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Embarazo de alto riesgo

Embarazo de alto riesgo es aquel en el que existen condiciones que afectan a la madre y/o al bebé. Para ser llamado así el riesgo debe ser mayor al de la población general. El objetivo de clasificar un embarazo como alto riesgo no es asustar a los padres. Saberlo con anticipación nos permite diseñar un protocolo de atención individualizado que busca disminuir la posibilidad de discapacidad permanente y de muerte tanto para la madre como para su bebé.

En el embarazo, a medida que surgen situaciones, el riesgo puede cambiar de categoría. En otras palabras, un embarazo que comienza siendo de bajo riesgo puede luego convertirse en uno de alto riesgo. Ciertas condiciones del bebé y de la placenta son primarias, mientras que otras son derivadas de otro problema. Por ejemplo, un bebé que haya nacido más pequeño que lo normal puede deber su condición a hipertensión o a preeclampsia en la madre.

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En el caso de condiciones preexistentes en la futura madre, lo recomendable es asegurarse de que su enfermedad o condición esté bien controlada al momento de quedar embarazada. Por ejemplo, si la paciente es fumadora debe dejar de fumar antes de buscar un embarazo. Las pacientes fumadoras tienen mayor probabilidad de tener problemas para concebir, de perder el embarazo, de romper fuente y de entrar en labor de parto prematuramente, de padecer desprendimiento de placenta, y de producir menos leche al momento de lactar. Los bebés de las madres fumadoras tienen un riesgo elevado de nacer con bajo peso, de tener malformaciones congénitas, de morir en el primer mes de nacidos y de padecer de cáncer durante su vida

Un embarazo de alto riesgo es aquel que tiene más posibilidades de complicaciones, tanto desde el punto de vista de la madre como para el bebé y, por tanto, el control previo durante la gestación, el parto y puerperio, han de ser más completos, evitando cualquier posible riesgo. (www.webconsultas.com)

POR LA DRA. ELISA FERNÁNDEZ DE SCHÉKER Ginecóloga Obstetra