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Democracia y órganos constitucionales autónomos
JOSÉ JUAN ANZURES GURRÍA @anzuresgurria
Desde la década de los ochentas, el modelo democrático que se ha ido construyendo en nuestro país ha consistido, entre muchas otras reformas, en la creación de Órganos Constitucioales Autónomos.
La creación de estos órganos ha tenido como fin último el de sustraer funciones que originalmente le correspondían al titular del Ejecutivo para ir adelgázandolo y, así, contar con un presidente más agil, pero, sobre todo, más controlado. La creación de estos órganos no tiene otra función que la clásica que predica la teoría de la división de poderes: en la medida en que el Ejecutivo (en su momento el monarca) tenga menos facultades, tiene menos posiblidades de ejercer un poder absolutista y autoritario. Es cierto que, como toda obra humana y como toda Democracia, la fórmula de los Órganos Autónomos en nuestro país no es un modelo acabado ni tampoco perfecto, muchas voces han señalado que se ha abusado de esta figura; pero lo cierto es que se trata de un fórmula probada que ha demostrado ser exitosa para controlar al poder y, por tanto, para ir consolidando nuestra democracia. Dicho en sentido contrario, el debilitamiento o destrucción de los Órganos Constitucionales Autónomos redundaría, en última instancia, en el debilitamiento de nuestro modelo de país...
Estos mosaicos de desigualdad representan realidades distintas y una disparidad en el acceso a servicios básicos, transporte, recursos naturales, seguridad y equipamientos que determinan la calidad de vida de los habitantes. También hay que considerar la vulnerabilidad climática que combina las condiciones de vulnerabilidad con factores de riesgo como el estrés hídrico. Las zonas vulnerables, entonces, tienen las mayores afectaciones y la menor capacidad de mitigar los efectos de la crisis climática. Querétaro es ejemplo de ello: las comunidades más vulnerables tienen mayor riesgo de inundación, por ejemplo. Es así porque las políticas y acciones orientadas a la mitigación y adaptación no son prioridad, o se resuelven en términos de “urgencia” porque el enfoque es dotar servicios básicos.
Hay una gran oportunidad de proveer servicios e infraestructura básica que tenga múltiples beneficios, como la integración de infraestructura verde y azul a la par de la infraestructura gris. Solo es cuestión de dejar de pensar en la urgencia y pensar en la estrategia.