GLOSARIO ANTIGUALLA: se denominaba así a la obra u objeto artístico considerado de antigüedad remota. También se relacionaba esta palabra con costumbres pasadas de moda o con relatos de sucesos antiguos. En el caso peruano, se hacía referencia a lo prehispánico, específicamente lo relacionado con cerámica, textiles y otras artes atribuidas a los Incas. BÓBILIS BÓBILIS: antigua expresión que diversos lingüistas relacionan con una deformación popular de la palabra “bobo”. Este modo adverbial significa, según el diccionario, “que algo se hace sin trabajo ni esfuerzo”. COLECCIONISMO: actividad que consiste en la adquisición de objetos que tienen un valor cultural, reunidos de acuerdo a sus características comunes, por técnicas, materiales, formas, épocas, según los intereses y gustos del coleccionista. La selección de los objetos tiene como prioridad su antigüedad, su rareza y belleza. COLECCIONISTA: es la persona que tiene como afición adquirir y reunir una serie de objetos a los que les asigna un especial valor, llegando a convertirse en un especialista, identificando los estilos, las técnicas y la época a la que pertenecen los objetos de su colección. Inicialmente, los coleccionistas formaban parte de la nobleza, quienes podían darse el lujo de adquirir piezas únicas y de territorios lejanos. Posteriormente, cualquier persona con cierto estatus social podía ser un coleccionista, lo que se convirtió en un símbolo de poder, donde resaltaban la capacidad de adquisición y de buen gusto, como es el caso de José Dávila Condemarín, quien mostró con su colección tener piezas de diferentes lugares de Europa y del pasado peruano. CONSERVADOR: es el profesional técnico que trabaja en un museo o de manera independiente ofrece sus servicios a coleccionistas privados, museos o proyectos arqueológicos para realizar trabajos de diagnóstico y tratamientos de conservación de un bien o una serie de bienes culturales muebles o inmuebles. Su función en el museo es fundamental, pues propone el adecuado manejo de las colecciones. COSMORAMA: por un lado, es el artificio óptico –similar al mundonuevo o tutilimundi– que incorporaba lentes en su interior que permitían agrandar las imágenes. Se trataba de un sistema sofisticado que daba ilusión de realidad provocando asombro y admiración en quienes lo vieran. Se ofrecía al público, como novedad, la exhibición de una colección de vistas de diferentes lugares del mundo, desde paisajes naturales hasta grandiosos interiores y exteriores de monumentos arquitectónicos. El otro significado se refiere al cosmorama como el establecimiento donde se exhibía este artefacto óptico, que a la vez exponía otros entretenimientos ópticos, escénicos y musicales. CROMATROPIO: mecanismo óptico que comprende juegos giratorios de colores, conformado por una de placa de vidrio que se colocaba en la linterna mágica inventada hacia 1830 por H.L. Childe. A través de la combinación de dos cristales pintados con colores diversos y con formas geométricas que giran en sentido contrario por medio de una manivela, se produce un efecto cromático muy sugerente, similar al de un calidoscopio.
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