MUNDO
1 AL 15 DE FEBRERO 2013
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África: Mali, víctima de la invasión imperialista francesa POR redacción Opcion
La invasión de Francia a Mali, país del noroccidente de África, producida a inicios de enero, constituye una muestra más de las contradicciones y violenta disputa de las potencias imperialistas por el reparto del mundo. Usando el ya desgastado eslogan de “combatir la amenaza terrorista”, el imperialismo francés ha ocupado con más de 2500 soldados ese país del Oeste africano y por supuesto lo ha hecho con el apoyo de la ONU, y de potencias imperialistas como EE UU e Inglaterra. El presidente francés, Francois Hollande, ha señalado que su objetivo es “disipar la amenaza terrorista” y que la ocupación durará el tiempo que sea necesario, previendo que será necesario el incrementar el número de tropas a las ya presentes en ese territorio. En el mes de diciembre, vísperas de la invasión, dos partidos revolucionarios africanos: el Partido Comunista Revolucionario Voltaico (Burkina Faso) y el Partido Comunista de Benin, analizaron la situación y emitieron una declaración conjunta de la que a continuación reproducimos los aspectos más relevantes: “La crisis que golpea el sistema capitalista, la más grave desde 1929, agudiza la rivalidad entre las potencias imperialistas por el reparto del mundo; son contradicciones que se manifiestan particularmente en el continente africano, objeto de apetencias que cuentan nuevos pretendientes como China, India, Brasil… Desde el 2010, la subregión del oeste africano, particularmente la zona subsaha-
riana, es objeto de injerencias e intervenciones militares de las potencias imperialistas con el pretexto de «lucha contra el terrorismo», el bandidaje fronterizo, los narcotraficantes, etc. En realidad lo que está en juego para las grandes potencias es el reparto del mundo, y en este caso del continente africano, que tiene como objetivo el acceso al petróleo del Golfo de Guinea, del uranio de Níger, el oro y uranio de Mali y de los ricos materiales que abundan en la región, y de la energía solar, el cacao, café, entre otros recursos… La lucha de los imperialistas anglosajones (EE.UU. Gran Bretaña) y Francia, está orientada a frenar la penetración en la región por parte de China, India, Brasil… Las potencias imperialistas quieren impedir cualquier intento de protesta de las masas populares de Malí, sumidas en la miseria, que sufren la falta de libertad política y la represión ejercida por el poder corrupto que trata de aplastar cualquier movimiento revolucionario. La crisis político-militar de Malí se caracteriza por la caótica gestión mafiosa del régimen de ATT, la secesión del Norte del país y el golpe militar del Comité Nacional de Recuperación, Defensa y restauración del Estado (CNRDRE), del 22 de marzo de 2012; la ocupación-militar del Norte de Malí, en enero de 2012, por el MLNA, y los «dijadistes» (AQMI, Nasardo Dine, Mujao, Boko Haram, etc.). La crisis político-militar en Malí tiene graves consecuencias para los países vecinos, concretamente para Costa
de Marfil, Argelia, Níger, Burkina Faso, Mauritania, y el conjunto de los países de la subregión oeste africana, entre ellas: desestabilización de los Estados, incremento armamentista, masivos desplazamientos de poblaciones hacia el sur de Malí, y también centenares de miles de refugiados en los países vecinos. La crisis de Malí, aunque provocada bajo cuerda por las potencias imperialistas, particularmente Francia, tiene consecuencias locales y regionales amenazantes para los intereses del imperialismo, concretamente el francés, en Malí y la
región. De ahí las maniobras para preparar una intervención militar en Malí que llevarán a cabo las tropas de los países miembros de la CEDEAO y de la UA, con el apoyo logístico de las grandes potencias (EE.UU., Francia, Unión Europea), de la ONU y de la OTAN so pretexto de asegurar la transición, de «restablecer la vida constitucional», de «restablecer la integridad territorial de Malí» y de «luchar contra el terrorismo»…” Los mencionados partidos, a la vez de denunciar los intereses que se juegan en esta invasión, condenan a los po-
deres títeres que abrieron su territorio a las tropas extranjeras, que incluyen a Malí, Costa de Marfil, Burkina-Faso, Níger, Senegal, Mauritania. Particularmente la “política aventurera y criminal del clan mafioso Blaise Compaoré, que es un peligro para el proletariado y los pueblos de Malí”, de Burkina Faso y el conjunto de la región subsahariana, así como de Boni Yayi, presidente en ejercicio de la Unión Africana, portavoz de los agresores imperialistas franceses y estadounidenses, y ferviente partidario de la intervención militar en Malí.