Guayaquil Nostalgico. Autor German Arteta Vargas

Page 91

Tiempo de agendas, almanaques, textos afines y anuarios Por fin de año y comienzo de otro, estas publicaciones tienen una gran demanda.

¿

Quién no recuerda la época de oro del Almanaque Bristol, que todavía es una fuente de consulta obligada en familias que atesoran las costumbres de antaño y en muchísimos hogares de la campiña costeña? ¿O el Almanaque Ortega, que durante varias décadas editó y distribuyó el astrónomo guayaquileño Eloy A. Ortega Soto, por el requerimiento de incontables compatriotas que confiaron en sus predicciones meteorológicas? Tales nombres rememoran los almanaques, calendarios, agendas, anuarios, etcétera, con sello ecuatoriano y extranjero, que circularon con masiva acogida en nuestra ciudad desde casi un siglo atrás. También los que desafiaron el tiempo y están vigentes porque sirven de consulta para saber los días de celebración del carnaval, Miércoles de Ceniza, de la Semana Santa, Navidad o algún otro santo o fecha cívica identificada con nosotros. De igual manera, por la gran cantidad de información variada y amena de carácter histórico, geográfico y científico que en los últimos años los autores y editores incluyen profusamente en sus páginas, este tipo de publicaciones goza de la acogida de la comunidad. El Universo entrega a sus lectores un calendario que incluye fotos históricas y de temas deportivos o ecológicos. Los orígenes del almanaque se ubican en la época en que los egipcios y otros pueblos de la antigüedad empleaban tablas escritas para llevar la cuenta de sus festividades religiosas o profanas. El primer almanaque impreso apareció en Viena en 1547; el almanaque británico de 1828 fue el pionero con información verdadera, pues era costumbre hasta ese año incluir información falsa, profecías escandalosas, catástrofes, etcétera. Benjamin Franklin publicó su Almanaque del Pobre Ricardo en 1732 y Cristóbal Ponce de León en 1598. En el siglo XVI la Iglesia Católica romana reformó el calendario, porque la Pascua y otras festividades no ‘caían’ en su época correspondiente; el papa Gregorio XIII asumió esa tarea y desde entonces toma vigencia el calendario gregoriano, que lo usa la mayoría de países, por su sencillez y reconocida exactitud. Algunos testimonios

En 1899 Manuel Gallegos Naranjo preparó el Almanaque de Guayaquil, Fin de Siglo (1900), de 214 páginas, a un sucre el ejemplar impreso en Tipografía Gutenberg; la empresa periodística Prensa Ecuatoriana, dirigida por Carlos Manuel Noboa, publicó en 1926 el Directorio General de Guayaquil y sus alrededores, con abundante material informativo de 240 páginas y pasta dura, a 5 sucres el ejemplar. Germán Arteta Vargas

91


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.