Cultura colaborativa, economía solidaria y procesos de código abierto

Page 1

CULTURA COLABORATIVA, ECONOMÍA SOLIDARIA Y PROCESOS DE CÓDIGO ABIERTO La realidad se impone. Son afortunadxs en estos tiempos lxs que pueden dedicarse en exclusiva a crear un producto, conceptualizar una exposición, pagar a un equipo de asistentes para desarrollar una obra, tener una oficina física, obtener un margen razonable de beneficios económicos por su actividad... No es nuestro caso, desde luego. Pero, ¿tendríamos que aspirar a ello?

Las sociedades democráticas socialmente desarrolladas, como El Salvador, se arman de herramientas legales para permitir a la sociedad ejercer su derecho de Ciudadanx activo. Así, nacen las leyes de Transparencia, que también hay que aplicar en el sector cultural. Ya saben, los datos de la administración pública, los pagamos todxs, por tanto, son de todxs.

Esta exposición ha sido trabajada de forma deslocalizada: la co-ordenadora, los diseñadorxs gráficos y de producto trabajan sus 9 horas diarias (cuando no más) en agencias de publicidad, estudios, centros culturales, etc. Algunos, como Male Cuéllar, viven en otros países... Es en su “tiempo libre”, a las 5.30 a.m, un domingo a las 12 p.m., desde sus casas o a escondidas en su trabajo, donde se han ido desarrollando los productos que aquí se presentan.

Por ello, hemos querido compartir, abrir el código de los procesos, económicos, creativos y laborales, para favorecer tu posición activa y reivindicativa, y para que creativamente puedas beneficiarte de este modelo de gestión basado en la colectividad, en la suma, en el trueque, el intercambio y el gana-gana. Así, puedes descargarte los planos de la lámpara LUMBRA, licenciados bajo creative commons. Puedes acceder a toda la documentación generada del desarrollo de la exposición: planos, materiales, ideas descartadas, etc. También a los presupuestos, tanto del montaje, como de la lámpara, y cómo se produce la distribución de los mismos: Amalgama gana, los diseñadorxs invitados a participar y los seleccionados en convocatoria pública por un jurado especializado ganan, el Centro Cultural de España gana, los beneficiarios de la Funda Quique ganan, las empresas patrocinadoras ganan, El Salvador gana, pero sobretodo ganas tú.

Unx puede producir de forma individual, y compartir los resultados grupalmente, la tecnología nos lo permite. Bocetos, fotografías, cronogramas, afiches, estrategias de comunicación, propuestas museográficas... Todo lo material cabe en una carpeta, en una carpeta (digital) en la nube. Sin embargo, crear colectivamente, significa negociar, comprender al compañerx, significa cuestionar, debatir, ser flexibles, dejar de lado los egos personales... para llegar a “lo común”. Cada unx da lo que puede, hay quien invierte 20 horas en trabajo físico, y hay quien no teniendo el tiempo, solamente comparte una idea que brilla, y resuelve el problema. En este reparto simbólico de fuerza de trabajo, es fundamental gestionar el amor, la confianza, los afectos... y esto requiere de contacto físico. De mirarse a los ojos y escuchar una inquietud, de darse una palmadita en la espalda. Por ello, inefectiblemente, ha sido vital para todxs tener un espacio físico donde reunirnos para tomar decisiones. Sentirnos en casa... Una casa que, no sabiendo de horarios, respeta al vecino. Los procesos de cualquier producto, desde la conceptualización hasta la venta, sean colectivos o individuales, son frecuentemente invisibles para el público, para tí. ¿Cuántas personas, máquinas, energía, intervienen por el camino? ¿Qué se gasta en cada una de las fases? ¿Qué se pierde y qué se gana? ¿Podrías hacerlo tú? Tenemos tan interiorizadas las lógicas de mercado, que como consumidores solo participamos en la última etapa, el pago, sin pararnos a pensar qué hay detrás. El producto se cambia por dinero. Como consumidores culturales solo nos retorna el ocio de visitar una exposición y de lo que de esta podemos aprender, que no es poco. Normalmente, estas actividades son gratis para el público, y aunque el Derecho a la Cultura es adquirido y universal, también lo es el Derecho al trabajo. No saber el tiempo que toma montar una muestra, o lo que se ha invertido en su montaje, o el precio de la obra, a veces resta valor a la cultura, y nos resta también oportunidades de participación, situándonos de forma dirigista como meros espectadores pasivos, impidiéndonos, entre otras cosas, ejercer nuestro derecho de crítica a las inversiones públicas.

Cuando hablamos de ganancias no hablamos de dinero únicamente, pero sí hablamos de Capital: capital económico, simbólico, cognitivo, emocional, social... Los patrocinadores ganan visibilidad y reputación, al ejercer buenas prácticas como la Responsabilidad Social Corporativa; los diseñadores ganan oportunidades de desarrollo, reputación y distribución; Amalgama gana prestigio (entendiendo éste como un valor meritocrático, no el “viejo prestigio” )y ¿por qué no? ganan dinero para continuar desenvolviéndose; el Centro Cultural de España gana, porque puede ofrecer calidad a los habitantes de La Casa Tomada y cumplir con su programa de Cultura + Software libre: Código 503; los usuarios ganan: se entretienen, piensan, con la compra de la lámpara ejercen el comercio justo, se informan, participan en la rifa de una lámpara, asisten a un concierto, se llevan una revista de (buen) diseño, en la inauguración aprovechan un momento relacional (networking), se nutren de nuevas ideas, descargan su lámpara ejercitando el DO IT YOURSELF, pueden replicar la gestión colectiva del proyecto para sus propios emprendimientos, regalan justicia en Navidad, invierten en talento salvadoreño, quizá algunxs se animen a practicar todas estas características de “La cultura libre” y con un poco de suerte, piensan ¿Y yo qué hago para que mi país brille? @ciudadana_alvar Este texto ha sido redactado para la exposición LUMBRA, del Colectivo AMALGAMA, pero es igual aplicable al Estudio de Grabación de La Casa Tomada, que se inaugurará en febrero de 2013, o la tienda de (buen diseño) FACTORY, y posiblemente, para futuros emprendimientos que puedas llevar a cabo tú.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.