Perdón antón nº 1 marzo de 2016

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mos cada vez que optamos por ella, quebrando esa lógica que intenta inculcarnos que ya no se puede hacer nada o que todo está perdido. Disculpe, pero ya hemos agotado todas nuestras explicaciones, espero que nos pueda comprender. Para nosotros es algo tan constitutivo de nuestro ser que quizás no podemos comunicarlo con palabras, pero de los ejemplos que le dimos antes estamos bien seguros: así es nuestra alegría. -2La alegría es nuestra. Siempre lo fue y lo será. Y es en el fuego donde se fue transformando. Ese fuego compuesto de rostros, nombres, historias, lugares, situaciones; de golpes y heridas y de luchas necesarias, insoslayables e interminables. Un fuego lleno de amores y desamores, de esperanzas y también de desesperanzas. Avivado por una sinfonía de sonidos de lo más variada, que comprende desde el silbido de las balas, hasta el estruendo de los bombos murgueros que despejan toda duda, toda tristeza. Somos las llamas de ese fuego, miramos a los ojos a la muerte para gritar que estamos vivos, que sangramos con la represión, que nos duele la violencia institucional, que odiamos la corrupción, que agonizamos cuando matan a nuestros pibes y a nuestras pibas, pero que seguimos de pie, con un grito en la garganta, con el puño apretado y la alegría curtida, más fuerte, incluso, que ayer. Somos las llamas, más calientes que el hielo de la muerte, muerte que hoy en día se presenta en la exclusión, en el narcotráfico, en la represión de la gorra. Pero nuestra alegría arde más fuerte que el fuego, más fuerte incluso que nosotros mismos, rompiendo la oscuridad. Una alegría madurada en la lucha, que se hizo poderosa en el trabajo de hormiga, que se convirtió en la trinchera de nuestros sueños y aspiraciones y que atesora una memoria avivada en las llamas de la construcción colectiva. Una alePerdón, Antón - 3


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