El patrimonio cultural edificado, más que un obstáculo para el desarrollo de la ciudad, se convierte en una inmensa oportunidad para reafirmar la identidad a partir de la memoria y en un promisorio campo de acción profesional.
Afortunadamente, el ‘proyecto’ de intervención patrimonial ya no es una excepción en Bogotá. En momentos en que se habla de la crisis por la falta de tierra apta para construir, de la necesidad de densificar el Centro y las áreas tradicionales para evitar la expansión exagerada, así como de preservar la memoria y el medio ambiente urbano, surgen múltiples alternativas para mejorar, en todo sentido, la ciudad existente. Restaurar, reciclar, adecuar y remodelar constituyen modalidades para intervenir inmuebles históricos, lo mismo que edificar en contextos patrimoniales. En esencia, se trata de construir sobre lo construido.