Los últimos años han modificado profundamente el contexto internacional, tanto en lo económico como en lo político. En el primero de estos ámbitos, la apertura y globalización de los mercados se traduce diferentemente según se pertenezca al grupo de las naciones altamente industrializadas o a aquellas cuyos procesos de desarrollo exhiben significativos retrasos. Lo mismo acontece con los modelos de sociedad derivados de estas reorientaciones económicas.