
4 minute read
Factores que afectaron a las naciones en el 2022
Por MIGUEL FRAU RAMOS Editor Global Xpress Media
A pesar de que se vieron una serie de mejorías en los reglones que rigen todos aquellos factores que permiten una mejor calidad de vida en cada una de los países que integran el globo terrestre, la situación en general continua siendo difícil para la mayoría de los países del mundo.
Advertisement
Entre esos factores se pueden señalar la invasión rusa al país fronterizo de Ucrania que ha desembocado en una cadenas de situaciones adversas que han afectado la economía mundial y ha colocado a muchos países en situaciones precarias en lo que se la escasea de petróleo, gas y muchos productos agrícolas los han estado afectado durante todo el año.
La guerra entre estas dos naciones ha dividido un sector mundial que ejerce control en esos factores que se han señalado y ha creado un encarecimiento y en muchos escasos de estos vitales productos, no solo en el hemisferio en que se encuentran sino en el resto del mundo que dependen de esos factores para echar a correr su economía.
Esos efectos han hecho que todo los productos hayan encarecido considerablemente y de muchos otros artículos que han escaseado en el comercio internacional, porque no se consiguen abastos para producir artículos de consumo local como internacional.
Fueron varios los factores que nos llevaron a una cruda crisis económica- el poco abasto del petróleo, gas, productos agrícolas y materia prima para artículos de consumo y venta. Si a eso se le añade las consecuencias de la pandemia del cobid 19 que detuvo en gran medida la producción en general en cada uno de los países y que limito mucho a trabajar y más aún, a tener poder adquisitivo para comprar en general.
En lo que respecta a la recuperación parcial, gracias a la obtención de una vacuna en tiempo récord y a planes de estímulo ambiciosos, empezó la senda de la recuperación. Es decir, que habría países, territorios, sectores económicos y grupos sociales que, pasada la pandemia, entrarían en una fase de bonanza y optimismo, mientras que otros seguirían instalados en una depresión social, económica y anímica.
La guerra de Ucrania ha desatado una costosa crisis humanitaria que exige una solución pacífica. Al mismo tiempo, el daño económico causado por el conflicto contribuirá a una desaceleración significativa del crecimiento mundial en 2022 y atizará la inflación. Los precios de los combustibles y los alimentos han subido con rapidez, asestando un golpe particularmente duro a las poblaciones vulnerables de los países de bajo ingreso.
Otro factor de gran relevancia que se ha unido a toda esta problemática son los hechos de los cambios climáticos que ha venido alterando las condiciones climáticos y donde se ha intensificado el calor en ciertas regiones, por otro lado esto ha estado llevado a que se derritan muchas zonas en los polos. Esta situación también ha ido alterando las épocas de calor y frio en el mundo. Tambien ha provocado el surgir de más cantidades de tormentas, huracanes mas potentes en los océanos. Sin dejar atrás el resugir de volcanes que habían estado silentes por muchos años.


En lo que a la política mundial se refiere, grandes potencias como China, Rusia han aprovechado esta crisis mundial para demostrar su poder, añadiendo otros países como Corea del Norte, Irán y algunos otros países de Arabia Saudita que se han aliado con China y Rusia. En lo que respecta al hemisferio americano, países latinoamericanos como Brasil y Perú han tenido cambios relevantes en su cúpula presidencial recientemente. Por su parte, la nación norteamericana, se ha visto afectada por la polaridad de los dos partidos en el poder, afectando el poder gobernar con una imparcialidad, que ha afectado que se aprueben muchas medidas de beneficio a la población estadounidense.


De igualmente, se ha visto una degradación en la sociedad, expresada como into - lerancia racial que ha llevado a decenas de matanzas y agresiones a nivel de toda la nación. También se han visto los constantes retos sistema judicial y electivo de los estados donde se pone en dudas el proceso de elecciones y sus resultados.
Finalmente, las proyecciones de muchos analíticos visualizan optimismos de mejorías en la economía de las naciones, también deben mejorar en salud con el control de las epidemias emergentes, confían en la estabilización del petróleo y el gas, el abastecimientos de productos alimenticios que se puedan satisfacer las necesidades básicas a nivel internacional.






















Por GUSTAVO VÉLEZ Economista
Por mucho tiempo crecí escuchando este refrán y me causaba gran curiosidad intelectual. Cuando ya entraba en mi vida adulta y con mayor madurez, comencé a entender que el refrán tiene que ver con el sentido de indiferencia de alguien endeudado sobre quién va a pagar por la última factura. En estos días, esta frase vuelve a mi mente de manera perturbadora, mientras se hace cada día más evidente que está comenzando a llegar la factura de la quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y Lucifer no aparece para pagarla.
Me vienen a la mente todos los excesos que se daban en la AEE durante los buenos tiempos. El nepotismo, los contratos leoninos y los carteles del petróleo. Las claques rojas y azules se devoraban el monopolio energético hasta lograr lo impensable, quebrarla. Lo peor es que nadie pagará por lo ocurrido allí.
Obviamente, acá nosotros los mortales ya hemos comenzado a pagar un alto costo por la quiebra de la AEE, en la medida en que la infraestructura eléctrica está inservible y los continuos apagones nos mortifican la existencia y la paz cotidiana. Miles de hogares y comercios han tenido que invertir en generadores eléctricos y sistemas de paneles solares para poder tener electricidad y no depender de la suerte. El impacto del huracán Fiona puso más sal la herida que abrió el huracán María en el 2017, y nos recordó que el sistema energético está en su peor momento y tomará mucho tiempo para que vuelva a funcionar.
A pesar de que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) ha asignado $10,000 millones para rehacer la infraestructura eléctrica, la burocracia y las guerras intestinas han impedido que ese proceso comience. Así las cosas, como sociedad nos enfrentamos ahora a una realidad doblemente dolorosa, vamos a tener que comenzar a pagar la deuda billonaria de una AEE que no funciona, a la misma vez que tenemos una compañía energética inservible.