forma la oposición binaria de las cinco manifestaciones de Pariacaca, cinco-masculino. Entendemos que las regiones o rumbos del

64 Lo celeste debe ser cálido por su asociación con lo solar, lo intraterrestre debe de ser frío, por su asociación con la oscuridad. Pero, nada es totalmente frío, ni totalmente caliente, y aún lo más frío tiene calor y en la mayor oscuridad hay fuego; pero no es lo que predomina. En este mito hay una manifestación inversa de los fluidos más cálidos del inframundo y los fluidos más fríos del cielo. Esto indica la complejidad de la composición de lo existente. Espinosa Pineda, Gabriel, Curso: Religión, cosmología y naturaleza en Mesoamérica. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México, impartido en la Sede de Salamanca, España, año 2002. Consultar subcapítulo II.4.3 El arco del cielo. 65 Estaban ubicados en la sierra central de Perú, actual departamento de Junín.

universo quizás fuesen ideados no sólo resguardados por agentes de índole masculina, sino, también, por agentes de índole femenina. Estas formas representan, en última instancia, las dos fuerzas predominantes en el universo, la masculina y la femenina, cada una de ellas relacionada con el hanan pacha y el hurin pacha. En el capitulo XIII del mito se narra que Pariacaca y Chaupiñamca eran hijos del Sol y de Hananmaclla- La Luna (Ávila, Francisco de; 1975:70). Posiblemente, tanto Pariacaca-Cuniraya-Viracocha como Chaupiñamca hubiesen sido comprendidas como manifestaciones terrenales del Sol y de la Luna; como se aprecia a lo largo de todo el mito. Todas las características que aparecen a lo largo del texto, además de otras narraciones, nos muestran que las formas o entidades que existen, o que habitan el Universo centro-andino, se trasforman según el plano en el que desarrollan su potencia, principalmente, hasta alcanzar sus caracteres primigenios. Así, en el plano celestial se ubican las formas primigenias de existencia de carácter etéreo. Posiblemente el cuerpo, que ostenta la deidad en su manifestación terrena, por ejemplo Pariacaca, es demasiado pesado, por lo tanto, solo se elevará la “energía” primigenia, masculina, que caracteriza a la deidad. Por otro lado, en el plano terrestre se presenta la energía de forma material, y como plano intermedio, con diferentes niveles de fluidos y de equilibrios sagrados; y en el plano inframundano se presenta la energía o fluido candente de las entrañas de la Madre Tierra. Consecuentemente, entendemos que se representa un constante sistema de movimiento circulatorio, que ilustra la hierofanía de la creación. En el texto, hemos detectado que cada plano o división del universo es portador de una carga de potencia, el hanan pacha, posee potencia o fluido frío (Ávila, Francisco de; 1975: 51 y sig.). El kay pacha se presenta como un lugar de unión de la zona “alta” y la zona “baja”, por lo tanto, según el lugar geográfico que se analicé éste será portador de una determinada cantidad de potencia, como explicaremos66. En el Hurin pacha, por ejemplo, se ubica el

66 El kay pacha es un lugar en constante movimiento, o más bien es una región que se presenta en el plano intermedio, por lo tanto, en ella confluyen las potencias que rigen el cosmos. Estas luchas de contrarios se manifiestan en los ciclos míticos, como hemos visto, por medio de la lucha de dos perfiles sagrados disímiles (Ávila, Francisco, 1975: 51 y sig.). También se perciben en las características de las formas materiales que posee el kay pacha; por ejemplo, en la actualidad, y en las narraciones míticas, se concibe que dentro de una cueva

fluido cálido, manifestación primera de una de las potencias que rigen el cosmos. De igual forma se comprende una diferencia en las criaturas ubicadas en los diferentes compartimientos del universo; que analizaremos en el capítulo sobre la Geometría del Universo. Tal representación y ordenación de potencias se manifiesta en una constante metamorfosis del universo, del universo creado a partir de la lucha de contrarios. Hemos intentado indagar la posible relación que existe entre la deidad nombrada y su vínculo con la geometría del universo, dependido de su advocación. Por ejemplo, en el mito hemos apreciado que los nombres Cuniraya y Viracocha están vinculados a las hazañas que se ocasionan en el cielo, así, se manifiestan como potencias creadoras: de las montañas, los árboles, los ríos, los animales, las chacras, el texto dice lo siguiente: “...por esta razón dicen de Cuniraya-Huiracocha fue el padre de Pariacaca…” (Avila, Francisco de; 1975:77). En cambio, la actividad de Pariacaca se percibe vinculada con aquellas acciones que surgen en la tierra, como por ejemplo su nacimiento a partir de los cinco huevos (Ávila, Francisco de; 1975:35), su posterior trasformación en cinco hombres (Ávila, Francisco de; 1975:52 y sig.), además de las numerosas intervenciones de éste, Pariacaca, durante el ciclo mítico (Avila, Francisco de; 1975:38 y sig.). En sucesivos conflictos, la divinidad, posiblemente solar, Cuniraya – Viracocha, se enfrenta a divinidades con características lunares, como Pachacamac o su esposa Urpayhuachac (Ávila, Francisco de; 1975:31 y sig.). El nombre de la deidad Cuniraya proviene, apunta el investigador Eusebio Manga Quispe, de la tercera persona del verbo quy, dar; de niray, decir y de ya, enfatizador de la palabra decir. El nombre se traduciría por la divinidad que da “la esencia de dar y del decir”, “el dador-creador”, en contraposición a Pachacamac, que se refiere a los poderes albergados en la profundidad de la tierra, en el hurin pacha. Existe la posibilidad, quizás, de que los numerosos nombres que posee la deidad durante la narración fuesen, en realidad, advocaciones de la deidad. Es decir, la deidad se presenta con un nombre diferente teniendo en cuenta la relación de éste, sus hazañas, con el

se alberga mayor concentración de “energía inframundana”, que en la cima de un Apu. Es decir, existe una composición asimétrica de lo creado.

entorno: Pariacaca sería la advocación terrestre de la divinidad celeste, y Viracocha la advocación celeste (reacuérdese su vinculación con el ciclo mítico del sol y la luna). Lamentablemente no se puede precisar con mayor detenimiento las advocaciones de la deidad porque se fusionan con gran facilidad. Otra de las características que destaca en la narración, y que no hemos destacado aún, es la creación y origen del hombre. Éste fue elaborado67 gracias a la sangre que cayó del universo alto y la quinua (Ávila, Francisco de; 1975: 106). El hombre se compone de sustancia divina, celeste, y de sustancia terrenal, la quinua68 . Resumiendo las partes más importantes del mito opinamos que Pariacaca fue el señor de los cielos, la deidad suprema, re-engendrada a través de cinco huevos. En cierta medida, reproduce o refleja los rumbos cardinales, sus hijos o advocaciones. Además, a su carácter divino debe agregarse su condición, en el plano terrestre, de héroe cultural: Viracocha, Cuniraya, Tunupa. Que a su vez representan la hierofanía, en última instancia, del movimiento del universo con el renacer del sol y de los poderes atmosféricos. Los aspectos masculino y femenino del principio organizador, Pariacaca y Chaupiñamca, son aspectos que se vinculan a un espacio-tiempo determinado: a un mes. Los rituales de celebración, las fiestas, coinciden en el calendario, es decir, las festividades en honor a las dos deidades, Pariacaca y Chaupiñamca, se celebran el mismo mes, poniendo de manifiesto que son dos entidades diferentes, pero, quizás de origen similar. La fiesta de Pariacaca se celebraba en junio, y la de Chaupiñamca en el mismo periodo “...en el antiguo día llamado Auquisma, celebraban la pascua a Pariacaca, luego cantaban en el turno de Chaupiñamca” (Ávila, Francisco de; 1975:63), llamada Casayaco, “... y cuando cantaban y bailaban esta danza, comenzaba la maduración del mundo” (Ávila, Francisco de; 1975:63). El texto seleccionado pone de manifiesto la importancia de la unión de los dos principios antagónicos, que engendra la

67 Sobre la composición de los seres el cronista Bernabé Cobo escribió lo siguiente: “… comenzó el criador a sacar a la luz y producir todas las cosas, unos creen que de la nada, otros que de barro, y otros que formó los hombres de piedra y los animales y aves de las hojas de los árboles…” (Cobo, Bernabé; 1956:150). Según el texto podría haber existido una diferencia en la composición de los humanos y del resto de los animales. 68 Estos dos aspectos, de la composición de las criaturas, las veremos con mayor detenimiento en el capítulo del kay pacha.

Creación: “... la maduración del mundo...” Tras la victoria de Pariacaca, Chaupiñamca69 se percibe como la fuerza fertilizante que dona de vida los campos, el principio femenino de la creación. Sobre el texto de Huaruchirí, Toribio Mejía Xesspe ha observado una serie de características. El investigador comprende que el primer ser supremo es Anan (altura) y Maqlla (afeminado), que se entiende como una divinidad hermafrodita, capaz de crear al hombre y a la mujer. Por otro lado están las dos herederas de Anan Maqlla, dos divinidades, Yana Ñamka, que etimológicamente significa día o claridad solar, y Tuta Ñamka, Tuta luz lunar. Además, explica Toribio Mejía Xesspe, Ñamka deriva de Nami que significa raíz, principio u origen: son el Sol y la Luna. Hijos de éstos están Koniraya y Huallallo Karwincho, que en el texto de Francisco de Ávila son confundidos por Pariacaca y Chaupi Ñamka. Éstos representan, según el autor, la estrella Matutina y la Vespertina. Como descendientes de Koniraya figuran los héroes culturales Pariacaca y Watiakuri, el primero prolífero y el segundo estéril (Mejía Xesspe, Toribio; 1980:268-270).

Tras analizar el texto de Francisco de Ávila hemos seleccionado otras recopilaciones. Para facilitar el desarrollo de la lectura, al final de la recopilación realizada aportaremos nuestra interpretación.

.- Mito de creación recogido por el visitador Bendiel de Salazar en Huanuco, 1615 (Duviols, Pierre; 1977:427 y sig.)

El investigador Pierre Duviols ha recopilado una serie de escritos muy interesantes. Para esta discusión citaremos los extractos de mayor relevancia. El primero dice lo siguiente: “...que en los bayles que hacen y han hecho de la Upaca en la Yrigua y en la Llamaya, en estos bayles de continuo ymbocan a Yanaraman [Yanaraman Llibiac Cancharco] al qual dan por origen...Atunchuca andando de caza halló en el cerro de Rraco una criatura pequeña envuelta recién nacida que había caído del cielo y Atunchuca no había tenido hijos tomó al muchacho Yanaraman. En cinco días creció que

69 En el diccionario de Jesús de Lara la divinidad es definida como: “…diosa de la sensualidad en el Waruchiri preinkaiko” (Lara, Jesús; 1971:80).

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