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#TuSeguridad

Jessica Ignot

El 11.5 por ciento de niños y adolescentes de cinco a 17 años trabajan en el país; es decir, hay 3 millones 250 mil 820 menores de edad haciendo alguna actividad económica.

En el país hay 3 millones 250 mil niños y adolescentes, de cinco a 17 años, trabajando; de los cuales casi 2 millones lo hacen en ocupaciones no permitidas que ponen en riesgo su salud, afectan su desarrollo o bien se llevan a cabo por debajo de la edad mínima permitida para trabajar, de acuerdo a la Ley Federal del Trabajo.

El trabajo infantil propicia que los menores abandonen la escuela. Esta situación repercute en el resto de su vida, ya que les impide desarrollarse plenamente, limita sus oportunidades laborales y dificulta que ejerzan plenamente sus otros derechos.

Después de Brasil, México es el segundo país latinoamericano con más niñas, niños y adolescentes laborando.

El trabajo infantil vulnera los derechos de las niñas, niños y adolescentes, además de generar y perpetuar la desigualdad y la baja escolaridad, y compromete su desarrollo físico, mental y social.

Además, lo llevan a otras vulnerabilidades como la deserción escolar y la migración, que se ha intensificado en los últimos años y por la que viajan cientos de menores sin compañía.

Casi 30 por ciento de los menores que laboran no reciben ingresos y 47 por ciento ganan apenas un salario mínimo por sus actividades.

Según expertos, el trabajo infantil es una de las formas de violencia más crueles que puede sufrir un ser humano, porque los priva de vivir su niñez y no se garantizan las condiciones a un desarrollo integral.

DÍA MUNDIAL CONTRA EL TRABAJO INFANTIL

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