Mariposa azul Introducción Por: Luis Alonso Aguilar
Acompañé a mi familia al funeral del niño Andrés Enoc Andara, la partida sin retorno de un niño que dejó un legado de esperanza, fe inquebrantable y fortaleza para luchar por las cosas buenas; así son los guerreros de Dios. Recuerdo el ramillete de globos de muchos colores que su madre (Socorro) preparó y tuvo en sus manos para liberarlos al cielo justo al momento que terminaran de pronunciar las últimas palabras acerca de su hijo. Quiso esa señal de compañía para su ángel que partía en ese momento. La miré y quise decirle alguna palabra, pero no pude, un nudo en la garganta me obligó a quedarme en silencio y solo salió de mi mente una plegaria de agradecimiento al omnipotente por el tiempo de alegría que dio a su familia aquel niño.