11/7/2021
La trilogía de la autoficción de Guy Maddin | CONTRAPICADO
CONTRAPICADO La trilogía de la autoficción de Guy Maddin Publicado el 31 marzo, 2011 por Paula Arantzazu Ruiz
“At what point are our memories made of celluloid?” [1] “…Tras escribir el guión, probablemente lo ignoré y sólo cogí la cámara y filmé, como de memoria, junté a todos los actores e hice que interpretaran mi vida tal y como la recordaba a través de la bruma de cloro y amnesia…” [2] “¿Se trata de una autobiografía sensu lato con la forma y el estilo de una novela (que bien podría introducir incluso algunos elementos ficticios)? O, por el contrario, ¿se trata de una ficción (novela del yo), en la que el autor se convierte en el protagonista de una historia completamente fabulada?” [3] Acercarse al cine de Guy Maddin y más en concreto a su trilogía de la autoficción -formada por Cowards Bend The Knee (2003), Brand Upon The Brain! (2006) y My Winnipeg (2007)- supone un viaje en el tiempo [4] sin límites y por las marismas ficticias de su relato personal. Es además uno de los mejores ejemplos fílmicos de la “aspiración psicótica del individuo a autocrearse o reinventarse” [5], característica esencial, podríamos sentenciar, de la autoficción, sin duda la manifestación cultural más propia de las sociedades postindustriales, según afirma el académico Manuel Alberca. Y es que en el cine del director canadiense no hay velos ni pudor alguno por mostrar su imaginario como representación de una o más psicopatías personales. Las pulsiones violentas acaparan gran parte de la narrativa, el propio montaje e incluso la figuración y el cuadro; ningún elemento cinematográfico es ajeno a ésta y lo convulso, en definitiva, ejerce como motor de un cine donde lo fantástico retoma su significado literal al invocar el canadiense los fantasmas de un pretérito (propio y del cine) mediante este uso psicótico de la imagen, citando de nuevo a Alberca, y henchido, paradójicamente, de melancolía. La trilogía de la autoficción se presenta, así, como el epítome de todas esas constantes: un tríptico de oposiciones, de contrastes y conflictos personales expuestos hasta la hipérbole, y un monumento, en última instancia, a la memoria y a la ausencia de ésta, la amnesia, porque, como recuerda Georges Toles, su amigo y guionista habitual, “para Guy Maddin toda narración contemporánea que sea honesta es finalmente un relato sobre la amnesia” [6].
En Cowards Bend The Knee, el protagonista, Guy Maddin, es amnésico; en Brand Upon The Brain!, el personaje principal, llamado a su vez Guy, que lleva treinta años fuera del hogar queriendo olvidar, regresa a casa y una marea de recuerdos le invaden; mientras que en My Winnipeg, de nuevo Guy Maddin como personaje (y narrador) nos adentra en Winnipeg, su ciudad y al mismo tiempo un espacio mental, un conglomerado de recuerdos y ficciones que se agolpan en su memoria. En ese recorrido que va de la amnesia a acudir al recuerdo para acabar invocando que no desaparezca, Maddin investiga y se expande hacia todas las posibilidades cinematográficas para que ésta quede impresa más allá del tiempo y de la materia. Hay en los tres filmes un componente de superar la nostalgia, de resistencia a lo caduco, como también de “filmar lo que está ‘antes’ y lo que está ‘después’...” [7], de visibilizar, por tanto, ese movimiento contrapicado.net/article/la-trilogia-de-la-autoficcion-de-guy-maddin/
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