Brasil marca el camino
Lula

Lula
El mercado a cielo abierto de Gra jaú está en plena actividad. Las mesas largas llenas de bananas, los tachos con aceite fritando pas teles, las ventas de ananá entero o cortado para comer ahí nomás, ajíes de todo tipo, especias pene trantes, ajos chiquitos en perfec tas filas, repuestos para duchas o manojos de las tiritas de goma de las ojotas, vendidos por separado. En una punta del mercado, cerca de la estación terminal de trenes, se congrega una docena de mili tantes de la Lista 13. Pertenecen a diferentes movimientos de base, que se pusieron al hombro la cam paña de calle. Cada militante lleva la remera de su organización: ro jos los de la Central de Movimien tos Populares, amarillos los de la Unión de Movimientos de Vivien da y blancos los del Movimiento de Afectados por Represas.
Reparten las banderas y los pa los para ondearlas. Hay un rollo
muy gordo de cinta con stickers redondos en los que se ve a Lula Da Silva y Fernando Haddad. Es el jueves 27 de octubre. El triunfo de Lula es estadísticamente muy pro bable, Haddad tiene que remontar una bastante difícil, pero las en cuestas le dan bien.
En eso prenden un parlante por tátil a todo lo que da y, entonces, durante una hora larga, comienza una caminata con cantos, discur sos y puro baile, una volanteada con el carnaval brasileño adentro.
Lo que fue y será
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“Va a haber un ciclo grande de bol sonarismo, el bolsonarismo no se derrota en una sola elección. Son una gran fuerza política que se mantiene y que va a durar mucho tiempo”, dice Diego Ortiz. Diego, o el Uruguayo, se sabe brasileño des de hace 20 años y es un flaco largo con una mata rubia suelta de pelo enrulado. Lleva remera blanca y se encarga de ir cortando tiras del ro llo inmenso de stickers redondos. En algunos pequeños comercios lo rechazan con cortesía. “Hay due ños que amenazan a los emplea dos”, señala.
Los rumores sobre la campaña forman parte sustancial de la cam paña misma. En el podcast Café da Manha comentan que falta ma terial del PT para hacer campaña en las poblaciones más pequeñas. Militantes, vecinos de las favelas y periodistas cuentan que aparecie ron pasacalles sin firma en las pe riferias que dicen “Fora Bolsonaro. Respete las favelas” y lanzan todo tipo de conjeturas sobre la autoría.
La música festiva retumba y la brigada avanza. Repartir volan tes no es un acto solemne. Sobre la música, cada integrante de la brigada va tomando el micrófono y dando discursos o cantando las letras lulistas.
Diego piensa en el futuro go bierno del PT y vuelve sobre un dilema típico: ¿un gobierno popu lar se apoya poniendo o sacando la gente de las calles? Para el refe rente del Movimiento de Afectados por Represas “Lo que es necesario es que esté la gente en la calle, sino no va a haber un gobierno para los movimientos sociales”. Pero re conoce que eso no sucedió antes del golpe a Dilma Rousseff y que, ahora, además, hay una mayor fragilidad tras los cuatro años de ultraderecha. “No tenemos organi zación y fuerza política para tener un programa y movilización. Nos movemos en torno a cuestiones prácticas y ahora con la elección estamos en la calle. Estamos a cua tro días de la elección y hay poca
gente haciendo campaña”.
En un punto, los fascismos –en Brasil no se le está dando muchas más vueltas para definir al bolsona rismo– llevan a un silencio de asom bro o estupefacción. “En la primera vuelta Bolsonaro ganó en Manaos, ganó en Manaos”, repitió Diego, “¡Donde se asfixiaron por falta de tubos de oxígeno en la pandemia!”.
El sol del mediodía pega muy fuer te en la parte más concurrida de
en el borde sur. Más allá de las ser penteantes y onduladas calles de su centro comercial arrancan las viviendas apiladas de ladrillo hue co, o favelas. Y después, Grajaú se funde con la zona rural. Viven en Grajaú unas 400 mil personas. Es una Santa Fe.
El parlante le da como loco a un set musical dedicado a la campaña. Una y otra vez suenan los hits “Ago ra eu quero e Lula lá” y “Tá na hora do Jair já ir embora”, de Juliano Ma derada. El último llegó a ocupar el primer puesto de reproducciones de Spotify… en todo el mundo.
de las personas, para perjudicar, principalmente, a la clase trabaja dora. Ahora nuestra esperanza es Lula, un hombre que siempre respe tó la Constitución y la democracia. Vamos a reconstruirla”.
En toda la caminata, Uranide llevó como estandarte la bandera de su país. La mira y expresa cómo en esta elección se juega algo más que un resultado, algo que se ex presa, por ejemplo, en una Cá mara de Diputados donde apenas el 18% son mujeres y sólo el 26%
Grajaú, un distrito completamente periférico de San Pablo. Alrede dor de la terminal de trenes está la feria –todos los puestos tienen techitos de lona– y varias calles con negocios muy pequeños, casi de garaje. Se nota que en las casas vive más de una familia, casas con aberturas delgadas de aluminio, techos de teja naranja, pocos aires acondicionados pero mucho, mu cho cemento, mucha de esa poten cia de desarrollo que hizo de San Pablo la bestia industrial y finan ciera del continente. Grajaú está
Uranide Sacramento Cruz, del CMP, es una mujer de 64 años que está orgullosa de militar en su ba rrio desde los 18, haciendo trabajo de base para sacar a los pibes de la droga. Coincide con Diego: el bolsonarismo no será derrotado sólo con una elección. Pero ve una esperanza: “Sabemos que no va a ser fácil, que la destrucción es muy grande, que el bolsonarismo no va a terminar con la derrota de Bol sonaro. El bolsonarismo va a con tinuar, la gente tiene conciencia eso. Pero la gente va a soñar, va a tener otras fuerzas renovadas, por que vamos a ser felices de nuevo, vamos a resurgir de nuevo”.
Para Uranide la elección no sólo pone en juego una orientación polí tica o ideológica. El fascismo es otra cosa: “El bolsonarismo representó la amenaza del fin de la democra cia. Porque ese es el objetivo del bolsonarismo: destruir nuestra de mocracia. Bolsonaro despertó sen timientos ruines y negativos dentro
de las bancadas son ocupadas por personas negras, cuando es el 53% de la población del Brasil. “Yo quiero cambiar mi bandera”, dice. “Ahí donde dice Ordem e Progres so debería decir Forza do Povo”.
La brigada recorre por última vez el mercado. Algunos vendedo res corean "Lula lá" y pegan en las mesas para hacer ruido de batuca da. Y uno grita por encima de todo, evocando sin saber una consigna de otro país y otro tiempo, que qui zá desconozca.
Las reflexiones de los militantes de un barrio periférico de San Pablo sobre la consolidación del bolsonarismo, la esperanza de Lula, el futuro de Brasil y una historia ancestral resumida en una frase.Por Juan Pascual A sus 64 años, Uranide Sacramento Cruz dice“Nuestra esperanza es Lula, un hombre que siempre respetó la Constitución y la democracia”.
–¡Vamos a volver a comer picaña!
Suenan los hits “Agora eu quero e Lula lá” y “Tá na hora do Jair já ir embora”, de Juliano Maderada, qué ocupó el primer puesto mundial en Spotify.
“En la primera vuelta Bolsonaro ganó en Manaos”, dijo Diego, “¡Donde se asfixiaron por falta de tubos de oxígeno en la pandemia!”.Gabriela Carvalho
A los pies del complejo de viviendas Novo Pinheirinho en Santo André, San Pablo, hay un comedor popular, o cozinha solidaria. Las torres fue ron construidas por el Movimiento de los Trabajadores sin Techo y el comedor también es de la organi zación. Vivienda y comida son dos pilares de la política de bases del MTST, que encuentran su expresión en su máximo referente electoral, Guilherme Boulos.
Con apenas 40 años, Boulos dio uno de los golpes fuertes de la elec ción, venciendo por mucho a Eduar do Bolsonaro, un hijo de Jair, en la categoría de diputados nacionales de San Pablo. De la mano de la ar ticulación entre el MTST, de donde viene Boulos, y el Partido Socialis mo y Libertad (PSOL), una corrien te de izquierda más profunda se ha ligado a la fuerza histórica que en carna Lula da Silva. Es difícil evitar pensar que en su horizonte futuro no esté la intendencia de San Pablo.
Bajo el sol rajante que rebota en una ciudad con demasiado cemen to, el viernes 28 de octubre, dos días antes de la votación, Boulos come en el comedor comunitario y después tiene un mano a mano con Pausa –¿Cuáles son los temas que va a plantear el PSOL si gana Lula?
–Ya estamos dialogando con Lula para el 1º de enero poner en la agenda nacional el tema de la vivienda. El programa Mi Casa, Mi Vida, fue hecho por Lula y cerrado por Bolsonaro. Hoy, la crisis habi tacional en Brasil es gravísima. Va mos a luchar para que una de las primeras medidas del gobierno sea un nuevo programa habitacional que incluso se base en las experien cias del propio movimiento social organizado. Esto que ve aquí es un conjunto de viviendas hecho por el MTST. Son 920 familias que viven aquí, casi 5000 personas, todas del movimiento. Un conjunto hecho, organizado por el movimiento, a partir de la política de Mi Casa, Mi Vida con las entidades, que articu laba con los movimientos sociales. Necesitamos recuperar eso y hacer una política de emergencia para los sin techo, que están en las calles de la ciudad. Y, otra prioridad máxima, es el tema del hambre. Brasil es el tercer mayor productor de alimen tos del mundo y hoy tiene más de 30 millones de personas con hambre. Entonces, los comedores populares, que también fue una experiencia de los movimientos sociales, del MTST, junto con el MST en el campo, estos comedores deben tornarse políti ca pública. Una política pública de comedores populares ligada a la agricultura familiar para darle el combate al hambre.
–Tanto referentes políticos como militantes nos han plantea
do que más que una contienda entre derecha e izquierda, esta es una elección donde se juega la democracia. ¿Cuál es tu visión?
–Esta no es una elección normal. Este es un plebiscito entre fascismo y democracia, entre el hambre y comida para el pueblo. La política de Bolsonaro es profundamente au toritaria y amenaza las libertades y conquistas democráticas del pueblo brasilero. Y al mismo tiempo, eco nómicamente, es una política ra dicalmente antipopular. Entonces, lo que está en juego es democracia contra fascismo y la posibilidad de recuperar los derechos sociales y de
después de cuatro años de un go bierno desastroso, no tiene más el mismo impacto.
–¿Hacia dónde piensa cons truir el PSOL a partir de ahora?
–El PSOL ha hecho una bancada muy expresiva en el Congreso, ha acertado en la política de construc ción de unidad en torno de Lula y ahora va a cumplir un papel im portante en el proceso de recons trucción del país en un gobierno de Lula. Mantendremos las banderas, la coherencia, como un sector de defensa de los derechos sociales, de los trabajadores, banderas de izquierda en el Congreso Nacional.
–La defensa del gobierno de Lula, ¿la piensan hacer también en las calles?
mó sus presencias). Entre otros, es taba el santafesino de Nuestraméri ca, Gastón Tati Restagno, el rosarino de Ciudad Futura, Juan Montever de, el referente del Movimiento Evi ta, Fernando Chino Navarro –muy afecto a preguntarle sobre Messi al piberío–, una docena de eurodipu tados de Portugal, Francia y España, referentes de Uruguay, Venezuela y Colombia y la figura del laborismo inglés, Jeremy Corbyn, que reaccio nó al sol poniéndose rosadito como un pollo desplumado. Cabe desta car que con sus 73 años siguió luego la larga jornada de vinculación con el MTST sin cansancio y yendo al frente hasta el final.
extrema derecha como lo ha hecho Bolsonaro en cuatro años. Hacen la lucha cultural, la lucha ideológica y por eso, con la fuerza que tiene la máquina del Estado, que ha usado de manera irritante en los últimos meses, hace una elección pareja.
= No creemos que haya un ries go real de golpe. En este punto está aislado. No hay nadie del gran po der económico de Brasil que apoye una ruptura golpista de Bolsonaro. No hay nadie de las fuerzas arma das que apoye una ruptura golpista de Bolsonaro. Ni siquiera Estados Unidos lo apoya. No hubo un solo golpe en América Latina sin apoyo de Estados Unidos. Entonces, lo que creemos es que va a haber un esce nario de tensión social, quizá de una violencia provocada por militantes bolsonaristas en la calle, después de nuestra victoria. Es un escenario probable.
los trabajadores contra un neolibe ralismo salvaje, que es la agenda de Bolsonaro.
–¿Cómo viviste personalmente haberle ganado al hijo de Bolso naro?
–Fue muy simbólico. El diputa do más votado de Brasil, hace cua tro años, fue el hijo de Bolsonaro, Eduardo, y esta vez tuvimos 250 mil votos más que él. También fue un mensaje de que el bolsonarismo no tiene la misma fuerza que hace cua tro años. El discurso que hicieron, de antipolítica, de antiizquierda,
–La política en Brasil no es la misma que teníamos hace 20 años cuando Lula gobernaba por prime ra vez. Nosotros vamos a ver una oposición de extrema derecha mo vilizada en la calle. El bolsonarismo también se organiza en la calle. Esto hace que la izquierda deba respon der en la calle. Si dejamos la calle para la derecha estamos perdidos. Mira, un gobierno progresista, de izquierda, sufre todo tipo de pre siones. La presión del mercado, del agronegocio, de la derecha, de sec tores del Parlamento. Hay que tener una fuerza organizada de la izquier da para que la agenda del gobierno venga más para nuestro lado. Creo que ese es el papel de los movimien tos sociales en Brasil.
A Santo André llegó una gran dele gación de veedores internacionales de la elección (extraoficiales, ya que el gobierno de Bolsonaro deslegiti
Ante los presentes, Boulos rese ñó el proceso político y electoral de Brasil en profundidad. Estos son al gunos tramos destacados.
= El gobierno de Bolsonaro fue la mayor tragedia que ha ocurri do en la historia reciente de Brasil, en todos los sentidos. Una trage dia política, institucional, porque amenaza a la democracia todos los días, una tragedia económica y so cial, porque Brasil fue el único país del mundo que salió del mapa del hambre de la ONU y después volvió, con el gobierno de Bolsonaro, por la destrucción de todas las políticas de seguridad alimentaria y de apoyo a la agricultura familiar.
= Pero, aún así, Bolsonaro man tiene fuerza en el país. Eso es una característica común en las fuerzas de extrema derecha en el mundo. Ha organizado una base política, social, ideológica muy cohesionada. En Brasil nosotros tuvimos 21 años de dictadura militar. Ni siquiera la dictadura militar ha organizado un movimiento de base, de masas, de
= La derrota de Bolsonaro no va a significar en Brasil la derrota del bolsonarismo. Se acabó la de recha liberal, la derecha tradicional del país. Se ha elegido una fuerte bancada bolsonarista y una fuerte bancada de la izquierda. Una pola rización. Incluso, de nuestro lado, con hechos muy expresivos. Ediane Maria es la primera trabajadora de casa particular electa diputada pro vincial. Yo fui el diputado nacional más votado de la izquierda más vo tado de la historia democrática de Brasil. Hay una compañera, Erika Hilton, la primera diputada negra y transexual de la historia de Brasil. Hay representantes índigenas, So nia Guajajara y Celia Xiakrabá, dos grandes mujeres, líderes indígenas electas diputadas en el Congreso Nacional. Pero también la derecha bolsonarista ha salido fuerte en el Congreso. Eso apunta para el es cenario que vamos a vivir una vez ganada la batalla del domingo, una vez ganada la batalla de la transi ción.
= Después del 1º de enero va mos a vivir una tercera batalla muy importante. Va a ser necesario por parte de Lula un esfuerzo tremen do para reconstruir al país, porque el gobierno de Lula fue devastador para las conquistas que habíamos logrado. Va a ser necesario de nues tra parte una batalla para enfrentar al bolsonarismo en la sociedad. Va a ser una batalla de movilización, cul tural, ideológica.
= El escenario que vamos a vivir en 2023 es muy diferente de lo que ha vivido Lula hace 20 años cuando llegó al poder. Es un país más polari zado, con una situación económica más precaria y que va a exigir de no sotros, la izquierda, la construcción de una articulación más osada, más amplia y más combativa para en frentar los desafíos que tenemos.
“El bolsonarismo también se organiza en la calle. Esto hace que la izquierda deba responder en la calle. Si dejamos la calle estamos perdidos”.Fue candidato presidencial en 2018, en 2022 hizo alianza con Lula y el PT. Con 990 mil votos, Boulos derrotó al hijo de Bolsonaro, Eduardo. Gabriela Carvalho
Un mar de ranchos con estructu ra de caña y paredes lona plástica yace bajo una línea de eucaliptus enormes en las afueras de San Pablo. Es una ocupación del Movi miento de Trabajadores Sin Techo, llamada Lélia Gonzalez. “Nosotros empezamos por la ocupación de la tierra”, dice uno de los referentes. Primero garantizar la tierra, des pués construir.
Los residentes tiraron un potente tres tiros para festejar. Uno de los referentes gritó “Eme té ese té” y se escuchó en estruendo “¡A luta é pra valer!”.
El lugar está ocupado por los más excluidos: mujeres madres solteras, violentadas sexualmen te, negros, LGBTIQ, todo a la vez y sin techo. En la ocupación viven más de tres mil personas, pero cada una de las casillas de plástico ya tiene una reserva. Es el primer paso para que las personas sin vi vienda tengan un lugar para vivir. El MTST inició la ocupación Lélia Gonzalez hace siete meses. Las torres de Novo Pinheirinho, en Santo André, comenzaron de la misma manera, con ocupación de tierras y el emplazamiento de cien
tos de pequeños ranchos. Hoy esas torres tienen departamentos de dos ambientes, de 60 metros cua drados (un 50% más que cualquier plan de vivienda oficial) y a un cos to equivalente mensual al de una garrafa de gas. Están orgullosas las mujeres del MTST por sus logros y se entiende por qué.
“Estoy muy orgullosa”, dice An drea Barbosa, residente de una de las torres de Novo Pinheirinho y referente del MTST, que participó en numerosas ocupaciones. “Para muchos tener una mesa, una he ladera, tener un sillón, tener un armario, es poco. Para mí, es mu cho, es lo que siempre soñé. Viví mucho tiempo en un rancho, don de conseguía las cosas de la basu ra para hacer la cama, el armario, la mesa. Ahora estoy en un lugar que yo conquisté. Este departa mento lo gané con mucha lucha”, explica emocionada.
“Cuando la gente habla de Bol sonaro tengo asco, miedo. Mi ma rido después de un accidente de tránsito fue asesinado con armas de fuego, en 2019. Cuando Bolso naro defiende las armas me duele mucho. A mis niños ya no les gus ta el Día del Padre. Encontré apo yo en el MTST, que me sacó de la invisibilidad y hoy soy una mujer luchadora. Ya pasé por muchas dificultades, mis hijos comían con migo en la calle y es por eso que tengo mucho amor por la Cocina Solidaria. Encontrar los platos lle nos en las Cocinas Solidarias me
da mucha alegría”, agrega Barbo sa. Las Cocinas Solidarias son co medores comunitarios del MTST. Durante la pandemia, abrieron cerca de 200 comedores, distribu yendo gratuitamente casi de un millón de raciones.
Ahora, el MTST quiere convertir ambas acciones en política pública de un futuro gobierno de Lula.
Las referentas de la ocupación explican que, en un principio y en asamblea, habían pensado en nombrar el lugar como Angela Da
vis, en honor a la feminista negra estadounidense. Pero luego, leyen do a la misma Davis, avanzaron a reconocer a las propias intelectua les feministas negras y activistas de Brasil. Por eso el lugar se llama Lélia González.
En los pasillos de la ocupación se ven, cada tanto, cocinas comu nitarias. Están apenas más conso lidadas, construidas con madera de aglomerado. El lugar tiene dos espacios culturales abiertos, un espacio para asambleas y un lugar específico para el cuidado de me nores.
La organización se encuentra hoy negociando con la Municipa lidad de San Pablo la tenencia del terreno, que hace 60 años está des ocupado. Los dueños originales no existen más como tales: el lugar era de una siderúrgica lindante, ahora abandonada. La deuda exis tente de los propietarios originales con el municipio asciende a 40 mi llones de reales y el terreno tiene un valor de mercado de 12 millo nes. Desde el MTST están esperan zados con avanzar.
En el marco de la elección, un contingente nutrido de veedores internacionales visitó y recorrió la ocupación, el viernes 28 de octubre al caer la tarde. Muchos, incluso los más jóvenes, estaban completamente fatigados por la jornada en las periferias de San Pablo. Primero habían visitado la Cozinha Solidaria y el complejo de viviendas de Novo Pinheirinho y luego habían partido para Lélia Gonzalez. Ya algunos eurodiputa dos no llegaron a ese último pun to del recorrido por los diferentes logros del MTST.
Sí estaba el laborista inglés Je remy Corbyn, que caminó al frente de la recorrida casi en todo mo mento. Con 73 años, Corbyn fue invitado a estrenar la lavandería de la ocupación.
Tras los aplausos, los residentes tiraron un potente tres tiros para festejar. Uno de los referentes gri tó “Eme té ese té” y se escuchó en estruendo “¡A luta é pra valer!”. Corbyn parecía tener cara de estar aprendiendo ahí algo. Aunque a veces las izquierdas europeas, de tan lejanas, se ven como borrosas, chiquitas o insondables.
¿Qué hace un inglés de 73 años cortando la cinta roja de una lavandería comunitaria ubicada entre miles de tiendas de plástico de una ocupación organizada por un movimiento social en San Pablo?Jeremy Corbyn es una de las principales referencias del laborismo inglés. Aquí, en una ocupación del MTST, con una delegación de veedores. Gabriela Carvalho
Cien mil personas marcharon, bailaron y cantaron sin parar el sá bado 29 de octubre porque al otro día Brasil vencería al fascismo. Las banderas rojas ondeaban en una agitación continua, las pancartas separaban los diferentes bloques de la marcha y después venían las ba tucadas imparables. Cada bloque, cada organización, tiene su batu cada y, si no, se canta a pelo nomás. Inusualmente, la mayor parte de la concurrencia rodea a los bloques. La población de a pie nomás, por fuera de los poderosos movimientos sociales, llenó la Avenida Paulista y ese quizá es el dato político más im portante para el futuro del país. El Brasil cabizbajo que vio el golpe par lamentario contra Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Lula rodean do sus caídas con resignada mudez hoy parece que no va a dejar de gri tar y ocupar las calles para defender al próximo gobierno del PT.
El sonido era ensordecedor. Una furia de felicidad se escuchaba de fondo general cuando un bloque paraba por un ratito la percusión para descansar. Brotaba el rugido de descarga, cuatro años de ho rror, de violencia y desamparo. Los muertos de la pandemia, la mili tarización social racista, la agresi vidad ignorante como política de Estado.
A cada paso, cada organización con una sorpresa. La bancada fe minista con una cuerda casi toda de mujeres y con cuatro zanquis tas que se bancaron todo el reco
La población de a pie nomás, por fuera de los movimientos sociales, llenó la Avenida Paulista y ese quizá es el dato político más importante.
rrido bailando, los múltiples ca rros con parlantes con música para bailar. Samba, lambada, arrocha y también hip hop a los gritos de un grupo jóvenes antirracistas. “O canto da cidade”, de Daniela Mercury, entonado masivamente a capella, emergió para dar una suave melodía. Y después, vamos de nuevo, volvió a todo volumen y baile arrebatado el leit motiv de las volanteadas, del activismo en la calle y de la Marcha: el pene trante y repetitivo forró “É 13”.
Los animales de la selva, las víc timas de la Amazonía, desfilaban lentamente en el bloque ambiental,
ligado a Marina Silva, que también apoya a Lula. Estaban encarnados en disfraces de felinos, aves, roe dores. Un loro humano comía una rama en el corazón económico del continente, rodeado de torres de acero y vidrio, de las principales empresas del país y del Bovespa.
Al final, una masa de motoqueros de reparto, el último eslabón del ca pitalismo digital, cerraba la carava na a puro cornetazo agudo, avance lento y banderas de campaña.
A 24 horas
El país está partido. Una fuerza es mucho más que una esperanza, es una historia de luchas de las di sidencias, de ocupaciones en las ciudades y el campo, de sindicatos combativos contra la dictadura, es el fondo profundo y ancestral negro e indígena que rompió sus cadenas de esclavitud y es un go bierno que sacó a millones y mi llones de personas de la pobreza.
La otra fuerza, también masiva, hoy se descompone en su propia violencia y racismo. El sábado 29, mientras la energía estallaba en el repique, el clac clac clac del tambo rim y el paso rítmico de la Marcha de la Victoria, apenas a 10 cuadras, en pleno centro de San Pablo, la di putada nacional bolsonarista Carla Zambelli y su patota persiguieron pistolas en mano a un hombre ne gro y lo redujeron en el suelo, ame nazándolo, después de disparar al aire. Zambelli, que entró a un ne gocio enfierrada y apuntando ha cia adelante, dijo haber sido hosti gada y empujada, sobran los videos que muestran lo contrario. Así su cedió ese sábado en la ciudad más grande del continente, así sucede hasta en la localidad más chica de todo Sudamérica. Sucede masiva mente, sucede todo a la vez, sucede en cuerpo a cuerpo en la calle y su cede en la pantalla de tu celular: la democracia y el fascismo se están enfrentando en todo el mundo.
La columna ocupaba en todo su ancho la Avenida Paulista. El calor era soportable porque el cielo esta ba nublado; la tormenta recién se desencadenó a las 20:00. Cerca de las 16:00 arrancó la caravana, cuyo recorrido llegó hasta la plaza Roo sevelt, otro sitio histórico de congre gación y lucha, con fuerte impronta de la cultura under y juvenil.
A lo largo del camino, los pues tos con conservadoras de bebidas se sucedían con preciada agua o con esa cervecita liviana y amable llamada Skol, la preferida por le jos de una concurrencia que a las 17:00 estaba efervescente. Algún puesto de choclo hacía recordar la playa, la mayor parte de la comida
eran espetinhos humeantes, cho rreando grasa para hacer llama, de vaca, pollo, cerdo, chorizo o queso. No se registraron puestos de choripán.
Había dos carros principales, uno más al fondo del PSOL, con el diputado nacional Guilherme Bou los y la diputada provincial Ediane María como figuras principales y el concejal Eduardo Suplicy, un fun dador del PT, con sus 81 años.
Inmediatamente después, se su bieron a un camión rodeado de un océano de gente.
A cuatro años
el mundo es fascismo, es fascismo es de mercado o es el mercado en trando en su modo fascista.
El obrero que se convirtió en presidente, cara a cara a la multitud arengaba con su voz ronca y cascada y ondeaba la bandera de Brasil.
Más adelante, el carro principal llevaba a Lula, su vicepresiden te Gerardo Alckim y Fernando Haddad junto a su vicegobernado ra, Lúcia França. También allí esta ba Marina Silva. Como un jubilado ekeko de la fortuna electoral, el Pepe Mujica acompañó el comien zo de la recorrida.
Mujica también estuvo presen te con Lula, Haddad y Alckim en la conferencia de prensa previa a la Marcha de la Victoria. Los prin cipales candidatos dedicaron el momento a hablar casi exclusiva mente de las fake news, y no sólo de las que propala el bolsonarismo, también la de los medios presentes.
En Brasil, que siguió como política de Estado el modelo de no hacer cuarentenas, no fomentar medi das de cuidado y poner en duda todo el tiempo la letalidad del virus y la eficacia de las vacunas, el Covid 19 mató a más de 688 mil personas. Después de Perú, es el país de Sudamérica con más muertes de Covid por habitantes. Entre los países más poblados del mundo, es el primero.
Unos 33 millones de brasileños hoy tiene hambre, es el 16% de la población. Los programas de vi vienda fueron paralizados. La defo restación de la Amazonía en 2022 fue la mayor en 12 años. La canti dad de incendios forestales tam bién es la mayor en 12 años. Sólo en 2021, desaparecieron 13.235 kilómetros cuadrados de selva: es casi el equivalente a todo el depar tamento 9 de Julio de Santa Fe. La cantidad de armas en posesión de la población llegó a un millón en julio de 2022, un 187% más de las que había antes de la llegada al Pa lacio de Planalto de Jair Bolsonaro.
Violencia, pobreza, desampa ro, destrucción del planeta. El viejo fascismo de masas se ajustó al nuevo capitalismo. Trocó ha cia los individuos cualunques, los emprendedores sin destino, es un corporativismo nuevo, con cuerpos sueltos en la intemperie abajo y con el gobierno de las empresas arriba. Esto que estamos viendo en todo
Sudamérica y sus dictaduras neoliberales ya le habían ense ñado al mundo que capitalismo y democracia liberal no se necesitan mutuamente. Sudamérica y su primera ola de gobiernos de iz quierda, literalmente paridos en el Foro de San Pablo a comienzos de siglo XXI, le habían enseñado a las izquierdas del mundo que la de mocracia era una vía posible para llegar al poder del Estado, que el poder del Estado no es tan sencillo de ejercer como se imagina y que el poder del Estado es imprescin dible para mejorar de forma real la vida de la población. Los fascis mos de mercado hoy muestran al mundo que no sólo el capitalismo y la democracia no se necesitan mutuamente, sino que lentamente comienzan a oponerse entre sí.
Con 77 años, casi 50 años des pués de convertirse en líder sindi cal metalúrgico, Luiz Inácio Lula da Silva, el obrero que se con virtió en presidente, cara a cara a la multitud arengaba con su voz ronca y cascada y ondeaba la bandera de Brasil, el pulmón del planeta, el corazón de Sudamé rica, el país más desaforado del mundo. Todas las esperanzas de una democracia real están depo sitadas en él. Y él deposita todas sus esperanzas en esa multitud agitando en las calles.
La Marcha de la Victoria no fue un cierre de campaña. Fue el pri mer acto político de defensa del tercer gobierno de Lula.
El cierre de campaña de la Lista 13, en la Avenida Paulista, fue una celebración de la democracia a puro repique y samba. El paso a paso de una marcha histórica, siguiendo a Lula da Silva en todo momento.Fueron cuatro horas de recorrido a toda samba a través de la Avenida Paulista, virando luego por la calle Augusta hacia la plaza Roosevelt. Gabriela Carvalho
Momentos después de que el Tri bunal Superior Electoral diera la elección por “matemáticamente definida”, Lula da Silva sube al es cenario y pronuncia algunas de las primeras palabras en su discurso como presidente electo: “Intenta ron enterrarme vivo, y estoy aquí para gobernar este país”. Se hace carne la historia de una resurrec ción al otro lado de la frontera, que resuena en la región y en el mundo. La tercera presidencia, la histórica. La necesaria. Un bálsamo para la democracia en el país vecino y para resistir el avance del fascismo en todo el mundo. Una esperanza para el pueblo brasileño, artífice de su propia salvación. Un instinto de su pervivencia con nombre y apellido, pero 60 millones de rostros.
Las urnas le pusieron fin a la pesa dilla bolsonarista, pero para hacerlo fue necesaria la movilización social más grande desde el regreso a la de mocracia. Alianzas electorales entre más de diez partidos, movimientos sociales, organizaciones de base, medios de comunicación alterna tivos, organizaciones culturales e influencers lograron algo hasta aho ra inédito en la historia política de Brasil, que un presidente pierda su reelección. Menos de tres años atrás el responsable de la hazaña estaba preso. Impedido de participar en las elecciones de 2018, Lula contaba los días en Curitiba mientras Bolso naro era proclamado presidente. Cuatro años ocupando el Palacio del Planalto fueron suficientes para que Bolsonaro degrade a Brasil en términos sanitarios, económicos, ambientales y democráticos. La ges tión de la pandemia fue criminal, aportando casi el 11% del total de las muertes a nivel global. Logró devolver a Brasil al mapa del ham bre, al día de hoy son 33 millones de personas las que no alcanzan una provisión suficiente de alimentos. La deforestación y los incendios en el Amazonas alcanzaron cifras ré cord, afectando una superficie de las dimensiones de un país como Bélgica. El ataque a las disidencias, a las mujeres, activistas sociales y ambientales, a negros y negras es una marca de su gobierno. Se tripli có –al menos– la tenencia de armas de fuego. Desde finalizado el escru tinio, Bolsonaro tardó casi 48 horas en hacer declaraciones públicas. Un récord lamentable para cualquier país democrático. A regañadientes, indicó que iba a respetar la Consti tución e instruyó a sus ministros que inicien el proceso de transición.
Así y todo, el actual presidente alcanzó alrededor de 58 millones
de votos, sumó más de 7 millones desde la primera vuelta y se posi ciona como el principal líder de un movimiento que parece difícil vaya a diluirse en los próximos años. Su gesta lo trasciende, ha logrado que sus ministros y aliados sean electos diputados y senadores. Más aún, el bolsonarismo logró consolidar un poder territorial formidable a par tir de las gobernaciones estaduales. En esta segunda vuelta se disputó la gobernación en doce Estados, de los cuales cinco quedaron en manos de gobernadores bolsonaristas (São
Paulo, Rondônia, Mato Grosso do Sul, Amazonas y Santa Catarina), mientras que cuatro fueron para el PT o aliados (Alagoas, Bahía, Es pírito Santo y Paraíba). En los tres restantes se eligieron gobernado res ligados a la centro-derecha (Rio Grande do Sul, Pernambuco, Sergi pe). Si sumamos estos resultados a los obtenidos en la primera vuelta, Lula va a tener el apoyo explícito de sólo diez de los veintisiete goberna dores. Además, tendrá que enfren tar la oposición de Estados como San Pablo, el más poblado y centro económico de Brasil, y Minas Ge rais, el segundo más poblado.
Bajo este panorama, y con mino ría en ambas cámaras, no se pue den augurar años tranquilos para el líder del PT y para el pueblo de Brasil. Sin embargo, vale recuperar una respuesta de Oliver Kornhblitt (Midianinja) en el I Argentino de Periodismo y Opinión Pública, or ganizado por este medio. Cuando le preguntamos sobre algunas de estas restricciones en un posible gobierno de Lula, enfatizó un carác ter distintivo y novedoso del movi miento que colocó a Lula de nuevo en la primera magistratura de su país: el pueblo de Brasil ya apren dió. Estos últimos cuatro años no fueron en vano, se observó el rever decer de la organización popular, se construyeron redes a la par de una conciencia sobre la necesidad de poner fin a un gobierno criminal y la responsabilidad de defender al nuevo gobierno en las calles. Este proceso ya acumula victorias desde la primera vuelta, con la elección de las primeras tres diputadas trans en la historia de Brasil y dos represen tantes indígenas. Una novedad de peso para la conformación de las nuevas cámaras.
Lula vuelve a la presidencia exac tamente luego de veinte años de su primer triunfo. Está claro que no es el mismo Brasil que gobernó entre 2003 y 2010. Tampoco fue sencillo en aquel momento, hay que recor dar que cuando asumió por primera vez no solo tuvo que hacerse cargo de las consecuencias fatales de la ofensiva neoliberal durante los años noventa, sino también de casi dos si glos de historia independiente mar cada por la discriminación sistemá tica, arraigada en las instituciones. Ahora, a los problemas económicos
que encontrará desde el 1° de enero le tiene que sumar la reconstrucción de una democracia real y la pacifi cación del país. Tampoco el mundo en el que se inserta el gigante sud americano se asemeja a aquel de principios de siglo. Aquel mundo se presentaba más afable para los paí ses emergentes, con mejoras en los precios internacionales y una fuerte prédica contra los planes de auste ridad y ajuste del Fondo Monetario Internacional. Un discurso que ci mentó la unidad latinoamericana de aquellos años. El presente es más difícil e inestable.
Lula tampoco es el mismo. Re conoce la magnitud de los desafíos que tiene enfrente, también quienes lo pusieron ahí. Como escribió Juan Pascual desde Brasil, es posible que el cierre de campaña del sábado haya sido “el primer acto político de defensa del tercer gobierno de Lula”. Todo indica que serán nece
sarios muchos más en los próximos cuatro años. De seguro encontrará resistencias en el Poder Judicial, al gunas fracciones de los mandos mi litares e incluso en ciertas esferas de la Policía Federal. El bolsonarismo ha calado hondo y de manera capi lar en la sociedad. Sus expresiones más transparentes son la violencia política y las manifestaciones pos teriores al día de la elección, donde cantidades importantes de partida rios de Bolsonaro movilizaron hacia cuarteles militares en pedido de una intervención. El gobierno de Lula deberá redoblar los esfuerzos y la creatividad para consolidar la convi vencia democrática y llevar adelante un programa de gobierno transfor mador, apoyado en alianzas cons truidas desde las bases populares como principal activo de gobierno. Al mismo tiempo, a la región le urge un líder que vuelva a colocarla como un espacio con posibilidades de futuro. Alguien que logre subir les la temperatura a los gobiernos progresistas del presente, colocar los a la altura de las necesidades que enfrentan. Quizás sea mucho pedirle al próximo presidente de Brasil, con la magnitud de los pro blemas que tiene fronteras adentro. Sin embargo, hace más de cien años Max Weber escribió que “la políti ca consiste en un esfuerzo tenaz y prolongado a través de tenaces re sistencias. Este esfuerzo requiere, al mismo tiempo, pasión y perspecti va. Es completamente cierto, y así lo prueba la Historia, que en este mun do no se consigue nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez. Pero para ser capaz de ha cer esto no sólo hay que ser un líder, sino también un héroe en el sentido más sobrio de la palabra”. ¿Quién, sino un héroe, es capaz de devolver le la esperanza a todo un pueblo? (*) Politólogo UNL
Ni la proscripción, ni la cárcel, ni toda la persecución sufrida evitaron que el pueblo brasileño haga presidente de nuevo a Lula da Silva. Superado el balotaje, ¿qué país le tocará gobernar hasta 2026?
A la región le urge un líder que vuelva a darle posibilidades de futuro. Alguien que logre subirle la temperatura a los gobiernos progresistas.Avenida Paulista, domingo 30 de octubre de 2022, a dos horas de que Lula superara a Bolsonaro en el conteo electoral de la segunda vuelta. Gabriela Carvalho
Desde el “Ele Não” en 2018 al 1º de octubre de 2022, los comicios en Brasil dejaron elecciones históricas, demandas complejas por atender y un interrogante por responder: ¿quién mató a Marielle y por qué?
Por Mariángeles GuerreroEjecutan a una concejala de Río de Janeiro y el mundo se estremece. No es la primera vez que ocurre; entre 2016 y 2018 asesinaron a 36 concejales en diferentes ciuda des de Brasil. Pero la imagen de aquella legisladora feminista, ne gra, favelada, lesbiana y socialista acribillada en plena calle interpela a los movimientos sociales y políti cos que pelean por los derechos hu manos. Su vida se vuelve bandera, se convierte en mandato: “Luche como Marielle Franco”.
La estructura patriarcal y capi talista de nuestra sociedad enseña que la excepcionalidad es el hori zonte. Las temporalidades se ace leran y las victorias o las derrotas de los movimientos populares son presentadas sucesivamente como éxitos o fracasos prácticamente
aislados. Quiero decir: olvidamos muy rápido. Quizás sea por la pér dida de una lectura en términos de procesos que la memoria es una reivindicación tan necesaria en es tos tiempos. En otras palabras, no se gana solo porque se hace una buena campaña electoral, sino por que se persiste en la resistencia.
En 2018, apenas unos meses después del crimen de Marielle, las mujeres de Brasil se movilizaron en la campaña Ele Não para evitar que Jair Bolsonaro fuera electo. “Él no”, decían las brasileñas, por su discurso misógino, racista y odian te. Bolsonaro finalmente fue electo y se podría concluir que aquella movilización fue un fracaso. Pero también podría pensarse que fue una advertencia sobre el después y, tal vez, un semillero de conciencias que se sintieron cada vez más incó modas con un Presidente de la Re
pública que avalaba explícitamente la violencia y el machismo ante las cámaras de televisión o en las redes sociales.
La elección significó mucho más que la definición entre Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro. Lo que estuvo en disputa fueron dos proyectos políticos diferentes cu yas bases de sustentación son ra dicalmente opuestas. De un lado están el miedo, el odio, las armas y los varones (blancos); en el otro se encuentra la resistencia de las mujeres, las poblaciones negras e indígenas y LGTBIQ+.
Para la historia La primera vuelta electoral en Bra sil definió dos candidaturas bien polarizadas para la segunda, la ma nifestación geográfica de esa divi sión y un Congreso con una presen cia mayoritaria del Partido Liberal.
Pero, sobre todo, fue el momento en que la esperanza comenzó a emerger. Erika Hilton (San Pablo), Robeyoncé Lima (Pernambuco) y Duda Salabert (Mina Gerais) se convirtieron en las primeras mu jeres trans en ser electas diputadas federales de Brasil; Sonia Guajajara (San Pablo) y Celia Xakriaba (Mina Gerais) en las primeras mujeres in dígenas en ocupar una banca en el Legislativo nacional.
Estos históricos resultados no fueron excepcionales, sino parte de procesos de resistencia a las políti cas de Bolsonaro que se cristaliza ron en un récord de candidaturas disidentes. En esta elección hubo 269 candidaturas LGTB, 183 indí genas y 14.015 afrodescendientes. A modo de continuidad discursiva con la experiencia del Ele Não, la campaña #ElasSim (ellas sí) se or ganizó en la previa a los comicios con el objetivo de potenciar esas propuestas electorales y aumentar la representatividad de mujeres, afrodescendientes, indígenas y LGBT en los parlamentos.
En 2022 se cumplieron 90 años del voto femenino en Brasil. Sin embargo, según datos de la CEPAL, en 2021 la presencia de mujeres en el Poder Legislativo nacional era del 15,2% (la media en América Latina para ese ítem es 33,6) y en el actual gabinete es del 6% (la me dia regional es del 28,7). Ampliar los espacios de representación en el ámbito político se pensó en clave de institucionalización de las de mandas de los movimientos socia les para contrarrestar la necropolí tica vigente desde 2018.
Fascismo o feminismo
El proyecto político que encarna Bolsonaro dejó en Brasil muerte y hambre. El desgobierno de la pandemia fue el ejemplo extremo del “sálvese quién pueda” y de la diseminación de la mentira como herramienta para el control social. El presidente de Brasil no actuó como un funcionario a cargo de la salud del pueblo, sino como un influencer replicador de discursos que –entre otras cosas– mandaban a tomar lavandina para curarse del Covid 19. El cementerio de Manaos repleto de tumbas es una de las fotos que quedará para la historia sobre el paso del fascismo por el Palacio de Planalto.
Contra ese modelo los feminis mos de Latinoamérica tienen su propuesta: un programa político para el buen vivir. Las militantes saben que es preciso la defensa de los territorios, de la memoria y de los cuerpos para sostener la vida en el planeta. Este proyecto colisiona
con un capitalismo cada vez más voraz que, en esta etapa, apela a los neofascismos como forma de consolidarse y, en consecuencia, a los discursos de odio para llegar al poder. El principal enemigo de una legitimidad que se construye con la mentira y el anonimato son aque llos movimientos que puedan revi talizar la experiencia comunitaria. Lula da Silva fue el nombre que reunió mayor consenso para evi tar la reelección de Jair Bolsonaro. Pero no ganó solo. Para que hoy en Brasil vuelva a gobernar el Partido de los Trabajadores (PT) se nece sitó de un acuerdo que reunió al amplio espectro del centro y de la izquierda brasileña: PT, Socialismo y Libertad (el partido al que per tenecía Marielle Franco), Partido Comunista, Partido Verde, Partido Socialista, REDE, Solidariedad, Avante, Agir y el Partido Republi cano del Orden Social (PROS). No es menor que el propio Lula haya reconocido públicamente, luego de haber ganado la primera vuelta. que fue Gleisi Hoffmann, la pre sidenta del PT, quien tuvo un rol fundamental en sostener el diálo go con las diferentes fuerzas para el armado. Hoffmann es la primera presidenta que tiene el PT desde su fundación en 1980.
Construido el armado político, se militó con la profunda convic
ción de que era necesaria la unidad para derrotar al fascismo. Y ahí, en las bases, estaban las mujeres, las travas, las y los afrodescendientes e indígenas que trabajaron visce ralmente por el cambio de gobier no porque en ello se les iba –lite ralmente– la vida. En septiembre pasado la Red Brasileña de Inves tigación sobre Soberanía y Segu ridad Alimentaria y Nutricional (PENSANN) informó que 33 millo nes de personas no tienen para co mer en Brasil y que 125 viven con la incertidumbre de saber si come rán. Los 33 millones que tienen un hueco de hambre en el intestino, explicitó el estudio, viven en casas donde la jefa de familia es mujer y negra. Sus domicilios se ubican en el norte del país, donde el electora
Parte de los procesos de resistencia a las políticas de Jair Bolsonaro se cristalizaron en un récord de candidaturas disidentes.
do prefirió a la coalición Brasil de la Esperanza antes que repetir otra gestión neofascista.
Alimentar la democracia
En estos tiempos en América Lati na nos preguntamos cómo reforzar las democracias de la postdictadu ra. ¿Por qué, a pesar de la muerte y el hambre, aún un 49,1% de la
población brasileña eligió el pasa do 30 de octubre a Jair Bolsonaro?
¿Será que son fascistas? Quizás fal te afianzar las democracias refor zando los derechos sociales y eco nómicos, apuntando a desarmar la desigualdad estructural, misógina y racista que viven estos países.
Quizás falte, también, aumentar la escucha y el diálogo para enfrentar
las mentiras que se difunden por WhatsApp.
El discurso proselitista de Lula fue en ese sentido: recordar una y otra vez el ascenso social de las y los pobres durante su mandato y el de Dilma Rousseff. Vale mencionar la reivindicación de Dilma porque fue la primera mujer que presidió Brasil y porque fue víctima de un
golpe de Estado que, en 2016 abrió camino al fascismo. Rousseff tiene una trayectoria política ligada a la resistencia y a la violencia sobre el cuerpo. Fue presa política durante la dictadura y, una vez en democra cia, carne de cañón de una opera ción judicial, mediática y política que terminó en el impeachment. Después, la ultraderecha apeló a las elecciones para llegar al poder. En 2018 Jair Bolsonaro le ganó a Fernando Haddad, el candidato pe tista, y comenzó una época que –en sintonía con el discurso de Donald Trump– convirtió a la vida cotidia na en una distopía. Con ese 49% sigue siendo una pregunta a res ponder cómo evitar que los enemi gos de la democracia real usen sus instrumentos institucionales para llegar a los lugares de decisión.
Ese será el desafío político del gobierno que asumirá el 1° de ene ro: reorganizar un país hambreado y violentado pero también hacerse eco de quienes contribuyeron a la victoria. Eso quiere decir recono cer los derechos aún pendientes de las mujeres y LGTB, de las y los negros e indígenas (como el dere cho al aborto, a la vivienda o a los territorios). El aborto será un punto clave teniendo en cuenta las ma nifestaciones del propio Lula en la
recta final de la campaña. En una carta publicada el 19 de octubre, el dirigente petista pidió el voto de las iglesias evangélicas asegurando es tar en contra del derecho a decidir, pero dejando una mirilla abierta: reconoció que se trata de una deci sión del Poder Legislativo.
Brasil fue uno de los últimos paí ses en abolir la esclavitud y el racis mo impregna todas sus institucio nes. Por eso es importante inscribir la victoria del pueblo brasileño con tra el fascismo como un legado de Marielle Franco. La concejala democráticamente electa y cobar demente asesinada creció en una favela, estudió y militó buscando un mundo justo. Su vida abrió un semillero de conciencias y también será el gobierno de Lula el que deba responder cuáles fueron los moti vos de su crimen. Echar luz sobre un femicidio político que apunta a la familia Bolsonaro resulta hoy un mandato ético.
En la noche del 2 de octubre, cuando ya se sabía el resultado de la primera vuelta y mujeres, ne gras, trans e indígenas celebraban elecciones históricas, la mamá de Marielle le preguntó a su otra hija, Anielle, militante social como su hermana: “¿qué cargo de ella esta ríamos celebrando hoy?”
Con el estreno de Argentina, 1985 el cine argentino volvió a estar en el centro de la discusión pública, como le pasa cada tanto. Es decir, solamente cuando una película empieza a levantar vuelo es que se vuelve a tomar a las pro ducciones argentinas como algo de calidad, de tradición, de su im portancia para el resto del mundo y ahí nos agrandamos y todo eso. Ni que hablar si de golpe una se gana un Oscar.
Por ahí, algún nombre saliente en el elenco o quien dirija o pro duzca puede ayudar a generar un poco más de charla en las redes, en un grupo de WhatsApp o en la boletería de un cine donde van a preguntar si pasan la última de Darín. En Santa Fe no serán las multinacionales quienes la pro yecten. No obstante, en todo el país hay salas orgullosas de es trenar y proyectar el cine propio, porque en cada provincia hay gente que bien lo hace y bien lo preserva manteniéndolo en car telera o produciendo conocimien to alrededor suyo.
“Con la intención de acercar la historia de nuestro cine a nuevas generaciones de cinéfilos”, inte grantes de tres medios especiali zados en crítica cinematográfica ( La vida útil, Taipei y La tierra
Por la cinemateca nacional Iván Bustinduy, coordinador en Taipei Revista, habla sobre el proyecto con un entusiasmo alto, aún cuando lo hace por teléfono en el medio de sus vacaciones: “Es un proyecto a pulmón que lo empezamos en mayo, enviamos unas mil encuestas que no todas tuvieron respuesta pero sí reci bimos muchísimas. En total rele vamos 804 películas, de las que tuvimos que conseguir afiches en buena calidad, rastrear si estaban disponibles para verlas online, las fichas técnicas…”.
Aunque la dificultad de reco pilar todo este material puede resultar lógica, es algo que po dría no ser tan así, si tan solo se promoviera desde el Estado un archivo que conservara copias de la producción nacional en una calidad decente, cuanto me nos: “En muchos lugares, incluso donde la actividad no ha sido tan importante como en Argentina, cuentan con estos archivos, pero lamentablemente seguimos es perando una cinemateca que las recoja, las restaure y las difunda y con un espacio físico que esté a la altura de los films a la hora de proyectarlos”.
dependiendo de la colaboración de coleccionistas privados como Fernando Martín Peña, que hace un trabajo muy valioso”.
quema) se mandaron a renovar la también tradicional Encuesta de Cine Argentino que supo or ganizar el Museo del Cine, entre 1977 y el 2000. El objetivo: armar un listado con las mejores pelícu las, obviamente.
Actualmente, las restauracio nes y recuperaciones de las cintas son iniciativas antes que producto de una política pública, como lo hace The Film Foundation, fun dada por Martin Scorsese. “De lo contrario seguimos dependiendo de la colaboración de coleccio nistas privados como Fernando Martín Peña, que hace un trabajo muy valioso, pero que no debería ser tan necesario”, se lamenta y agradece Bustinduy al teléfono con Pausa. Como salvedad del último tiempo, cabe destacar la recuperación y restauración de la obra completa de Fernando Birri, producto de un trabajo en conjun to entre el INCAA y la embajada argentina en Roma.
Todas las áreas, todas Durante la encuesta para encon trar las 100 Mejores Películas Ar gentinas (“obviamente votadas
desde cada subjetividad”), se re colectaron las respuestas de una variedad de personas más amplia que la aplicada en las ediciones anteriores. Fito Páez, Víctor Hugo Morales, Mariana Enríquez, Mi guel Rep, Elvio Gandolfo, Gusta vo Sala, Mauricio Kartun y hasta el propio Fernando Martín Peña mandaron las suyas.
Por suerte el voto acá no será secreto y se podrá ver qué res pondió cada quién en su perfil individual, que se podrá nave gar en encuestadecineargentino. com a partir de este 11 de no viembre. “Al pensar la lista para enviar las consultas quisimos ar mar algo más general pero que a la vez sea gente que sabe de cine, así que convocamos a músicos, escritores, actores, historietistas, artistas plásticos, periodistas, directores de teatro y técnicos de distintas áreas como fotografía y sonido”.
No lo urgente, lo importante “La lógica mercantil de acumular actualidades y hacerlas caducar
con la próxima novedad nunca nos encontró inspirados”, dicen en la editorial del primer número de La Vida Útil Revista de Cine, una definición que explica buena parte del aliento de este proyecto. “Queremos poner al cine argenti no en agenda, que lo sigamos re visando más allá de los estrenos
o Las aguas bajan turbias, pre sentes en los tops anteriores, ya empieza a verse la revalorización de otros directores como Leonar do Favio (quizás el director más votado) y la trascendencia del Nuevo Cine Argentino, palpable en la presencia de la obra de Lu crecia Martel.
La encuesta se va a presentar este viernes 11 de noviembre en el marco del Festival Internacio nal de Cine Mar del Plata, mismo día en que va a poder acceder al sitio web con los resultados. El sitio permitirá navegar de mane ra interactiva entre el top 100 las películas más votadas, el perfil de cada encuestado.
de la semana”, explica Bustinduy antes de contar una curiosidad del top 10 de películas argenti nas: ninguna es anterior a 1964.
A algunos clásicos de la época dorada del cine argentino (1930 a 1955) como La guerra gaucha
El entusiasmo por la historia, los temas, las preocupaciones y las formas del cine argentino genera mucha pasión, muchos medios especializados, muchos podcasts, reuniones y debates en muchísimas formas más, como por ejemplo esta encuesta. Insis timos en que, a esta lista, habría que agregarle más políticas públi cas. Cuanto antes.
Tres revistas especializadas reeditaron una encuesta inspirada en las realizadas entre 1977 y 2000. Con votos de Fito, Mariana Enríquez y hasta Víctor Hugo, armaron un top 100 de películas argentinas.Travestismo en 1949: Amalia Sánchez Ariño, Narciso Ibáñez Menta y Mirtha Legrand en“Vidalita”, una de las votadas por Iván Bustinduy.
“Seguimos
Empieza a verse la revalorización de directores como Leonardo Favio (quizás el más votado) y la trascendencia del Nuevo Cine Argentino.
¿Qué nos pasa cuando vemos una película que nos conmueve? ¿Cómo se mueve nuestra mirada entre las pantallas que usamos para trabajar o scrollear sin mirar y las que nos atrapan en el mundo de una histo ria? ¿Cómo se comparten las ganas de hacer cine y sus secretos?
Con preguntas como esas nació la Muestra Internacional de Cine Educativo (MICE), que tuvo su pri mera edición con sede en Santa Fe del 5 al 9 de noviembre. En su programación, incluyó talleres y proyecciones en Sapukay, el Museo de la Constitución Nacional, el Cine América, jardines, escuelas y esta ciones municipales.
Con diez ediciones en Valencia, cinco en Madrid, dos en la Habana y en Esmara en el desierto del Sáhara, el eje de MICE es la alfabetización audiovisual, el cine que apunta a la educación y las producciones hechas por y para infancias y jóvenes, tanto en aulas y espacios comunitarios como en productoras audiovisuales.
Claudia Ruiz, docente y realizadora audiovisual, está al frente de la edi ción local desde 2019, cuando viajó a la muestra en Valencia y junto al director, Joseph Arbiol, nació la pro puesta de que Santa Fe forme parte de la red de festivales.
En nuestra provincia, destaca Claudia, “tenemos una larga tradi ción de educación audiovisual en la provincia de Santa Fe, que empezó allá lejos y hace tiempo con Fernan do Birri y la Escuela de Documental, y tuvo pioneros como Juan Pablo Mendoza, que dejó una hermosa semilla en Santa Rosa de Lima, por eso el cruce de educación y de lo audiovisual es casi natural”. Desde que coordinaba el Taller El Pibe, a fines de la década de los 90, cuenta la cineasta, generar un festival para las producciones de las infancias era una asignatura pendiente.
“Hay tres objetivos macro: dar pantalla a les chiques, generar la mirada de otros materiales, y esti mular a los realizadores argentinos a producir otras cosas, porque hay muy poco cine para infancias en nuestro país, y necesitamos más producciones que les reflejen, a elles, sus deseos y problemáticas”, explica Claudia. Conversamos con ella para Pausa en el hall del América, después de una capacita ción titulada “Infancias y lenguaje audiovisual. Nuevos Espectadores, ¿cómo y qué miran?”.
Los cortos
Destinado a docentes de Jardines de Infantes municipales, talleristas y realizadores, el panel contó con una charla de Malena y Lola Fainsod, del
equipo coordinador del Consejo de Inventar Paka Paka, formado por ni ñxs de todo el país que acompañan la producción de contenidos del ca nal público para las infancias.
Por primera vez desde su con formación en 2020, lxs pequeñxs consejales se desempeñaron como jurados de los cortos para las in fancias en la competencia del MICE Santa Fe. En el proceso, se dedi caron a “pensar qué significa ser jurado y qué premiamos cuando premiamos, qué les interesa resal tar desde sus propias categorías”, explica Lola. Así, los premios que otorgaron fueron galardones con categorías nuevas, más concretas y creativas que las habituales. Por ejemplo, Rodincel recibió el pre mio “Al más colorido”, porque “nos gustaron todos los colores que tenía y la música que pusieron. ¡¡Nos pa reció que debió haber tenido mu cho trabajo!!”, dictaminaron. Tam bién La invasión del mercado de la Cruz ganó como “La historia más engañosa, porque combina lo real y lo imaginario”; Geométricos fue “La historia más motivadora para ayudar a nuestres amigues” y Que los cumplas cuac cuac recibió su galardón como “La historia más in geniosa que cuida el planeta”.
El Jurado de la selección para adolescentes estuvo integrado por Pilmayquén Passerini, Ana Paula Fleitas y Ignacio “Chaky” Lillini, rea lizadores y docentes santafesinxs, que pasaron por espacios como los talleres El Pibe y El Globo Rojo. “Los tres vienen atravesados por la edu cación audiovisual en la infancia,
por eso nos interesó convocarles para que puedan valorar las obras desde su experiencia como realiza dores niñes”, explica Claudia.
La selección de cortos de la pro yección “para grandes”, el sábado a la noche en Sapukay, partió de esa misma premisa. Se trató de pro ducciones de realizadorxs santafe sinxs vinculadxs con los espacios de educación para las infancias. Mis miedos de Claudia Ruiz; Después del eclipse de Bea Blankenhorst; Carlos Montaña de Itatí Rome ro; Acordate de darme un beso al despertar de Estefanía Clotti y Llueve dirigida por el integrante
del jurado, Chaky Lillini. Los tres últimos llegan esta semana a la car telera del 28º Festival de Cine Lati noamericano, en Rosario.
Que siga Malena Fainsod apunta a la tradi ción de literatura, teatro y media ción de la lectura para las infancias, particularmente rica en Santa Fe y en el país, para buscar teoría, pers pectivas e información para replicar experiencias de educación audiovi sual. “La clave es reunirse con otros que tengan ganas de hacer lo mismo y trabajar de forma integral, articu lando entre docentes, creadores, ar
Se puede escribir a micesanta fe@gmail.com para organizar proyecciones y experiencias para el 2023. A su vez, a prin cipios del año que viene abre la nueva convocatoria para el Consejo Inventar Paka Paka, para niñxs de entre 7 y 10 años de todo el país.
tistas de distintas disciplinas y armar con les niñes eso que todavía no está armado”, afirma.
“En la ciudad hubo y hay un mon tón de experiencias, la idea era jun tarnos para poder seguir creando y capitalizar todos esos aprendizajes, seguir abonando a la construcción colectiva. Por eso les invitamos a que el año que viene nos volvamos a en contrar antes del Festival, para que esto se vaya multiplicando. Es un camino en construcción, en el que nosotres podemos ayudar y cada une tiene que ir probando día a día”, comparte Claudia, ya con la cabeza puesta en la segunda edición.
Desde las distintas actividades, MICE puso foco en la importancia de la educación audiovisual, en un contexto de abundancia de imáge nes y de pantallas desde la primera infancia. Dejó la mecha encendi da para reforzar y generar nuevos espacios para trabajar el lenguaje audiovisual con las infancias y de sarrollar junto a ellas una mirada fresca y despierta, que habilite ex periencias estéticas y de disfrute, así como el pensamiento crítico y las ganas de crear.
“Mundial”, cuál es la primera sen sación que le produce?
“La vida se divide en Mundiales”. Esa frase se leyó y escuchó varias veces cuando alguien intentó ex plicar la importancia que tiene una Copa del Mundo para buena parte de la humanidad. Cada uno sabrá si la vida le marca un antes y un des pués en cada Mundial, pero lo que todos sabemos es que desde 1930 el fútbol escribe una historia diferente cada cuatro años.
Desde aquella primera cita en Uruguay hasta el último encuen tro en Rusia, el reciente libro Mitos y Leyendas en la historia de los Mundiales rescata futbolistas, téc nicos y golazos literarios que ter minan en una gran vuelta olímpica para el lector.
En esta oportunidad se juntaron dos jugadorazos del periodismo grá fico, Juan José Panno y Oscar Barna de. La experiencia y habilidad para jugar esta clase de partidos son dos puntos destacados para no dejar de leer esta nueva obra de la “literatura futbolera”. Y como si esa dupla fue se poco, Carlos Ulanovsky también dejó su sello en el prólogo y Miguel Rep en sus ilustraciones.
El “Nene” Juan José Panno, en un mano a mano con Pausa, devolvió todas las paredes con la calidad que lo caracteriza.
—¿Cuando le dicen la palabra
—Me dicen Mundial y me pasa lo que a la mayoría de los argentinos. Imagino que podemos salir cam peones del mundo, que podríamos festejar unidos, que sería una fiesta extraordinaria y al mismo tiempo me preparo para la frustración por que aprendí que no se puede ganar siempre. Es que naturalmente so mos candidatos, pero no los únicos. También se me amontonan los re cuerdos de los Mundiales que viví, de lo que conocí y de las sensaciones más diversas que experimenté. Me siento un privilegiado porque viví de cerca ocho mundiales y este va a ser el noveno. Tuve la suerte de es tar en México en el 86 el día de los goles a los ingleses y en la final, tuve la desdicha de ser testigo de la golea da contra Holanda en el 74 y cuatro años después la consagración contra casi la misma Holanda en el Monu mental. Vi el gol e Maxi Rodríguez a México y el de Cambiasso a Serbia y Montenegro, y los penales contra In glaterra en el 98 y fui con una banda de amigos a Rusia y me llevé en el 86 como trofeo la camiseta de Valdano, que ahora la doné para que se exhi ba en la escuela TEA. Además, me pasa como a muchos futboleros que referencio mundiales con mi vida: mi hija nació en España 82, mi hijo antes de Italia 90, y así.
—Básicamente es un libro de historias, salvando los abismos es como las Mil y una noches de los Mundiales, el libro está lleno de mi tos, leyendas, curiosidades, biogra
fías, perfiles, datos comparativos, detalles útiles e inútiles, surgidos en algún caso de nuestras propias vivencias o de la curiosidad perio dística para ponernos a hurgar en la historia. Es una especie de viaje compartido de Montevideo a lo que puede ser Qatar, pero sin estructura
cronológica. Uno puede agarrar el libro en cualquier tramo y da lo mis mo. El valor del libro también está en los dibujos de un amigo, Miguel Rep, y el generoso prólogo de otro, Carlos Ulanovsky
—¿Por dónde pasó el placer de escribir el libro que comparte con Oscar Barnade?
—Por la sensación de que podía mos tirar mil paredes y devolvernos la pelota siempre redondita. Como cuando jugábamos en el potrero y decíamos “tomá”, cuando en reali dad lo que queríamos era que nos dieran la pelota. “Tomá” es el equi valente a “dame” y autoriza al otro a que diga por su parte “tomá” para seguir el circuito de toque. Bueno, así nos entendíamos. Cuando nos sentamos a hablar del libro uno mencionaba a la transmisión radial absurda de Rivadavia en plena gue rra de las Malvinas en la que no se podía mencionar a Inglaterra y obli gaba a malabares verbales y el otro respondía con el jeque que anuló un gol o con la incentivación a los polacos en el 74; la increíble carta de Krol o las hazañas de Garrincha. Oscar Barnade es además un gran estadígrafo y el libro está lleno de datos muy significativos. También es divertido darnos cuenta cómo po díamos pasar de la leyenda literaria a la refutación periodística y encon trar el equilibrio.
—¿Qué historia, dato o anécdo ta mundialista contaría siempre en una sobremesa?
—Lo primero que se me aparece es mi grito desaforado en el gol de Di María a Suiza en el 2014, el final de la aventura (debería decir la odi sea) que fue viajar de Rio de Janeiro a San Pablo. Habían sobrevendido el vuelo, me bajaron del avión que llegaba tres horas antes del partido y debí tomar otro que llegó con el par tido ya empezado. Un taxi que voló desde el aeropuerto hacia el estadio llegó hasta donde podía y caminé bajo un calor infernal muchas cua dras (que me parecieron cientos de kilómetros) hasta que me di cuenta que nunca iba a llegar. De pronto descubrí que había una fan fest, con una pantalla gigante a la que le daba el sol y se veía muy poco. Entre el humo de los cigarrillos, los vahos del alcohol y el aroma de la marihuana alcancé a ver apenitas el gol argen tino, me abrace con unos argentinos medio mamados que tenía cerca, que nunca había visto ni volveré a ver en mi vida mientras revoleaba la mochila con la computadora con la que se suponía que tenía que es cribir después el comentario. Hacía décadas que no iba a una popular y como nunca me sentí un verdade ro hincha. Contaría eso o hablaría de los goles de Diego a los ingleses,
—¿Qué le cuenta al lector Mitos y Leyendas en la historia de los Mundiales?Oscar Barnade y Juan José Panno, los autores del libro sobre la historia de los Mundiales. Por Gastón Chansard
de la sala donde se hizo el Juicio de Nuremberg que pude visitar en el Mundial de Alemania o de cómo maquillaron la ciudad de Neza los mexicanos en el 86. En fin, muchísi mas historias sobre lo vivido en cada Copa del Mundo.
—¿Con qué escritor Maradona podría tirar las mejores paredes?
—Con (Osvaldo) Soriano y con (Roberto) Fontanarrosa, especial mente, y también con (Eduardo) Sacheri y Juan Sasturain, tipos fut boleros con los que él se sentiría muy cómodo. También con Osvaldo Santoro, el autor de un libro maravi lloso: Literatura de la pelota —¿Cuál es el mito o la mentira
mundialista más importante que millones de personas todavía re piten?
—Que el partido con Perú en el 78 estaba arreglado. Y no hay pruebas de eso, más allá de que la dictadura más sangrienta de nues tra historia pudo haberlo intentado. Hicieron cosas diez mil veces más
terribles que eso, ¿qué problema iba a tener en arreglar un partido? Lo real es que Perú llegó eliminado; que Argentina por un sistema regla mentario absurdo sabía que estaba obligada a hacer cuatro goles; que ya le había ganado unos meses antes en Lima 3 a 1 con un gran paseo y que en los primeros minutos hubo dos jugadas claras de gol para Perú, que no fueron goles de milagro. Ho nestamente no creo que el partido estuviera arreglado.
—¿Quiénes son los 11 futbolis tas (1930 al 2018) que no pueden faltar en el álbum Mundial?
—Uh qué difícil. No se los puede nombrar a todos. Pero bueno, Ma radona, Messi, Pelé, Cruyff, Platini, Beckenbauer, Marzolini, Passarella, Garrincha, Puskas, Leónidas, Euse bio, Yashin, Jairzinho, Gerson, Rive lino, Obdulio Varela, Fillol, Schiaffi no, Ronaldo el brasileño, Ronaldo el portugués, Stábile, Modric, Ove rath, Just Fontaine, Zidane, Mba pee, Eden Hazaard, Gerd Muller y siguen las firmas…
—¿Cuál fue el mejor Mundial de la historia?
—Todos tienen lo suyo. Es una pregunta muy difícil. El de México 86 tiene un gusto especial, único, pero ya se sabe que es por Maradona y por el título, pero también fueron
buenos el de México 70 con un Bra sil increíble, el del 74 por Holanda, el del Alemania 2006 que fue una fiesta de un pueblo que ya no tenía las culpas del primer Mundial.
—¿Además de jugarse en nues tra primavera-verano, qué parti cularidades le encuentra al Mun dial de Qatar 2022?
—Que se va a jugar en una sola ciudad, cosa que tiene un antece dente en el 30, pero con solo 13 equipos; que por primera vez se va a jugar en un país árabe; que va a ser muy fuerte el choque de cultu ras, que va a ser caótico y a la vez va a ser futbolísticamente muy bueno porque hay grandísimas figuras en varios equipos.
—¿Cree que Argentina es una de las selecciones favoritas a que darse con el Mundial de Qatar?
—Lo que creo es que puede ga narle a cualquiera o perder con cual quiera de los equipos más fuertes: Francia, Brasil, Alemania, Inglate rra, Bélgica, Portugal, Dinamarca, Croacia. Veo un peligroso triunfa lismo que puede provocar que un tercer puesto se tome como un fra caso, aunque sepamos lo difícil que es llegar a eso. Está bien el equipo, está bien Messi, soy optimista, pero vuelvo a lo que decía antes, se pude ganar o perder con cualquiera.
Por Marina Porcelli
Edificio enorme como un panal, en Barracas, con diez pisos y seis departamentos por piso, con corredores vastos y luces amarillas. Viven principalmen te familias, gente que madruga antes de que el día aclare. Una vez que se atraviesa el último pasillo del último piso, se des emboca en una terraza angosta y de mosaicos, con macetas en el borde y trazos de brea y aluminio en el suelo, de cara al pulmón. Ahí, las dos habitacio nes. A mí me gusta más estar en la habitación de él que en la mía. Hay más orden en la de LǏ Dōng.
A veces, sin embargo, salgo a hacer un trámite en el centro, o voy al mercado, o se me pasa la tarde con los adornos sobre un saco (sobre todo, si hay shows de mariachis a la medianoche, antes de que la planta baja se convierta definitivamente en karaoke de música china hasta el amanecer) y LǏ Dōng llega pero no nos vemos. Y hay otras veces en las que pienso que sería bueno si LǏ Dōng andu viera por acá, que podríamos tomar té y conversar un poco y besarnos, pero la tarde se pasa y él no llega.
***
(Pero en estos encuentros, pienso, y no lo digo, es como si el tiempo cambiara de algún modo. Como si se detuviera y se atemperara. Como si sucediera en otro lugar, lǎo Dōng.) ***
Dōng también es congelar, dice LǏ Dōng. Depende del tono, me dice, el chino funciona por acento. Se pone de pie, abre las cortinas, busca los cigarri llos en el bolsillo de la camisa, me ofrece uno. Sentada en la banqueta, niego con un gesto. Hace años que lo dejé. Alterar, mover, tocar, usar, también se dice dong, dice LǏ Dōng. Se acer ca a la ventana anochecida. El contorno de las hojas pinchudas de las plantas de mis macetas, allá en el borde, se carga de oscuridad. LǏ Dōng aspira y abre los ojos. La lengua sobrevive a los dientes, murmura. Está en
calzones y con la camisa abierta.
Dōng también significa este, el punto cardinal.
Ciertas noches de Buenos Aires se parecen a las de las historias de fantasmas. Hay un montón de historias de poetas chinos, medio locos, que son como las historias de los fantasmas.
Se queda en silencio, sin mo verse. La ceniza va formando una columna delgada en el cigarrillo que sostiene no sé cómo entre el índice y el mayor. Él hace un gesto mínimo con la boca después de besar. Como una pausa, como si se suspendiera. Tiene ese mismo gesto ahora.
Yo tomo un poco de té, estiro las piernas y lo miro.
Aunque vivía en Shànghǎi, nació en Jilin, en la frontera con Corea. Más de veinte grados bajo cero durante todo el invierno. Por eso aguanta estar así, pienso, con la camisa abierta en pleno julio. Sonrío. Tiene los ojos muy oscuros y planos. Tiene los ojos más lindos que yo vi. No se lo digo. Me quedo mirando la columna de ceniza de su cigarrillo, las piernas largas. Después, la cama. Los libros apila dos sobre la mesa de luz.
Además está lo del sueño. Una pesadilla, que se le repite. LǏ Dōng está corriendo en un campo de hie lo (debe ser Jilin) mientras mucha gente corre a su alrededor. No sabe dónde van, pero no está desespe rado, ni siente miedo. Es algo casi peor: sabe que tiene que correr y que no puede detenerse. Todos corren como si fueran ovejas, y él lleva un peso interno, enorme, del que nadie se da cuenta, y del que no se puede deshacer.
Quiero volver, dice.
Me sobresalto. Estuvimos mu cho rato en silencio.
¿No te gusta acá?
Acá es ningún lado, dice des pués.
Sonreí.
Tas exagerando, le digo.
Entonces le pregunto a LǏ Dōng si cree en el destino. Se lo pregun to de golpe, y porque a veces me sorprende el encadenamiento de cosas que se da para que dos perso nas se encuentren. Encontrarse, coincidir es extraño. La mayor par te del tiempo la gente no coincide, las cosas no se encuentran, digo después.
De Cuaderno de invierno, nove la corta, Cuadrivio, México, 2021.
Bajo la tesis de la música intradu cible de Borges ¿qué es un viaje? Viajo desde Santa Fe a Para ná en colectivo y desde Paraná a Gualeguay en auto para una lectura. El sol de las tres y media de la tarde adormece. El trayecto antes del túnel, mientras surca el micro sobre la pampa recta, se parece a una ensoñación o a un enigma, tal como afirma la tesis borgeana. Hago para mí misma el translate y escribo en mi mente una variación de la canción que me genera la llanura: notas de piano en tonos bemoles en el medio del estallido seco del sol que revienta alrededor de los ran chos. Ruido blanco que interrum pe la canción de notas suspendi das. Desde arriba en la autopista, sobre los rulos del Yatch Club, la música revuelta de la Laguna Setúbal, ese sapo inmenso que se hincha y se deshincha según el Paraná se incline sobre ella.
Llegando a la entrada del puente, la tierra deja de ser chata y la vegetación crece en matas y colas de zorro. La música es a algo con acordes y viento, po drían levantarse muy alto barri
letes. Las pelucas desordenadas de las matas desaparecen bajo el oído sordo en el Túnel Subfluvial. Ponés mute al entorno y entrás como en un frasco de agua, sin agua. Si viajás con auriculares, los oídos igual entran en sordina. Abajo del agua, vacío. Fffup. Salís del tapón de aire ¡Pop! y Paraná es como Córdoba Capital pero amable, rural y fresca. Se oyen los sonidos de las calles sin mucho tránsito o con tránsito livia no (¿los coches en Paraná deben durar más, o menos que en la llanura?) y el aire siempre es más limpio que en Santa Fe. Al oído, ambas cosas suenan como una canción instrumental, con la letra por escribir. Es decir, una promesa. Me buscan en auto por la puer ta de la terminal, atestada de gente esperando. La terminal de Paraná es circular y eso permite un random de visión y de escu cha amplio. Los sonidos de pies, bolsos, risas, llantos de bebés, to ses, operaciones verbales de com pra y venta en los quioscos, son como una canción de Bjork con capas superpuestas. Al entrar al auto, suena un CD de Sumo que nos acompañará todo el viaje y FM Vida que tiene repetidoras en esa ruta, a puro trap y reguetón. De Oro Verde en adelante, los más variados colores en la gama del verde, el marrón y el amari llo, aparecerán para poner el ojo como si uno estuviera en otro planeta, uno enteramente verde y lisérgico. Me cuentan en el via je en auto dos cosas: una, sobre
una feria de libros ambulante donde el vendedor revende edi ciones fotocopiadas de clásicos de la literatura mundial, a dos mangos; el vendedor arma ferias de pueblo en pueblo entrerriano y en la última, arma la venta en la iglesia, bajo la cruz principal del salón; el otro relato lo narran a la altura de Laguna del Pesca do, pegada a Victoria: la laguna guarda en su interior naves de ovnis que suelen salir a perseguir autos. Nos quedamos callados mientras observamos el espejo de agua de la laguna. Es azul y enorme. Después, mucha charla entremezclada, saturada de in terjecciones, sorbos de mate, una bajada en Victoria a cargar agua. Algunas lecturas que hago de poemas de Emma Barrandeguy, en voz alta, nos ponen a reírnos y a pensar en silencio mientras tomamos mate.
Llegando a Gualeguay, la tardecita hace al cansancio del viaje, porque hizo mucho calor. Baja la temperatura, corre una brisa fresca. Llegamos a la casa de los amigos que nos reciben para la lectura. Charlamos y descansa mos. El sonido es el de las pala bras atropelladas de los que hace mucho que no se ven, y de los que recién se conocen, ese traspié de ir y venir en las conversaciones que permiten a los seres humanos reconocerse: el habla. Nos dejamos estar en ese final de disco. ¿Hay cosa más cálida que la conversa ción, esa dulzura que tenemos para nosotros, los humanos?
Hay algo de asumir una vida saludable que nadie te advierte: no sólo que te complica la existencia, sino que además le abre la puerta a todo tu círculo social para que opine al respecto.
Por Belén DegrossiHa comenzado la peor etapa del año, adorados lectores de esta co lumna. Ya la venía presintiendo desde hace unas semanas, pero optaba por hacerme la desentendi da, como quien no se hace cargo de que tiene una crisis hasta que dicha crisis no le explota en la cara. Han llegado los mosquitos al barrio, las remeritas a las vidrieras y las conversaciones sobre quién se va a tomar licencia o vacaciones a nues tras vidas. Estamos, inminente mente, cada vez más cerca del vera no. O como yo le digo, la peor etapa del año, sobre todo si vivís en Santa Fe, tenés sobrepeso y problemas de transpiración, y no tenés plata.
El verano con plata es otra cosa. El verano con plata no es verano. El verano de quienes no toman colec tivos y no se quedan pegados en el asiento plástico del 5 un martes a la tarde yendo a terapia es simple mente una ilusión, una fiesta donde se despilfarran cervezas y piletas y casas en la playa.
Este verano, además, me en cuentra particularmente irascible. Tiene que ver con una propensión mía a acumular desgracias. Sigo viviendo en el monoambiente sin ventilación ni circulación de aire en el que vivía el verano pasado, con la particularidad de que ahora cuento con un aire acondicionado que se usa a discreción. Su uso depende, en realidad, de qué tan benevolente se ponga el ministro de Economía. Y yo sospecho que en este frente se nos viene un verano pesado.
Pero, sobre todo, este verano me encontrará haciendo dieta y ejer cicio. Como ya he adelantado en columnas anteriores, la decisión no surgió desde el pleno convenci miento de que una vida mejor exis te, si no desde el profundo sentido de la obligación. Diría: de la super vivencia. Pero no del placer. Me en cuentro en una situación compleja, como suele sucederle a esos explo radores de la jungla que para sobre vivir deben chuparse el veneno de la serpiente que los picó. ¿Me gusta hacerlo? No. ¿Me siento mejor? Al rato. ¿Me creo moralmente supe rior? Sí claro, por supuesto. Existe una propaganda de la vida saludable que no es del todo hones ta. Si googleas “dieta”, por ejemplo, te asaltan miles de fotos de mujeres hegemónicas sonriéndole a una ensalada, casi como si el plato les hubiera contado el chiste más gra cioso del universo. La ensalada en cuestión se presenta mustia, sin mucha personalidad, incluso les di ría poco apetecible. Pero ellas son ríen. Probablemente la sonrisa ten
ga que ver con la constipación y las flatulencias, ahora que lo pienso.
Hay algo de asumir una vida sa ludable que nadie te advierte, y que me siento con el deber de poner so bre la mesa: no sólo que es una por quería y te complica la existencia, si no que además le abre la puerta a todo tu círculo social para que opi ne al respecto. Sospecho que esto no sucede cuando una, por ejem plo, se somete a otro tipo de trata
bas al mate que le dejaron el mismo gusto que, asumo, debe tener la mochila de un baño químico que ya soportó ocho recitales de Coldplay en River.
Desmotiva que todos, todas y todes interpreten que una es una esponja dispuesta a absorber infor mación en un momento de vulne rabilidad y, sobre todo, muchísima hambre. Mientras vos me hablás del germen de trigo, Luciano, yo estoy mirándote y te veo forma de salame picado grueso. Hablás y ha blás y todo lo que puedo ver es un salame enorme, de esos que te de jan los dedos grasos y la boca con sabor a carne y especias por varios días. De esos salames que más que salames son brillo para labios co mestibles.
miento médico. Nadie va a decirte cuál es la mejor forma de hacerte una diálisis, pero cuando deslizás que estás a dieta todos se transfor man en Cormillot. No puedo ni em pezar a contar la cantidad de tips y sugerencias que la gente me ha he cho sin siquiera tener idea de lo que arrojaron mis últimos estudios mé dicos. Desde comer semillas activa das a meterme polvo protéico, de hacer una semana de dieta líquida a eliminar cualquier tipo de líquido que no sea agua filtrada dos veces.
Me han mandado a mirar el ciclo de la luna y a comer pasto, a no salir a caminar de noche y a ponerle hier
De mis primeros meses de dieta he descubierto que todos se ponen contentos con tu dieta y tu com promiso pero que también te van a invitar a realizar entre dos y treinta actividades por semana que infie ren comer todo lo que no podés ingerir. En este país, en esta ciu dad, no hay actividad social que no incluya carbohidratos vacíos y gra sas saturadas. ¿Una amiga está en crisis? Te invita a tomar mates con bizcochos. ¿Vas a jugar al fútbol 5? Hay que hacer tercer tiempo. ¿Te toca cubrir un congreso de neuroci rujanos ecofeministas? Hay pan de masa madre y hummus. ¿Velorio? Sánguches de miga. ¿Bautismo? Muffins de hostia con nutella y vino de misa. No sé, no fui a muchos bautismos, creo que se come eso. Hay una cuestión con la comida
que no es menor: los argentinos nos juntamos a comer. El comer no es el acompañamiento, es el centro de la juntada. El 90% de los ofrecimien tos sociales que me llegan incluyen algún tipo de ritual culinario que involucra matar una vaca, carnear la, generar una hoguera enorme, ponerla en el medio, tirarle la tres cuartas partes de la sal del Mar Ar gentino y comerla con una caja de seis botellas de caña Legui y dos hormas de queso sardo. El brutalis mo culinario argentino, otrora una de mis cualidades favoritas de este país, ahora me parece doloroso. La exuberancia de una tanda de sán guches de miga que reposan suaves dentro del cajón de verduras de la heladera, vaciado con precisión para la ocasión, tapados con un trapo húmedo que ningún broma tólogo aprobaría… me destruye. Lo pienso, y se me rompe algo aden tro. Probablemente la vesícula. Sueño con ríos de mayonesa. Sueño con una Bristol donde los lo bos marinos son de chizito y maní recubierto, las sombrillas de morta
della, el mar de coquita fría. ¿Qué épica puede construírse con una milanesa de soja? No hablo de que sea más o menos rica, saludable, nutritiva. Hablo de que nos inter pele poéticamente, hablo de que nos conmueva, hablo de que pueda hacernos vibrar el cuerpo con ese shock de serotonina y felicidad que sólo los ultraprocesados pueden traernos.
No hago aquí apología de la porquería. Canalizo, en estas bre ves líneas, un deseo personalísimo que no puedo transformar en otra cosa: quiero que me guste la vida fit. Quiero desearla. Quiero tenerle ganas. Quiero pensar en un duraz no en el momento de angustia, y no es un alfajor Águila triple relleno con dulce de leche y amor y cariño. Quiero que el olor de un brócoli hir viendo en la olla me genere la mis ma sensación de hogar que el de una milanesa fritándose en la sar tén. Quiero sentir esa risa instan tánea que me genera tomarme una coquita fría en otras bebidas que no me hagan pelota.
Algo debe haber en mi psiquis, criada a publicidades de los 90 y una dieta basada en todo lo que tiene un envoltorio bonito, que no me permite conectar con lo saluda ble de la misma forma en la que co nectaba con todo lo que de a poco me estaba transformando en una planta fofa de oficina, de esas que todos prometemos regar pero que después olvidamos, dejándola mo cha e inconsciente en su maceta, a la espera del triste final.
Me ponen así las ganas de co mer. Porque es eso. Claramente es eso. No es hambre. No conozco el hambre. Soy una privilegiada. Pero ¿ganas de comer? Esa es mi espe cialidad. Es lo que ahora me hace escribir estas líneas mientras miro con cuidado sobre la pantalla los ladrillos de la pared y pienso, con el paladar, que quizás su sabor no debe ser muy distinto que el de un turrón de Navidad, que en textura puede acercarse a un crocante de almendras, que si me estiro un po quito los puedo chupar y sacarme la duda y, sobre todo, las ganas.
Sueño con una Bristol donde los lobos marinos son de chizito y maní recubierto, las sombrillas de mortadela, el mar de coquita fría.
Para las ratas, este mes puede traer muchas sorpresas. Tenga una actitud concentrada . Hacer yoga, es mucho más saludable que stalkear a la ex. El mensaje del I Ching: la montaña, el aquietamiento. Mandá amor al 2020.
Este mes el buey lerdo toma una actitud optimista. Es momento de recuperar todo lo que aprendió en ESI. Recuerde que tiene una familia. Mensaje del I Ching: el lago, lo sere no, regocijante.
No siempre es tan malo lo que no podemos comprender. Una actitud diplomática puede ser el puente para evitar un bombardeo emocio nal. Es momento de modernizarse, aproveche al Ahora 30, es lo que hay. Mensaje del I Ching: el trueno, lo suscitativo, movilizante.
No hay zanahoria que se pueda cambiar por un sueño verdadero. Para obtener algo valioso debe estar dispuesto a hacer un gran esfuerzo. Una actitud placentera puede ser el comienzo. Las expectativas generan frustraciones. Mensaje del I Ching: el fuego, lo adherente y luminoso.
Si los dragones llegaron a esta altura del año es porque aún existen. No pierda la actitud positiva, todo suma en la vida. a menos que tenga que pagar ganancias. Lo que la vida separó, que no lo una el Instagram. Mensaje del I Ching: el lago, lo sere no, regocijante.
Para las serpientes nada es más complejo que el regreso del calor. Tome una actitud sensual y recuerde no hay más que tener un cuerpo para disfrutar del verano. Mensa je del I Ching: viento, lo suave, lo penetrante.
Para los equinos no será un mes fá cil. Se recomienda tomar una actitud racional o bebidas heladas. Si ama, ame con libertad. La soledad no es estar solos. Mensaje del I Ching: la tierra, lo receptivo, abnegado.
Las cabras están en un gran proceso de transición. Todo lo que debe ser inmutable no será del Estado. Mensaje del I Ching: paciencia, es el primer Mundial en diciembre.
Para los monos, noviembre es una revancha. No deje para mañana lo que pueda depositar hoy. No deje que las amistades eclipsen sus
argumentos. Mensaje del I Ching: el abonado se encuentra fuera de servicio.
Para los gallos este mes es un amanecer constante. Es un cami no tomar una actitud compasiva.
Alejarse del drama, no cuenta como deporte. Mensaje del I Ching: el agua, lo abismal, peligroso.
El Cerdo
A río revuelto, todo camalote se siente en una fiesta electrónica. Tenga en cuenta que una actitud
proveedora no resuelve todo. Las se gundas partes nunca fueron buenas a excepción de El Padrino. Mensaje del I Ching: el viento, lo suave, lo penetrante.
El Perro
Los fieles caninos ya no saben
qué hacer para encontrar un hueso. No todo can es Dylan. Los ladridos sólo demuestran cierto miedo, es momento de acomo dar la cucha. Definitivamente la paciencia es un arte, ahora a practicarlo. Mensaje del I Ching: el cielo, lo creativo, fuerte.