Edición 951

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Editorial - San José: Maestro de la Oración

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Las virtudes, un camino de triunfo sobre el pecado

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Signos y símbolos de la Cuaresma - II Parte

Págs. 8-9

Periódico La Verdad DiocesisCucuta Emisora Vox Dei www.periodicolaverdad.com www.diocesisdecucuta.com www.emisoravoxdei.com Dirección: Calle 9 # 8-87 Barrio El Llano 607 572 4601 321 473 9175 321 473 8952 V A L O R $1,500 EDICIÓN 951 DOMINGO 3 DE MARZO DE 2024 | SAN JOSÉ DE CÚCUTA, NORTE DE SANTANDER, COLOMBIA | FUNDADO EN 1956
también
Fortalece nuestra fe MARZO Mt 1, 18-25 Haz tus pedidos de la separata de Semana Santa 2024 607 572 4601 321 473 9175 La grandeza en lo simple: Lecciones de san José para el mundo moderno

San José: Maestro de la Oración

CPor: Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta

elebramos en este mes de marzo la solemnidad de san José, Patrono de la Iglesia universal, de nuestra Diócesis, del Seminario Mayor, Menor y de varias instituciones de nuestra Iglesia Particular. En san José podemos mirar muchas virtudes, pero en este momento vamos a considerar a san José como maestro de la oración, de la vida interior, que nos pone en relación de amistad con Dios, que nos ama con amor de padre, ofreciéndonos siempre su perdón y su misericordia. El Evangelio nos presenta a san José en silencio, sin embargo, toda su vida es oración. Cada acción que realiza es manifestación de su vida interior en la cual habita solamente Dios. San José en actitud de oración supo contemplar el misterio del plan de Dios, que en Jesucristo, se hizo uno de nosotros para perdonarnos, redimirnos y llevarnos a la vida eterna.

muchos datos sobre san José, pero de un hombre justo, con un amor profundo por Dios, en el que predominó su decisión de hacer la voluntad Dios en todo momento, aunque no entendiera en el inicio el alcance de la misión que le era encomendada: “El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así: su madre María estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por la acción del Espíritu Santo. José su esposo, que

era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en secreto” (Mt 1, 18-19), manifestando aquí la incertidumbre en la que entró san José, pero con la serenidad que proviene de una vida interior en oración, resolvió su situación en el silencio y secreto de la contemplación.

Sin embargo, como avanza el Evangelio: “Después de tomar esta decisión, el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. Cuando José se despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado” (Mt 1, 20-24).

Con esta actitud podemos ver en san José a un hombre justo que vivió su -

te de la Palabra de Dios, acudiendo a la oración, a la escucha orante de su Palabra y a los enviados del Señor para discernir, hacer y amar la voluntad de Dios. Para llegar a esta serenidad y armonía de su existencia, aún

activo como carpintero, pero en un clima de profunda contemplación, que lo ponía en contacto con la gracia de Dios desde el silencio interior que lo caracterizaba y recibiendo la fuerza necesaria de lo alto para renunciar a su propia vida y asumir la vida de Dios en él. Así lo expresa el Papa San Juan Pablo II en Redemptoris Custos (Custodio del Redentor):

de la ley escuchándolos y haciéndoles preguntas (Cf. Lc 2, 46-49).

“San José enseña la sumisión a Dios, como disponibilidad para dedicar la vida de tiempo completo a las cosas que se refieren al servicio de Dios”.

de toda su existencia a las exigencias de la venida del Mesías a su propia casa, encuentra una razón adecuada en su insondable vida interior, de la que le llegan mandatos y consuelos singularísimos, y de donde surge para él la lógica y la fuerza -propia de las almas sencillas y limpias- para las grandes decisiones, como la de poner enseguida a disposición de los designios divinos su libertad, su legítima vocación conyugal, aceptando de la familia su condición propia, su responsabilidad y peso, y renunciando, por un amor virginal incomparable, al natural amor conyugal que la constituye y alimenta” (RC 26).

En san José todos encontramos la enseñanza que vida contemplativa y activa no están en oposición, sino que se complementan por: el amor pleno, la verdad, la profunda contemplación, el amor pleno y por la caridad, que se obtiene por el trabajo diario, en el servicio a los hermanos sin esperar nada a cambio. Entregando la vida por todos, como lo hizo también la Santísima Virgen María, al dar el sí a la voluntad de Dios cuando recibió el anuncio del ángel, que iba a ser la madre del Salvador.

Cruz, tuvo una profunda vida interior, es decir, una presencia permanente del Espíritu Santo de quien se dejaba iluminar día a día, en esa búsqueda del querer de Dios para realizarlo en una vida sencilla, humilde y entregada totalmente al servicio de su Palabra.

Vivió su día a día en un trabajo

Desde el primado de la gracia de Dios y de la vida interior en cada uno, san José enseña la sumisión a Dios, como disponibilidad para dedicar la vida de tiempo comservicio de Dios, logrando hacer su voluntad, desde el ejercicio piadoso y devoto a las cosas del Padre Celestial, que ocupaban el tiempo del niño Jesús, desde que estaba en el templo en medio de los doctores

Glorioso Patriarca San José nos ayude a todos nosotros a ponernos en camino, dejando que la Palabra de Dios sea nuestra luz, para que así, encendido nuestro corazón por ella (Cf. Lc 24, 32), podamos hacer profesión de fe en el Señor diciendo: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29),cado digamos con fervor “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15, 39) y en actitud de oración profunda, vayamos en salida misionera a transmitir la fe vivida desde nuestro corazón.

En unión de oraciones, reciban mi bendición.

Impresión

Vanguardia Liberal

2 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024 Editorial
Presidente Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta Director Pbro. Diego Eduardo Fonseca Pineda Equipo de Redacción C.S. Laura Alejandra Tapia Hernández Pbro. Jesús Alonso Rodríguez Veloza Diác. Héctor Gabriel García Torres Sem. Hernán Lizcano Sanabria Diseño y diagramación Harold Antonio Castellanos Mojica Fotografía CCDC / Internet Tel.: 607 572 4601 - Cel.: 321 473 8952

Vida Pastoral

Reinauguración y bendición de las oficinas del Tribunal Eclesiástico Diocesano

El pasado sábado 17 de febrero a las 9:00 a.m., en el segundo piso del Centro Comercial Plaza, ubicado en la avenida cuarta con calle diez, fue reinaugurado el Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Cúcuta, que desde hace varias semanas estaba en un proceso de remodelación de sus instalaciones físicas. Después de más de siete años de funcionamiento, ofreciendo acompañamiento pastoral a las parejas a quienes su matrimonio no les funcionó, se hizo necesario ampliar el lugar para continuar prestando la atención debida a las personas que se acercan allí, con la esperanza de encontrar alguna solución canónica y pastoral a la situación de su matrimonio.

nas inició con unas palabras del presidente del Tribunal, el presbítero Alexander Perutty quien explicó que la función de este lugar es: “Prestar un servicio pastoral de acompañamiento a las parejas que fracasaron en su matrimonio, y a su vez que puedan sanar sus heridas”; también mencionó las palabras que el Santo Padre dirigió a los auditores del Tribunal de la Rota Romana este año: “Justicia, verdad, misericordia y caridad, se hace con un discernimiento a fondo, de rodillas y en oración” por ende “los jueces o los que trabajan en los tribunales si no pueden o no saben rezar, es mejor que vayan a buscar otro trabajo” y concluyó el Papa Francisco con la misión que tienen las personas que trabajan en dichos lugares: “Acompañar y comprender la verdad sobre el matrimonio y a partir del ‘motu proprio’ Mitis Ideux Dominus Iesus, mantener celeridad en los procesos, para que el discernimiento con la luz y fuerza del Espíritu Santo pueda tener resultados”.

Posteriormente se procedió a la bendición de Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, quien expresó que: “Al mejorar las

pastoral que desde allí se realiza, y además la justicia que aquí se imparte en los procesos que se adelantan, debe estar siempre inspirada por la oración y la contemplación del Santísimo Sacramento de la Eucaristía” enseñándonos que la oración y cercanía con Dios es lo que nos diferencia de las organizaciones: “Si no hay oración en nuestro trabajo pastoral, terminamos con solo acciones buenos, como una ONG, pero no apostólicas”.

Monseñor Oscar Urbina Ortega, arzobispo emérito de Villavicencio, quien estuvo presente en el lugar, expresó su alegría al saber que va progresando el trabajo pastoral que cada uno de ellos rea-

comunidad y sobre todo para que las personas que tienen problemas a nivel intrafamiliar: que los bautizados“sientan la presencia y la compañía de nosotros, que es como la de Jesús, compasiva,

autentica para ayudarlos”, puntualizó.

En el lugar también se hizo presente el Consejo de Gobierno de la Diócesis, delante de quienes Monseñor Garcés aprovechó para agradecer a laicos y sacerdotes que diariamente prestan allí su servicio.

¿Qué servicio presta el Tribunal Diocesano?

Los tribunales eclesiásticos fueron creados para acompañar los diferentes procesos de justicia en la Iglesia y en el año 2015 el Papa Francisco a través de una ley pidió a estos, celeridad para los trámites de nulidad matrimonial. En 2016 el tribunal de la Diócesis de Cúcuta inició sus labores, encargándose principalmente de brindar asesoría en los procesos matrimoniales que fracasan, revisando cada caso y estudiando el proceso pertinente, para proceder con los trámites debidos de nulidad sacramental.

Se establece una ruta de atención para llegar a la última instancia que es en estos casos es el Tribunal Eclesiástico. Como primer paso en estos trámites, se debe acudir al párroco de la comunidad a la que se pertenece, ya que es la persona que mejor los conoce y es él quien dictamina si se debe iniciar este proceso de nulidad; seguidamente se acude al tribunal en donde se redacta la demanda y se espera que en menos de un año se tenga un respuesta favorable o desfavorable a dichos procesos.

Para mayor información comunicarse al 321 473 9195

tribunal ubicadas en la Av. 4 con calle 11, Centro Plaza (segundo piso) en horarios de: 8:00 a.m. a 12 m. y 2:00 a 5:30 p.m.

3 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024
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Encuentro

de formación de los ministros de comunión Inician los retiros kerigmáticos para los agentes de pastoral

El pasado sábado 17 de febrero desde las 2:00 p.m. se reunieron en la Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, del barrio san Luis, los ministros extraordinarios de la comunión para comenzar con esta primera parte de la formación que recibirán como servidores de nuestras comunidades parroquiales.

Dicho encuentro inició con la Santa Misa, la cual estuvo presidida por el presbítero Clement Jaimes Sepúlveda, delegado de la comisión litúrgica y tras culminar la celebración se dio paso a la charla formativa sobre el papel que desempeña el ministro y su responsabilidad de la presencia real de Cristo a los enfermos.

Los coordinadores de los EPAP se reunieron para fortalecer el anuncio de la Palabra del Señor

En la mañana del pasado sábado 24 de febrero, se reunieron los coordinadores de EPAP de cada una de las comunidades parroquiales de esta Iglesia Particular, a partir de las 8:30 a.m. en el salón de la parroquia Cristo Resucitado, en el barrio Niza. El objetivo del encuentro fue el de fortalecer la espiritualidad de los agentes pastorales que ayudan a coordinar el trabajo de evangelización, y asimismo, motivarles para que continúen en la entrega que realizan a través del

anuncio del Evangelio.

Los delegados de la vicaría de pastoral los presbíteros: Daniel Alejandro Bolívar y Jairo Alfonso Navarro, junto a los seminaristas, insistieron en fortalecer el Proceso Evangelizador de la Iglesia Particular (PEIP), de manera que motiven a más personas a vincularse con en los diversos grupos y movimientos, para aportar al trabajo pastoral.

El pasado viernes 23 de febrero, más de 35 agentes de pastoral de la Vicaría Rural de nuestra Diócesis de Cúcuta, se dirigieron a las instalaciones de la Casa de Encuentros El Tabor, en el municipio de Chinácota, para vivir el retiro kerigmático que culminó el domingo 25; y que durante este año la comisión de espiritualidad del PEIP, va a estar ofreciendo a los animadores de la evangelización de todas las parroquias de la Iglede profundizar en el conocimiento de Jesucristo y por ende, en su seguimiento a través del Proceso Evangelizador.

Desde diversas metodologías, sementales de la vida cristiana como los son: Jesucristo, la Eucaristía, el perdón, el discipulado; se vivió la fe y se compartieron los distintos testimonios que los agentes pastorales han vivido a lo largo de los años de servicio en sus comunidades parroquiales.

Seis personas junto al padre William Elías Gélvez, conforman el equipo de espiritualidad del PEIP que estarán impactando desde la fe y la espiritualidad a quienes, desde sus parroquias, deseen participar.

Los

Viacrucis de Cuaresma

4 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024 Vida Pastoral
pasados viernes 16 y 23 de febrero, se vivieron los dos primeros viacrucis de este Tiempo de Cuaresma. El primero fue desde la comunidad parroquial Ave María, ubicada en el barrio El Páramo; y el segundo, desde la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ubicada en el barrio El Contento. Allí los Medios de Comunicación estaciones meditando la Pasión del Señor.

Encuentro de las Comunidades Eclesiales Misioneras

LOGÍSTICA

Para el desarrollo del encuentro, tener presente las siguientes indicaciones:

Invitar a los vecinos al encuentro. Ambientar el lugar con el lema del mes.

Preparar un atril con la Palabra de Dios.

Pedir a los vecinos que lleven una imagen de san José.

Sacar copias con los cantos y oraciones del encuentro. Los bautizados de la Diócesis de Cúcuta se reúnen en las distintas comunidades eclesiales misioneras y propician un encuentro con Jesucristo, en la experiencia comunitaria y en la Palabra de mes de marzo: “Tú eres el Cristo, fortalece nuestra fe”.

OBJETIVO

Te necesitamos, oh Redentor nuestro, para descubrir nuestra miseria y remediarla; para tener el concepto del bien y del mal, y la esperanza de la santidad; para deplorar nuestros pecados y obtener el perdón. Te necesitamos, oh hermano primogénito del género humano, para volver a encontrar las razones verdaderas de la fraternidad entre los hombres, los fundamentos de la justicia, los tesoros de la caridad y el sumo bien de la paz.

Te necesitamos, oh gran paciente de nuestros dolores, para conocer para darle valor de expiación y de redención. Te necesitamos, oh vencedor de la muerte, para librarnos de la desesperación y de la negación, y para tener certezas que no fallen jamás. Te necesitamos, oh Cristo Señor, Dios con nosotros, para aprender el amor verdadero y caminar con el gozo y la fuerza de tu caridad a lo largo del camino de nuestra vida contigo, amado, esperado, bendito por los siglos. Amén (San pablo Vl).

DESARROLLO DEL ENCUENTRO

Invocación

Trinitaria: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo: Amén.

Cantos: hoy perdóname.

Oración a Cristo (Esta oración se realizará al iniciar todos los encuentros del año).

Oh Cristo, único mediador nuestro: te necesitamos para entrar en comunión con Dios Padre; para llegar a ser hijos adoptivos suyos contigo que eres su Hijo único y Señor nuestro; para ser regenerados en el Espíritu Santo. Te necesitamos, oh único y auténtico maestro de las verdades recónditas e indispensables de la vida, para conocer nuestro ser y nuestro destino, así como el camino para alcanzarlo.

LEMA DEL MES

“Tú eres el Cristo, fortalece nuestra fe”. (Repetir varias veces y preguntarle a la gente qué le dice el lema).

Nuestra Iglesia Particular de Cúcuta durante todo este año se propone profundizar en el proceso evangelizador y suscitar una experiencia de encuentro con Jesucristo, que es el centro de nuestra fe y el que nos llama a la conversión en este Tiempo de Cuaresma. Durante el mes de marzo pedimos a Dios la gracia de una fe fortalecida con fundamento en la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, quién nació de María Santísima y creció en fe, gracia y sabiduría bajo los cuidados de San José y Nuestra Señora.

Canto al Espíritu Santo

ILUMINACIÓN BÍBLICA

Mt 1, 18 - 25

La generación de Jesucristo fue de esta manera: su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta: vean que la Virgen María concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel,

nosotros’. Despertado José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús.

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

PARA REFLEXIONAR

(El moderador motiva a los participantes a responder los siguientes interrogantes).

¿Qué frase le llama la atención del texto leído?

¿Qué relación hay entre el lema del mes y el texto bíblico?

hoy?

¿Cuáles enseñanzas claves se destacan de la actitud interior de san José y en que nos ayudan para fortalecer la fe?

REFLEXIÓN

Creer requiere un profundo y con-

vencido acto interior de fe tal como sobresale en san José, cuyos gestos y acciones orienta al cristiano a ser

vida cotidiana. En este mes de mar-

nuestra Diócesis e Iglesia universal; que nos atraiga su modo de realizar

de una vida de oración, silencio, virtudes y sobre todo resolución (Cf. Patris Corde, 7) para responder como su esposa a lo encomendado por el buen Dios.

Su profunda convicción y radical entrega le permitió ser padre y esposo en disposición total y entrega incondicional al propósito de Dios, quien le encomienda el servicio de la paternidad, colaborando así en el profundo misterio de la redención. Por consiguiente, corresponde al cuidado y protección del Salvador con gestos y acciones que forman parte de la vida familiar de Jesucristo: su nacimiento, la circuncisión, la presentación de Jesús en el Templo. Esto indica que san José hace de su vida una entrega total de sí mismo, dedicando no solo su existencia, sino también su labor incansable. Ahora bien, transforma su vocación humana de amor en el ámbito doméstico en una ofrenda sublime, ardua y sobrehumana, entregando su corazón y desplegando todas sus capacidades para amar al servicio del Mesías que ha nacido en su propio hogar amándolo con verdadero corazón de padre (Cf. Patris Corde, 7).

De esta manera el Evangelio de hoy nos conduce a discernir una respuesta en armonía con la voluntad divina. A través de los sueños, José recibió la revelación de su misión y guiado por la fe siguió los caminos trazados

la elección divina al ser designado como el padre de su Hijo. Por ende, este relato nos guía a acoger con apertura todo lo que la vida nos presenta, incluso cuando resulta difícil comprender plenamente. La historia de José nos presenta su testimonio, destacando que solo a través de la fortaleza de la fe, que emana del Señor, podemos abrazar la totalidad de la vida, dando espacio incluso a aquellas facetas contradictorias, inesperadas y decepcionantes de nuestra existencia

5 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024 Grupo Eclesial

TRABAJO EN GRUPO

(Cf. Patris Corde, 4). Tomemos hoy la resolución que al igual como María y José que en cada circunstancia de sus vidas pronunciaron su «FIAT» nos hagamos conscientes de la misión encomendada con una fe cada día más fortalecida. (El moderador organiza tres grupos y a cada uno les entrega uno de los “tres pasos que necesitas poner en práctica cuanto antes para fortalecer tu fe” para que lo lean y lo socialicen)

Todos como cristianos en algún momento de nuestra vida hemos visto nuestra fe disminuida. Al pasar por algún mal momento, algún problema que agobia, o situaciones adversas en las que parece no haber salida. Podemos sentir que nuestras oraciones no son escuchadas, que Dios se hace el de los oídos sordos a nuestras peticiones e incluso pensar que nos ha dejado de lado.

Lo más importante es saber que Dios nunca nos abandona. Él nos regala el don de la fe, que necesita ser alimentada para que vaya creciendo en nosotros y que es dada a quien se lo pide de corazón. «La fe puede ser puesta a prueba. El mundo en que vivimos parece con frecuencia muy lejos de lo que la fe nos asegura; las experiencias del mal y del sufrimiento, de las injusticias y de la muerte parecen contradecir la buena nueva, pueden estremecer la fe y llegar a ser para ella una tentación» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 164).

Hay tres pasos fundamentales que podemos seguir para alimentar nuestra fe y hacerla crecer día a día:

1. La oración: es mediante la oración que nos comunicamos con nuestro Padre. Aunque Él conoce bien lo que necesitamos, siempre gusta de escucharnos y saber lo que nuestro corazón tiene para ofrecer. Es mediante la oración que podemos pedir con humildad y constancia que aumente nuestra fe, que nos haga fuerte en las pruebas y nos libre del desánimo y la desesperanza. «¡Señor, creo, pero aumenta mi fe!» (Mc 9, 14-29).

Nuestra fe se alimenta principalmente de la oración y de la Palabra de Dios.

En toda oración está presente el Espíritu Santo, pidámosle a Él que nos enseñe a orar y a ser perseverantes. Debemos recurrir a la Palabra de Dios en espíritu de oración y hacer todo lo posible por aplicarla en nuestra vida diaria y hacerla alimento permanente que nos permita tener la fuerza que necesitamos para poder vivir.

2. La Eucaristía: ¿Cómo alimentamos nuestra fe si no nos alimentamos del mismo Cuerpo de Cristo? Los sacramentos son signos visibles del amor de Dios, a los que se nos llama a participar para nutrir nuestra fe. Mediante la Reconciliación recibimos siempre el perdón de Dios y recibimos la gracia que nos ayuda a fortalecer nuestra fe.

«En la Eucaristía Jesús alimenta nuestra fe, esperanza y caridad. Nu-

dejarse guiar por Él y esto se traduce en recibir a Jesús en el lugar del propio «yo», de modo que el amor gratuito recibido de Cristo en la comunión eucarística por obra del Espíritu Santo, alimenta nuestro amor por Dios y por los hermanos y hermanas que encontramos en el camino de cada día» (Papa Francisco).

3. La vida en comunidad: para alimentar nuestra fe necesitamos la ayuda de otros. Acompañarnos los unos a los otros en este camino de fe, iluminado por la Palabra de Dios, la oración y fortalecida por los sacramentos. La fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo.

«Nadie se ha dado la fe así mismo, como nadie se ha dado la vida así mismo. El creyente ha recibido la fe de otro y debe trasmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de otros, y por mi fe contribuyo a sostener la fe de los otros» (CIC, n. 166).

R/. Desde tus silencios nos hablas san José, fortaleciendo nuestra fe.

Con tu silencio como respuesta y con tus pisadas, suaves y humildes, nos muestras el camino de la fe. Con tu silencio, obediente y puro, hablas, más que con palabras, con tus propias obras.¡Sí, José!

R/. Desde tus silencios nos hablas san José, fortaleciendo nuestra fe.

Acercarse a tu pecho es sentir el rumor de Dios saber que, en la soledad y en la prueba, es donde se demuestra la grandeza que presumimos la verdad o la mentira de lo que somos. Nadie como Tú, José, habló tanto en imperceptibles palabras:

Tu vida fue un canto a la obediencia Tu caminar se convirtió en letra impresa, Tu sendero marcó un antes y un después para los que, como Tú, queremos seguir dejando huella.

R/. Desde tus silencios nos hablas san José, fortaleciendo nuestra fe.

Desde la bondad, frente a tanto odio; desde la fe, ante las dudas que nos rodean; desde el silencio, cuando el ruido nos atenaza; desde la responsabilidad, cuando caemos bajo el peso de nuestras fragilidades.

R/. Desde tus silencios nos hablas san José, fortaleciendo nuestra fe.

En sueños que mirando al cielo, se convierten en destellos divinos; en sueños que mirando a la tierra, nos empujan a ser decididamente rectos; en sueños que en las noches oscuras, disipan preocupaciones y horas amargas.

R/. Desde tus silencios nos hablas san José, fortaleciendo nuestra fe.

Sin elocuencia, pero con la verdad de tu vida. Sin ruido, pero con la decisión de tu cayado. Sin, subidas o bajadas de ángeles, pero con los pies en la tierra. Sin riqueza en tu hogar ni monedas en tu túnica, pero con el tesoro inmenso de tu fe sin límites.

¡Sí! ¡Así nos hablas, José!

Toda tu vida es páginas por escribir de alguien que ya habló con su propia existencia. Amén.

R/. Desde tus silencios nos hablas san José, fortaleciendo nuestra fe.

Autor: Gabriel González del Estal Padrenuestro; Ave María y gloria

COMPROMISO

Participar del próximo encuentro y apoyar la acción pastoral de la parroquia.

El Señor nos bendiga y nos guarde y nos lleve la vida eterna. Amén.

Nos hablas José (se pide a los participantes tener una imagen de san

6 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024 FELIZ CUMPLEAÑOS DEL 16 AL 29 DE FEBRERO DE 2024 ANIVERSARIOS 25. José Rodrigo Bermúdez Pineda 19. Ramón Elías Rojas Gutiérrez 27. Ruber Carrero López 28. Víctor Eduardo Saravia Castellanos 21. José Elver Rojas Herrera 23. Álvaro Antonio Gutiérrez Buitrago 20. José Vicente López Mogollón 20. Leonardo Mendoza Gélvez Grupo Eclesial
FINAL
ORACIÓN

Y con eso recordamos que somos parte de su familia si escuchamos y cumpli mos su Palabra. Este pasaje del Evan gelio que ilumina este mes de marzo, donde a través de la contemplación del

pedimos que fortalezca nuestra fe y lo hacemos con el ejemplo de san José, nuestro padre y patrono. Abrirnos al don de la fe, en el anuncio explícito de la Buena Nueva y de la construcción de comunidades más participativas, en comunión y en salida misionera.

fuerte estandarte, y con él elevaremos

nuestra fe’. Lo viviremos a través de acciones que durante este año 2024 como año de la oración, nos llevarán a establecer estas nuevas relaciones, por la conversión personal y pastoral, con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con el mundo en que vivimos.

El mes de marzo está enriquecido por el Tiempo de la Cuaresma, tiempo en el cual, a través de la penitencia, la oración y la caridad nos preparamos convenientemente para la mejor celebración del Misterio Pascual. Por tanto, el crecimiento pastoral en nuestra

MARZO Fortalece nuestra fe Mt 1,

18-25

Avanzando en nuestro proceso de evangelización como Diócesis de Cúcuta entendemos y comprendemos que la evangelización es tarea de la Iglesia, es decir, como Pueblo de Dios que peregrina en esta Iglesia Particular, conscientes de nuestra realidad social y pastoral, avanzamos en nuestro caminar, y durante este mes viviremos el compromiso evangelizador fortaleciendo nuestra identidad como discípulos misioneros, conscientes de que hemos sido enviados por Jesucristo para ser sacramento de salvación, por medio de las acciones evangelizadoras con las cuales colaboramos como instrumentos de gracia divina en la transformación de la sociedad.

Este es un tiempo propicio en el cual como Iglesia diocesana realizamos la misión diocesana. Esta se plantea en tres momentos: pre-misión, misión y pos-misión. La misión es una forma concreta de responder al mandato del

cer nuestra fe, sino como Iglesia anunciarla, para fortalecer la fe de nuestros hermanos y suscitarla en aquellos que se han alejado.

“Quienes, con la ayuda de Dios, han acogido el llamamiento de Cristo y han respondido libremente a él, se sienten por su parte urgidos por el amor de Cristo, anunciar por todas partes en el mundo a la Buena Nueva. Este tesoro recibido, los apóstoles, ha sido guar-

transmitirlo de generación en generación, anunciando la fe, viviendo en la comunión fraterna y celebrándola en la liturgia y en la oración” (cfr. Hch 2, 42).

La misión que estamos llamados a vivir es la base de las etapas de la evangelización que el directorio general para la catequesis nos ilustra en la transmisión del primer anuncio del Evangelio o predicación misionera para suscitar la fe; búsqueda de razones para creer, experiencia de vida cristiana: sacra-

mentos comunidad eclesial: testimonio apostólico y misionero, como lo dice el Catecismo de la Iglesia Católica n. 3. -

ca nuestra fe, le estamos pidiendo que esté siempre centrada en su Palabra y en la experiencia de vida comunitaria. Dicha experiencia encuentra su eco más profundo en el caminar juntos, para ello como Iglesia diocesana viviremos una experiencia de comunión en la marcha del perdón, que tiene por título: “Tú eres el Cristo, concédenos tu perdón” con esta experiencia queremos seguir expresando nuestra fe en defensa de una sociedad reconciliada en el amor de Cristo.

La marcha del perdón busca que como Iglesia expresemos nuestra fe y proclamemos el Evangelio de Jesucristo que nos llama a la reconciliación. También nos convoca para que en este caminar podamos salir al encuentro de Jesucristo a través del perdón y la reconciliación.

Los invito queridos hermanos a fortalecer nuestra fe, en la vivencia sacramental, y la escucha de su Palabra, en la oración personal y comunitaria, pero sobre todo en el encuentro con los hermanos más necesitados, para que a través de la caridad, podamos hacer crecer el Evangelio en el corazón de todos. Tú eres el Cristo, fortalece nuestra fe.

7 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024
Cel.: 322 891 6769 El Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta (CCDC) ofrece el servicio de Trámite de Partidas en Colombia para: de DISEÑAMOS TRANQUILIDAD Y BIENESTAR TRABAJAMOS POR LA EXCELENCIA -
Por: Pbro. Daniel Alejandro Bolívar Castaño, vicario de pastoral y párroco de Santa Teresa de Calcuta.

En medio de la historia sagrada, hay un hombre cuya presencia a menudo se pasa por alto, pero cuyas virtudes trascienden en el tiempo. Imagina a un humilde carpintero, enfrentando desafíos extraordinarios con una fuerza silenciosa y una fe inquebrantable. Ese hombre es san José, cuya vida nos enseña lecciones perdurables sobre la fortaleza, la dedicación y el amor incondicional.

En un mundo lleno de falsos modelos, su mensaje es tan fuerte que logra llegar a todas las edades pasando por alto las verdades del Evangelio. La sabe contraponerse al sistema moderno, que va más allá de cualquier época; un hombre que no se le conoce una sola palabra, pero su vida fue tan dinámica y laboriosa que hizo mucho ruido en el cielo, que estremece con insurgencia al bullicio y se antepone a los que quieren siempre vender su imagen y ser vistos por los demás.

SAN JOSÉ: EL ARQUETIPO DEL LÍDER SERVIDOR

la fuerza bruta, la riqueza o el reconocimiento público? O quizás, ¿es la

silencioso por el bien de los demás? En el caso de san José, la respuesta es clara. Su vida encarna virtudes que trascienden el tiempo y que hoy más que nunca necesitamos recordar y ce-

lebrar.

Todos hemos sido llamados por Dios para ser pastores, líderes de una parte del redil; ya sea en el hogar, nuestro trabajo, nuestra profesión o a la vocación que se nos fue dada. Sin embargo, ¿qué debo hacer para ser un buen líder? El gran fraile capuchino, conocido como el Santo de los Estigmas, san Pío de Pietrelcina dijo una vez: “San José, con el amor y la generosidad con que guardó a Jesús, así también guardará tu alma, y como lo defendió de Herodes, así defenderá tu alma del Herodes más feroz: ¡el diablo! Todo el cariño que el Patriarca san José tiene por Jesús, lo tiene por ti y siempre te ayudará con su patrocinio”; con esto, san Pío nos evoca la idea de lo que es un verdadero líder, que aunque con impedimentos y adversidades -supo guiar porque se dejó guiar-, entendió qué hacer porque, supo escuchar; enfrentó con valor los obstáculos, ya que

Dios.

Continúa diciendo el fraile: “Él te librará de la persecución del malvado y orgulloso Herodes, y no permitirá que tu corazón se separe de Jesús. ¡Ite ad Ioseph! Acude a José con exsanta Teresa de Ávila, no recuerdo haberle pedido nada a san José sin haberlo obtenido de buena gana”. De esta manera, siguiendo las enseñanzas de san José se entiende que solo en la recompensa, se llega a ser un líder al servicio de los demás.

La Leccionesgrandeza de san José para

SAN JOSÉ: Y EL PODER DEL SILENCIO

El Evangelio de san Mateo 2, 14, dice que :“Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto”. San José fue en toda la Escritura, un hombre de acción, aun-

santo, nos expone en gran medida su dinamismo, enseñándonos a actuar movidos antes por el saber escuchar -

cir nada y muchas veces nos cuesta más el silencio interior, pues es en el interior donde cargamos con voces que nos incitan a un activismo sin re-

que no nos proporciona antes una consideración de nuestros actos.

Llenos de inmediatez, con el anhelo de conseguir todo “ya” y de la manera “más fácil”, el ser humano ha perdido la capacidad de razonar por sí mismo, de interiorizar y escuchar en silencio la voz del Espíritu Santo que nos indica siempre el camino que conduce a la voluntad del Padre. A cambio de eso, hemos abierto el oído interior (del alma) y el oído exterior, a aquello que nos genera meramente placer, que alimenta nuestro ego y nos conduce a una cultura del YO; nos olvidamos de Dios, pero también del que está más próximo, para dar y soberbio.

“Nos enseña lecciones perdurables sobre la fortaleza, la dedicación y el amor incondicional”.

San José aceptó todo por amor y al igual que María, en cada circunstancia de su vida pronuncia también su «FIAT». San Juan Pablo II nos expresa que él [san José]: «Aceptó como verdad proveniente de Dios lo que ella ya había aceptado en la anunciación… Cuando Dios revela hay que prestarle “la obediencia de la fe”, por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios, prestando a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad y asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por él» (Redemptoris custos II).

incondicional? ¿a qué le llamamos amor? La felicidad no está en las cosas que hacemos, sino en el amor con lo que hacemos cada cosa. Cuando José aceptó a María por esposa (ref. Mt 1, 19-20) la aceptó con todo lo que implica ser también padre adoptivo del Mesías, esposo de la más pura y humilde de todas las criaturas y el custodio de los más grandes tesoros de Dios. En efecto, José amó tan incondicionalmente a su esposa y a su hijo porque estaba desbordantemente

8 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024
Especial
INCONDICIONAL
SAN JOSÉ: MODELO DE UN AMOR

en lo simple: para el mundo moderno

lleno del amor de Dios. Lo que nos lleva a cuestionar ¿de qué manera estoy amando? y ¿por qué me cuesta tanto amar? san Juan en sus cartas nos da respuesta a todo esto cuando dice: “Nosotros amemos, porque Él nos amó primero” (1 Jn 1, 19). Sabremos amar en la medida en que nos dejamos amar por Dios. Su amor, no es un premio o una recompensa por nuestras acciones, no es meritorio, no es exclusivo. El amor que Dios nos tiene a cada uno es un amor particular, un amor que solo sabe contar hasta uno, no es algo que se gana pues no hay nada que hagamos para que Dios nos ame menos. San José entendió bien esto, se dejó amar por Dios y su amor

fue tan dilatado que Dios no resistió en escogerlo a él para salvaguardar en sus brazos la vida de María y Jesús. Este querido santo nos enseña hoy que para amar incondicionalmente hay que dejarnos amar primero por Dios, solo eso nos dará la fuerza y la valentía necesaria para llevar a cabo nuestros deberes y para vivir en armonía con los que están cerca.

SAN JOSÉ: EJEMPLO DE OBEDIENCIA Y FE

El Padre le quiso manifestar a José, así como a María, su voluntad y les reveló su plan. En él lo hizo por medio de sueños. Cuando José pensó en repudiar a María en secreto (Mt 1, 19) en su corazón se descubre un gran dilema, uno que luego es socorrido por el ángel cuando le dice: “No temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1, 20-21).

Al terminar el sueño, su respuesta fue instantánea: “Cuando José despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado” (Mt 1, 24). No se detuvo a considerar lo que el Señor le había revelado, no cuestionó su Palabra ni dudo un segundo de la misión a la que Dios lo llamaba. Su respuesta nos enseña cómo debe ser la nuestra, pues con ella supo obedecer superando su drama y salvando a María. De la misma manera, lo hizo siempre, pues en Belén cuando los acechaba Herodes con intenciones de acabar con la vida de su Hijo, el ángel nuevamente en sueños le impera: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y huye a Egipto; quédate allí hasta que te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo” (Mt 2, 13). José no es-

tólica Patris Corde que: “En cada circunstancia, José supo pronunciar su y Jesús en Getsemaní”. Añade, lo que para Jesús: “José, en su papel de cabeza de familia, enseñó a Jesús a ser sumiso a sus padres, según el mandamiento de Dios (cf. Ex 20, 12). En la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre. Dicha voluntad se transformó en su alimento diario (cf. Jn 4,34). Incluso en el momento más difícil de su vida, que fue en Getse-

Padre y no la suya propia y se hizo «obediente hasta la muerte […] de cruz»” (Flp 2, 8).

De esta manera, así como José con una fe inquebrantable aceptó los deseos de Dios, Jesús también quiso aprender sometiéndose en obediencia a las enseñanzas de José. Dicho de otra manera, el ejemplo que José nos da, debe servirnos para no temer a lo que Dios pide de nosotros, dispuestos para escuchar y prontos para responder.

El santo sacerdote conocido por su especial devoción a María y a Jesús Eucaristía, fundador de la comunidad religiosa de los redentoristas, san Alfonso María de Ligorio dice que: “El santo ejemplo de Jesucristo, quien, mientras estuvo en la tierra, honró tanto a san José y fue obediente a él

con la devoción a este santo”, agrega “No hay duda al respecto: así como Jesucristo quiso estar sujeto a José en la tierra, así hace todo lo que el santo le pide en el Cielo”.

«Al haber he-cio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa». La paternidad de José como su matrimonio con María, estuvo sujeta por la ternura y la entrega total de sí mismo. Jesús vio la ternura de Dios en José: «Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por quienes lo temen» (Sal 103, 13).

En una sociedad que nos enseña laculina ante los deberes conyugales y paternos, José se opone como ejemplo de esposo y padre. Aprendiendo de él entenderemos lo que conlleva amar y servir en la iglesia doméstica, es decir

este artículo, elevemos juntos la siguiente súplica a nuestro querido padre san José diciendo juntos con fe y devoción:

Enséñanos, José, cómo se es “no protagonista”, cómo se avanza sin pisotear, cómo se colabora sin imponerse, cómo se ama sin reclamar. Cómo obedecer sin rechistar, cómo ser eslabón entre el presente y el futuro, cómo luchar frente a tanta desesperanza, cómo sentirse eternamente joven. Dinos, José, cómo se vive siendo “número dos”, cómo se hacen cosas fenomenales desde un segundo puesto. Cómo se sirve sin mirar a quién, cómo se sueña sin más tarde dudar, cómo morir a nosotros mismos, cómo cerrar los ojos, al igual que tú, en los brazos de la buena Madre. Explícanos cómo se es grande sin exhibirse, cómo se lucha sin aplauso, cómo se avanza sin publicidad, cómo se persevera y se muere uno sin esperanza de un póstumo homenaje, cómo se alcanza la gloria desde el silencio, cómo se

le da.

El Papa nos explica en su carta apos-

SAN JOSÉ: VERDADERO PADRE Y ESPOSO

En una de sus homilías, el Papa san

Dínoslo, buen padre José.

9 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024 Especial

El camino cristiano, iniciado formalmente en el bautismo, está expuesto y asediado constantemente por el pecado en todas sus formas y propuestas. El pecado es la transgresión voluntaria de la ley divina o de alguno de sus preceptos; “una falta contra la razón, la verdad y la conciencia recta; una falta de amor para con Dios y el prójimo” 1

Dentro de la rica y larga tradición bíblica y de la Iglesia, encontramos algunas listas que distinguen o enmarcan los pecados. San Pablo, en su carta a los Gálatas, recoge la fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, ambición, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras y comilonas como “obras de la carne”, advirtiendo que, quienes las practican, “no heredarán el Reino de Dios” 2

Evagrio Pontico acuñó a la tradición de la Iglesia la primera lista de los que, ulteriormente, serían los pecados “vicios malvados”. Posteriormente, Juan Casiano desarrolla esta lista de vicios en su obra “De Institutiones” del siglo V, el Papa Gregorio Magnodos capitales.

Estos pecados, llamados “capitales”, son la serie de vicios hacia los que el cristiano tiende con mayor facilidad; puesto que existe el peligro de encontrarse con ellos en las situaciones comunes y ordinarias de su vida. No obstante, en la medida en que estos vicios le acechan, la gracia que habita en él por el bautismo 3 , lo capacitan con virtudes que contrarrestan en su vida los efectos y las consecuencias del pecado, y con los cuales acrecienta la vida de gracia y santidad a la que Dios le llama incesantemente.

Las virtudes, como camino seguro de

trata de una búsqueda y elección constante del bien mediante acciones concretas 4 . Ellas regulan nuestros actos y, en cuanto más buscamos y logramos ponerlas por obra, más perfeccionamos la gracia que hemos recibido como don desde el Bautismo.

En este tiempo de Cuaresma, estamos

Las virtudes, un camino de triunfo sobre el pecado

invitados a poner los ojos en el Señor, fuente de la virtud; y esto exigirá siempre de nosotros un “ponernos en camino” hacia Él, a través de una disposición personal, pero iluminada por su gracia, de poner por obra todo aquello que su Espíritu nos sugiere y a lo que nos mueve interiormente.

La virtud como llamada de Dios y como camino para regresar a los brazos del Padre

• Humildad: que nos dispone a dejarnos conducir por el Espíritu 5 contra todo intento de soberbia. San Agustín enseña que, lejos de la grandeza, la soberbia es una especie de hinchazón, que indican enfermedad en el alma. La humildad es, pues, el bálsamo con el que Cristo cura y nos enseña a curar, pues, semejante a la caridad, se aleja de toda pretensión de estar por encima de los demás.

• Generosidad: que nos abre al don de sí frente a los otros. En la generosidad, se encuentra una elocuente referencia al don de Cristo que estamos llamados a encarnar en nuestra vida. Solo en la medida en que nos abrimos y nos disponemos como don para los demás, la fuerza de la avaricia permanecerá lejos de nosotros.

• Castidad: que no es un simple abstencionismo o privación vana por aparecer como piadosos y buenos. Estamos frente a un don excelente con el que el Señor nos libera de las esclavitudes en que la lujuria nos puede hacer caer; y nos conduce hacia la real bienaventuranza 6

• Paciencia: como el remedio al mal de nuestro tiempo, en el que todo parece exigirnos inmediatez, perfección y total control de todo. Al ejercitar la paciencia, logramos escapar de la propia expectativa, que muchas veces nos lleva a la ira, y nos sitúa en la diná-dencia y las capacidades de los otros. La paciencia tiende a la esperanza, sin caer en la pasividad.

• Templanza, vista en la tradición de la Iglesia como una de las virtudes cardinales, nos mueve a despojar la el horizonte de la esencialidad. Tiende a evitar todo tipo de excesos perjudiciales (gula) para la vida espiritual y física. Al igual que la castidad, no se trata de simple privación, sino de una elevación de nuestras disposiciones interiores, que nos permitan reconocer y acoger mejor el don que el Señor nos ofrece 7 .

• Caridad: como ejercicio fundamental de la vida cristiana, en la que estamos llamados a ser maestros, a ejemplo del Señor. “Se trata de primerear” 8 en la actitud fundamental de la comunidad de los hermanos del Señor, sin detenerse a pensar mucho si el otro es digno o no del amor. La caridad, libera el espíritu del egoísmo, la cerrazón y la envidia con la que muchas veces pretendemos vivir para nosotros mismos pensando que no hacemos mal a nadie.

• Diligencia: como disposición alegre al servicio de los otros, porque hemos recibido del Señor este ejemplo 9 . La diligencia nos libra de la pereza, que parece asediar toda la vida y volcarla hacia la improductividad; para ofrecerla como don a los hermanos.

1. C.E.C. n. 1849.

2. Cfr. Gá. 5, 19-21.

3. C.E.C. n. 1272 – 1273.

4. C.E.C. n. 1803.

5. Lc 4, 1.

6. Mt 5, 8. 7. Jn 4, 10.

8. Termino acuñado por el Papa Francisco en la Ex. Ap. sin miedo, adelantarse, salir al encuentro de los otros.

9. Jn 13, 12-15.

10 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024 Especial

Tú eres el Cristo: mediador de la salvación

Por: Pbro. Juan Carlos Ballesteros Celis, párroco de Santa Clara de Asís y miembro de la pastoral de catequesis.

Continuando con el desarrollo de estas catequesis Cristológicas, vale la pena enfocarse ahora, en aquello que el Ungido (Cristo) viene a traer, como el más preciado regalo de la Misericordia de Dios al género humano: la salvación.

1. La salvación un derroche del amor de Dios

En realidad, la salvación es un designio amoroso de Dios, trazado desde el momento mismo que el hombre y la mujer decidieron desobedecerle y romper la alianza de (Gn 3). La consecuencia que tal acción trajo para ellos, fue la pérdida del estado de santidad original y su expulsión del paraíso. Sin embargo, Dios determinó no abandonarles en su perdición elegida libremente, sino que estableció todo un plan de salvación que alcanza su punto culminante en Cristo Salvador, justamente movido por el amor: "En esto consiste el amor: no en que no-

2. La salvación, obediencia del Hijo a la voluntad del Padre

"Dios no perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros" (Rm 8, 32) para que fuéramos "reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo" (Rm 5, 10). Jesús "Fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios" (Hch 2, 23) permitiendo Dios, que los actos de ceguera de las autoridades judías, llevara a la consumación el sacricordero sin mancha, hasta el punto que “a quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniéramos a ser justicia de Dios ante Él” (2 Cor 5, 21).

Jesús aceptó libremente su pasión y su muerte por amor a su Padre y a los hombres que el Padre quiere salvar: "Nadie me quita la vida; yo la doy voluntariamente" (Jn 10, 18) manifestándose la soberana libertad

sotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados" (1 Jn 4, 10).

Todos los pecadores, es decir la humanidad entera, fueron los autores de la Pasión de Cristo y de hecho, al seguir recayendo en nuestros pecados personales, nos hacemos culpables de su horroroso suplicio, pues nuestras transgresiones de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia” (Hb 6, 6).

del Hijo de Dios cuando Él mismo se encamina hacia la muerte (CIC n. 609).

Más aún, dicha ofrenda libre, consciente y espontánea de Jesús, adla última cena, en que estando a la mesa con sus Apóstoles, realiza el memorial de su ofrenda voluntaria al Padre (1 Cor 5, 7) por la salvación de los hombres: "Este es mi Cuerpo que va a ser entregado por vosotros" (Lc 22, 19). "Esta es mi sangre de la Alianza que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados" (Mt 26, 28).

La Eucaristía que instituyó en ese momento será el "memorial" (1 Cocluye a los Apóstoles en su propia

3. En la Cruz, Jesús consuma su sacrificio redentor

Jesucristo “se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y una muerte de Cruz” (Flp 2, 8) y así realizó la obra de la redención encomendada por el Padre.

En realidad, solo la sangre del cordero sin mancha ni contaminación, que es Jesús, podía pagar y subsanar la terrible consecuencia del pecado de la humanidad. Son esclarecedoras en este sentido las palabras del apóstol Pedro: "Han sido rescatados de la conducta necia heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo, predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos a causa de vosotros" (1 P 1, 18-20).

ofrenda y les manda perpetuarla (cf. Lc 22, 19) y así ha sucedido desde entonces hasta nuestro tiempo, en la vida de la Iglesia.

Ningún hombre, aunque fuese el más santo estaba en condiciones de tomar sobre sí los pecados de todoscio por todos. La existencia en Cristo de la persona divina del Hijo, que al mismo tiempo sobrepasa y abraza a todas las personas humanas, y que le constituye Cabeza de toda la huredentor por todos. Por su sacratísima pasión en el madero de la cruz 616).

4. Nuestra responsabilidad ante la oferta de la salvación

Cristo "único mediador entre Dios y los hombres" (1 Tm 2, 5). La consecuencia de esto además de la salvación que en ella nos ofrece, es que Jesús llama a sus discípulos a "tomar su cruz y a seguirle" (Mt 16, 24) porque Él "sufrió por nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas" (1 P 2, 21).

Quien nos ha redimido, quiere aso-llos mismos que son sus primeros realiza en su Madre, asociada más íntimamente que nadie al misterio de su sufrimiento redentor (CIC n. 618). Como responsabilidad nuestra, queda el apropiar por nuestra obediencia y sincera conversión de vida, los efectos de la salvación que nos ofrece el Señor desde la Cruz y que se actualiza en nosotros, cada

vez que participamos de la mesa de la Eucaristía.

La salvación está realizada de una vez y para siempre y se nos ha participado desde el instante mismo del Bautismo, pero nuestra libertad juega un papel determinante frente a esa salvación ofrecida, puesto que libremente nos salvamos o libremente nos condenamos, según sean nuestras obras.

«la esperanza bienaventurada y la llegada de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo» (Tit. 2, 13),po mortal en cuerpo glorioso semejante al suyo» (Flp 3, 21) y vendrá y mostrarse admirable en todos los que creyeron» (2 Ts 1,10).

11 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024
Cristología

Signos y símbolos de la Cuaresma II Parte

Todo camino comporta unas condiciones, instrucciones y señales que ayudan al peregrino a emprenderlo con seguridad; ante la duda y el temor, es mejor parar y preguntarse ¿dónde voy? ¿estoy seguro de los pasos dados? ¿cómo lo estoy haciendo? Así también se emprende este camino cuaresmal que hemos iniciado hace algunos días; se camina no desde el orgullo, sino porque me siento necesitado; no se hace pensando que seré capaz con mis fuerzas, sino que hay alguien que me sostiene; no se camina a ciegas, sino con algunas acciones que lo hacen ligero y más fructífero. Por tanto, este camino cuaresmal tiene en sí, algunos signos que logran rescatar el sentido de los pasos dados: la oración y la limosna.

La oración

La oración es el espacio donde me encuentro de corazón a corazón con Dios; es el momento más íntimo del ser humano, ya que se une en el amor con el que lo ha Creado. Dice el Señor en el Evangelio: “Tú, en cambio cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto” (Mt 6, 6). El Señor no enseña las circunstancias de la oración.

La oración, debe ser sincera, es decir, mis pensamientos, sentimientos y realidad personal, debe ser coherente con lo que sale de los labios; no se ora por aparentar, se ora porque el Señor me conoce.

El aposento mencionado por el Señor, lo podemos relacionar con la vida misma, es necesario tener un encuentro personal, conocerme, amar lo que hay dentro, organizar un poco lo que estorbe, sacar lo que no sirve y dejar entrar al Señor resto; por tanto, al dejar que el Señor entre en mi vida e historia, me abro a la gracia sanadora que restaura lo quebrado; esto mencionado es un fruto de la oración.

La limosna

La limosna nos hace reconocer que el otro quien está en el mismo camino es de igual dignidad y amado por el mismo Padre que nos hace hermanos. La limosna tiene la característica del desprendimiento, yo doy de lo que tengo y de lo que soy, no de las sobras. Así, el Señor nos enseña: “Tu, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha” (Mt 6, 3). Se trata de una acción que debe nacer del corazón y se

Otro elemento es el perdón. En esta

“No nos cansemos de orar pidiendo al Padre el amor por medio de su Hijo y que el Espíritu Santo more en nuestras vidas”.

es caer en el mostrarse, no somos vitrinas para demostrar que hacemos y qué dejamos de hacer; la limosna es un acto noble que nace de la intimidad y busca ayudar aquel hermano que está en precariedad. Muchos de los hermanos necesitan de la mano generosa que les conforte en lo espiritual y material. Por tanto, la limosna es realmente genuina en la medida en que quede en secreto, en silencio del con la garantía de que el Padre lo ha visto en secreto.

“Perdonen y serán perdonados” (Lc 6, 37), no es un acto más en este camino cuaresmal, sino que es un requisito para continuar; sin el perdón, los pasos se hacen pesados y la carga insoportable; el perdón nace de un corazón sano que busca la reconciliación de aquel quien me ofendió o afectó mi integridad. El Señor nos presenta la parábola del hijo pródigo o Padre misericordioso, que narra esta acción de manera clara: “Estando él todavía lejos, lo vio su padre y se conmovió; se echó a su cuello y le besó efusivamente” (Lc 15, 20). El padre ve a su hijo de lejos, lo reconoce en la distancia, y se conmueve; el padre no recuerda la manera lamentable como su hijo salió de su casa, sino que recuerda que es su hijo a quien el ama entrañablemente; se conmueve al verlo, su corazón salta de alegría porque su hijo ha vuelto.

El perdón

Esto es el perdón, una acción que trata de no recordar las circunstancias de las diferencias, sino que busca caminos en la intimidad para disponer un nuevo encuentro que sana y libera.

El Señor nos anima a orar a nuestro Padre, en esto debemos tener la seguridad de que somos sus hijos, el saber

y hace de la oración más sencilla y humilde. Al Padre le gusta cuando sus hijos le hablan desde su pequeñez, sin palabrerías o conceptos extraños; la oración en sí es humilde que impulsa a los hijos a unirse a su Padre que nos escucha en lo secreto.

Este camino que se emprende, nos hace conscientes que no estamos solos; el hermano está a mi lado, caminamos la misma senda, con circunstancias personales distintas, pero la cualidad del camino es la misma.

También, en el camino cuaresmal, podemos evidenciar elementos simbólicos que nos ayudan y animan a seguir la senda; uno de ellos es el encuentro. Se trata de una acción a la que el Papa Francisco nos ha insistido durante su promover la cultura del encuentro”. La oración y la limosna debe ser fructífera en la medida en que me dispongo a encontrarme con el otro; el encuentro es la creación de espacios y momentos para contemplar el rostro del otro quien me exige la escucha, la atención y el amor. La vida del Señor y el anuncio de Reino fue un constante encuentro, Él se disponía a abrazar a los rechazados, sanar los enfermos, perdonar a los que se sentían condenados, enseñar a los ignorantes; el encuentro es una acción que nos impulsa a reconocer la dignidad del otro para que juntos logremos alcanzar la meta de ese camino iniciado.

Jesús nos llama a perdonar, aún en los momentos en que pareciera que no existe la posibilidad, o que la cerrazón del corazón lo hace complejo; el perdón sana un corazón duro, lo hace noble. ¿Cuántas veces debo perdonar? Le pregunta Pedro al Señor; y es la misma pregunta que nos haremos. Frente al odio, el asesinato, la violencia y la división, ¿Cuántas veces perdono? Y el Señor, nos habla hoy a todos: “Hasta setenta veces siete” (Cfr. Mt 18, 22).

Queridos hermanos, animémonos a vivir con intensidad los misterios de este Tiempo de Cuaresma, abrámonos a la gracia redentora del Señor; es un momento para recodar que el Señor ha tomado nuestra condición, se ha hecho semejante a nosotros para concedernos la salvación. No nos cansemos de orar pidiendo al Padre el amor por medio de su Hijo y que el Espíritu Santo more en nuestras vidas; y así, logremos frutos abundantes en la Pascua de Resurrección.

12 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024 Especial

Nuestra Gente

Pías Discípulas del Divino Maestro celebraron cien años de su fundación

El 10 de febrero del año 1975, a los cincuenta y un año de haber sido fundadas y después de haber realizado la petición al entonces obispo de Cúcuta monseñor Pedro Rubiano Sáenz, llegaron a la ciudad las hermanas Pías Discípulas del Divino Maestro, con el objetivo de que en Cúcuta, el carisma con el que el beato Santiago Alberione había fundado esta comunidad religiosa, fuera conocido a través de la evangelización en la liturgia, ya que él vio que la mujer con su particularidad podía complementar la vida y misión de la Iglesia, más especialmente a través de la Eucaristía para bautizados.

La comunidad de hermanas Pías Discípulas es una gracia para Iglesia, porque como lo mencionaba su fundador: “En el mundo se puede redimir la pobreza material, pero ustedes Pías Discípulas deben redimir la pobreza espiritual”.

Fue el 15 de agosto de 1975, cuando las hermanas Pías Discípulas iniciaron la primera capilla de adoración al Santísimo Sacramento, en una casa de arriendo en la avenida 2 entre calles 11 y 12. Las primeras cinco hermanas integrantes: Marcela, Emilia, Juanita, Mercedes, Luz María y posteriormente Gloria Salinas, bajo la dirección de la Madre Redenta, superiora Regional de Colombia, emprendieron con esfuerzo la tarea de buscar un sitio en donde nuevo espacio de oración. Para el año 1990 se construyeron las nue-

vas instalaciones que conocemos oración Hermanas Pías Discípulas del Divino Maestro’; en donde se encuentran dos hermanas que son las encargadas de re-

tizados que asisten a la capilla para vivir un momento de oración y otra de ellas se en-

litúrgico’, también conocido como el almacén de artículos religiosos, el cual está ubicado al lado de la capilla, en toda la esquina de la avenida 3 con calle 15.

que caminan con el pueblo de Dios, cada una de ellas ora por la vocación de los sacerdotes y para que el trabajo pastoral sea fecundo.

“Las Pías Discípulas del Divino Maestro evangelizan a través de la eucaristía, el sacerdocio y la liturgia y nos ayudan a crecer en santidad”.

La conmemoración de los cien años de fundación, se realizó el pasado sábado 17 de febrero, en las instalaciones ubicadas en el barrio La Playa. Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, celebró la Sagrada Eucaristía en presencia de las religiosas Pías Discípulas del Divino Maestro, de otras comunidades religiosas, sacerdotes

del clero diocesano y gran cantise congregan en ese lugar sagrado lo que representan las hermanas enseñor: “Las Pías Discípulas del Divino Maestro evangelizan a través de la eucaristía, el sacerdocio y la liturgia y nos ayudan a crecer en santidad”.

Durante la homilía pronunciada por Monseñor José Libardo, se destacó su labor pastoral, su carisma desempeñado en esta zona del país y que responde a una realidad precisa; además mencionó que “es un apostolado en servicio de la Iglesia, pues el carisma de estas hermanas se enfoca desde la vida de oración, pidiendo diariamente a través de la adoración eucarística que calme la sed de tantos que lo necesitan [al Señor]”; también monseñor expresó que “la gratitud de la Diócesis ante la presencia en Cúcuta, es la misa, la acción de gracias que estamos celebrando”.

Agradecidos con el Señor que ha concedido a la Iglesia de abundantes dones y carismas para alcanzar la santidad, como familia diocesana, nos unimos a la celebración de los cien años de fundadas de las hermanas Pías Discípulas, orando fervorosamente para que Jesucristo Buen Pastor, les continúe guiando, asistiendo y fortaleciendo en el ejercicio de su apostolado.

Su principal carisma se desarrolla a través de tres apostolados: el eucarístico, a través de la oración perpetua, día y noche de la presencia de Jesús en la Eucaristía; el sacerdotal, a través de la intercesión por las intenciones de los ministros de Dios; y el litúrgico, con todo lo que tiene que ver con los ornamentos, imágenes y elementos utilizados para la celebración de los sacramentos.

Esta labor que comenzaron aquel desde su trabajo pastoral a la evangelización de esta porción del pueblo de Dios, aún hoy después de cuarenta y nueve años de presencia en Cúcuta, se sigue realizando a través de la pastoral de la oración desde las 6:00 a.m. hasta las 5:00 p.m. en la capilla. Sus oraciones siempre están acompañando a los pastores

13 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024

Obras de misericordia, deber y escuela de todos los cristianos – I parte

Hola queridos niños. Hoy trataremos un tema muy interesante y son las obras de misericordia; donde hablaremos de su importancia, algunas citas bíblicas y cómo las aplicamos en nuestro diario vivir. Primero pongámonos en disposición pidiendo a Dios nuestro Padre que por medio de su Espíritu Santo nos ilumine para poder comprender el siguiente tema. Padre Nuestro…

Obras de misericordia

Las obras de misericordia son aquellas acciones que nos acercan más a Dios a través del hermano, son toda obra buena que nos llevan a ayudar al prójimo en sus necesidades, desde lo corporal hasta lo espiritual; es compadecerse del sufrimiento y agonía de los demás, ver la necesidad del que sufre, del que necesita de nuestra ayuda. Estas nos invitan a la caridad, a ser bondadosos con los demás y así de este modo agradar a Dios.

¿Por qué es necesario practicar las obras de misericordia?

Como nos lo cuenta san Pedro en la caricatura, todos somos creados a imagen y semejanza de Dios, es decir por amor, por lo tanto, todos nosotros, niños, jóvenes, adultos y bautizados estamos llamados a compartir ese amor con los demás hermanos, ya que algunos en ciertos momentos se pueden sentir solos, y practicar las obras de misericordia les puede ser de mucha ayuda.

• Preguntar al catequista o familiar ¿cuáles son las obras de misericordia corporales y espirituales?

Tarea Compromiso

• Después de haber leído el artículo ¿qué piensas de las obras de misericordia?

• Realiza una obra de misericordia corporal y una espiritual, con tus amigos, con tu familia o con alguien que lo necesite.

14 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024 Infantil
<Las historias de PEPIto>
Para colorear

Tú eres el Cristo, participemos en la liturgia

¡Queridos Amigos!

El mensaje que la Iglesia ha predicado desde el principio es el de Jesulas funciones de la Cuaresma tienden a la celebración del misterio pascual. ¡Qué extraordinaria visión de

la humanidad se encuentra allí! Dios envió a su Hijo para que el mundo se reconciliara con él, para hacernos renacer a una vida nueva en Él. Sin embargo, a veces acogemos todo esto con excesiva facilidad. Al igual que ocurre con los mercados del templo, a veces la religión tiene un valor para nosotros que poco tiene que ver con la gloria de Dios o la santidad a la que estamos llamados, por eso la primera motivación es a descubrir el don precioso de la salvación obrada por Cristo.

#AprendiendoLiturgia

Principios catequéticos

La centralidad teológica del Misterio Eucarístico lleva consigo la correlativa centralidad existencial, tanto a nivel de Iglesia universal como de cada cristiano; la cual exige, a su vez, una adecuada acción catequética, cuyos principales agentes son los pastores de las respectivas comunidades cristianas en la diócesis particular el obispo, los sacerdotes y los diáconos.

Eucaristía como sacramento que realiza y postula la unidad y la caridad; d) Las diversas presencias de Cristo; e) Las relaciones existentes entre la Liturgia de la Palabra y la propiamente Eucarística; f) La naturaleza y funciones del sacerdocio común y del sacerdocio ministerial; g) La naturaleza y grados de la participación activa y fructuosa; y h) Las relaciones entre liturgia y vida.

Estamos acostumbrados a vivir nuestras relaciones con los demás siguiendo la lógica comercial del “te doy si tú me das”: doy algo mío, pero primero quiero saber qué me das a cambio. Es la ley del mercado (oferta-demanda: te compro si la compra es ventajosa para mí).

El gran sistema del templo de Jerusalén giraba en torno a la práctica animales. Se basaba en la misma dinámica que la relación comercial: si bendecidos y protegidos con sus bendiciones. La lógica comercial del “yo te doy si tú me das” hizo del templo de Jerusalén, especialmente con motieconómico a favor de la casta de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, que controlaban el mercado del cambio de monedas y venta de animales para el

diaconía del don gratuito ¿qué sentido tiene creer en Jesucristo? Tiene sentido, porque conocerlo y amarlo, escucharlo y orar con los evangelios, nos ayuda a escapar de la habitual relación humana del “yo te doy si tú me das”. Porque Jesús nos reveló la belleza y la profundidad de la relación trinita-

ria, es decir, de la vida divina eterna, de la que procede todo: la existencia de todas las cosas en el cielo y en la tierra y la existencia de nuestra frágil existencia.

Jesús nos reveló que nunca actúa solo, sino que vive constantementenido y guiado por el Espíritu Santo. El Padre unido al Hijo en el Espíritu cada uno de nosotros. Pero sabe que cada uno de nosotros puede aceptar o rechazar su propuesta de amistad. Cuando la criatura humana quiso elesus capacidades, ilusionándose de su libertad incondicional, empezó a generar desastres, porque su fragilidad y su condición mortal le exigen vivir relaciones en las que todos se preocupan por salvarse.

Cuanto más meditamos en las obras y en las palabras de Jesús, más nos damos cuenta de que su corporeidad viva nos transmite la relación típica de la vida eterna trinitaria, no basada en el “yo te doy si tú me das”, sino en el “yo me entrego completamente a ti y tú te entregas completamente a los demás”.

Los puntos basilares de la catequesis eucarística son los siguientes: a) Elvival, pascual y memorial de la Eucaristía; b) La centralidad de la Eucaristía en la vida eclesial y personal; c) La

El cuarto domingo de Cuaresma segría y en la liturgia encontramos aún Dios “rico en misericordia”, que ofre-mergida en las tinieblas del pecado: Cristo resucitado en la cruz para la salvación de todos y cada uno. En el diálogo de Jesús con Nicodemo, encontramos a un hombre honesto que busca de la verdad, que acude por las noches a Jesús para presentarle las preguntas profundas de su corazón; Jesús le revela las cosas más grandes, las verdades más profundas, le revela el amor y toda su bondad, la Padre. Jesús revela el misterio de su sufrimiento y de su pasión: el Hijo del Hombre debe ser “elevado” en la cruz, para que todo aquel que cree en Él tenga vida eterna.

Jesús salvador es quien es levantado en la cruz y desde este trono real, aunque humillante, brota la fuerza del amor y de la salvación para todos los hombres. Esta salvación viene por la adhesión a su persona, que en térmi-

Esta acción catequética ha de realizarse mediante el método mistagógico, el con información o mera formación intelectual, sino que, partiendo de los ritos y oraciones, inicia en el Misterio Eucarístico.

Él. De hecho, quien cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

¿Cómo es esto posible? Es posible en la medida en que nos enfrentamos a la Luz que es Cristo y nos dejamos iluminar por su Palabra y su vida. Pero también sabemos que la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. El rechazo de Cristo lleva a la maldad, lleva a vivir para siempre en el pecado y la inmoralidad “Porque todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas”.

Redescubramos la belleza de la alegría en la vida de cada día, incluso cuando la cruz se eleva en nuestro camino diario, hecho de muchos obstáculos y sufrimientos, muchas veces indescriptibles e imperceptibles a los ojos de quienes están cerca o lejos de nosotros, pero que no están sintonizados en nuestros propios parámetros existenciales y religiosos.

15 San José de Cúcuta, marzo 3 de 2024 Liturgia
Tercer Domingo de Cuaresma Jn 2, 13-25 Cuarto Domingo de Cuaresma – Laetare Jn 3, 14-21

Estaba perdido y lo hemos encontrado” “

Salida: Diagonal Santander, frente a Homecenter.

Hora: 7:00 p.m.

Recorrido: por la redoma de San Mateo hacia la Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.

Tú eres el Cristo, concédenos tu perdón

Viernes 15 de marzo

Signo: llevar una cruz y camiseta blanca.

MISA CRISMAL Y SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

19 de marzo de 2024

Hora: 10:00 a.m.

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