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MANDÉ ES AHORA UN LUGAR DE PAZ

“Nosotroscomolíderesnoshemospuestolatareadevelarporlaseguridad delaregión,estamospendientesdecualquieractorarmadoyalmomento que llegan le presentamos cuáles son las condiciones en la región, no queremosquelosniñosvuelvanarepetirlahistoriaquenostocóanosotros, quelaviolenciaseahistoria,quequedeenelpasado”.

Arístides cuenta con notable orgullo que uno de sus principios es no abandonar la región y resistir hasta el final, vivió en carne propia el periodo de violencia que atravesó Mandé con la presencia de las FARC - EP y los constantes enfrentamientos entre el grupo y el Ejército Nacional, fue testigo del padecimiento de su comunidad, alejada de las zonas urbanas, incomunicada, olvidada por el gobierno, sumida en la pobreza y con la incertidumbre de que en cualquier momento comenzaría el bombardeo.

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Mandé figura en los registros de la prensa por ser el lugar donde estuvo secuestrado y fue asesinado el exgobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria en el año 2003, también por la fuerte presencia de actores armados y ha cargado a cuestas los graves impactos de la violencia que llevaron al desplazamiento masivo y la estigmatización.

mAndé yA no ES El miSmo, mAndé hA rEnAcido

Mandé es un lugar totalmente diferente a lo que era hace 15 años, el proceso de paz con las FARC significó para los mandeceños la entrada del progreso y de muchas oportunidades, llegó la electricidad y con ella el comienzo de una vida nocturna más activa, la posibilidad de almacenar alimentos por más tiempo, ¡la televisión!, luego llegó el internet que les permite estar conectados con el mundo y comunicarse de forma inmediata.

El camino también ha cambiado, el trayecto de Urrao a Mandé, que antes se hacía en dos días a lomo de mula y caminando, hoy se hace en un solo día, aunque sigue siendo difícil y costoso penetrar la espesura de la selva, cada vez están más cerca y siguen trabajando en comunidad para mejorar ese camino, por el que están seguros van a entrar muchas oportunidades. En Mandé, las niñas y niños ya pueden terminar su educación secundaria, ya hay un centro de salud al que acuden cuando se sienten enfermos, con la posibilidad de ser evacuados en helicóptero en caso de una emergencia y la malaria, endémica en la zona, ya no significa la muerte.

Y lo más importante, como lo afirma Arístides: “es una región plena, tranquila,seguraporquenosotrosmismosnosencargamosdevelarporesa seguridad, no aceptamos ni un sólo disparo, y entra cualquiera, sale cualquiera”.

lA imPortAnciA dEl cAmino

Actualmente, la vía para ingresar a Mandé se encuentran pavimentada hasta cierto punto donde es posible ir en camioneta o en chivero, luego inicia un camino maltrecho por el que sólo es posible ingresar caminando o en mula, los mandeceños son conscientes de la necesidad de mejorar ese camino y este año, por iniciativa comunitaria adecuarán 5 km más de la vía, con la esperanza de que en un futuro cercano todo el camino se pueda transitar en vehículo.

“Sonloscaminosunmedioparaelprogreso,sicambiaelcamino,entrael progreso,atravésdeesoentranpersonasquevisualizanelfuturo”, señala Fermín Quejada, secretario del Consejo de Mandé y quien se desempeña como microscopista en el centro de salud.

La vía también sería el impulso de otro de los proyectos de Mandé, que es convertirse en un destino ecoturístico, donde los visitantes puedan acampar, conectarse con la naturaleza, sumergirse en los ríos y en la cultura y la historia de Mandé.

¿Por qué mAndé lE dicE no A lA ViolEnciA?

Mandé logró salir de la violencia, dar un giro total en sus dinámicas comunitarias, Arístides y Fermín reconocen que fue el organizarse, conformar un Consejo por el bien común, dejar claras sus normas, unirse para resistir; lo que les permitió lograr el Mandé que tienen ahora.

“Elmensajeaotracomunidad,yaseanafros,indígenasoblancosqueestén afrontandoalgosimilaraloquenosotrospasamos,esqueunadelascosas porlaquedebemosempezareslaorganizacióndenuestrascomunidades, organizarnosyresistir,sinoresistimos,abandonamoslatierrayelmalse apodera de ella. por habernos organizado y resistido, en mandé logramos la tranquilidad”.

Al preguntarle a estos dos mandeceños, que vivieron los estragos de la guerra, si creen en el perdón, responden afirmativamente y sin una pizca de duda; creen en el perdón con justicia social, una justicia que todavía esperan y hacen referencia a una enseñanza bíblica: el que no perdona aquí, no es perdonado ante Dios.

“Nosotros conocemos qué cosas precarias trae la guerra, entonces le apostamos al máximo a la paz, porque con la paz podemos tener mejor calidad de vida y con la guerra no, tenemos una zozobra de la guerra y no queremos volver a repetir la misma historia”, dijo Fermín.

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