Memorias del Tiempo Heroico - Autor: Manuel J. Calle

Page 80

rrera de crímenes de lesa humanidad en uno como delirio de fiera hambrienta! Comen, beben, hablan: hablan sobre todo, con franqueza de militares y ardimiento de vencedores... '¡Cuán feliz les sonríe la esperanza á aquellos hombres, y muy en particular al excelentísimo señor virrey! Morillo ha pacificado sangrientamente el virreinato, arrojado fuera á los picaros que se atrevieron á conquistar su independencia y establecer una autoridad: España gobierna, España reina, y él, Sámano, en su nombre. ¿Qué más se quieren los granadinos? Y la situación no puede ser más favorable á los intereses reales en el Sur del Continente; porque si Nueva Granada yace en paz, Canterac triunfa en el Perú, Quito no respira, y hay que ver lo que sucede en México... Sólo la Capitanía de Venezuela anda un poco alborotada por el lado de allá del Orinoco, entreteniendo á las invencibles huestes del general Morillo, una partida de bandidos que huyen ante él, sin cesar, por las ilimitadas sabanas. ¿Quién mandaba esa partida? El dicho general Bolívar, un insurgente empecatado, incansable y ardidoso... ¡Ah, si Morillo hubiera podido cogerle!... ¡Mas, qué fortuna! Ese mismo Bolívar ha venido á meterse en el corazón del país con unos cuantos haraposos, que él llama su ejército, y medía docena de aventureros ingleses. Por lo pronto, ya ha llevado su merecido. Ahí está la comunicación del brigadier Barreiro que cuenta la gran victoria que sobre los insurgentes ha tenido en Pantano de Vargas; textualmente lo dice: «Estoy re-

corriendo el campo y recogiendo á cargas los fusiles» (1). De modo, que se espera de un momento á otro la total exterminación de esos malvados y la captura de Bolívar. Si Bolívar cae en sus manos, en las del piadoso virrey, ¡bonita horca le espera, plantada en media plaza de la fidelísima ciudad de Santa Fe de Bogotá!... —¡Vamos, caballeros: un brindis por el bizarro Barreiro! —¡Viva el Rey, viva Barreiro! ¡Por Barreiro! —Y por la horca del insurgente Bolívar, excelentísimo señor. —¡Vaya por la horca, capitán! Chocan los vasos, apúranlos, y sonríen como hombres satisfechos. En este momento entra un ujier: —Excelentísimo señor, unas señoras. —¡Ah! ¡Ya! Que voy al instante. Hazlas entrar en el salón principal. Caballeros, á recibir á las damas. Se levantan todos, y pasan á la gran sala. Ahí están las'bellas. Galantes son los españoles, y se inclinan con respeto, en garbosa salutación. En este momento—no son sino las siete de la noche (8 de Agosto de 1819)—se oye entrar un caballo en el patio, á carrera tendida. No pasan dos minutos, y he ahí que se presenta un oficial—llamado D. Manuel Martínez de Aparicio —, jadeante, sudoroso, lleno de polvo, con botas y espue(1) Sabido es que Barreiro engañó á Sámano dando como un triunfo la rota que sufrió en Pantano de Vargas. De ahí la alegría y esperanzas del virrey, que estamos procurando describir en este breve cuadrito.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Memorias del Tiempo Heroico - Autor: Manuel J. Calle by Pedro Gambarrotti - Issuu