JUNIO 2016
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INFORMACIÓN
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ás de 80 refugiados musulmanes de Irán y Afganistán se han convertido al cristianismo y fueron bautizados en Hamburgo, Alemania. Albert Babajan, el pastor que lleva a cabo el bautismo en masa, dijo que los conversos no estaban satisfechos con el Islam y estaban buscando algo más. “El motivo del cambio de la fe es la misma para muchos: están decepcionados con el Islam.”
Shima, un cristiano converso que fue recientemente bautizado, compartió acerca de su conversión: “He buscado toda mi vida la paz y la felicidad, pero en el Islam no las encontr锓, dijo. “Ser cristiano significa la felicidad para mí.” Otro converso, Somaz, dijo: “En el islam, siempre ha vivido el miedo. Temor a Dios, temor al pecado, el miedo al castigo. Sin embargo, Cristo es un Dios de amor”.
80 refugiados musulmanes se convierten al cristianismo y son bautizados
“He buscado toda mi vida la paz y la felicidad, pero en el Islam no las encontré. Ser cristiano significa la felicidad para mí.”
Babajan dice que es conciente de que algunos refugiados no se convierten por verdadera convicción, sino porque a los cristianos conversos se les da mayor protección, ya que se enfrentarían a la muerte si regresan a sus países de origen. Con el fin de determinar quiénes son los verdaderos conversos, Babajan les pregunta cómo Cristo ha cambiado su vida. “Debido a que la fe cristiana ha cambiado la forma de pensar, la visión del mundo. “Si alguien me dice que por la noche puede volver a dormir o puede perdonar a un viejo enemigo, sé que en su corazón es cristiano”. “Hay tal vez 20 o 30 por ciento que realmente quieren escuchar el evangelio.”
Babajan llevó a cabo la ceremonia de bautismo en el parque de la ciudad de Hamburgo. Muchos refugiados se han convertido al cristianismo desde su llegada a Alemania.
FUENTE: Mohabat Noticias, Breaking Chistian News
No se preocupen… son sólo cuentos Sobre lo que es un cuento, el diccionario Larousse dice: Relato por escrito o verbal de sucesos inventados por el autor, especialmente para entretener y divertir a la gente. Una frase para reclamar veracidad es: “ No me vengas con cuentos”.
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Marcelo Laffitte Escritor y editor
eí un libro de cuentos que me impactó. Es un libro de cuentos evangélicos. Voy a tratar de resumir, en muy pocas palabras, solamente dos de ellos. Uno habla de una pequeña población donde la mitad de los habitantes asiste a la Iglesia Evangélica y la otra mitad es atea.
La mitad “religiosa” se pasa muchas horas en el templo oyendo de principios morales, de cómo ser mejores personas, mejores padres, mejores trabajadores. Usan también muchas horas para estudiar la Biblia y conocer qué dice Dios sobre la santidad, la excelencia, la solidaridad, la amabilidad, el amor. Tienen también una librería donde consumen gran cantidad de libros para saber mejor lo que hay que hacer para ir al cielo y para ser bendecidos en la tierra. Llaman la atención porque muchos no van ni siquiera al cine. Por supuesto tampoco a los bailes, no toman alcohol, no fuman, no comen morcilla (porque aluden a un pasaje del Antiguo Testamento que habla de no comer sangre)…
Los ateos, por el contrario, ni van a la iglesia, ni leen la Biblia, ni compran libros, van al cine, a los bailes, comen morcilla sin culpa… Pero en el diario vivir los evangélicos son los que más faltan al trabajo, los que cobran más caro, los que hacen peor las tareas, los que menos ayudan a los vecinos, los que no cumplen con su palabra, los que no pagan lo que deben… El cuento termina relatando que cuando la gente de las ciudades cercanas viene a este poblado a contratar gente para trabajar, la primera pregunta que les hace es: ¿Usted es religioso? Si la persona responde que sí, que es evangélica, es automáticamente desechada.
Otro cuento relata de un pastor, padre de familia, que pasa la mayor parte del tiempo de su vida “trabajando para el Señor”. Sus días son un verdadero frenesí de reuniones, predicaciones, viajes, campañas, planificaciones, programas de radio, libros que escribe… Muchas de sus predicaciones son brillantes exposiciones que dejan a la gente con la boca abierta. Entre esas conferencias las que más impactan a la gente son, por ejemplo: “Cómo tener una vida victoriosa por medio de la oración”; “Leer la Biblia cada día nos llena de luz”; “Cuidemos el mayor regalo de Dios: la familia”… Termina el cuento diciendo que
David, el pastor en cuestión, debería sumar una predicación más, que otorgaría valor a todas las otras. Debería predicar sobre el tema: “Hagan lo que yo digo y no lo que yo hago.”. Porque a David no le alcanza el tiempo ni para orar, ni para leer la Biblia, ni para estar con su familia. En realidad no le alcanza para nada. Menos mal que son sólo cuentos. y sabemos que los cuentos, generalmente, están muy lejos de la realidad.
FUENTE: Marcelo Laffitte