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Año 1 - Número 1 - Julio de 2008

El inquilinato más grande del país

“Ha sido muy duro pero en Hollywood estoy haciendo realidad mis sueños” GENTE estuvo con la diva colombiana en Los Ángeles

Paola Turbay

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“Ha sido muy duro pero en Hollywood estoy haciendo realidad mis sueños”

Paola Turbay

Por Sergio Ramírez Fotos: Andrés Bermúdez, enviados especiales a Los Ángeles

Después de protagonizar la serie Cane, una de las actrices más queridas por los colombianos, sigue su carrera en la televisión de Estados Unidos. Ahora está en la nueva temporada de Californication con David Duchovny (protagonista de Los archivos X), y trabaja con ganas para llegar al cine. GENTE estuvo con ella en Los Ángeles descubriendo cómo es su vida en la ciudad de las estrellas

Una mujer feliz Que valora las cosas pequeñas de la vida, a pesar de las dificultades, así se considera a sí misma

Vestuario: Vestido y suavo, Amelia Toro

Vestido estampado en chifón de seda, de Beatriz Camacho.

Paola Turbay.

Segura y hermosa Después de haber sido uno de los personajes más populares de su país viajó a Estados Unidos para probarse donde nadie la conocía.

Traje verde pistacho, de María Luisa Ortiz.

“Lo que he conseguido lo logré haciendo fila, esforzándome, como debe ser, demostrando que uno no tiene que desnudarse en una revista para convertirse en actriz”

Vestido negro y fajón, de Johanna Rubiano.

Xxxx tana al mundo PXxxónica Lopera los viajes son una oportunidad de conocer y conocerse mejor.

“Llegar a Hollywood no es el éxito, el éxito es lograr hacer lo que te gusta no importa el lugar, sentir que estás haciendo bien tu trabajo, que lograste lo que querías”

Viviendo entre estrellas Paola es vecina de David Beckham, amiga de Billy Baldwin y compa帽era de David Duchovny.

Xxxx tana al mundo PXxx贸nica Lopera los viajes son una oportunidad de conocer y conocerse mejor.

Suelta en Beverly Hills Quince años después de casi convertirse en Miss Universo sigue siendo una mujer bellísima.

E

ntre las colinas de esta megaurbe de 751 kilómetros cuadrados y 18 millones de habitantes brotan nueve letras, levantadas muchos años atrás, en 1923, que simbolizan la mayor fábrica de sueños del mundo: H-O-L-L-Y-W-O-O-D. Miles cada año se detienen a mirar el aviso con la ilusión de que pronto obtendrán una audición que les permitirá alcanzar el cielo. Mientras llega ese momento algunos trabajan como dependientes de una pizzería (como Julia Roberts), repartidores de domicilios (Brad Pitt) o empleados de mudanzas (Tom Cruise). Paola Turbay Gómez no es tan famosa como ellos, pero logró lo que ninguna otra actriz colombiana consiguió antes: protagonizar una serie dramática para una de las principales cadenas televisivas de Estados Unidos, y nunca tuvo que tratar de sobrevivir con algún oficio mal pago mientras “llegaba su hora”.

Hace dos años Paola, la más recordada de las reinas del país y una de las mujeres más queridas por los colombianos, era una completa desconocida en Estados Unidos. Eso aducían los directores de casting cuando le

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anunciaban que no había sido elegida para determinado papel, y fue una de las razones por las cuales la decisión que cambiaría su vida se demoró varios días. “Lo único que les dije a los productores era que si ellos pensaban que definitivamente no querían a una desconocida para el papel, me dijeran de una vez, porque si no iba a ser la elegida yo tenía otras opciones que considerar”, asegura, mientras se acomoda en la parte de atrás de una camioneta en la cual nos desplazamos por el noroccidente de Los Ángeles en medio de un tráfico que ya empieza a congestionarse hacia el final de la tarde.

Le pasó antes en Miami. Realizó varias audiciones para actuar en la serie policíaca CSI , en Fast and the Fourius y Nacho Libre, entre otras producciones, y finalmente le dijeron que no, porque no tenía suficientes créditos. Esta vez todo fue distinto. Algunas semanas después de su primera prueba carteles gigantescos con su rostro adornaban fachadas de edificios y los costados de los buses en Los Ángeles y Nueva York. Se le veía sonriente al lado de figuras como Jimmy Smits, Héctor Elizondo y Rita Moreno, los coprotagonistas de Cane, la serie sobre una

Vestido corto negro en de Faride Ramos.

“Me gusta vestirme para sentirme bien, pero nunca me he preocupado por convertirme en un ícono de la moda”

familia cubano-estadounidense de destiladores de ron transmitida por CBS y que en Colombia pudo verse por Warner Channel. Sus compañeros de trabajo hablaban de cómo le iba a cambiar el mundo cuando fuera verdaderamente famosa. “No mucho –les aseguró ella– yo ya sé lo que es ser famosa, llevó más de 15 años siendo famosa en mi país”. Claro, hay diferencias. Es más fácil ser famoso en Colombia que en Estados Unidos

Canal RCN, que aunque no contó con mucha suerte en Colombia fue vendida a más de 20 países (incluyendo canales latinos en Estados Unidos). En Los Ángeles la reconocen mucho menos; sin embargo, no le preocupa, como tampoco le impresionó ver su cara en las inmensas vallas, ni la posibilidad de convertirse en estrella en Hollywood.

“No sabes quién soy yo”

“Cuando comenzó Cane todos pensaron que la fama me iba a cambiar, pero yo llevo más de 15 años siendo famosa en mi país”

Algunos curiosos rodean nuestra sesión de fotos en el muelle de Santa Mónica. Una pequeña, rubia y de ojos azules, se le acerca a Paola para decirle que su hermano quiere un autógrafo. “Tú no sabes quién soy yo”, le suelta Paola, convencida de que un pequeño anglosajón de 11 años no era el público de Cane. “No, tú tampoco sabes quién soy yo”, le responde el jovencito, interesado más en la belleza de la actriz que en su currículo.

Cuando llegó a Miami, la primera escala de su nueva vida, varios latinos la reconocían en la calle por su papel protagónico en Las noches de Luciana, una telenovela del

Ahora vive en Beverly Hills, es vecina de figuras como el futbolista David Beckham, amiga de otros no menos famosos como el actor Billy Baldwin, ha compartido set con estrellas como David Duchovny (el protagonista de los Expedientes X) y, aunque suene a cliché, es una actriz de Hollywood. “Pero es que llegar a Hollywood no significa que ya lograste el éxito. Hacer lo que te gusta, sin importar el lugar; sentir que estás haciendo bien tu trabajo, que conseguiste lo que querías, eso sí es el éxito”. Cuando era pequeña lo que Paola Turbay quería hacer era actuar en Broadway. Nació en Houston (Texas), GENTE 83

Segura de sí misma Hace más de seis años dijo que viajaría a Estados Unidos, participaría en un piloto y actuaría en

“Siempre he aceptado lo que la vida me ha mandado, bueno o malo. Creo que tiene que ver con mi fe en Dios y la seguridad de que las cosas llegan por algo” donde habían viajado sus padres a terminar sus estudios. A los 10 años volvió a Colombia con varios retos, uno de ellos: aprender español. “Es el idioma en el que pienso, es como el idioma emocional, al inglés lo considero mi segunda lengua, pero tengo la ventaja de que no tengo acento”.

una serie importante.

Lo logró.

Sancocho californiano Hoy en familia sólo se habla español. Sophía, su hija de 11 años, acaba de llegar del colegio, saluda y sale al patio a jugar con su hermano menor, Emilio, quien debe cargar con un yeso en la pierna derecha producto de algún juego en el bosque que rodea la casa, una especie de pequeño rincón colombiano en las colinas de Beverly Hills. María, la empleada quindiana, prepara sancocho en California, los cuadros en la pared son de Iván Hurtado, un joven artista antioqueño, y Paola aún se arrepiente de, por primera vez, no haber viajado a Colombia en las pasadas navidades.

Siempre quiso ser actriz. No se ausentaba de ninguna obra de teatro en el colegio y salía en comerciales desde los 14 años; incluso, cuando acabó la secundaria, tenía el firme propósito de irse a Nueva York. No le salieron las cosas como esperaba. “Me faltó berraquera para irme sola”, es lo único que dice. El destino tuvo que dar la vuelta.

A los 20 años su mejor amiga, María Andrea Lara, la convenció de que compitiera por la corona de señorita Colombia. “Me lo habían propuesto varias veces desde que tenía 15 años, pero siempre dije que no. No necesitaba un reinado para sentir que era bonita y no me interesaba ser reconocida por algo que al final no es mérito de uno sino mérito de la genética”. No obstante, ella conocía el punto débil de esta mujer que aún hoy colabora con organizaciones humanitarias en todo el mundo y que hace algunos días viajó a Colombia exclusivamente para participar en una campaña en contra del cáncer de seno.

“Siempre me ha gustado trabajar con la gente y ella se me metió por ahí, me dijo que pensara en todo lo que podía ayudar si quedaba de reina y finalmente le dije que sí, pero que lo hacíamos a mi modo”. Su modo incluyó visitar al alcalde de Bogotá de la época, Juan Martín Caicedo, y decirle que aceptaba ser reina pero que no le interesaba participar en un concurso. “No quería hacer todo ese esfuerzo y que después eligieran a la hija de algún político, así que le dije que me eligiera por decreto y él aceptó”.

Estudiaba sus últimos semestres de sicología en la Universidad de los Andes. El resto es historia: fue a Cartagena, ganó; viajó a Tailandia y vio cómo, por cuestiones políticas, se quedaba sin la corona de Miss Universo, que terminó en la cabeza de la representante de Namibia. “Era la época de Pablo Escobar, los apagones y las bombas y

Xxxx tana al mundo PXxx贸nica Lopera los viajes son una oportunidad de conocer y conocerse mejor.

Hacia adelante Acaba de filmar su primer cap铆tulo de la serie Californication y prepara una audici贸n para un papel en CSI Miami.

el mismo jurado me confirmó que la reina era yo, pero finalmente se la dieron a otra”.

No lo dice con resentimiento, lo cuenta casi como si le hubiera pasado a alguien más. “Una de las cosas que desarrollamos los actores es una gran tolerancia a la frustración”. Durante los tres días que he estado siguiéndola, visitando su casa, acompañándola en las sesiones de fotos, nunca se ha mostrado alterada, ni siquiera cuando por culpa de nuestra última entrevista se ve obligada a llegar tarde a la cita con su entrenadora, la mujer que le ayuda a preparar sus personajes. “Toda la vida he sido optimista, siempre he aceptado lo que la vida me ha mandado, bueno o malo. Creo que tiene que ver con mi fe en Dios y la seguridad de que las cosas llegan por algo”.

Me sorprendo, le pregunto si no se aburre de ser tan buena todo el tiempo, esa mujer que, según asegura una revista de Miami, “cualquier hombre llevaría, orgulloso, a la casa de su madre a almorzar”. No, dice.

“Me gusta ser buena. Me esfuerzo por ser buena, no

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creo que eso sea un problema”. Es buena madre y buena esposa. “Alguien debe quererla mucho”, le dice una mujer, en un restaurante de comidas rápidas, al ver el anillo que le regaló su esposo Alejandro Estrada hace unos dos años, cuando, más de una década después de su primer enlace (transmitido por televisión) le pidió que se casara de nuevo con él. ¿Puede ser alguien tan feliz? Pregunto de nuevo un poco incrédulo.

“Sí –responde sin dudar–. He tenido la bendición de ser feliz, de aprender a valorar las cosas pequeñas. Eso no quiere decir que no haya tenido problemas, he tenido dificultades, quiebras en mi familia, separaciones, una educación estricta y diferencias con mi esposo”.

Temporada de ‘pilotos’ Realmente es una mujer feliz, y descomplicada. Nos detenemos en un restaurante mexicano de comidas rápidas llamado El pollo loco. El último lugar donde uno esperaría encontrarse a la protagonista de una serie de televisión que

Vestido dorado de lentejuelas de Johanna Rubiano.

“No necesitaba un reinado para sentir que era bonita y no me interesaba ser reconocida por algo que no es mérito de uno sino una cuestión de genética” el día de su estreno fue vista por 13 millones de personas en Estados Unidos. Se cambia rápido el traje que sirvió para tomarse las últimas fotos cerca del letrero de Hollywood y se queda con un pantalón negro y una sencilla camiseta blanca. Es difícil pensar que es la misma mujer que entra a clubes exclusivos vestida con ropa de grandes diseñadores.

“Me gusta vestirme para sentirme bien, pero nunca me he preocupado por convertirme en un ícono de la moda”.

La verdad no parece preocuparse por nada. Cuando ya su carrera despegaba en Colombia su esposo tuvo que radicarse en Miami. Paola empacó maletas y se reunió con su familia. “Me gustan los cambios; además, era la oportunidad precisa para buscar otras alternativas y podía viajar a Colombia una semana al mes para grabar Noticias calientes”.

Estudió, filmó comerciales para poder ingresar al sindicato de actores, buscó las audiciones que podía concretar desde la Florida y se consiguió un agente. “Yo no sé si esta niña sabe actuar o no, pero tiene un aura

que lo único que dice alrededor es éxito”, aseguró Raúl Mateu, presidente de William Morris en Miami, cuando la conoció. Tanto él como todos los demás le insistían en que debería radicarse en Los Ángeles si quería una carrera como actriz.

El día llegó. Entre idas y vueltas realizó audiciones para la temporada de ‘pilotos’, las pruebas de las nuevas series que los productores presentan primero a las cadenas y luego a los anunciantes. De las decenas de proyectos recibidos, CBS realizó 28 pilotos, sólo se aprobaron tres y de los tres únicamente una serie dramática salió al aire: Cane.

Habían pasado 15 años desde que compitió por el título de la mujer más hermosa del universo. Mucho tiempo, dirían quienes aseguran que debió haber aprovechado mejor sus oportunidades. Después de su exitoso reinado las ofertas sobraron. “Llegaron a decirme que ellos escribían el personaje que yo quisiera con tal de que actuara en algunas de su producciones”.

Durante años se negó. “Me parecía una falta de respeto GENTE 87

“Creo que una de las cosas que desarrollamos los actores es una gran tolerancia a la frustración”

con los actores de carrera que contrataran a alguien simplemente porque había ganado un reinado de belleza”.

Aplazó su carrera como actriz. Hoy duda, piensa que de pronto habría podido comenzar más temprano, radicarse antes en Los Ángeles; después recuerda que lo intentó, en 2005, y decidió que no estaba lista. “Al final las cosas llegan cuando tienen que llegar”, concluye.

Por casi una temporada completa el sueño americano se hizo realidad. Por primera vez decidió que podía con el título de actriz. “Antes de actuar en Cane no me parecía que lo mereciera, pero esta vez tenía la satisfacción de que habían apostado por mí aquí, donde nadie me conoce, podía estar segura de que me lo había ganado”. Al día siguiente de la primera emisión de Cane la llamaron para hacer una audición para El solista, una película de Joe Wright (Orgullo y prejuicio) protagonizada por Robert Downey Jr y Jamie Foxx, apareció en un artículo en Vogue y fue declarada por TV Guide como una de las cinco nuevas figuras de la televisión estadounidense que “había que ver”.

Todo parecía ir por buen camino hasta que la huelga de guionistas se atravesó en el medio. Después de cuatro meses de paro la cadena decidió no seguir con la serie. Tampoco se nota tristeza en su voz, nada más allá de la desilusión de saber que era un buen producto, aunque algo costoso de realizar, que, de no haber sido por la huelga, habría podido lograr mayor reconocimiento.

No hay tiempo de mirar atrás. Ahora interpreta el papel de una latina, empleada del servicio, que se convierte en el nuevo interés romántico de Hank Moody, el rebelde escritor al que le da vida el ganador del Globo de Oro David Duchovny en Californication. “Al principio no quería hacer de muchacha del servicio, no porque me dé pena, sino porque quería alejarme de los papeles que siempre les ofrecen a los latinos, pero no sólo actúo al lado de una figura en una serie que tiene muy buena crítica, sino que es uno de esos programas que, más que el público general, lo ven los productores. Es una gran oportunidad”. Además, Paola encarnará a una madre soltera en The Secret Life of the American Teenager, escrita y producida por Brenda Hampton, la creadora de exitosas comedias como Mad About You (que fue protagonizada por Helene Hunt); tiene la oportunidad de ingresar al elenco de CSI Miami (ahora sí tiene los sufi-

Paola, bajo la lente de GENTE. La actriz colombiana durante el reportaje gráfico con los enviados especiales de esta revista.

Posó con extraordinaria naturalidad en las calles de Beverly Hills, en las playas de Santa Mónica, en el centro de Hollywood y, por supuesto, en su casa.

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familia Lleva a sus hijos, Sophía y Emiliano, al colegio, se ve afectada por el alza en los combustibles y pasa mucho tiempo al lado de su esposo Alejandro Estrada.

cientes créditos) y fue llamada para audicionar para la próxima película de Robin Williams.

A 60 kilómetros por hora Todo parece indicar que Los Ángeles seguirá siendo su hogar por mucho tiempo. Le gusta el clima, la amabilidad de la gente, los venados que aparecen de vez en cuando en el jardín de su casa, la afición de la ciudad por la comida sana. Está a gusto, a pesar de que, en comparación con lo que le pasaba en Miami en California se siente muy lejos de Colombia. Tuvo la oportunidad de regresar, temporalmente, cuando le ofrecieron un personaje en Mental, la serie que Fox Telecolombia está produciendo en Bogotá para el mercado de Estados Unidos. “Era una oportunidad de hacer algo en mi país con la gente que conozco pero para el mercado de Estados Unidos”. Pidió poco, que la productora le garantizara tiquetes para regresar a Los Ángeles a ver a su familia cuando no estuviera grabando. Nunca pudieron ponerse de acuerdo.

En esta gigantesca ciudad (la segunda más grande de Estados Unidos) los embotellamientos pueden llegar a ser desesperantes, para la gran mayoría de los seres humanos, menos para esta mujer que reniega, incluso deja escapar una que otra expresión no apta para menores (“sólo soy grosera cuando manejo”, aclara) pero mantiene la compostura de una forma impresionante. El tiempo apremia. Toma su libreto y sale corriendo a encontrarse con su maestra de actuación.

Baja la colina a 60 kilómetros por hora en una zona permitida de 30, en eso también sigue siendo muy colombiana. Al otro día tiene su primera escena con David Duchovny. Pronto espera estar haciendo una o dos películas al año, las ofertas han comenzado a aparecer.

Puede que tenga razón, que llegar a Hollywood no sea el éxito, pero es un buen comienzo.■ Asistente de fotografía: Carlos Piaggio (The Grosby Group) Styling: Franklin Ramos.

Camisa larga verde en seda y cinturón, de Beatriz Camacho.

Paola en