La corrupción administrativa se ha convertido en uno de los
problemas más lacerante de la sociedad dominicana, la cual ha
visto durante décadas, una cada vez mayor depredación del erario,
sin que desde las instituciones responsables de sancionar estas
prácticas lesivas al patrimonio nacional se produzcan acciones
contundentes, que envíen un mensaje claro de la intención de
que las mismas no queden impunes.