¡Fácil, Facilísimo! Enseñar a tu cachorro es fácil

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¡La guía sencilla que estabas esperando para educar a tu cachorro está aquí! Mi nombre es Steve Mann, soy adiestrador profesional y estudioso de la conducta canina desde hace más de 30 años. Como fundador del Instituto de adiestradores modernos de pe1Tos (Institute ofModem Dog Trainers), he ayudado a transformar las vidas de más de 100.000 perros y sus familias -y ahora ¡también quiero ayudarte a ti! Ya sea que ahora vivas con un cachorro recién llegado a tu casa, con un perro adulto o uno rescatado, mis métodos te apo11arán todo lo que necesitas saber. Aplicando técnicas simples, contrastadas, éticas y con

base científica te mostraré cómo alcanzar la mejor relación posible con tu cachorro o tu pe1To adulto. Además te enseñaré a conse­ guir respuestas súper rápidas a la llamada, marnvillosos paseos sin tensión de la correa, modales perfectos y mucho, mucho más ... Te aseguro que realmente es ¡ fácil, facilísimo! Y todos y cada uno ele los consejos, trncos y lecciones que aporto en este libro harán que tú y tu cachorro estéis cada día n:1ás unidos.

¡Disfruta! Foto de portada:© Warren Photographic

Enseñar a tu cachorro

fáCil

Una sencilla guía para educar a un cachorro feliz



¡fácil, facilísimo!

Enseñar a tu cachorro es fácil

Steve Mann y Martin Roach



¡fácil, facilísimo!

Enseñar a tu cachorro es fácil una sencilla guía para educar a un cachorro feliz Steve Mann y Martin Roach

Traducción de Patricia Teixidor


Historia de la publicación: Título original: Easy Peasy Puppy Squeezy. Your simple step-by-step guide to raising and training a happy puppy Publicado originalmente en inglés por: Blink Publishing (www.bonnierbooks.co.uk), de Bonnier Books UK Limited, Londres, Inglaterra Copyright © 2019, Steve Mann & Martin Roach, edición original en inglés

Copyright © 2022, Kns ediciones SC Pedrouso 42 15883 Cacheiras-Teo A Coruña consultas@knsediciones.com www.knsediciones.com Traducción: Patricia Teixidor Corrección de pruebas: Mensi Cortizas Bouza Diseño de cubierta: Alberto Mosquera Maquetación: Ana Loureiro Iglesias Todas las ilustraciones : © Shutterstock ISBN 978-84-124185-1-4 Depósito legal: C 877-2022 Impreso en España

Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro en cualquier forma o medio sea electrónico o mecánico, incluidas las fotocopias, grabación o cualquier sistema de almacenamiento, sin permiso escrito de la editorial. (Diríjase a Cedro, Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org, si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. www.conlicencia.com; 917021970)


A Gina, Luke y todos los que trabajan con perros de rescate.



Índice

Sobre el autor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Una guía rápida.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Introducción. mis orígenes.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

1. Mi filosofía para adiestrar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 2. Así que, ¿vas a tener un cachorro?. . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 3. L as veinte cosas y media que tu cachorro

quiere que sepas.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

4. Enseñar al cachorro a ser limpio en casa. . . . . . . . 55 5. El lenguaje corporal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 6. Sienta.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 7. Buenos modales al morder. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 8. Socialización. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 9. Reglas de etiqueta en el parque. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 10. ¡A jugar!. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 –9–


11. Saltar encima. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143 12. Reflejo de responder a la llamada.. . . . . . . . . . . . . . . . 155 13. Contacto visual.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161 14. Caminar sin tensión de la correa. . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 15. Responder a la llamada.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181 16. Tocar con la nariz.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191 17. La dificultad de la señal «deja». . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197 18. E l paseo con mochila (o ¿por qué en Perú

los perros no corren?). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209

19. C lases para cachorros, clases en grupo y

los veterinarios, ¡dios mío!.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225

Adiós y ¡buena suerte!. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231 Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233 Otros títulos de la editorial.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236

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Sobre el autor

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urante los 30 años que Steve Mann ha dedicado al adiestramiento canino ha trabajado con más de 100.000 perros en entornos de lo más diverso: en el campo de la seguridad y la detección, para las industrias de la televisión y el cine, como profesor de educación superior en comportamiento y cría de animales, así como con varias estrellas deportivas internacionales y algunas grandes celebridades. Ha participado muchas veces en televisión como experto en comportamiento canino, incluso como adiestrador ganador del programa de la BBC The Underdog Show. Steve es el fundador del Institute of Modern Dog Trainers [Instituto de adiestradores caninos modernos], el principal organismo mundial de adiestradores y especialistas en conducta animal. Steve es un apasionado del adiestramiento canino ético con base científica, que ha impartido clases por toda Europa, Sudamérica, África y Oriente Medio, abriendo el camino al adiestramiento canino moderno y en positivo. El enfoque de Steve se basa en una sólida investigación sobre el comportamiento, en contraposición a los «mitos» y ocurrencias sobre el adiestramiento canino. También es un apasionado protector de los perros abandonados: «si lo hacemos bien con nuestros cachorros y educamos a la sociedad sobre cómo vivir de forma adecuada con nuestros canes, mi sueño de que no haya más perros en los albergues caninos puede hacerse realidad». – 11 –


enseñar a tu cachorro es fácil

Vive en Hertfordshire con su mujer Gina, su hijo Luke y siete (sí, siete) perros: Nancy (mezcla de chihuahua), Pablo (staffordshire bull terrier), Ash (pastor alemán), Pele (galgo), Spider (whippet), Summer (lurcher) y Carlos Fandangos del oeste (malinois).

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Una guía rápida

S

i no dispones de mucho tiempo y necesitas saber cuál es el método más rápido para adiestrar a un cachorro, pasa directamente a la página 54 (Antes de enseñar al cachorro a ser limpio en casa).

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Introducción Mis orígenes

S

olían llamarme «el chico raro de los perros». Me crié en Waltham Abeey, en Essex, en los años 70 y 80. Por ese entonces siempre había algún perro merodeando y jugando con los niños por las calles y a mí simplemente ¡me encantaban! Así era en esa época. Los perros estaban por ahí, dedicándose a lo suyo. En casa, sin embargo, nunca tuvimos perro. Mi madre siempre intentaba engatusarme diciéndome: «¿Qué tal un conejo, Stephen?» —a lo que yo respondía —«Bueno, no es un perro, ¿no crees mamá?». Así que nunca tuvimos perro y con razón porque mis padres trabajaban mucho y, aunque era una idea estupenda para un niño de mi edad, no era el momento. Todos los miembros de mi familia son irlandeses, por lo que siempre íbamos a Irlanda durante las vacaciones de verano y por allí lo normal era que todo el mundo tuviera perro. Todavía recuerdo esa sensación mágica de las vacaciones de verano, viajar a Irlanda repleto de ilusión, llegar y estar rodeados de perros por todas partes… lo que hacía aún más frustrante que nosotros no tuviéramos uno. El hecho de no poder tener perro no hizo más que aumentar mi obsesión por ellos, los hacía todavía más valiosos. Así que jugaba con los perros de las calles cercanas a mi casa para apaciguar mis ansias. Rápidamente mi obsesión fue creciendo. Más tarde, me enteré de que iba a haber un curso de adiestramiento canino cerca de casa y decidí ir y sentarme – 15 –


enseñar a tu cachorro es fácil

al fondo de la clase, observando a los adiestradores y a los cuidadores, pero sobre todo a sus perros. Con el tiempo, empecé a llevar a los perros de los vecinos a los cursos de adiestramiento y, a veces llevaba incluso un perro de la calle y asistía con ellos. Si no encontraba ninguno, iba de todos modos, pero sin compañía. El chico raro de los perros que se sentaba al final. Pronto empecé a ayudar a los adiestradores a retirar el material al final de la clase, y luego a prepararlo todo con ellos al comienzo. Preparaba el té, colocaba los obstáculos, sacaba los juguetes, luego hacía lo mismo en otra escuela canina, luego en otra y así sucesivamente. Me convertí en un grupi del adiestramiento canino. Tal vez era inevitable que los adiestradores empezasen a pedirme ayuda con las clases, vigilando a un determinado perro que necesitaba ganar más seguridad en sí mismo o lo que fuera. Me puse bajo el ala de algunos de estos entrenadores y trataron de enseñarme cómo adiestrar a los perros. La filosofía imperante era más o menos la siguiente: «Si el perro hace algo bueno, le das algo bueno, es decir, una palmadita en la cabeza; si hace algo malo, le das algo malo», lo que implicaba tirar de la correa, gritarle o, incluso, tirarles agua. Y, sí, algunos de los adiestradores y cuidadores también pegaban a los perros. Fue en ese momento cuando la cosa se puso seria para mí. Solo tenía doce o trece años, pero me sentía muy incómodo en algunas de las clases. Por aquel entonces, la metodología era de la vieja escuela: en el mejor de los casos, estricta; en el peor, muy dura. Mano dura físicamente hablando. Hacían un uso generalizado del castigo. Así era – 16 –


Introducción — Mis orígenes

antes, pero yo no estaba de acuerdo. Había un excesivo énfasis en corregir —en castigar al perro— y un enfoque estricto en cómo hacer que el perro dejara de hacer algo. Me sentaba y miraba mientras me revolvía incómodo en el asiento, pensando: «¿Por qué no nos centramos solo en lo que queremos que haga, en lugar de buscar solo «lo malo»?». Cuanto más veía y aprendía, más pensaba: «Esta formación no es muy buena». Esto es lo que me quitaba el sueño porque no podía entender o estar de acuerdo con muchas cosas. Inconscientemente empecé a leer el lenguaje corporal de los perros (que ni siquiera se mencionaba en estas clases), a fijarme en la manera en que mostraban sus sentimientos y en el tipo de relaciones que tenían con sus dueños. Empecé a ver los desconchados de unas clases tan rígidas: el perro que se estresaba sin que nadie se diera cuenta, el que se asustaba por los castigos, el cachorro que casi se ahogaba cada vez que su guía le tiraba de la correa disciplinariamente y, sobre todo, me fijaba en el hecho de que los cuidadores también se estresaban. Mirando atrás, ese enfoque resultaba bastante cutre, pero todo el mundo lo usaba. Todos hacían lo mismo. Pero estaban equivocados. Ahora sé que estaban equivocados. Esos primeros años fueron una época de grandes contrastes para mí. Me preocupaba lo que veía, pero a la vez me entusiasmaba la idea de poder dedicarme a entrenar perros como trabajo. El problema era que entonces no era una profesión. Estos cursos de adiestramiento los impartían personas que se dedicaban a ello a tiempo parcial una tarde a la semana. En aquella época muchos de los adiestrado– 17 –


enseñar a tu cachorro es fácil

res eran militares o habían hecho carrera en algún servicio público; no eran desagradables o duros a propósito, era el entorno lo que les afectaba. Para ser justos, las personas que dirigían los clubes de adiestramiento canino eran aficionados, entusiastas, en su mayoría personas que lo hacían con buen corazón, que en ese jueves por la noche se sentían como el rey o la reina del salón de actos del pueblo. Algunos eran voluntarios, otros podían cubrir sus gastos, pero ninguno era un adiestrador a tiempo completo que pudiera ganarse la vida con ello. Tal vez de forma inevitable empecé a hacer mis pequeños ejercicios de adiestramiento, al principio a solas con los perros de los vecinos, sobre todo en la calle o en algún jardín. Los vecinos me habían visto en clase y se habían dado cuenta de mi pasión, así que fue una progresión natural. No me senté a pensar en mi propia filosofía sobre cómo adiestrar y (sobre todo) tratar a los perros; simplemente hice lo que me parecía natural. ¿Por qué iba a querer hacer daño a mi amigo? Con el tiempo la gente empezó a venir a pedirme consejo y ayuda con algún problema concreto de su perro, y así fue como todo evolucionó. Fue algo que creció de manera natural a lo largo de mi adolescencia. No hubo una gran trayectoria profesional, solo quería estar cerca de los perros y, con suerte, ellos también querían estar cerca de mí. Además de no tener perro, tampoco teníamos teléfono en nuestra casa (lo sé, lo sé, me he puesto un poco sentimental, ¡solo me faltan los violines!), así que los viernes por la noche tenía que caminar un par de manzanas y llamar a mi entrenador de fútbol desde una cabina telefónica para saber dónde quedar para el partido de ese fin de semana. – 18 –


Introducción — Mis orígenes

Por el camino, solía ver a uno de los perros del barrio, un cruce llamado Yorkie, bastante grande. Siempre le decía «hola». Era un perro genial, pero esa noche en particular lo vi junto a un seto y, al ir a saludarlo, se me echó encima, voló hacia mí y me mordió en varios sitios causándome heridas muy graves. Por suerte, me metí en la cabina telefónica —en la época en que tenían puerta, gracias a Dios— y pude esperar hasta que se calmó y se fue. Conseguí llegar a casa y me llevaron directamente al hospital, así que fue un incidente grave. Luego me enteré de que habían sacrificado a Yorkie. Me quedé destrozado. Me sentí muy mal. No podía entender por qué había ido a por mí esa vez cuando en los cientos de encuentros anteriores habíamos jugado y nos habíamos llevado tan bien. Como adiestrador canino profesional, ahora sé que hizo lo que se llama «proteger el recurso», es decir, que había encontrado un sándwich tirado dentro del seto, me percibió como una amenaza para esa fuente de alimento y su instinto de supervivencia le instó a que protegiera esa comida. Ahora tiene todo el sentido del mundo, pero en aquel momento me sentí muy mal, y eso me hizo estar todavía más seguro de que quería aprender por qué y cómo se comportaban los perros de una manera determinada, cómo podía involucrarme y evitar que incidentes como el de Yorkie volvieran a ocurrir. Mi obsesión por los perros iba en aumento. Tuve algunos de los que mi madre llamaba «trabajos de verdad», pero en cuanto tenía un minuto libre adiestraba perros. Para entonces, por supuesto, ya contaba con bastante experiencia, por lo que a la edad de 21 años decidí que me tenía que lanzar: ¡ser adiestrador de perros! Tengan paciencia conmigo, – 19 –


Sienta Levanta lentamente el premio y, en cuanto el trasero del cachorro toque el suelo, dile «bien» y dale el refuerzo.

Empieza desde el principio y… ve añadiendo ¡distracciones!


Mi vida con los perros

Foto superior izquierda: con Buff, el perro de mi abuelo en Irlanda. Su anterior perro también se llamaba Buff y ¿el siguiente? Buff. Foto superior derecha: me encantaba ese ¡«perro»!

Foto abajo derecha: de «chico raro de los perros» a adiestrador canino invitado en el programa televisivo de ITV, con Lorraine Kelly y Angela Griffin.

©Ken McKay/ITV/REX/Shutterstock

Foto en medio a la derecha: mi corazón y alma. Alfacakes y yo pasábamos horas jugando. Daría lo que fuera por otros cinco minutos jugando con él.


¡A jugar!

Juega con sinceridad, formáis un equipo.


Tocar con la nariz

Haz que toque tu mano con la nariz, dile bien y premia.

Un truco: para comenzar, piensa que eres como ¡Mr. Spock!


¡La guía sencilla que estabas esperando para educar a tu cachorro está aquí! Mi nombre es Steve Mann, soy adiestrador profesional y estudioso de la conducta canina desde hace más de 30 años. Como fundador del Instituto de adiestradores modernos de pe1Tos (Institute ofModem Dog Trainers), he ayudado a transformar las vidas de más de 100.000 perros y sus familias -y ahora ¡también quiero ayudarte a ti! Ya sea que ahora vivas con un cachorro recién llegado a tu casa, con un perro adulto o uno rescatado, mis métodos te apo11arán todo lo que necesitas saber. Aplicando técnicas simples, contrastadas, éticas y con

base científica te mostraré cómo alcanzar la mejor relación posible con tu cachorro o tu pe1To adulto. Además te enseñaré a conse­ guir respuestas súper rápidas a la llamada, marnvillosos paseos sin tensión de la correa, modales perfectos y mucho, mucho más ... Te aseguro que realmente es ¡ fácil, facilísimo! Y todos y cada uno ele los consejos, trncos y lecciones que aporto en este libro harán que tú y tu cachorro estéis cada día n:1ás unidos.

¡Disfruta! Foto de portada:© Warren Photographic

Enseñar a tu cachorro

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Una sencilla guía para educar a un cachorro feliz


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