Mi Marcha. Historias de las movilizaciones LGBTI+ en Bogotá

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La marcha en la plaza de Bolívar. Fotografía de Mathew Valbuena-Idartes, s. f.

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ALCALDESA MAYOR DE BOGOTÁ

Claudia López Hernández SECRETARIO DE CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE

Nicolás Montero Domínguez DIRECTOR INSTITUTO DISTRITAL DE PATRIMONIO CULTURAL

Patrick Morales Thomas SUBDIRECTORA DE DIVULGACIÓN Y APROPIACIÓN DEL PATRIMONIO

SECRETARÍA DISTRITAL DE PLANEACIÓN

María Mercedes Jaramillo Garcés SUBSECRETARÍA DE PLANEACIÓN SOCIOECONÓMICA

Beatriz Yadira Díaz Cuervo DIRECTOR DE DIVERSIDAD SEXUAL

Angélica María Medina Mendoza

David Armando Alonzo Cristancho

COORDINACIÓN EDITORIAL y edición

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS

Ximena Bernal Castillo DISEÑO GRÁFICO y diagramación

Yessica Acosta Molina CORRECCIÓN DE ESTILO

Bibiana Castro Ramírez TEXTOS DE PATRIMONIO CULTURAL

Alfredo Barón Leal ISBN

978-958-53758-3-3 IMPRESIÓN

Buenos & Creativos S.A.S

Cristina Rojas Tello REPRODUCCIÓN Y ORGANIZACIÓN FOTOGRAFÍAS DE ARCHIVO

Lina Castro


HISTORIAS DE LAS MOVILIZACIONES LGBTI+ EN BOGOTÁ

40 AÑOS DE LA MARCHA DE LA CIUDADANÍA LGBT


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AGRADECIMIENTOS

A Adriana Elizabeth González, Alejandra Jaramillo, Alejandro Michells, Alexa Colmenares, Alexandra Galeano, Alfonso José Venegas, Alfredo Cobos, Álvaro Lizarralde Díaz, Ana Carolina Rojas Tello, Ana Lucía Ramírez, Andrés de la Cuadra, Andrew Aguacia, Antonio Bilbao, Archivo Queer Bogotá, Arturo Sanjuán, Berta Neris Sánchez Vásquez Ocoguaje, Blanca Cecilia Ramírez, Blanca Durán, Brian Alvarado, Briana,Camila Esguerra Muelle, Camilo Andrés Rojas Tello, Camilo Gómez Cárdenas, Camilo Losada, Camilo Medina, Carlos Esquivel, Carlos Fito Serrano, Carolina Giraldo, Charlotte Callejas Sneider, Clau Corredor, Claudia Cárdenas, Claudia Hurtado Caicedo, Claudia Patricia Torres Rincón, Colectiva Transpopulares, Colectivo Archipiélago, Colectivo Transescena, Colombia Diversa,Corporación Femm, Corporación Reddes, Cristina González, Cristina Rojas Tello, Daniel Antonio Sastoque Coronado, Daniela Franco García, Daniela Taborda, Danne Aro Belmont, David Alonzo, David Santiago Castañeda Vargas, Diana Navarro Sanjuán, Diana Pulido, Diego Páez, Edwar Eugenio Hernández Vargas, El contestatario, Elizabeth Castillo, Ernesto Sarmiento, Esteban Vergara, Fabián Tello, Felipe César Camilo Caro Romero, Francesca Mcqoid, Franklin Gil, German Humberto Rincón Perfetti, Germán Rodríguez, Giovanny Suelto, Héctor Fabio Cardona, Hunza Vargas, Ilichna Manga, Iván Darío Gutiérrez, Iván Escobar, Iván Maldonado, Jairo Ordóñez, Janeth Zamora, Javier Niño, Jhonnatan Espinosa, Johana Rodríguez, John Alexander Vargas Rojas, John Marlon Rodríguez Jorge Camilo Burgos Mocetón, Jorge Pacheco, Jorge Virviescas, José Antonio Ramírez, José Fernando Salcedo Martínez, José Fernando Serrano, Juan Cortés a.k, Pelos OzIco, Juan David Cárdenas, Juan Pablo Benavidez, Juan Pablo Henao, Juan Sebastián Pinto, Katalina Ángel, Katrina Zerolimit, Lady Dayana González, Laura Arenas, Laura Garzón Tovar, Laura Mayorga, Laura Parra, Leo Márquez, Leonardo Suárez Aranda Malacay, Lina Cuéllar, Lorena Duarte, Luisa Maya, Luisa Valentina Sánchez Medina, Luz Adriana Páez, Madonna Lozada, Madorilyn Crawford, Magda Cárdenas, Manuel Antonio Velandia, Manu Mojito, Marcial Ortega, María Victoria Palacios, Mariana Duque, Marta Ligia Rincón, Mateo Caballero, Mauricio Toro, Máximo Castellanos Peña, Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe, Miguel Barriga, Mónica Forero, Mujeres Al Borde, Nancy Lee, Nicolás Arango, Nicolás Lara, Nikita Simone Dupuis Vargas Latorre, Organización Verdes de Colores, Paola Zuluaga Palacios, Paul Sebastián Mesa, Paula Casas, Piisciis, Red Comunitaria Trans, Rodrigo Sandoval, Roque Soto, Rubén Darío Gómez, Sandra Montealegre, Sandra Rojas, Sergio León Santaella, Shakira Ramírez, Siri Gurudev, Sofía Barrera Avella, Tomás Gamboa Roldán, Totoya, UDiversia, Valeria Bonilla, Xploratorium Colombia, Yaqueline Cequera, Yoko Ruiz, Federico Gómez De los Ríos.

MARCHA LGBTI BOGOTÁ. Fotografía Lina Castro, 2021


contenido

*8* Marcha LGBTI. Bogotá. Fotografía Leonardo Suárez Aranda - Malacay, 2017


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40 años de la marcha LGBTIQ+ en Bogotá Pa´ la calle Presentación ¿Somos nuestro propio patrimonio?

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INTRODUCCIÓN

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I.TRÁNSITOS Tránsitos

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I.I. LUGARES E IDENTIDADES La Carrera Séptima: La primera vía en Bogotá que se vistió con el arco iris La carrera Séptima: un río de pasos, voces y clamores* “¿Para qué la revolución si no podemos bailar?” Un movimiento social que nace en los bares. Bogotá no comienza en la calle 26 ni termina en Unicentro. La marcha LGBTI del Sur La avenida Primero de Mayo: “para pasarla bueno hay que ir al sur”* #Yo marcho trans. El Santa Fe: un barrio al margen del centro de la ciudad

80 80 86 98 102 117 124

I.2. IDENTIDADES Y LUGARES Como mosca en leche, los grupos universitarios en la marcha Las mujeres diversas quisimos llegar al corazón de la ciudad La resistencia anti patriarcal “No hay nada más político que las tetas de una mujer trans” No es solo salir, es crear un mundo para nosotros. Las transmasculinidades en la marcha Nosotr@s también marchamos

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II. POR LA PASARELA DEL TIEMPO Del orgullo a la ciudadanía

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III. MI MARCHA

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BIBLIOGRAFÍA

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Todas las vidas trans importan. Fotografía de Juan Cortés a.k. Pelos ozIco, 2021


40 AÑOS DE LA MARCHA LGTBIQ+ EN BOGOTÁ Aunque durante mucho tiempo un sector de la sociedad buscó invisibilizarlo, el movimiento social LGTBIQ+ nunca ha estado de espaldas a los problemas de Colombia. Esta movilización social, hija de la Constitución de 1991, ha sido partícipe de la búsqueda de la paz, desde los diálogos del Caguán, cuando en medio del proceso de Planeta Paz fueron por primera vez llamados a hacer propuestas sobre su país soñado, hasta el acuerdo de 2016, para el cual sus líderes hicieron importantes aportes. Las personas LGBTIQ+ también han promovido la lucha contra la corrupción y la búsqueda de soluciones a las problemáticas sociales que aquejan a nuestro país. Presente de forma permanente en los procesos históricos que han marcado las décadas recientes de la historia nacional, este movimiento ha promovido apuestas sociales de transformación, y sigue innovando en sus formas de lucha y participación.

En nuestra administración trabajamos por una ciudad incluyente, capaz de generar un capital social que sea motor de oportunidades para todas las personas —en especial, las más vulnerables—. Celebramos, pues, no solo los cuarenta años de esta marcha, sino también las múltiples manifestaciones de lucha de un movimiento en permanente evolución, que nos interpela constantemente y nos recuerda que lo privado también es político, y, sobre todo, que las grandes revoluciones, esas que tienen la capacidad de transformar sociedades enteras, se inician en el propio cuerpo.

Claudia López Hernández Alcaldesa Mayor de Bogotá

Hoy existe la necesidad sentida de consolidar un país reconciliado, que reconozca la diversidad sexual y de género como uno de sus componentes que le dan identidad y lo hacen único.

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Marcha LGBTI. Bogotá. Fotografía Leonardo Suárez Aranda - Malacay, 2017


Pa´ la calle La calle ha sido un lugar de miedo y liberación para las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans y de orientaciones sexuales e identidades de género no binarias. Hacer memoria de cómo se ha dado ese uso de la calle de forma colectiva implica agradecerles a las miles de personas valientes que pusieron su vergüenza a un lado, e incluso su vida en riesgo, para cambiar las ideas violentas enquistadas en la mente y el corazón de nuestra sociedad. Gracias, mil veces gracias, a todas las personas que han dispuesto su tiempo, energía y esperanza en esa fiesta colectiva que es la calle cuando se viste de dignidad, respeto y diversidad. Gracias a quienes han usado máscaras y a quienes mostraron su rostro sin tapujos, a quienes caminaron en tenis, tacones, sobre ruedas, plataformas o con los pies descalzos. Gracias a quienes hicieron parte durante meses de la logística y a quienes llegaron al final con su mejor traje para encontrar un nuevo amor o simplemente decir “¡Estoy presente!”. Las marchas de los sectores LGBTI, tengan el nombre que sea, son un ente vivo cargado de recuerdos que no pueden ser narrados a una

sola voz. Recuerdos que este año cumplen su aniversario 40 y que remontan a 1982, cuando una veintena de valientes salieron de la plaza La Santamaría hasta la plaza de las Nieves con una pancarta que decía: “28 de junio, día internacional homosexual - ¡Sí a la vida!”. Y como un recordatorio de lo mucho y a la vez poco que ha cambiado la marcha en estos cuarenta años, de esa primera versión quedó la imagen de una lesbiana anónima* y enmascarada, caminando junto al activista “sexoizquierdista” León Zuleta; ambos portan un manojo de flores blancas que, según cuentan, fueron regaladas por una mujer trans vendedora de flores que hizo presencia de esa forma porque temía la represión extrema contra ella si se animaba a unirse físicamente. Un grupo pequeño de dignos y sonrientes caminantes vistos desde las aceras por cientos que hubieran querido poder estar allí también, aunque fueran custodiados por decenas de policías que formaron una fila cuya extensión sale de lejos del marco de la foto. Por esta historia y las que siguen, este libro busca recordar el sentido profundamente político de la marcha, y por supuesto también su carácter de carnaval, donde la diversidad y el reclamo justo se viven como una gran fiesta en la que mi-

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Mujer lesbiana marchando con máscara en el año 1982. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1982

les de voces cantan al unísono: “Igualdad, igualdad, igualdad”. En las siguientes páginas se recogen los recuerdos, entre difusos y extremadamente claros, de más de cien personas que relataron anécdotas, sucesos políticos, datos de contexto, antiguas y nuevas enemistades, y también grandes amores. No existe una sola marcha LGBTI. Existen tantas marchas y versiones de ellas como la diversidad de quienes asisten. Por eso este es un libro abierto y en construcción, que cierra en puntos suspensivos con páginas en blanco dispuestas

para que cada quien pueda añadir sus propios recuerdos y reflexiones; para que cada quien pueda decir: “¡Así ha sido mi marcha!

David A. Alonzo C. Director de Diversidad Sexual Alcaldía Mayor de Bogotá *Nota: A pesar de haber indagado en distintos espacios por el nombre de la mujer detrás de la máscara, al cierre de esta edición no se contaba con sus datos. Nos encantaría que alguien pueda ayudarnos a encontrar el nombre de esa valiente marchante del 82.

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Presentación Mi marcha se encuentra mediada por los tránsitos y los tiempos. Ambas, nociones indispensables para pensar acerca de los bordes, los límites y las fronteras que fijamos para designar las categorías desde las cuales nos relacionamos con el mundo y los contextos. Desde lo más cotidiano y voluntario, hasta lo reglamentario y normativo; desde la forma en que respetamos o no las diferencias, hasta lo que, por ejemplo, en el ámbito del patrimonio cultural oficial, se clasificaría por fuera o por dentro de esta designación, está mediado por tales categorías.

tanto sus logros en términos del fortalecimiento de la agencia social como los desencuentros y las tensiones internas que han hecho parte de su recorrido. De tal manera, el texto reconstruye las múltiples memorias de lo que ha sido esta manifestación, a través de una lectura que transita permanentemente entre los lugares y las identidades que la han configurado a lo largo de cuatro décadas. La persistencia en el tiempo de un diálogo entre espacios y personas es el escenario narrativo al que apela Mi marcha para, desde la voz de sus protagonistas, hablar de una manifestación estética y política fundamental para la construcción y reivindicación de los derechos ciudadanos.

En 2022 la marcha de la movilización LGBTI cumple cuarenta años de existencia en nuestra ciudad y, en el marco de esta conmemoración, algunos de sus protagonistas y activistas han emprendido un ejercicio de reflexión y reconstrucción de la trama de historias, memorias y lugares propios de la marcha, con el fin de que los caminos simbólicos y espaciales andados por ella no sean olvidados.

Al tratarse de una experiencia cuyo componente espacial es esencial para su desenvolvimiento y su carácter convocante, no resulta sorprendente que algunos de los lugares significados de manera particular por la marcha coincidan con aquellos que guardan una connotación emblemática desde lo que se considera patrimonial: la carrera Séptima, el parque Nacional, la plaza de Bolívar, el barrio Santa Fe, la avenida Primero de Mayo o el barrio Olaya Herrera.

Mi marcha aborda los tránsitos y los tiempos, siempre cambiantes, de una experiencia colectiva vital para la construcción de ciudadanía en Bogotá, por medio de un análisis que contempla

Con Mi marcha, el sello editorial del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural pretende unirse a la conmemoración de los cuarenta años de

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una manifestación que, de forma singular en la ciudad y a lo largo de estas décadas, ha consolidado un acto festivo, performativo y reivindicatorio, a través de prácticas, historias, memorias, recorridos, y diversidad de identidades, cuerpos y expresiones. Nuestra apuesta es, entonces, a que a través de las imágenes, los relatos y las periodizaciones que presenta la publicación, contribuyamos a ampliar los debates y las perspectivas con respecto a la forma en que hemos construido las fronteras, categorías, valoraciones e historias que conforman nuestro imaginario ciudadano.

Patrick Morales Thomas Director Instituto Distrital de Patrimonio Cultural

banderas en la plaza de Bolívar. Fotografía de Mathew Valbuena-Idartes, s. f.

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¿SOMOS NUESTRO PROPIO PATRIMONIO? En las conversaciones y reuniones que dieron origen a este libro en las que rebosaban historias del pasado de la marcha y de memorias del movimiento que hoy llamamos LGBTI, encontré una conversación que me pareció muy pertinente para presentar aquí en forma de pregunta: ¿La marcha LGBTI de Bogotá puede ser entendida como patrimonio de la ciudad? Esta pregunta generó muchas más, que se presentaron a lo largo de las conversaciones entabladas. Quisiera hablar entonces sobre algunas de las reflexiones que tuvimos en esas reuniones, para luego revisar los criterios oficiales que existen para dar reconocimiento y visibilidad a una manifestación de patrimonio cultural inmaterial en Colombia y particularmente en Bogotá, para cerrar con una reflexión sobre cómo este libro es un aporte a este complejo debate. En lo que tiene que ver con la consideración de la marcha como patrimonio, decidí revisar algunas de las categorías en las que se ha enmarcado la identificación de una práctica cultural como patrimonio inmaterial. [1] 1 “ABC de las listas representativas del Patrimonio Cultural Inmaterial”. Ministerio de Cultura. 2009. Consultado el 24 de septiembre de 2021. https://www. mincultura.gov.co/areas/

Representatividad: “Que la manifestación sea referente de los procesos culturales y de identidad del grupo, comunidad o colectividad portadora, creadora o identificada con la manifestación, en el respectivo ámbito”. Las marchas hablan de identidades colectivas, pero además estamos frente a sus manifestaciones estéticas, sus demandas políticas específicas y sus expresiones sociales más intensas. Las marchas representan procesos de organización comunitaria que literalmente salvan vidas. Queda la pregunta: ¿las marchas están representando a todas las personas con identidades de género, orientaciones sexuales o sexo de manera equitativa? Relevancia: “Que la manifestación sea socialmente valorada y apropiada por el grupo, comunidad o colectividad, en cada ámbito, por contribuir de manera fundamental a los procesos de identidad cultural y ser considerada una condición para el bienestar colectivo”. Podría decirse que con el paso del tiempo las marchas se han vuelto cada vez más, un referente de la construcción de identidades, aún cuando en el acrónimo LGBTI se concentran unas que han sido más resaltadas que otras. Esto a su vez ha generado como mencioné antes, nuevas marchas. Sin patrimonio/noticias/Pagi-nas/2009-09-08_26666.aspx

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embargo, las nuevas marchas nutren el sentido y el significado de ser LBGTI en Bogotá. Vale la pena preguntarse desde el movimiento social: ¿estamos luchando igual por todas las identidades?

Vigencia: “Que la manifestación esté vigente y represente un testimonio de una tradición o expresión cultural viva, o que represente un valor cultural que debe recuperar su vigencia”.

Naturaleza e identidad colectiva: “Que la manifestación sea de naturaleza colectiva, que se transmita de generación en generación como un legado, valor o tradición histórica cultural y que sea reconocida por la respectiva colectividad como parte fundamental de su identidad, memoria, historia y patrimonio cultural.”

Sin duda las marchas son vigentes. La expresión de las diversidades es fundamental en una sociedad que busca reconstruirse tras un pasado de violencia y homogeneidad en el que las masculinidades militarizadas y las feminidades sumisas eran la norma social. El solo hecho de que surjan nuevas marchas ha implicado una emergencia de las nuevas formas de luchas políticas y sociales. Cabe una nueva pregunta: ¿Las marchas han recogido las actualizaciones de las luchas políticas? ¿Hemos dejado atrás el pasado de las masculinidades hegemónicas? o ¿las luchas por los derechos, han generado también una visibilidad de los derechos de unos por encima de los derechos de otres?

Cada vez más personas LGBTI se unen a las marchas y expresan su pertenencia a las colectividades. Así como cada vez más personas hetero/cis se suman, por considerarlas espacios legítimos de exigibilidad de derechos y de expresión de las identidades y de las colectividades diversas. No obstante, hacen falta estudios que puedan sustentar si para las personas LGBTI de Bogotá, la marcha es parte de su identidad, su historia o su patrimonio cultural. El clasismo estructural bogotano ha mantenido al margen de las marchas a muchas personas que no se quieren exponer públicamente. ¿Este margen es parte de la historia de estas personas y por tanto, podrían ser las marchas consideradas parte del patrimonio de estas personas por oposición? ¿Qué pasaba con las clases altas en Barranquilla cuando el Carnaval no era patrimonio?

Equidad: “Que el uso, disfrute y beneficios derivados de la manifestación sean justos y equitativos respecto de la comunidad o colectividad identificada con ella, teniendo en cuenta los usos y costumbres tradicionales y el derecho consuetudinario de las comunidades locales”. En este criterio en particular, nos rajamos. No solo no considero posible hablar de usos y costumbres en lo que respecta a las personas LGBTI en Bogotá, pues el acrónimo no implica una for-

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ma de vida unificada, ni una forma específica de ser-en-Bogotá, sino que el disfrute de los beneficios derivados de la realización de las marchas se queda, principalmente, en bares y discotecas y no en las organizaciones o comunidades que las organizan. Valga la pena preguntarse: ¿Es posible hablar de un “sector social LGBTI” en Bogotá?, ¿Qué es eso que nos es común y nos da unidad? Responsabilidad: “Que la manifestación respectiva no atente contra los derechos humanos, ni los derechos fundamentales o colectivos, contra la salud de las personas o la integridad de los ecosistemas” . En esta sí sacamos las caras. En efecto, las marchas no solo no hacen daño, sino que buscan precisamente el reconocimiento de los derechos humanos de las personas con identidades de género, expresiones de género, orientación sexual y sexos no hegemónicos. Estas marchas son la expresión colectiva de las luchas por una sociedad más equitativa en la ciudad y se han convertido en referentes para todo el país. Me surge la pregunta: ¿Quiénes están quedando por fuera del acrónimo LGBTI? ¿Estamos incluyendo en las representaciones y en las luchas a todas las personas que no se identifican con las identidades políticas L G B T I?

Reflexión final: más preguntas Después de hacer esta revisión rápida por los criterios que debería cumplir una manifestación de PCI para ser considerada como parte de la Lista Representativa y quedar con más preguntas que respuestas, creo que cabe una reflexión sobre los usos, representaciones, intereses, luchas y demandas de las personas LGBTI en las marchas bogotanas. Como vemos, las marchas no son solamente la expresión de la diversidad de expresiones artísticas y culturales, sino de identidades y de formas de participación política. Esto claramente no lo aleja de “lo cultural”, por el contrario, lo acerca, le da una nueva complejidad. Implica pensar la cultura, no solo desde su ámbito estético sino también desde el ámbito ético, colectivo y político de una forma estructural. Estamos ante la necesidad de pensar el patrimonio y la cultura desde nuevas complejidades, desde perspectivas actuales en las que la pervivencia de los pueblos no se refiere solamente a los pueblos étnicamente diferenciados, sino a todas, todes y todos. Al final nos queda la pregunta ¿Somos nuestro propio patrimonio cultural? Hunza Vargas

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* 21 * Marcha 4 de junio de 2021. Fotografía de Mathew Valbuena-Idartes


* 22 * Marcha LGBTI. Bogotá. Fotografía Leonardo Suárez Aranda - Malacay, 2017


introducción

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Historias alrededor de la Marcha de la Ciudadanía LGBT de Bogotá “La marcha marca la unidad. Para mí lo más importante es siempre marchar con los parceros, porque la marcha es familia. Esperar ese momento con ansias todo el año para comenzar a montar todo desde el arte. Así uno termine mamado y al final se vaya a farriar, es familia”. Alfredo Cobos

En 2022 se conmemorarán cuarenta años de la primera Marcha del Orgullo en Bogotá. Alrededor de este tema, la Dirección de Diversidad Sexual de la Secretaría Distrital de Planeación, junto con activistas y organizaciones sociales LGBTI[2] y con el apoyo del Instituto Distrital de 2 La política pública distrital y, a su vez, el direccionamiento dado por parte del Ministerio del Interior, definen las siglas de la comunidad LGBTI así: lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales. Por su parte, Marcha de la Ciudadanía LGBT (su nombre oficial no incluye la I) es el nombre con el que se conoce la movilización por los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans, y con orientaciones sexuales e identidades de género diversas, que organiza la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá desde el año 2001 (antes llamada Marcha del Orgullo). Vale la pena aclarar que la mesa no es parte del gobierno distrital, sino un espacio autónomo, conformado por

Patrimonio Cultural, iniciaron en julio de 2020 un diálogo participativo para proponer la mejor manera de conmemorar esta movilización en la ciudad. El resultado de estas conversaciones se compila en esta publicación, en donde se presenta lo que han sido estos años de lucha, movilización, carnaval y reivindicación. Este texto pretende compartir muchas historias que se han tejido durante cuarenta años alrededor de la Marcha de la Ciudadanía LGBT en Bogotá, pues no existe una sola historia, existen tantas como manifestantes tiene esta movilización. La primera movilización del orgullo de la que tenemos información se desarrolló el 28 de junio de 1982 y se le conoció como la Marcha del Orgullo Gay. Fue liderada en ese momento por León Zuleta[3] y Manuel Antonio Velandia, y contó únila sociedad civil; actualmente no cuenta con miembros activos ni organizaciones de personas intersex. Dado que para la preparación de contenidos de esta publicación se trabajó de forma articulada con esta mesa, para darle un lugar de diferenciación con respecto a las siglas que representan a este sector social, a lo largo del texto se hará alusión a estas siglas de forma diferenciada. 3 León Benhur Zuleta Ruiz nació en Itagüí, Antioquia, en 1952. Fue comunista y sindicalista y decidió fundar, junto con Manuel Antonio Velandia, el Movimiento de Liberación Homosexual Colombiano. Fue asesinado el 23 de agosto de 1993. A raíz de este acontecimiento, se conmemora el Día Nacional de la No Homofobia el 23 de agosto de cada año. Véase Tania

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camente con 32 asistentes y aproximadamente 100 policías encargados de su custodia, en un trayecto entre la plaza de toros La Santamaría y la plaza de Las Nieves. Desde su primera versión, la marcha tuvo un carácter reivindicador, bajo la influencia del movimiento homosexual iniciado hacía más de una década en Estados Unidos, y con un correlato en nuestro país llamado Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia, también liderado por León y Manuel. Cuando ese pequeño grupo de marchantes se lanzó al espacio público bogotano con pancartas que desafiaban el tradicionalismo reinante, faltaba poco más de un mes para que culminara el gobierno de Julio César Turbay Ayala (19781982), caracterizado por el Estatuto de Seguridad. A pesar de ello, fue bajo su gobierno que se promulgó, en 1980, el Decreto Ley 100 que despenalizó la homosexualidad.

La discusión que dábamos era por qué era importante despenalizar

Marcha del orgullo 1996 por la carrera séptima. Fotografía de Manuel Velandia. 1996.

Tapia Jáuregui, “León Zuleta: el padre del movimiento LGBTI que Colombia olvidó”, Pacifista, 11 de septiembre, 2017, https://pacifista.tv/notas/leon-zuleta-el-padre-del-movimiento-lgbti-que-colombia-olvido/

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Segunda Semana de la Diversidad Sexual. Fotografías de Manuel Antonio Velandia, 1997


la homosexualidad. Nos reunimos con algunos juristas que iban a discutir el Código Penal y a mí se me ocurrió plantear si era posible no discutir el artículo. Ahí había tres homosexuales y yo les propuse que no se discutiera el artículo. El artículo finalmente no se discutió. No solo ese, sino un bloque de artículos que se cayeron y que eran muy importantes porque nos afectaban a nosotros”. Manuel Antonio Velandia [4]

Desde finales de los años setenta surgió el Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia, conformado por activistas con ideas de izquierda y feministas que contradecían los valores existentes. En ese momento no se reconocían derechos a las personas homosexuales, bisexuales o trans y, por el contrario, se les estigmatizaba en casi todos los espacios, en parte por la fuerza que ostentaban instituciones como la Iglesia católica y los grupos conservadores hegemónicos. La discriminación se incrementó 4 Notas tomadas de la entrevista realizada a Manuel Antonio Velandia el 24 de enero de 2021, en el marco de la conmemoración de la despenalización de la homosexualidad en Colombia. Manuel Antonio Velandia, “Hoy hace 40 años dejó de ser delito ser homosexual en Colombia”, entrevista de la Alcaldía Mayor de Bogotá, https://www.facebook. com/708873405825892/videos/763718847575638

con la detección de los primeros casos de VIH/ SIDA y la idea que llevó a asociar el virus con la homosexualidad. Ser homosexual era sinónimo de perversión, pecado e insulto a la moral cristiana, pese a que a partir de 1973 la homosexualidad había dejado de figurar en los manuales de psiquiatría como un trastorno mental, según la Asociación Americana de Psiquiatría, y sería eliminada en el año 1990 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como enfermedad[5]. En agosto de 1993 León Zuleta fue asesinado en Medellín, en circunstancias que no han sido esclarecidas hasta hoy, y Manuel Velandia debió acudir al exilio en 2007 a España por amenazas de grupos paramilitares en su contra, en razón de su activismo. En la década de los noventa los cimientos de lo que sería posteriormente el movimiento social LGBTI+ fueron consagrados en la Constitución de 1991: el libre desarrollo a la personalidad, la dignidad humana, el derecho a la igualdad, y la declaración de una República pluriétnica y multicultural. 5 Paulina Sepúlveda, “1990: cuando la homosexualidad dejó de ser una enfermedad para la OMS”, La Tercera, 17 de mayo, 2019, https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/homosexualidad-era-una-enfermedad/660217/

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Grupo Omegas y Revista Franquicia marchando por la carrera Séptima. Fotografía de Manu Mojito, s. f.


El activismo en Bogotá en esta década se caracterizó por los escasos recursos con los que se contaba para desarrollar actividades y por la dificultad de crear organizaciones. En ese momento la Universidad Nacional sirvió de escenario para la preparación de una semana deportiva y cultural que con el tiempo se convertiría en la Semana de la Diversidad[6]. Para la Semana se elaboraban unos folletos informativos que se entregaban en diferentes lugares, con el propósito de socializar la causa de la diversidad. Estos folletos se comenzaron a distribuir en diferentes ciudades de Colombia.

Triángulo Negro empieza a jugar un papel muy importante”. Marcela Sánchez

Nació un semanario que se llamaba el INFO GyL. Allí nació la Semana Cultural y Deportiva GL. En la programación de la semana existía el domingo una especie de marcha muy informal con personas en patines y bicicletas. El siguiente año lo que se hizo fue organizar por colores de la bandera y, con base en ese color, organizaban sus cosas. Todas estas actividades fueron apoyadas por el Grupo GAEDS quienes conseguían prestadas las instalaciones de la universidad para realizar las actividades”.

Para la convocatoria se llevaba folletos a los sitios de homosocialización. Se contaba con el voz a voz”.

Germán Humberto Rincón Perfetti

Germán Humberto Rincón Perfetti

En esas semanas deportivas en la iglesia de Santa Teresita,

6 “Acercándome a grupos de personas con diferentes capacidades supe que se estaban realizando semanas deportivas y culturales en la Universidad Nacional y allí se comenzó a gestar una Semana de la Diversidad junto con el Grupo Sol, Omegas, Equiláteros, Triángulo Negro, entre otros, justo para el 28 de junio, en conmemoración a los hechos del Stonewall”. Germán Humberto Rincón Perfetti, entrevista, 23 de julio de 2021. Queer Channel Colombia, https://www.youtube.com/ watch?app=desktop&v=hVwAKu1cNKE

Quienes convocaban la marcha entre finales de los noventa y los 2000 eran los miembros del Proyecto Agenda[7], y desde ahí se gestionaba 7 “El Proyecto Agenda fue un grupo de organizaciones sociales, bares, empresas y activistas que para la época se reconocían como gais y lesbianas. El proyecto organizó lo que en ese momento se llamó el Carnaval del Orgullo Lésbico Gay, es decir, la actual Marcha de la Ciudadanía LGBT. En mi recuerdo esta agenda de los años 1997, 1998, 1999 y 2000. Recuerdo

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todo. Antes, los bares pagaban por su participación en la marcha a través de la implementación de carrozas, pero eran más que nada bares gais o mixtos; los bares de mujeres casi no participaban porque, por lo general, eran más pequeños. Incluso en una época se podía ir en carro a la marcha y cada cosa que se cobraba tenía un precio y financiaba asuntos logísticos. Para hacer la marcha se necesitaba de muchos voluntarios y voluntarias que trabajaban gratis por la causa. A manera de pago, el Proyecto Agenda los invitaba a cenar. Cuando el gobierno distrital comenzó a acompañar la marcha, se dejó de cobrar la participación. Eso no implicaba que no pudieran participar los bares, solo que el tema de los dineros y pagos ya no se pudo realizar más. Esa ruptura implicó que empezara a pesar más el agenciamiento político que lo comercial.

Perfetti, convocaba organizaciones lésbicas-gay y bares para definir aspectos del Carnaval del Orgullo Gay. Ese año se hizo una Semana de la Diversidad en la que GAEDS organizó un match en la Universidad Nacional de Colombia. En ese momento se discutía mucho cómo debía ir vestida la gente a la marcha, se daba una fuerte oposición frente a desnudos”. Camila Esguerra

En la segunda o tercera marcha que hicimos nos mandaron al Esmad [Escuadrón Móvil Antidisturbios] y no era para protegernos. Era la lógica de “proteger” a la ciudad de nosotros. El día más terrible de mi vida de cada año era el de la marcha porque era el día de mayor estrés. Este era un trabajo de los grupos, que se hacía con las uñas y con el corazón”.

El Proyecto Agenda, liderado por Germán Humberto Rincón

que Germán Humberto Rincón nos convocaba y lo apoyaban entre otros Javier Orlando Barón (activista muy importante del tema del VIH que ya falleció). Las reuniones eran en G&L Abogados que estaba ubicada en la calle 37 con 17, en la localidad de Teusaquillo. Algunas de las organizaciones que asistían eran Triángulo Negro, Antinoo, GAEDS-UN. A algunas reuniones fueron los propietarios de Zona Franca (actual Theatron) y San Antonio (quedaba en la Calera), Jinetes (en la Calera)”. Entrevista telefónica, Edward Hernández, 22 de julio de 2021.

Germán Humberto Rincón Perfetti

En la primera década del siglo XXI apareció el proyecto Planeta Paz[8] que reunió a sectores 8 El proyecto Planeta Paz, representado jurídicamente por la Corporación Derechos para la Paz (CDPAZ), nació en el año 2000 con el propósito de promover la participación activa de líderes de los sectores sociales populares en el proceso

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sociales afro, campesinos, indígenas, jóvenes, mujeres y sindicalistas alrededor del tema de la paz, y por primera vez fueron convocadas las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas, que en ese momento no se reconocían como parte del movimiento social LGBTI+. Para la gente, en ese momento todos eran gais y nada más.

de diálogo entre el Gobierno colombiano y las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Este proceso se caracterizó por su bilateralidad, dada la pretensión de los actores en diálogo de representar a los distintos sectores de la sociedad, intención que mostró su precariedad cuando las tensiones llevaron a la ruptura de las conversaciones, lo que dejó en evidencia la necesidad de participación de las organizaciones sociales, en particular las populares, para proponer, mediar y representarse a sí mismas. El proyecto fue fundado por el Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos (ILSA), con el apoyo de la Universidad Nacional de Colombia. En el periodo comprendido entre junio de 2000 y 2007, Planeta Paz se empeñó en construir con las organizaciones sociales populares una estrategia social de paz, que comprendía dos ejes: mesas territoriales de conflicto y paz, y políticas públicas para una paz sostenible. Para cumplir con ello, desarrolló un trabajo en etapas, que incluyó por primera vez a personas y organizaciones de los sectores sociales LGBT, junto con otros once sectores sociales populares, con el objetivo de desarrollar propuestas de agenda para la negociación política del conflicto social y armado. Esta primera etapa se desarrolló en el contexto de los frustrados diálogos del gobierno con las FARC, que terminaron en febrero de 2002. El proyecto Planeta Paz aún continúa. Véase https:// www.planetapaz.org/

Nombrarse como movimiento social LGBT[9] fue parte del proceso que se inició con la llegada de Planeta Paz. Esta plataforma potenció nuevas organizaciones y espacios que se dedicaron a defender los derechos de personas diversas, entre ellas Colombia Diversa, Mujeres Al Borde y la Mesa de Trabajo LGBT[10] de Bogotá, entre muchas otras en el país.

Nosotros sabíamos que había gente en todas las regiones del país y con Planeta Paz por primera vez pudimos vernos y reconocer lo que se hacía en cada lugar. Llegamos al consenso de empezarnos a llamar por la sigla LGBT, con el acuerdo de que las mujeres debían ir primero. Antes nos llamábamos GyL. Eran unas reuniones de mucha sororidad, mucha conversación, muy divertidas. Aunque

9 Al comienzo, estas fueron las únicas siglas que se incluyeron. 10 La Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá es una organización de segundo nivel que se constituye en un espacio de articulación y trabajo de grupos de base LGBT en Bogotá, cuya misión ha sido incidir en la transformación de imaginarios sociales y políticos alrededor de la diversidad sexual y de género. Es la encargada de la organización de la Marcha de la Ciudadanía LGBT y de la Gala León Zuleta. “Premiación León Zuleta por los derechos de la población LGBTI”. Bogotá, 2019. https://bogota.gov.co/que-hacer/cultura/premios-leon-zuleta-por-lgbti

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hubiera discusiones, estábamos dispuestos a construir agenda. Todo el tiempo vivíamos cagados de la risa en las tertulias en la noche y en las fogatas. Tengo recuerdos muy bonitos de ese proceso y lo quiero bastante”. Marcela Sánchez

La lucha por los derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas en ese momento se centró en la consecución de derechos patrimoniales, de la seguridad social, de pensiones de sobrevivencia y visitas conyugales en cárceles para las parejas del mismo sexo.

Surge la política pública LGBTI en Bogotá “Entre el año 2004 y 2005, Camila Esguerra, desde la Veeduría, nos hace la propuesta de pensarnos una política pública en Bogotá. Insistimos en el Concejo y no lo pudimos lograr. Había unas discusiones espantosas. Ya en el 2006 Luis Eduardo Garzón saca la política pública por decreto y ese año salen esos afiches rojos en la Séptima. La alcaldía llenó la Séptima

con esos carteles inmensos y fue una apuesta muy masiva de la Alcaldía”. Marcela Sánchez

La llegada a la Alcaldía de Bogotá de Luis Eduardo Garzón entre 2004 y 2007 fue fundamental para la consolidación de una política pública LGBTI en la ciudad. Gracias al empujón de Planeta Paz, se crearon organizaciones sociales que pedían ser fortalecidas y que se congregaron en la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá. En ese momento, el hasta entonces precandidato a la alcaldía hizo unos acuerdos programáticos que incluyeron cuatro compromisos: 1) crear un centro comunitario LGBT en Bogotá; 2) institucionalizar un espacio de diálogo entre la ciudadanía y las entidades del Distrito que se llamaría la Alianza por la Ciudadanía Plena de las Personas de los Sectores Sociales LGBT[11]; 3) generar una estructura distrital para la garantía de derechos LGBTI; 4) que Bogotá tuviera una política pública para las personas de los sectores sociales LGBTI. Todos los compromisos se cumplieron.

11 La Alianza por la Ciudadanía Plena de las Personas de los Sectores Sociales LGBT es un espacio mixto de participación que sirvió como escenario para las primeras conversaciones alrededor de la posibilidad de construir para Bogotá una política pública LGBT. La secretaría técnica de la Alianza por la Ciudadanía Plena la ejerce la Gerencia de Mujer y Género del Idpac.

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Con cada administración la política pública se fue fortaleciendo. Entre los años 2008 y 2011 se crearon cuatro centros comunitarios LGBT, aún pequeños y sostenidos con recursos públicos, primero a cargo de la Gerencia de Mujer y Género del Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal (Idpac) y luego en alianza con la Secretaría Distrital de Integración Social. Estos cuatro centros comunitarios se ubicaron en las localidades de Chapinero, Bosa (especializado en el tema de jóvenes) y Los Mártires (para el tema trans), y se incluyó un Centro Comunitario LGBT itinerante que hacía parte de lo que se conoció como el Proyecto 610. Estos espacios abonaron el terreno para lo que más adelante serían los centros de atención integral a la diversidad sexual y de género. Así mismo, potenciaron en los territorios la organización social y la participación. Entre los años 2013 y 2015, durante la administración de la Bogotá Humana con Gustavo Petro, se creó la Subdirección para Asuntos LGBTI y se fortaleció el tema territorial.

“Más marica el que no ama”. Fotografía Claudia Hurtado Caycedo, archivo de la SDP 2010.

tración distrital, se dio inicio a la evaluación de la política pública LGBTI y se conmemoraron los diez años de la política, entre otras acciones. La política pública LGBTI en Bogotá nació gracias a un movimiento social fortalecido que pudo dialogar con la Administración distrital para trabajar de forma conjunta por una ciudad protectora de la diversidad sexual y de géneros.

Entre 2016 y 2019, en la administración de Enrique Peñalosa, se dio continuidad a los espacios existentes para la implementación de la política pública LGBTI en la ciudad, se construyó un plan de acción con los quince sectores de la Adminis-

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La estructura de Mi marcha De manera paralela a la consolidación de la política pública en Bogotá, desde el año 2000 hasta la fecha, la marcha ha tenido distintas transformaciones. En lo que respecta a la ampliación del número de participantes, en el año 1982 inició con 30 personas y en 2019 alcanzó la cifra de 70.000, según datos de la Secretaría de Gobierno de Bogotá; y, valga la pena anotar, en el año 2020 se realizó de forma virtual debido a la pandemia de la COVID-19 y las restricciones de movilidad física. Además, en este marchar, nuevas organizaciones han surgido, junto con nuevas identidades. También se han presentado tensiones y disputas internas que dan cuenta de la apropiación de los territorios de visibilización, pero también de las apuestas afectivas y políticas que expresan las diferencias y, por supuesto, la diversidad de esta comunidad, que cada vez se muestra más amplia. En este sentido, la estructura de la presente publicación habla de las distintas historias de este tránsito que se ha dado a lo largo de más de cuarenta años, el cual, por supuesto, es diferente para cada una de las personas que hoy se movilizan. Durante los meses de enero y marzo de 2021 se realizaron doce Mesas de Memoria, las cuales

reunieron, alrededor de diversas temáticas, a diferentes personas involucradas con la movilización social LGBTI en la ciudad de Bogotá. Dichas mesas se convirtieron en un escenario de encuentro de viejos amigos y antiguos enemigos que, alrededor de los recuerdos compartidos, terminaron riendo. Se recogieron recuerdos, historias y anécdotas que son las que componen este texto. También se realizaron algunas entrevistas con actores que han sido fundamentales en la preparación y puesta en marcha de esta movilización social. De esta manera, Mi marcha hace un recorrido a través de lo que hemos denominado tránsitos entre lugares e identidades, pues tanto los espacios como las personas y sus reivindicaciones dialogan constantemente, se interconectan y se requieren para lograr un sentido amplio de expresión y significación en el contexto de ciudad. En estos tránsitos, en algunas ocasiones vale la pena poner el acento en los lugares y, en otras, en las identidades, de tal manera que podamos ver el espectro de historias, apuestas y terrenos ganados y gozados, de forma mucho más amplia. En el primer capítulo se hablará de los lugares en donde, de manera primordial y significativa, se han dado o posibilitado las marchas y los encuentros a lo largo de estos cuarenta años. Estos

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son la carrera Séptima, los bares, la Marcha del Sur y el #Yo Marcho Trans. Para esto, resulta importante llamar la atención con respecto a cómo algunos de estos espacios cuentan con ciertas connotaciones relevantes desde el patrimonio cultural oficial —como la carrera Séptima, el parque Nacional, la plaza de Bolívar— o desde el local —la avenida Primero de Mayo y el parque Olaya Herrera—. Estos, a través de la marcha LGBTI, logran ser apropiados de tal manera que el universo a través del cual entendemos qué es el patrimonio cultural se amplía para resignificarlo.

para este ejercicio. En el último capítulo, titulado “¡Esta es mi marcha!”, propiciamos un espacio para que cada quien pueda plasmar la forma en que ha vivido su propia experiencia al manifestarse en las calles de la capital. Resulta importante mencionar que quizás la principal herramienta de memoria en este ejercicio de recopilar las historias de la Marcha de la Ciudadanía LGBT de Bogotá han sido los registros fotográficos.

Y queda la pregunta: ¿este papel y material para qué? […] Hay que contarle a las nuevas generaciones lo que ha pasado. La vivencia es muy distinta con las nuevas generaciones. Hay quienes no pueden creer por lo que pasamos antes, porque ya el ambiente es muy distinto y es el resultado de una lucha y unas vidas que se han ido. Con nuestras fotos y videos estamos ayudando a que esas luchas y esas vidas sigan presentes en el tiempo”.

Posteriormente, en el segundo capítulo, se presentarán esas historias relacionadas con múltiples identidades: los estudiantes, las mujeres diversas, la expresión de la Resistencia Antipatriarcal, las mujeres trans y la transmasculinidad. También abrimos el espacio para quienes marchan sin que necesariamente hagan parte de la comunidad LGBTI. Desde allí, ejercen sus propias identificaciones y apuestas por un mundo cada vez más amplio, diverso y tolerante. En el penúltimo apartado, presentamos una propuesta de una línea de tiempo de la marcha, producto del trabajo en conjunto de quienes participaron en las mesas y de la información aportada por aquellos que fueron entrevistados

Andrés de la Cuadra

En sus primeros años, no cualquiera cubría este evento. En muchas ocasiones, hacerlo implicaba que se etiquetara al fotógrafo o fotógrafa o que se le estigmatizara. Las razones por

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Uno de los aspectos más importantes es que, a través del registro audiovisual, la ciudad puede darse cuenta de la transformación de la marcha en su recorrido, en sus puntos de partida y de llegada, en los públicos que alberga y en lo masiva que se fue haciendo a través de los años. El poder de la imagen es fundamental para revelar las identidades, los cuerpos, las formas de expresión de las personas que han participado[12].

Paola Zuluaga y Juan Pablo Benavides, fotógrafos de la marcha.Fotografía de Andrés de la Cuadra. s.f

las cuales un reportero gráfico cubría y cubre la marcha son diversas: porque es parte de un ejercicio profesional, de un compromiso político o por curiosidad. Cada año, las motivaciones de las personas que hacen el registro audiovisual de la marcha son distintas, así como sus objetivos fotográficos se transforman.

Salir del clóset o ser visible en un país tan machista y religioso era todo un tema y muchas de las mujeres que en esa época salían del clóset estaban casadas”.

Leonardo Suárez Aranda Malacay

También la manera de registrar la marcha ha cambiado a lo largo de los años. Se pasó de las cámaras tradicionales y los registros en papel fotográfico a las selfies y el registro autónomo y anecdótico, que transita la virtualidad y se comparte en las redes sociales. Eso ha permitido tener cientos de versiones de los hechos y que la visión del fotógrafo sea también la de tener unas imágenes con alma. Los reporteros gráficos han reportado en imágenes y videos

12 Sobre el tema de la reportería gráfica, resulta importante destacar la presencia de las fotógrafas en las sucesivas marchas. En las primeras, los hombres gais estuvieron mucho más presentes, pues la sanción social hacia las mujeres era más fuerte. Los registros muestran a las mujeres fotógrafas con pasamontañas y máscaras, cubriéndose sus caras para no ser reconocidas. Las fotógrafas también eran menos. Hoy las mujeres han podido captar desde otra mirada ese evento político. Fotógrafas y artistas audiovisuales como Paola Zuluaga, Ana Lucía Ramírez, Lina Cuéllar y muchas otras han generado una especie de marca de género que diferencia sus registros.

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las sucesivas marchas en Bogotá y han sido guardianes de la memoria viva del movimiento. Ha sido a través de la imagen como hemos visto la transformación de las luchas y las reivindicaciones cada año, y cómo ha crecido el número de personas que asisten, las nuevas formas de manifestarse, los quiebres y rupturas. Por esto, esta publicación hila los relatos de los participantes con las imágenes de archivos personales, institucionales y profesionales para poder expresar ampliamente la trayectoria de la marcha a lo largo de cuatro décadas de existencia.

Voy a la marcha desde el 2011 y me ha interesado ver los rostros de las personas. Con mi registro intento perpetuar esas miradas. Me gusta cuando la gente no me reconoce y no posa para la foto y luego se encuentran con las fotos publicadas. Me gusta creer que estoy con eso haciendo un ejercicio de memoria”.

Paola Zuluaga Fotógrafo Andrés de la Cuadra en la marcha del orgullo. Fotografía Leonardo Suarez Malacay. 2016.

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Victoria Velásquez. Fotografía de Federico Gómez de los Ríos, 2017

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tránsitos

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TRÁNSITOS De la Marcha de la Ciudadanía LGBT han surgido otras expresiones de protesta, como la Marcha LGBTI del Sur, la movilización #Yo Marcho Trans, la Resistencia Antipatriarcal o la Contramarcha. Todas ellas han nacido como una crítica espacial e identitaria. El recorrido de esta movilización no siempre ha sido el mismo, aunque en sus diferentes trazados siempre ha tocado en algún punto la carrera Séptima. En sus inicios, para las personas diversas no era fácil reunirse. Quienes pensaron en salir a las calles por primera vez se reunieron en la biblioteca Emmanuel Mounier, ubicada en la diagonal 46 entre las transversales 16 bis y 16 A. Allí funcionó la primera sede del Grupo de Encuentro por la Liberación de los Güeis (GELG) en abril de 1977 y el Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia, desde el 28 de junio de 1977 hasta junio de 1979. En estos lugares se reunían a preparar las primeras manifestaciones, a componer las primeras arengas, performances y discursos. Otro lugar de reuniones fue la primera sede de Ventana Gay, que estaba ubicada en la carrera 12 # 23-41, donde se hacían las pancartas, máscaras y todo lo que se necesitaba para la movilización.

Las expresiones de la visibilización han variado dependiendo de los lugares permitidos socialmente. Como era prohibido inicialmente, se fueron dando unos primeros espacios de encuentro clandestinos y, luego, se dio el encuentro en la marcha. Otros lugares de ligue histórico en Bogotá fueron el edificio de Avianca, cerca de la carrera Séptima, la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional y, posteriormente, los centros comerciales como Terraza Pasteur, Granahorrar (hoy Avenida Chile), entre otros. Las citas y los encuentros románticos o sexuales se acordaban en ese entonces por medio del apartado aéreo. Los lugares para encontrarse de manera segura eran pocos, ya fuera para hablar de política o para hablar de ligue[13]. En las décadas de los ochenta y noventa, en el barrio Santa Fe vivían muchos hombres gais. Este era un sitio importante para ligar, al igual que las inmediaciones de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Terraza Pasteur. Ya entrados los años noventa, se ejercieron durante mucho tiempo actividades sexuales pagadas por parte de hombres homosexuales o bisexuales en este 13 Lugar para conocer personas, conseguir pareja o simplemente tener un encuentro sexual.


Mujer con máscara perteneciente al Grupo Sol, Solidaridad Lésbica. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, s. f.

Logo del Grupo de Encuentro por la Liberación de los Güeis. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1980

Logo del Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1980

“Liberación, liberación, liberación”. Artículo de Manuel Antonio Velandia en la revista Ventana Gay. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1980


centro comercial. Unas cuadras más abajo, en el barrio Santa Fe, estaban las mujeres trans. Monserrate también fue un lugar de encuentro y de esparcimiento para organizaciones de hombres gais. Aún hoy el Grupo Senior Años Dorados[14] continúa haciendo paseos a Monserrate con un carácter recreativo. Las personas de los sectores sociales LGBTI durante mucho tiempo no tuvieron un lugar y la sociedad prefería pensar que no existían. Fueron reducidos a la noche, a unas zonas específicas de la ciudad, a unos oficios limitados. Los bares de ambiente, como se les llamaba, fueron refugios en donde podían verse, conspirar y amar, aunque no sin temor, pues también estaban bajo la mirada de la policía. Algunos comenzaron a reunirse en otros lugares al sentir que la ciudad también les pertenecía, que también eran ciudadanos y ciudadanas. Los tránsitos que se han dado en la marcha tienen que ver con los lugares y las identidades. Ambos se cruzan, mutan o se consolidan. En algunas ocasiones es más fuerte la relevancia que tienen los lugares: esos dónde suceden las manifestaciones, las prácticas y las identida14 Senior Años Dorados es un grupo fundado en el año 2007 que reúne a personas mayores LGBTI en Bogotá. Su fundador, Juan Daniel Castro, ha enfocado su trabajo al reconocimiento de la vejez y el envejecimiento de las personas diversas.

Amiga date cuenta. Fotografía de Rodrigo Sandoval. 2021

des. Pero en otros momentos predominan las identidades, esos quiénes, que con sus historias propias, así como con sus luchas internas, sus prácticas y sus terrenos ganados, dan cuenta de los diferenciadores de su propia diversidad

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Rodada por la diversidad. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1996

“Ni éramos muchos ni éramos machos”. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1996

Pasando frente al parque Nacional cuando la marcha iba hacia el norte de la ciudad. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1996


lugares e identidades La carrera Séptima: la primera vía en Bogotá que se vistió con el arco iris

gotá, que vio nacer a un movimiento social que tomaría una fuerza impensable cuarenta años después.

Antes del Decreto Ley 100 de 1980, existía el primer Código Penal colombiano, que data del año 1837, en el que se consideraba cualquier acercamiento sexo-afectivo entre personas del mismo sexo como abuso y se castigaba con tres a seis años de cárcel. Si ambas personas aceptaban su participación consentida, ambos eran judicializados, por considerar sus actos como transgresores a la norma, según afirma Manuel Velandia[15]. En 1980, gracias a un ajuste del Código en el Decreto Ley 100, la homosexualidad dejó de ser un delito en Colombia, lo que permitió que las organizaciones y personas comenzaran a movilizarse. Estas primeras manifestaciones tuvieron como escenario la carrera Séptima de Bo15 “Cuatro décadas amando en libertad: Se cumplen 40 años de la despenalización de la homosexualidad en Colombia”, Caribe Afirmativo, 26 de enero, 2021, https:// caribeafirmativo.lgbt/cuatro-decadas-amando-en-libertad-se-cumplen-40-anos-de-la-despenalizacion-de-la-homosexualidad-en-colombia/

Como ya se ha mencionado, la movilización por la carrera Séptima organizada por la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá se conoce como la Marcha por la Ciudadanía LGBT. A través de este recorrido, se encuentran diversos monumentos históricos que dan cuenta del origen patriarcal y normativo del Estado nación, y que contrastan con las reivindicaciones y luchas que posiciona esta movilización social. Manifestantes y organizaciones sociales ponen como lugar de encuentro previo a la marcha el parque Nacional desde el año 1996. Uno de los puntos más usuales es el monumento a Rafael Uribe Uribe[16], en el que una mujer que simboliza la patria sostiene en sus brazos el cuerpo del héroe asesinado. Hablando con los marchantes, muchos lo relacionan con una imagen católica, específicamente con la Virgen 16 Monumento a Rafael Uribe Uribe del escultor español Victorio Macho, con relieves de Bernardo Vieco y diseño de Alfredo Rodríguez Orgaz. Fue elaborado en el año 1938 e inaugurado el 27 de octubre de 1940. Se encuentra ubicado en el parque Nacional, en la carrera Séptima entre calles 38 y 39.

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la Marcha de la Ciudadanía LGBT y sus recorridos sobre la carrera Séptima. Elaborado por el IDPC a partir de datos de la Dirección de Diversidad Sexual.

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María sosteniendo a Jesús crucificado. Allí se crea una contranarrativa cuando las personas de los sectores LGBTI se reúnen para exhibir estéticas que subvierten la imagen de virilidad y feminidad atribuida al hombre y a la mujer de inicios del siglo XX.

centro de la plaza, la estatua de Simón Bolívar ejemplifica, para muchos, la virilidad del guerrero. La marcha arriba a la plaza generalmente sobre las cuatro de la tarde, con arengas, trajes y comparsas, y busca exaltar valores como la libertad y la soberanía sobre los cuerpos.

Otro referente y lugar de encuentro de manifestantes es Rita 5:30, escultura del maestro Enrique Grau, que nos recuerda a las mujeres afrocolombianas que habitan la ciudad de Bogotá, así como a aquellas que ejercen la prostitución.

El territorio para las personas LGBTI históricamente no ha sido el mismo que para el resto de la ciudadanía. Al comienzo, fueron los bares los que albergaron a varios integrantes del sector social; luego algunos espacios, como bibliotecas o universidades, brindaron protección. El amor y la política se hacían a escondidas. La marcha precipitó la conformación de otros sitios para encontrarse.

El lugar donde actualmente desemboca la Marcha de la Ciudadanía LGBT es la plaza de Bolívar, el sitio que alberga todos los símbolos que representan el nacimiento de la patria y el centro del poder político y eclesiástico del país. En el

La carrera Séptima: un río

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de pasos, voces y clamores* La semilla que dio origen a la vía más emblemática de Bogotá surgió sobre un camino indígena al que los españoles llamaron Camino de la Sal o de Tunja, y entre los dos núcleos iniciales de la vieja Santafé: la plaza de San Francisco (actual parque Santander) y la plaza Mayor (actual plaza de Bolívar). Sobre ella se puede leer la evolución de la ciudad desde su fundación colonial hasta nuestros días. Se caracteriza principalmente por ser una vía versátil que se adapta continuamente a las necesidades de la ciudadanía. Está llena de historia y de lugares de memoria; de allí que el cineasta Diego León Giraldo, en 1975, en su documental sobre la vía, la haya definido como “la arteria de la nación”. Es por todas estas razones que buena parte de los patrimonios de Bogotá encuentran su lugar sobre la carrera Séptima. Su versatilidad radica en que, a través de los años, ha sido utilizada de diferentes formas: desde procesiones religiosas coloniales y cortejos fúnebres que van de la Catedral Primada al Cementerio Central, hasta actividades fes-

tivas, deportivas, lúdicas y culturales, como la ciclovía y los populares Septimazos. Los libertadores independentistas inauguraron sobre ella los desfiles militares con los que celebraron el surgimiento de la república. Hoy y desde hace varias décadas atrás, la mecánica de las marchas tiene como eje la carrera Séptima: desde el bello y amenazante río de candela de la Marcha de las Antorchas y la lúgubre Marcha del Silencio de Jorge Eliécer Gaitán, hasta las coloridas y reivindicativas marchas del Orgullo LGBTI, las del Primero de Mayo, los carnavales de protesta estudiantiles y los paros nacionales. Todas estas manifestaciones la hacen un corredor político y de encuentro de voces diversas, que se nutre desde muchas vías de la ciudad y que, como un gran río, desembocan en un mar cuadrado llamado plaza de Bolívar. Es entonces cuando la principal plaza pública de la ciudad, con cada marcha, se convierte en un potente escenario por ser este el centro simbólico del país, donde tiene como espectadores pétreos, y casi siempre mudos, a los edificios que albergan al poder religioso de la Iglesia católica, al Poder Ejecutivo de la ciudad y a los muy cuestionados poderes nacionales Legislativo y Judicial.

* Alfredo Barón Leal. Historiador, Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.

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Y de rojo se tiñó muchas veces el suelo de la carrera Séptima. Frente a la puerta del Palacio de la Carrera, cuando comenzaba el Bogotazo, quedó en el piso, desnudo y ahorcado con dos corbatas, el cadáver de Roa Sierra, mientras en la esquina de la Jiménez con Séptima, el pueblo recogía con pañuelos blancos la sangre de Gaitán para convertirlos en trapos rojos liberales. El 6 de noviembre de 1985 ardió por segunda vez en la historia de Colombia el Palacio de Justicia; el saldo: una docena de desaparecidos, un número indefinido de muertos y un gigantesco edificio reducido a cenizas. El 9 de junio de 1954 una tropa del Batallón Colombia, a la altura de la calle 13, disparó contra una marcha estudiantil y asesinó a nueve de ellos, hecho que puso fin a la dictadura de Rojas Pinilla. A su vez, en un costado de la plaza Santander, entre 1816 y 1817, Pablo Morillo instaló patíbulos de ajusticiamiento de los independentistas, donde fue pasada por las armas una generación de criollos, soldados y hasta desertores españoles.

Hubo una época en que la carrera Séptima fue famosa por sus “cafés literarios”, que se encontraban ubicados desde la plaza de Bolívar hasta la calle 26, y eran refugio de escritores, políticos y estudiantes. Todos desaparecieron, aunque queda por lo menos uno a donde ir a recibir la noche: La Florida. Aunque más chocolatería que café, fue fundado por un catalán en 1936 que huía de la Guerra Civil española y vino a encontrarse con el 9 de abril de 1948, día en que lo saquearon. La Florida es un sobreviviente del Bogotazo y lugar de encuentro del feminismo bogotano. Al respecto, relata Florence Thomas que una tarde del 8 de marzo de 1977 las pocas activistas que se encontraban en la plaza de las Nieves, al lado del desaparecido Teatro Lux, no tenían ni idea de que iban a ser las precursoras de un gran movimiento futuro, pero sí sabían que después de la agitación pasarían a tomar chocolate en la mítica Florida[17], que para entonces quedaba casi al frente de la plaza de las Nieves y no donde hoy se encuentra.

Pero, por supuesto, la Séptima concentra no solo estos hitos de violencia en la historia nacional. También acoge a la vida cotidiana: el trabajo, el juego, las onces, el temor, el encuentro, el paseo, las entretenciones callejeras, lo comercial, el acelerado ritmo diurno y la soledad de lo nocturno.

La plaza de las Nieves es uno de los puntos de encuentro más importantes en la carrera Séptima. Aunque nadie lo tenga en cuenta, con esta 17 Florence Thomas, “El 8 de marzo de 1977”, El Tiempo, 2 de marzo, 2021, https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/florence-thomas/columna-de-florence-thomas-sobreel-8-de-marzo-y-la-mujer-570575

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plaza se quiso hacer memoria a dos mártires de épocas lejanas entre sí. Por un lado, está la escultura de Francisco José de Caldas, llevado al patíbulo por Morillo con la sentencia “España no necesita de sabios”, y, por otro, está su actual y oficial nombre: plaza Eduardo Umaña Mendoza, defensor de derechos humanos asesinado por la extrema derecha en 1998. Saliendo del centro y tomando la carrera Séptima hacia el norte, a la altura de la calle 39, se encuentra el parque Nacional. Reconocido como patrimonio de la nación desde 1996, fue inaugurado en el año de 1934 y construido específicamente para ser un parque popular. Este lugar es de gran importancia para la protesta y las marchas sociales, pues es uno de los principales puntos de encuentro de cada movilización. En la entrada principal del parque se encuentra el monumento emplazado en 1940 en homenaje al político liberal Rafael Uribe Uribe, un mártir más de nuestra historia, asesinado en 1914 sobre la carrera Séptima a un costado del Capitolio Nacional. El conjunto escultórico tiene como pieza principal a una figura femenina que personifica la patria, la cual besa en la frente y recibe en su regazo el cuerpo desnudo de un joven. Finalmente, en el borde del parque sobre la carrera Séptima se encuentra una escultura que representa a una prostituta, llamada Rita

5:30, personaje extraído de la obra pictórica del maestro Enrique Grau, la cual se caracteriza por su corsé y su sombrero, y que, como algunos han señalado, representa la liberación femenina.[18]

18 María Clara Torres, Margarita Mariño y Hugo Delgadillo, Bogotá un museo a cielo abierto. Guía de esculturas y monumentos conmemorativos en el espacio público (Bogotá: IDPC, 2018), 110 y 187.

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“¿Para qué la revolución si no podemos bailar?”[19] Un movimiento social que nace en los bares “La importancia [de los bares] era que le ponían la alegría, el color y la majestuosidad a las carrozas”. Rubén Gómez

La Marcha del Orgullo se realiza cada 28 de junio en diferentes lugares del mundo. Este día se conmemora el levantamiento de hombres gais, mujeres trans y lesbianas, y personas bisexuales frente a los hostigamientos de la policía en un bar de la ciudad de Nueva York del barrio Greenwich Village, llamado Stonewall Inn. En la ciudad de Bogotá se elige el domingo más cercano a esa fecha para realizarla, y en los últimos años se organiza en el denominado puente festivo de san Pedro y san Pablo[20].

19 Frase de la activista Sandra Montealegre en medio de la Mesa de Memoria con Mujeres Diversas realizada el día 10 de marzo de 2021. 20 Conmemoración del cristianismo católico por el martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso. Nada tiene que ver esta festividad con la marcha; se eligió por ser un fin de semana largo.

Aquel 28 de junio de 1969 las personas que se reunían en dicho bar sufrieron el ataque de la policía, lo que era muy común en ese entonces. Sin embargo, en aquella ocasión los asistentes decidieron confrontar a la fuerza pública y durante varios días estuvieron resistiendo ante el ataque. El hito histórico que marcó el inicio del movimiento social por la diversidad sexual y de género en el mundo tuvo entonces como epicentro un bar. El señalamiento de la homosexualidad como pecado, delito o enfermedad hizo que las personas encontraran en los bares un lugar de reunión, de ligue y conspiración. Allí podían amar, organizarse, crear redes de apoyo y grupos de discusión para pensar en sus derechos civiles y políticos.

Nos trasnochábamos haciendo lo de la asociación, nos reuníamos en bares también. Cuando fuimos a registrarla, había que dar la cédula y no se pudo hacer la asociación porque nadie pudo poner la cédula para registrarla formalmente”.

Marcela Sánchez

El primer borrador del documento de la política pública LGBTI de Bogotá fue construido en 2003 en Boys Club, un bar ubicado en la calle 37 con

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Mapa de bares y algunos lugares históricos LGBTI. Elaborado por el IDPC a partir de datos de la Dirección de Diversidad Sexual.

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avenida Caracas. Este documento se convertiría más adelante en el Acuerdo 371 de 2009.

Una vez se me sentó alguien al lado y me empezó a contar la historia de ese bar y la historia de los bombillos rojos. Otrora, muchos años antes de que yo naciera y muchos de nosotros y nosotras, cuando llegaba la policía a un bar diverso, que en esa época se les decía “de ambiente”, y teniendo en cuenta que la homosexualidad en ese momento era delito en Colombia, ponían unos bombillos rojos en el local. Entonces, cuando se acercaba la policía, se prendían los bombillos y todo el mundo cambiaba de pareja; al entrar la policía, encontraban un bar heterosexual cualquiera. Cuando salía la policía, todo el mundo volvía con sus parejas”.

Los establecimientos comerciales han estado presentes en las marchas del Orgullo a nivel mundial y de diferentes maneras. Estos ayudan a congregar a las personas poniendo color y música a la movilización política, y durante mucho tiempo fueron los bares los que patrocinaron la marcha, sobre todo en la época en que las instituciones no apoyaban esta manifestación, y las organizaciones sociales no tenían la fuerza ni los recursos para movilizarse.

Hoy en día que salgan los bares a la marcha no significa lo mismo que hace veinte o treinta años, ni tiene ese valor tan profundo que tenía en otros momentos en donde eran los lugares para salir del clóset, para encontrarnos a complotar, donde crecíamos, conseguíamos amigas, novias y parceras. Ahora están los centros comunitarios, las organizaciones sociales y la calle, pero es importante no olvidar lo que ellos significaron”.

Sandra Montealegre

Sandra Montealegre

La fiesta siempre ha estado presente en la vida de las personas diversas, incluso antes de que los bares existieran como tal. Uno de esos espacios previos a la presencia de los establecimientos de rumba y que permitían la fiesta y el goce diverso fue el restaurante El Cisne. Allí se reunían personas relacionadas con el Gobierno y la farándula. La mayoría de veces iban camuflados y no se dejaban identificar por el peso social que tenía ser visto en esos lugares.

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Algunos referencian como los bares diversos más antiguos de Bogotá El Fígaro y La Tasca Santamaría[21], que datan de mediados de los sesenta y que estaban ubicados en el pasillo de la actual Universidad Central, entre la carrera 5.ª y la carrera Séptima, por el Teatro México. Otro de esos espacios insignia es el Café San Moritz, que estuvo ubicado muchos años en la calle 16 con carrea 8.ª en el centro de Bogotá. Este espacio por más de ochenta años fue escenario de diatribas políticas, pero también de encuentros entre hombres gais durante varias generaciones. En esa época se hablaba secretamente de lugares de encuentros entre hombres; posteriormente se denominaron sitios de ambiente, bares gais, bares de mujeres y ahora bares diversos o LGBTIQ+. “También sobre la Séptima estaba Criollitas, un lugar con dos espacios: al frente restaurante y 21 “La Tasca Santamaría estaba ubicado en la actual calle 23 entre carreras 6.ª y Séptima. En la Tasca, dependiendo la hora, cambiaba la rumba. El lugar funcionaba desde las dos de la tarde y se abría para recibir a los tempraneros, a todos aquellos que habían pasado la mañana o el comienzo de la tarde en el Septimazo y que decidían beber algo antes de salir para sus casas. Después de las seis p. m. el espacio se volvía más rumbero y se renovaban los visitantes. Hay quienes recuerdan que a esa hora parecía que se hacía cambio de guardia: los que estaban se iban para que llegaran otros”. Colectivo Archipiélago, El centro comienza en el suroriente, 2020 [documental], https://www.youtube.com/watch?v=lTaojPOQbrA

cafetería; al fondo, bar y cantina. Este era uno de los lugares predilectos de la fiesta, al punto de llegar a asistir entre tres o cuatro veces a la semana”[22]. A finales de los ochenta y principios de los noventa, fueron muy reconocidos bares como One, ubicado en lo que luego fue la Casa Medina, en la carrera Séptima con calle 71, y otros por la carrera 13 con calle 61, donde hoy está ubicado Theatron. El Noa Noa estaba ubicado en la carrera 13 # 61-46. Se trataba de un rumbeadero tradicional, donde ponían salsa y música bailable y donde asistían principalmente hombres gais. En la década de los noventa, la rumba gay, todavía clandestina en Bogotá, vio nacer bares como Arlequín, Piscis y las Calles de San Francisco. Estos últimos pertenecían a Plinio Carvajal[23], un hombre que para muchos era un transgresor innato, y los sitios que él montaba mostraban en gran medida su rebeldía. Piscis estaba ubicado 22 “A las diez p. m. iniciaba el evento central, ‘la hora del desahogo’, que consistía en un espacio de show transformistas, muy esperado por los asistentes”. Colectivo Archipiélago, El centro comienza en el suroriente. 23 Para conocer más sobre personajes como Plinio Carvajal o Madorilyn Crawford, ver Julián Guerrero, “La clandestinidad, el activismo y la persecución de la fiesta gay en la Bogotá de los 90”, Cartel Urbano, 10 de abril, 2019, https://cerosetenta. uniandes.edu.co/dia-96/

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19; K-oz, también llamado Te Odio. En ese entonces existían muchos lugares de cruising[24], como Las Nieves y Terraza Pasteur. A diferencia de hoy, en los noventa había varios bares de mujeres en Bogotá. Uno de los más recordados es Bianca Disco Club, ubicado primero por la calle 65 y luego por la calle 72 con carrera 20 —muy cerca a lo que hoy se conoce como la zona de alto impacto del barrio Siete de Agosto—. Finalmente se ubicó en la calle 60.

Carroza bar Theatron. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2007

en el centro de Bogotá y era conocido por sus excentricidades; Calles de San Francisco era una discoteca recordada por lo que en ese entonces eran actividades extremas con strippers y cuartos oscuros. También muchos recuerdan a Jinetes, en La Calera, y El Callejón, yendo hacia Teusaquillo. En Chapinero estaba Anónimos, ubicado en la carrera 9A # 60-37; La Pantera Roja y Boys Club, en la calle 37 con Av. Caracas —dicen que este fue el primer bar de strippers—; Safaris, en la avenida Caracas con calle 33; La Capitana, Cinema, Dalis, Ibiza, Video 65, Video Club 42 o Zona Franca, que antecedió a Theatron. En el norte estaba Disco Fuego, ubicado en la calle 100 con carrera

Al día de hoy solo se reconocen unos pocos, como Noches de Luz, en el Restrepo, y Harem. La disminución en los bares para mujeres puede deberse, entre otras cosas, a que hay más posibilidades de salir tranquilamente del clóset y socializar de manera más segura en espacios diferentes. También al uso de aplicaciones y chats que permiten que las personas se encuentren en lugares diferentes a los bares. Fercho’s Bar, “el sitio famoso de Chapinero”, como aparece en su publicidad, originalmente comprendía dos bares, uno más pequeño, que era Fercho’s Café, ubicado en la calle 64 con ca-

24 Cruising, en el contexto de la diversidad sexual y de género, es una práctica que consiste en buscar pareja sexual de manera ocasional y anónima en espacios públicos determinados. Hoy en día se realiza por medio de redes sociales.

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Mockus. En Chapinero, la Oficina.com, que también tenía una sede en el centro donde ahora queda el bar El Polo. En el centro de la ciudad existe en este momento Raíces Musicales, ubicado en la calle 22 con carrera 8.ª, donde se hizo la última Gala Roja[27] en el año 2019. La primera se llevó a cabo en un lugar llamado La Pantera Roja. Uno de los bares que desapareció con la pandemia fue Semáforo, en la calle 21 con carrera Séptima. Este era un sitio muy visitado por los estudiantes de las universidades aledañas.

Pancarta del bar Zona Franca en la Marcha del Orgullo. Fotografía de Manu Mojito, s. f.

rrera 11, y la discoteca Fercho’s Place, ubicada en la carrera 11 con calle 67. Los más jóvenes referencian bares como Tokio, que después se llamó Infinity, antes de cerrar. Era un bar pequeño provisto de tres espacios, ubicado en el norte de la ciudad. Los mayores recuerdan San Antonio, el sitio de remate[25] al salir de Zona Franca en las épocas de la hora zanahoria[26], durante la alcaldía de Antanas 25 Un “sitio de remate” es un lugar que se visita para terminar la fiesta en la madrugada. También se le conoce como “amanecedero” o “trinchera”, entre otras denominaciones. 26 La Ley Zanahoria fue implementada en la ciudad colombiana de Bogotá desde el año 1995 por el entonces alcalde Antanas Mockus. Esta ley consistía en la restricción a la venta de bebidas alcohólicas a partir de la una de la madrugada. Manuel Dammert Guardia, “La hora zanahoria”, Boletín

El bar El Polo, ubicado en la calle 22 con carrera 8.ª, era una cafetería en la mañana, que en la noche se transformaba en bar de encuentro, principalmente de hombres gais de clases populares. Este lugar es recordado por los espectáculos de transformismo, donde se interpretaban personajes fuera de la común, y también por ser usualmente visitado los días domingos. Ciudad Segura 14, 2007, https://biblio.flacsoandes.edu.ec/ catalog/resGet.php?resId=24393#:~:text=Uno%20de%20 estos%20casos%20lo,esta%20medida%20ha%20ido%20 cambiando 27 La Gala Roja es una fiesta o encuentro donde se reúnen mujeres y hombres trans. Generalmente se realiza en el mes de diciembre y entre muchos de sus objetivos está celebrar el Año Nuevo, así como los activismos y las vidas trans. En los últimos años se ha realizado con el apoyo de las instituciones y se reparten anchetas entre las personas trans que asisten.

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en otros espacios. La prensa y las publicaciones gais fueron elementos centrales de la vida homosexual en Bogotá y circulaban principalmente en los bares[28].

El primer bar diverso sobre la avenida Primero de Mayo fue Tropicana”.

Ernesto Sarmiento

Estando en un bar fue que llegó a mis manos un material que por su belleza aún recuerdo. Era una cartilla muy bonita realizada por las mujeres de Triángulo Negro. Su belleza no solamente estaba en la materia como tal, sino también en las noches de trabajo invertidas en su fabricación por parte de mujeres lesbianas que dedicaban su tiempo y recursos en esa publicidad artesanal”.

Bares como Riverside, Chalá, Mándala, La Vega y La Vega 2, hoy hacen parte de lo que se conoce como Cuadra Diversa.

En estos sitios, a inicios de los años 2000, empezó mi activismo LGBT. Más adelante este activismo me llevaría a proponer la Marcha del Sur”.

Ernesto Sarmiento

Antes de la virtualidad, los bares ofrecían una amplia gama de experiencias a sus clientes. Bares como El Clóset acondicionaban teléfonos en las mesas para que las personas pudieran llamar a las de las otras mesas que les gustaban. Esas eran las aplicaciones antes del internet. Blues Bar estuvo ubicado en la calle 89, arriba de la carrera 15. De este muchos recuerdan la barra libre.

Sandra Montealegre

La publicidad de los bares se convirtió también en algo que quedó en el recuerdo de muchas personas. Antes eran el voz a voz y los volantes lo que hacía que se conocieran los bares.

Cuando comencé a acompañar a mi hijo a la marcha, recuerdo mucho que él guardó una publicidad de Fercho’s Bar porque era una bandera de la diversidad. Fue su

Los bares fueron el lugar de difusión de publicaciones como Ventana Gay (la primera revista gay en Colombia), Acento, News Gay Colombia o la Revista Franquicia, que se creó con Zona Franca para divulgar los eventos que ocurrían ahí y

28 Guerrero, “La clandestinidad”.

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primera bandera y la guardó durante mucho tiempo en su cuarto”.

El carnaval tiene un tinte político fundamental y eso no riñe con el tema de los bares. Los bares pagaban su participación en la marcha”.

Cristina Rojas Tello

Los establecimientos de homosocialización son espacios de alegría, de amistad y de historia. Cada vez asisten a ellos más personas que no necesariamente son parte de los sectores LGBTI. Salen como amigos y acompañantes que comparten el sentido político de la diversidad sexual y de género, y porque la rumba diversa es muy buena”.

Sandra Montealegre

Con el tiempo, los bares fueron cediendo su lugar como únicos lugares de encuentro con la aparición de nuevos escenarios, como las universidades y los grupos de diversidad sexual que allí se gestaron. Inició así una nueva etapa para la movilización social diversa.

Alexandra Galeano

Los bares para algunos fueron la primera referencia para acercarse a la marcha, al movimiento social y a sus iguales. Los bares y establecimientos LGBTI+ han contribuido no solo como espacios de encuentro y difusión de derechos; también con alegría, color y majestuosidad, a través de las carrozas que durante mucho tiempo acompañaron la Marcha de la Ciudadanía y, posteriormente, la Marcha del Sur.

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“Bogotá no comienza en la calle 26 ni termina en Unicentro”. La Marcha LGBTI del Sur

Durante muchos años, los bares se han hecho presentes dentro de las marchas a través de las carrozas y en ocasiones a través de la financiación del evento. Sin embargo, en los últimos años, por temas de seguridad para quienes marchan, y teniendo en cuenta la logística especial que requieren este tipo de vehículos en medio de una manifestación, su presencia fue eliminada de las marchas, lo cual ha causado debates amplios a favor y en contra de esta decisión”.

“Bogotá no comienza en la 26 ni termina en Unicentro, es todo el distrito capital. La marcha se ha convertido en un espacio de gente físicamente bonita y de plata. Eso no es la marcha. Empezamos a sentir el sur con toda esa fuerza y magia que tiene y todo lo que podemos aportar como sector social. Nuestras vivencias, aunque se enmarcan en un acrónimo, son tan diferentes… Las personas del sur, mayores, tenemos mucho que aportar”.

Ernesto Sarmiento

Las carrozas dejaron de transitar en la marcha aproximadamente en el año 2014 por un incidente con una carroza de un bar y un transeúnte[29]”.

Blanca Cecilia Ramírez Monroy

En el año 2009, en medio de una reunión de la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá en la que se estaba preparando la Marcha de la Ciudadanía de ese año, surgió la idea, entre algunos de los asistentes que pertenecían a mesas y organizaciones del sur de la ciudad, de organizar su propia marcha. Esto como respuesta a la negativa por parte de las personas que en ese momento lideraban la organización del evento a que las carrozas de los bares hicieran parte de la marcha, como era la tradición.

Elizabeth Castillo

De esta manera, los líderes y lideresas del sur de Bogotá se dieron a la tarea de adelantar los 29 Con el fin de evitar accidentes, la Secretaría de Movilidad exige un protocolo que incluye varios requerimientos para dar permisos a las carrozas que van a transitar en la marcha. Entre estos se encuentran planes de logística, revisión tecnomecánica de los vehículos, acompañamiento de bomberos y ambulancias, y otros permisos.

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La Marcha LGBTI del Sur. Elaborado por el IDPC a partir de datos de la Dirección de Diversidad Sexual

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trámites y permisos para realizar su propia marcha en veinticinco días. Esta contó en sus primeras versiones con el apoyo fuerte de los comerciantes de los bares de la Primero de Mayo.

a las que viven las personas de otros territorios de la ciudad”. Blanca Cecilia Ramírez Monroy

Con solo una carroza, pues los recursos eran escasos, se realizó la primera Marcha del Sur de Bogotá, el 21 de junio de 2009[30], con un recorrido que iba desde el parque Olaya Herrera, sobre la avenida Primero de Mayo, hasta llegar al punto donde se ubican los bares de la misma avenida. En esa ocasión se contó con la participación de seiscientas personas aproximadamente. Desde esa primera marcha y hasta las últimas versiones, siempre se inicia con una feria en la mañana en el parque del Olaya, que sirve como preámbulo cultural, artístico y de oferta de los servicios del distrito, organizadores y patrocinadores.

Para los siguientes años se definió como sitio de llegada de la marcha el parque Mi Llanura, ubicado en calle 25 sur, en la localidad de Kennedy. Solo en dos ocasiones el lugar de destino ha cambiado: una, en el año 2017, cuando llegó a la plaza de Bolívar, donde se encontró con la Marcha de la Ciudadanía; y la segunda en el año 2019, cuando salió del estadio de Techo y llegó al parque El Tunal. La primera Marcha del Sur generó emoción entre sus participantes y organizadores por estar en su propio territorio, reconociendo sus dinámicas particulares y en medio de gente conocida.

Empezamos a sentir el sur con toda esa fuerza y magia que tiene, y todo lo que podíamos aportar como sector social. Aunque nuestras vivencias también se enmarcan en el acrónimo LGBTI, son muy diferentes

Nadie miraba para el sur en ese entonces, la participación se veía afectada por las barreras que imponían las clases sociales… la gente decía: “Yo no voy por allá”, pero al final el éxito fue total y la gente quería repetir”.

Juan David Cárdenas

Yo salí del clóset exactamente el día de mi cumpleaños, un día

30 Ernesto Sarmiento, organizador de la Marcha del Sur.

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Venus J. en la feria de servicios previa a la Marcha LGBTI del Sur. Fotografía de Camilo Gómez Cárdenas, 2021

Llegada de la Marcha LGBTI del Sur al parque El Tunal. Fotografía de Corporación Reddes, 2019

“La pandemia no nos detuvo”. Marcha LGBTI del Sur. Fotografía de Máximo Castellanos, 2021


de una Marcha del Sur. Gracias a la marcha y a mis amigos pude salir del clóset y fue donde comencé a meterme en todo lo organizativo”. Esteban Vergara

Mujer sosteniendo la bandera de la organización social Diversidad Humana en la Marcha LGBTI del Sur. Fotografía de Andrés de la Cuadra, 2015

La Marcha del Sur transita por lugares alejados del tema LGBTI+, como talleres mecánicos e iglesias cristianas. Sin embargo, el apoyo de muchas personas es expresado a través de aplausos y saludos por las ventanas y puertas de los negocios, además de la amplia participación ciudadana.

Fue un reto espectacular. Tanto que, cuando terminamos, yo me puse a llorar porque lo logramos. Era caminar entre talleres de motocicletas, muebles… no sabíamos cómo iba a ser la respuesta de la gente que nos veía marchar. La gente nos apoyó ciento por ciento”.

Ernesto Sarmiento

Fue una labor titánica, me quito el sombrero. Se propusieron sacar esa marcha y lo hicieron impecablemente”.

Desfilando con la bandera trans por la Primero de Mayo. Fotografía de Máximo Castellanos, 2021

Blanca Cecilia Ramírez

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La versión de la Marcha LGBTI del Sur del año 2019, que salió desde el estadio de Techo, contó con amplia participación de la ciudadanía y por esta razón el acompañamiento de la policía también se amplió. Para ese año, la prohibición del desfile de carrozas favoreció el hecho de que las expresiones culturales de las localidades asistieran y tuvieran mucha más fuerza que en años anteriores.

Uno de los recuerdos memorables para los organizadores de la Marcha del Sur del año 2011 fue el acompañamiento de la alcaldesa encargada, Clara López. Si bien su presencia fue breve, fue un hecho significativo para todos y todas”.

Caminando con la madre Charlotte Callejas Sneider en la Marcha LGBTI del Sur. Fotografía de Andrés de la Cuadra, 2015

Ernesto Sarmiento

La Marcha LGBTI del Sur ofrece a un sector de la ciudad la posibilidad de acercarse a la diversidad. Lleva a una parte del sur el color y la reivindicación de derechos, además de configurarse en un espacio donde se crean amigos y redes de afecto. “Pregúntanos por tus derechos”. Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social (Paiis). Fotografía de Andrés de la Cuadra, 2015

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Bailando por la igualdad en la Marcha LGBTI del Sur. FotografíaS de Máximo Castellanos, 2021


La avenida Primero de Mayo: “para pasarla bueno hay que ir al sur”* A principios del siglo XX, el sector del río Fucha ubicado entre el barrio Las Cruces y los alrededores del río San Cristóbal comenzó un lento proceso de urbanización. Siglos antes, la zona se había consolidado para la explotación de chircales en el contexto de la producción de materiales de construcción. Sin embargo, con el paso del tiempo y la presión habitacional en el centro de la ciudad, buscar vivienda digna para las clases obreras se convirtió en una necesidad. Fue entonces cuando surgieron en esta zona proyectos como el barrio San Francisco Javier (1913), el barrio Veinte de Julio (1920) y, en medio de estos dos, el barrio Primero de Mayo (1923). El nombre de este barrio es un claro homenaje y reconocimiento a las clases obreras de la ciudad. La primera piedra fue colocada el 1.º de mayo de 1923, fecha en la cual se conmemora el Día Internacional de los Trabajadores, y su inauguración se llevó a cabo el 29 de octubre de ese mismo año con la construcción de veinte casas. La obra estuvo a

cargo de la recién creada Junta de Habitaciones para Obreros y fue esta su primera realización. Hoy en día, el barrio Primero de Mayo es un interesante sector de interés cultural de la ciudad. En la década de los treinta y un poco más al occidente de los asentamientos mencionados, surgieron los barrios obreros Olaya Herrera (1929), en homenaje al presidente Enrique Olaya Herrera, y el Restrepo (1930), en honor a otro presidente, Carlos Lleras Restrepo. El Centenario (1938), por su parte, fue denominado así por la celebración de los cuatrocientos años de fundación de Bogotá. En medio de estas dos barriadas para obreros se encontraban algunas haciendas que las separaban. Fue entonces cuando, entre 1936 y 1938, se construyó la calle 22 sur con el objetivo de unir ambos sectores. La nueva calle, llamada ya para esta época avenida Primero de Mayo, tomaría el nombre del barrio desde el cual se proyectó de oriente a occidente. La lenta unión de ambos sectores se empezó a fortalecer en el momento en el que, al costado norte de la nueva avenida y frente al barrio Restrepo, se construyó el barrio Ciudad Jardín en 1941.

* Alfredo Barón Leal. Historiador, Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.

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Con la consolidación de este sector surgió el p arque Estadio Olaya Herrera, que se encuentra en medio del barrio Centenario y el barrio homónimo. Se trata de una de las pocas zonas verdes que hay en este sector y es famoso por su torneo de fútbol aficionado de la Hexagonal del Olaya o Copa Amistad del Sur desde 1959. De este torneo salió el equipo de fútbol Club Deportivo la Equidad el cual, junto con Santafé y Millonarios, conforman los tres equipos capitalinos de la primera división del futbol colombiano. En 1961 se desarrolló Ciudad Techo en los terrenos que había dejado el primer aeropuerto de Bogotá, debido a la construcción del nuevo Aeropuerto El Dorado. El complejo habitacional sería inaugurado en 1961 por el presidente estadounidense John F. Kennedy, dentro de los planes de la Alianza para el Progreso, y tras su asesinato en 1963 se cambió su nombre a Ciudad Kennedy. Este proyecto de vivienda impulsó el proceso de urbanización del occidente. Durante la alcaldía de Virgilio Barco, entre 1967 y 1969, la avenida Primero de Mayo se construyó entre la carrera 68 y Ciudad Kennedy, y se convirtió en una de las principales vías de acceso a esta importante localidad. Un poco más abajo de la carrera 68 y en las proximidades de la avenida Boyacá se encuentra la zona de los llamados bares de la

Primero de Mayo, que a lo largo de casi diez cuadras ofrecen diversión para todos los gustos. En la llamada “zona rosa del sur” se encontraban bares gais como Acertijo, Ámbar, Ángel y Sugar Gay. Otras discotecas se hicieron famosas en la zona, como el Titanic Music Hall y Studio 54, que rememora al famoso club nocturno neoyorquino de los setenta. Hace un tiempo algunos dueños de bares y discotecas de la Primero de Mayo buscaron desacreditar a una nueva y pequeña calle del sector que les estableció competencia y prometía robarles la clientela, por lo cual la llamaron “cuadra picha”, denominación que irónicamente la hizo muy famosa. Hoy cualquiera imaginaría que se llama así por estar “picha”, pero en discotecas, contaminación auditiva, derroche de luces y sobrepoblación rumbera[31]. El ofensivo apodo trató de cambiarse hace pocos años al de “calle de la alegría” sin mayor éxito.

31 Andrés Sanín, Juan David Sánchez y Sebastián Chabela, Bogotá bizarra: la única guía para perderse (Bogotá: Aguilar, 2000), 16-17.

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#Yo Marcho Trans ACCEDE AL CÓDIGO QR PARA VISUALIZAR LAS FOTOS XPLORATORIUM DE FABIÁN TELLO

“Este recorrido es muy bonito, porque no es solo recorrer las calles sino es recorrer la memoria. En cada punto donde han asesinado una hermana se deja una placa y se hace un recorrido muy bonito”. Katalina Ángel

La Red Comunitaria Trans es una organización conformada en su mayoría por mujeres trans que tiene su sede en el barrio Santa Fe, de la localidad de Los Mártires. Esta organización realiza desde el año 2012 un proceso de memoria a través de recorridos por los lugares donde muchas mujeres trans han sido asesinadas. Los lugares de los decesos son decorados por otras mujeres trans con arreglos florales y placas, en medio de un ejercicio que busca dignificar y resignificar las vidas y los nombres de aquellas que murieron, y contar sus historias para que no caigan en el olvido.

Este recorrido incluye distintos puntos en el barrio Santa Fe: las calles 16, 17, 20, 24, 26 y 19, vías que las mujeres trans de la Red Comunitaria Trans decoran. Este recorrido se integraba hasta el año 2017 a la Marcha de la Ciudadanía LGBT, con la intención de tener una voz allí.

Nuestra marcha es también la exaltación del barrio Santa Fe. Las que han llevado el bulto más grande de discriminación han sido las mujeres trans y por eso se siente esa rabia que sentíamos sobre una marcha tan excluyente”.

Yoko Ruiz

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Nuestra intención no era hacerle competencia a la marcha sino tener un espacio donde nosotras mismas pudiéramos reclamar una agenda concreta y participación. La Red ha querido que sea el 20 de noviembre, porque es el día de la memoria trans. El transinflable es el molde del cuerpo de una chica trans. El color negro era llamando la atención hacia el luto, oscuridad y depresión al que estamos expuestas las personas trans todo el tiempo”.

Yoko Ruiz


Yo Marcho Trans. Elaborado por el IDPC a partir de datos de la Dirección de Diversidad Sexual.


Puesta en escena al finalizar #Yo Marcho Trans en el barrio Santa Fe. Fotografía de Juan Cortés, s. f. DE JUAN CORTÉS a.k. Pelos ozIco, S.F.


La activista Daniela Maldonado en #Yo Marcho Trans. Fotografía de Xploratorium Colombia, 2019

Placas conmemorativas de la memoria trans en el barrio Santa Fe. Fotografía de David Alonzo, 2021


Hacia el año 2016 la Red Comunitaria Trans inició un proceso artístico, político y comunitario en el que un grupo de mujeres trans y artistas se unieron para crear un inflable de 18 metros — inicialmente en color negro— que simbolizaba el cuerpo de una mujer trans con el objetivo de llevarlo a la Marcha de la Ciudadanía LGBT. Esta enorme estructura tiene un significado profundo, pues el transinflable buscó visibilizar los cuerpos trans, los asesinatos y violencias que recaen sobre ellos; también la tristeza y el enojo por tantos años de ser reducidas e invisibilizadas. El transinflable es un símbolo de visibilidad ante el flagelo de la transfobia y fue posicionado en tres marchas hasta el año 2018. En ese momento se generó una ruptura que conllevó la separación de la Red Comunitaria Trans y muchas otras personas de la Marcha de la Ciudadanía LGBT, que desde ese momento crearon su propio espacio de movilización de denominado #Yo Marcho Trans.

Mucha más gente se dio cuenta de lo violentadas que fuimos muchas chicas que queríamos tomarnos el micrófono y no nos dejaron. Nos unimos a artistas y buscamos demostrar que la marcha no era solo un acto de orgullo sino un acto político

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y de denuncia. Tomás Espinoza vino desde Alemania y nos enseñó a tomar las medidas, cortar y pegar el transinflable. Empezó con algo pequeño y lo fuimos agrandando hasta que llegó a ser una escultura inflable de 18 metros”. Yoko Ruiz

El primer transinflable, el negro, fue muy significativo. Fue algo que nos unió antes de la marcha y fue un espacio donde muchas chicas pudieron ser libres y encontrarse. Siempre nos hemos empoderado de la calle y las esquinas donde nos paramos y seguimos guerreándola”.

Alexa Yourfantasy

El transinflable también significa que queremos salir seguras, tener una vejez digna, una pensión, es reivindicar la lucha de todas las hermanas trans que han sido violentadas. Queremos es justicia y que esos casos no se repitan. Que no se apropien de nuestras luchas”.

Alexa Yourfantasy


Cargando en hombros el transinflable negro por la avenida Caracas. Fotografía de Juan Cortés a.k. Pelos ozIco. s.f.


La Red Comunitaria Trans organiza esta marcha autónoma congregada a través del lema #Yo Marcho Trans que busca reunir a todas aquellas personas que experimentan la exclusión de los espacios amplios LGB. Este espacio de movilización ha posicionado una agenda política que desde una perspectiva trans expone y confronta las situaciones de violencia sistemática y marginación social que viven las personas con experiencia de vida trans en la ciudad de Bogotá. Tener una voz, hacer un discurso, problematizar la realidad, cuestionarse a nivel personal, construir convivencia y tejido social a través del arte, y desde lugares que han sido altamente estigmatizados y perseguidos —como la vida nocturna y el barrio donde muchas mujeres trans hacen trabajo sexual— son los objetivos que persigue el #Yo Marcho Trans. En voz de quienes organizan esta movilización, es un espacio de denuncia que ha llegado a congregar a 1.200 personas, quienes se reúnen a través de lo que ellas llaman la digna rabia.

El transinflable es para visibilizar las violencias a nuestros cuerpos a través del arte. No solo para el círculo elegebetuno, sino para la sociedad en general. Después de la cuarta marcha trans, dijimos: “Vamos a tomarnos

el barrio porque esta marcha es para las travestis, las putas y habitantes de calle”. Katalina Ángel

Es en la noche, porque es en la noche donde salimos a trabajar, a rebuscarnos, y es en la noche donde nos han permitido salir”.

Katalina Ángel

En la segunda puesta tuvimos la participación de los hombres trans y hubo la posibilidad de que ellos construyeran un inflable con el cuerpo de un hombre trans. El color rojo hace referencia a la sangre de las víctimas y al color del trabajo sexual, porque esa también es una apuesta que defendemos. La marcha se ha implementado en Latinoamérica. Estuvimos en Ecuador, México, y hay otras ciudades que se han unido en Colombia a la marcha trans en los últimos dos años.

Yoko Ruiz

* 74 *


“Mi cuerpa no se toca, no se viola, no se mata”. Fotografía de Fabián Tello para Xploratorium, 2021



Transinflable rojo por el barrio Santa Fe. Fotografía de Juan Cortés a.k. Pelos ozIco, 2021


El Santa Fe: un barrio al margen del centro de la ciudad* Algunas ciudades del mundo cuentan con lugares donde las actividades sexuales pagadas pueden ejercerse en espacios conocidos como “zonas de tolerancia”. Son mundialmente famosos el Barrio Rojo de Ámsterdam y el desaparecido Storyville de New Orleans, el cual funcionó entre 1897 y 1917, célebre no solo por sus burdeles, sino también por ser una de las cunas más importantes del primitivo jazz norteamericano. El barrio Santa Fe es una especie de Storyville a la bogotana, sin legendarios músicos de jazz, pero histórico, famoso para algunos, aunque poco conocido para la mayoría. A pesar de su arquitectura, el Santa Fe es un barrio que no se incluye en las guías de Bogotá. La prostitución y la delincuencia cubrieron con un manto de indiferencia y desprecio a la que fue una de las urbanizaciones más bellas de la ciudad. A pesar de las dificultades sociales que la zona alberga, el barrio conserva una interesante arquitectura. Tras la blanca fachada y el gigantesco letrero del famoso burdel La Piscina sobre la Caracas, * Alfredo Barón Leal. Historiador, Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.

por ejemplo, se esconde el que otrora fue un edificio de renta de tres pisos diseñado por el arquitecto José María Montoya Valenzuela, en estilo art déco, con ladrillo a la vista, balcones y ventanas ojo de buey. Un breve recorrido interno por las calles del barrio da cuenta de un pasado desconocido mucho más amable, pero venido a menos. A pesar de que cuenta con aproximadamente un centenar de edificaciones patrimoniales, no llegó a conformarse como un sector de interés cultural. El barrio fue urbanizado sobre los terrenos de la quinta San Antonio por la Compañía Urbanizadora Santafé, conformada en 1937 por Tulio Ospina y Cía., junto con Julio Tafur Arciniegas[32], propietario del terreno a espaldas del Cementerio Central. El trazado siguió el que señala el plano titulado Estudio sobre el ensanche occidental de Bogotá desarrollado por Karl Brunner entre 1934 y 1935 y que aparece publicado en el Manual de Urbanismo[33], el cual retomó propuestas planteadas en el plano Bogotá futuro de 1925.

32 Luis Carlos Colón Llamas y Germán Mejía Pavony, Atlas histórico de barrios de Bogotá, 1884-1954 (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá; Universidad Nacional de Colombia, 2019), 158. 33 Karl Brunner, Manual de urbanismo (Bogotá: Imprenta Municipal, 1939), 100.

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El Santa Fe fue un centro de experimentación, ya que fue uno de los primeros sectores donde aparecieron propuestas de apartamentos compactos, viviendas-taller y viviendas-comercio que impulsaron el desarrollo de habitación para la clase media[34]. Se construyeron casas, pero principalmente edificios de apartamentos de tres, cuatro y hasta más pisos para renta, bajo el repertorio ornamental y estilístico de la época de transición, lo cual le dio un aspecto moderno comparado con las casonas del centro y las mansiones de los barrios residenciales. Su cercanía al centro llevó a que las viviendas se construyeran sin garajes; tampoco tuvieron antejardín y se conoció como “el barrio de las esquinas redondas”. Como las viviendas eran más pequeñas y un poco más modestas, los precios eran mucho más bajos, al igual que el de los lotes. Esto atrajo los capitales de comerciantes e inmigrantes extranjeros, especialmente de la comunidad judía que huía de Europa por el nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Durante las décadas de los cuarenta y cincuenta el Santa Fe se convirtió en una verdadera judería, población que además de vivir en el sector impulsó su desarrollo arquitectónico[35]. Para los años sesen34 Alberto Escovar y Darío Cárdenas, Urbanismo, arquitectura, patrimonio (Bogotá: Ospinas, Zona, 2008), 76. 35 Enrique Martínez Ruiz, Quinta Sión. Los judíos y la conformación del espacio urbano en Bogotá (Bogotá: Pontificia

ta los judíos fueron abandonando el barrio que empezó a ser habitado por inmigrantes colombianos. La cercanía a la Estación de la Sabana llevó a que los edificios de apartamentos pasaron a ser lugares de paso, como una especie de hoteles, lo cual facilitó el surgimiento discreto y aislado de las actividades de prostitución que habían sido desplazadas del sector de Las Nieves. Se comenta que a partir del incidente en el que estuvo envuelto el presidente Guillermo Valencia, cuando fue fotografiado saliendo de un cabaret de la zona, el barrio empezó a ser reconocido como un sector donde se ejercía la prostitución[36]. Desde hace varios años, el Santa Fe es considerado una zona especial de servicios de alto impacto, en donde además vive una amplia población de hombres y mujeres trans.

Universidad Javeriana, 2018), 320. 36 Daniel Eduardo Pérez Plazas, “El barrio Santafé de la ciudad de Bogotá y el cambio en los patrones de uso” (tesis, Maestría en Planeación Urbana y Regional, Facultad de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2013), 76.

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identidades y lugares “Como mosca en leche”. Los grupos universitarios en la marcha “Uno de los principales debates al interior de GAEDS (Grupo de Apoyo y Estudio de la Diversidad de la Sexualidad de la Universidad Nacional) y con otros activistas era la ruta de la marcha LGBT, pues dicha manifestación terminaba en el centro financiero de la ciudad y no en el centro político y eclesial. GAEDS siempre era la mosca en leche, pues proponía debates conceptuales y políticos sobre la diversidad sexual.

En los años noventa, las marchas se gestaron en medio de contextos políticos coyunturales para la sociedad colombiana. En un ambiente muy crítico, como la Universidad Nacional, comenzaron a aparecer grupos igualmente críticos que analizaban la problemática del país desde una perspectiva de diversidad sexual y de género.

Daniel Sastoque Coronado

Para esa marcha [marcha sin fecha: “Los derechos son nuestro cuento”], se le entregaron a las familias que estaban observando unos globos con forma de manzanas, que en sus hojas tenían mensajes para la transformación cultural sobre las personas LGBT”.

Edwar Eugenio Hernández Vargas

Descubrí mi universidad cuando salí a tomar fotos en la marcha, fue ahí que decidí en cuál universidad estudiaría”.

Danne Aro Belmont Arengas LGBTI grupos universitarios

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1.

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5. 1. Los derechos son nuestro cuento y Grupo Rosarista de Interés en la Identidad Sexual (Griss) marchando por la carrera Séptima. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2013 2. LGBTI uniandino. Fotografía de Sergio León Santaella, 2012 3. “Que la diferencia no sea motivo de exclusión” y Stonewall javeriano en la Marcha de la Ciudadanía LGBT. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2013 4. Bogotá Neoqueer Rockers. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2007 5. “Lucharemos hasta que la igualdad sea costumbre”. Fotografía de Colombia Diversia, 2017


Udiversia antes de la salir a la marcha. Fotografía de Lady Dayana González. S.f

Udiversia en la marcha de la ciudadanía LGBT. Fotografía de Lady Dayana González. s.f.


Comparsa UDesigual y grupos universitarios. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), s. f.

En 2012 con el Stonewall javeriano, un discurso amable y poderoso. Mónica Forero. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2013

Bajo el lema “Nuestros cuerpos son territorio de paz”, el Stonewall javeriano invitó a la marcha que tenía como lema “Una cultura de paz”, conectado con las discusiones sociales sobre el proceso de paz”.

David Alonzo

Los grupos estudiantiles son una plataforma para la formación de líderes y la creación de grupos de apoyo en los que sus participantes se vuelven los mejores amigos entre sí, hasta considerarse familia. Han sido grupos en los que se puede sentir, vivir, luchar y compartir los mismos puntos de vista sin juzgamiento alguno, un refugio de los inclementes señalamientos de la sociedad.

Los comienzos de la historia del activismo por la diversidad sexual y de género en las universidades tienen nombre propio: el Grupo de Apoyo y Estudio de la Diversidad de la Sexualidad (GAEDS) de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

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Los grupos universitarios estaban llenos de energía, magia, diversidad y acompañamiento a los procesos de cada un@”.

Laura G. Tovar.


La voz de las universidades fue fundamental para posicionar la diversidad sexual en la ciudad. Fotografía de Colombia Diversa, 2010

Los grupos tienen claro que la Marcha de la Ciudadanía LGBT, además de ser un escenario para posicionar temas políticos, es un conjunto de actividades de impacto para cambiar imaginarios negativos que las personas en general tienen sobre las personas diversas. Además de la ruta de la Marcha de la Ciudadanía LGBT, también se discutía la manera de vestirse para salir a las calles ese día: desnudos, uniformados o de colores.

En la historia más reciente, varios grupos estudiantiles fueron creados y se utilizaban para sus reuniones sus universidades, el Centro de Atención Integral para la Diversidad Sexual de Teusaquillo o la casa de Edward Hernández[37], en los que preparaban

37 Edwar Eugenio Hernández Vargas es un reconocido activista por los derechos de las personas LGBTI en Bogotá. Psicólogo, con especialización en Educación, Cultura y Política; estudiante en tesis de la Maestría en Género, Sociedad y

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“El flashmob Movimiento por Nuestros Derechos fue un ejercicio que hicimos como grupos universitarios en la plaza de Bolívar en la marcha del 30 de junio de 2013. Enviamos videos para preparar la coreografía desde las casas y, aunque no se logró el sueño del todo, nos divertimos preparándolo”. Edwar Eugenio Hernández Vargas

vestuarios, arengas, pancartas y se encontraban con sus amigos de causa”. Iván Maldonado

Uno de estos grupos estudiantiles se llamaba CLIP DS, un grupo de la Universidad Pedagógica conformado por estudiantes de diferentes programas que trabajaba con lenguaje de señas, porque al grupo ingresaron muchas personas LGBTI sordas. Fue por eso que en la marcha del 2013 crearon una arenga y promocionaron el lema “Muévete por tus derechos” en lenguaje de señas.

han sentido asustados al pensar que alguien los reconociera y fueran señalados. Sin embargo, al ver a sus compañeros y compañeras de marcha se llenaron de seguridad para mostrar sus caras a la sociedad.

Así le sucedió a Iván. Mientras marchaba con su grupo estudiantil lo comenzaron a reconocer como el “profe” de la Universidad Pedagógica que sale a la marcha LGBTI”.

A raíz del trabajo conjunto para salir a marchar como grupos universitarios, en el 2013 se dio espacio a otras actividades conjuntas, como la difusión de piezas comunicativas para personas sordas ciegas LGBT”.

Francesca McQoid

Para algunos integrantes de los grupos estudiantiles, la marcha ha significado la salida a un mundo de reconocimiento, al entendimiento de lo político y de la diversidad sexual. Otros se

Los grupos universitarios posicionaron varios temas en la marcha y no necesariamente desde el mensaje oficial. Se abordaron temas como el matrimonio igualitario, la prevención del VIH, los diálogos de paz, la reactivación del Ciclo de Cine Rosa en Bogotá, entre otros muchos.

Políticas. Exintegrante de GAEDS-UN; cofundador de Reddes, excoordinador de la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá. Hizo parte de los primeros ejercicios organizativos, como Proyecto Agenda y Planeta Paz, y durante bastante tiempo fue representante de la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá.

Los grupos estudiantiles han permitido a los jóvenes diversos dejar de sentirse como mosca en leche para ser parte de una causa que motiva a miles de personas a salir a marchar, en medio de mensajes políticos de amor y de resistencia.

Francesca McQoid

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Las mujeres quisimos llegar al corazón de la ciudad. Mujeres diversas en la marcha “La marcha LGBT me ayudó a reconocerme como mujer lesbiana, a engranar la vida privada con la académica y profesional en un solo sentido. Laura Tovar

Nosotras las mujeres trans hemos aprendido muchas consignas de las mujeres lesbianas. Esas consignas eran un mensaje contundente de las mujeres. Este movimiento social tiene mucho que agradecer a las mujeres lesbianas y bisexuales. Nos animaron a nosotras a salirnos de los bares e iniciar otros procesos en otros lugares”.

Cuando los carros todavía podían circular dentro de la marcha. Fotografía de Germán Humberto rincón Perfetti, 2007

Charlotte Callejas Sneider

En el proceso de crecimiento y desarrollo de la marcha, las mujeres diversas, lesbianas y bisexuales siempre han estado presentes. Desde el inicio de la movilización ellas han planteado reflexiones relacionadas con el papel político de esta.

Los inicios de la participación de las mujeres en la Marcha de la Ciudadanía LGBT se remontan a la primera movilización en 1982, en ese momento con máscaras para no ser víctimas de violencias. En el año 1995 se fundó Triángulo Negro, el primer grupo de mujeres lesbianas y bisexuales en Colombia, que en 1998 se distinguió por su lucha por la impugnación del artículo del Estatuto Docente que consideraba la homosexualidad como causal de mala conducta por parte de los profesores en el país. Posteriormente, en parte influidos por esta organización, aparecieron espacios como Mujeres Al Borde, Proyecto Cercanía, Labrys y DeGeneres-E, entre otros. Con el advenimiento del proyecto Planeta Paz se creó

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Llegó a mi casa para pedirme una sábana. Íbamos a ir a la marcha gay. Yo fui con ella y en la sábana escribió LESBIANAS BOGOTÁ. Yo no había ido a ninguna marcha antes, llegamos a la plaza y Ana Lucía Ramírez estaba en la tarima y me pareció absolutamente fascinante. Cuando iba marchando había tanta gente allí; estaba feliz, pero también sentí miedo porque había más gente en los andenes que marchando. Desde ahí empecé a ir a las marchas y apoyé la organización de las mismas. Si esta bandera la ponemos aquí o allá, sacar el montón de permisos, ir a distintas secretarías que tengan que ver con el tema. Estuve muy activa con eso y aprendí muchas cosas chéveres alrededor de preparar la marcha, hacer, organizar y conocer gente. Hay gente que se mete a las marchas para organizarla, otros solo para gozarla. En esa época conocí a una organización que se llamaba DeGeneres-E. Quisimos pasar una película lésbica en la plaza de Lourdes, no nos dieron permiso de pasarla frente a los curas y nos mandaron a Theatron. Yo tenía una novia que se llamaba Lourdes; ella se escondía detrás de los árboles para entregar los volantes e invitaciones para ver la película. El volante dice que fue el 2 de junio a las 2 p. m. del 2006”.

Ilichna Manga

Maestra Ochy Curiel en la batucada feminista. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), s. f.


grado en antropología, “Pecatum mutum al orgullo de ser lesbiana”, recoge esta historia. Muy de la mano de la nueva Constitución Política de Colombia, las mujeres iniciaron un activismo mucho más fuerte, más empoderado y siempre crítico frente a las mismas construcciones masculinistas del movimiento social LGBTI.

“ Mujeres diversas protestando frente a la Procuraduría General de la Nación. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), s. f.

la Red Nosotras LBT, que tuvo un importante papel en la preparación de la marcha, y en las rutas más políticas y estratégicas que esta debía tomar. Una de las mujeres que estuvo presente, ha escrito e investigado sobre la evolución del movimiento de mujeres diversas en Colombia es Camila Esguerra[38], quien en su tesis de pre38 Camila Esguerra Muelle es antropóloga de la Universidad Nacional de Colombia, maestra en Género y Etnicidad de la Universidad de Utrecht, y doctora en Humanidades de la Universidad Carlos III de Madrid. Fue una de las investigadoras que junto a José Fernando Serrano construyeron el documento inicial de lo que sería la política pública LGBTI en la ciudad de Bogotá.

En el proceso de Planeta Paz, por el año 2003, fuimos las mujeres las que preguntamos: ¿por qué vamos para el norte si todos los movimientos sociales confluyen en la plaza de Bolívar? Comenzamos a reunirnos en la casa de Camila Esguerra; estábamos Claudia Corredor, Elizabeth Castillo, Carolina Esguerra, Charlotte y Marcela Sánchez, entre otras. Juntas redactamos un memorial superpolítico donde las mujeres diversas exigíamos con justificaciones políticas por qué debíamos ir hacia la plaza de Bolívar y por qué motivos las mujeres debíamos encabezar la marcha y no un bar. Planeta Paz fue un fuerte apoyo para proyectarnos como movimiento político y popular”.

Ana Lucía Ramírez

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En esa marcha los grupos de mujeres iban primero, porque las mujeres empezaron a tener el liderazgo. La marcha de ese año fue muy importante. Veíamos que muchas de las mamás estaban desde la acera, desde allí nos miraban, había mucho miedo porque teníamos hijos y hasta maridos con pistolas. Veíamos cómo nos miraban”.

Nancy Lee Organización de mujeres diversas DeGeneres-E. Fotografía de Cristina Rojas Tello, s. f.

MÁSCARAS, TEATRO, FIESTAS Y BATUCADAS Muchas mujeres diversas han encontrado en las organizaciones sociales, las fiestas, el teatro, las artes y las marchas la manera de manifestar un sentir diferente frente a la vida y a la sexualidad, una postura política que significa ver el mundo desde los ojos de una mujer que ama a otras mujeres.

Mi primera marcha fue en el año 2013 y salí con el toque lésbico. Yo era practicante del Centro Comunitario LGBT y ahí conocí a Laura Sofía Céspedes. Me

dijo: “¿Quieres participar en la marcha?”. Ensayábamos en el parque Nacional, no sabía de música y ellas me enseñaron. No sabía que había una mesa que planeaba las marchas. Luego me metí más en el activismo, fui al encuentro lésbico feminista que se realizó en Chinauta. Estuve en la escuela lésbico-feminista que hizo La Tremenda, donde estaba la Pochi y las chicas de la Universidad Nacional. Así me hice militante de la organización Mujeres Diversas, asociación comunitaria”. July Tatiana Rosero Triana

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Rebeldías lésbicas. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), s. f.


Cuando yo me enamoré de una mujer cristiana empecé a investigar qué grupos religiosos eran LGBTI y encontré uno: la Casa Abba Padre. Fueron cinco años muy fuertes en que les hablábamos a los grupos religiosos y les decíamos que no creíamos en las doctrinas donde Jesús nos castiga, no creemos en esa vuelta. Íbamos a la marcha con carteles que decían: “Jesús me ama tal como soy”, y les poníamos la foto de Jesús y una foto LGTBI. Luego terminé ese proceso muy amoroso en mi vida con la iglesia y empiezo la experiencia política. La religión queda a un lado y empiezo a hacer un camello más social, más político, desde el movimiento de género. Empiezo a entender que hay marchas el 8 de marzo y el 25 de noviembre y a unirme a ellas. Ahora siento que el movimiento LGTBI aún es muy misógino”.

Las máscaras Triángulo Negro propuso la máscara como mecanismo para permitir la participación de las mujeres en la marcha sin que las detuviera el miedo a ser reconocidas, fotografiadas o a aparecer en la prensa o en la televisión mientras marchaban.

Miyú Alarcón

Las máscaras, eran de yeso, dificilísimas de hacer, un mugrero en el sitio del taller que no se imaginan. Era muy complicado. Me acuerdo que bailamos con esas máscaras”. Elizabeth Castillo

En el año 1999 hice la grabación de una pareja que salía detrás de los árboles semidesnudas y con maquillaje corporal a la marcha. Fue la primera marcha a la que fui como estudiante de cine a grabar y como persona que estaba interesada en explorar su sexualidad. Ellas representaban un fuerte contraste con las mujeres con máscara”.

Ana Lucía Ramírez

Nos quedaban doliendo los brazos de tanto tocar el tambor, pero la alegría era enorme”.

La primera vez que marché fue en 2005, salí con máscara porque mi mayor temor era que mi mamá

Laura Fajardo

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me viera por televisión. Salimos con el Polo de Rosa, lo acabábamos de crear con Sebastián Romero[39] y con Arturo Sanjuán. Recuerdo que yo iba con máscara, pero todo el mundo me reconocía, mis amigos sabían quién era. Entonces a la mitad de la marcha me quité la máscara. Viví en esa marcha esa emoción de grupo: sentir que había otras personas sintiendo orgullo y defendiendo sus derechos. Iba con pocas mujeres, un grupo como de veinte personas. Lo que más me llamó la atención fueron las carrozas, los chicos con el torso descubierto, el ambiente festivo que tenía la marcha, muy diferente a las marchas de protesta a las que uno estaba acostumbrada. “Los maricas a la izquierda” y “sin libertad sexual no hay libertad política” eran nuestras consignas”.

“Las máscaras nos protegían de la discriminación”. Fotografía de Manu Mojito, s. f.

Con Fabiola, mi pareja de esa época, compartíamos la lucha política. Sacamos con ella un panfleto que llevábamos a los bares e invitábamos a las mujeres a participar en Triángulo Negro. Yo no hice parte de esa organización, pero acompañaba a Fabiola a esos espacios. Fabiola[40] tuvo que ir con máscara a la Corte por ser ella docente”.

Blanca Durán

39 Juan Sebastián Romero Leal fue un político y activista gay colombiano. Biólogo de la Universidad Nacional. Hizo parte del grupo GAEDS-UN. Junto a Blanca Durán y otros líderes, fundó el Polo de Rosa.

40 Fabiola Espitia fue la primera mujer que, junto a Marta Montenegro, estuvo en la Corte para protestar contra el artículo del Estatuto Docente que incluía la homosexualidad como causal de despido para los maestros y maestras.

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Obras de teatro y arte audiovisual

importante. Tuve toda la formación y apoyo por parte de ellas, abrieron posibilidades para muchas personas, no solo mujeres, también hombres trans y para varias organizaciones. Mujeres Al Borde es una organización que evoluciona. No es estática. Las conocí en la Casa de Igualdad de La Candelaria, cuando la coordinaba la Gerencia de Mujer y Género con mucho trabajo local. Luego se volvieron nacionales y lo último que supe es que sacan películas y cortos en Sudáfrica y en otras partes del mundo. Es un ejemplo para muchas organizaciones”.

La obra de teatro Olga sin pelos en la lengua permitió que las mujeres lesbianas participaran de la marcha en una forma cualitativamente distinta, con mayor arrojo, valentía y alegría. Asimismo, posteriores obras y producciones audiovisuales, como Instrucciones para perder la vergüenza, Amaos los unos a los otros, Amasando el destino y La verdad al desnudo, entre otras, todas realizadas por Mujeres Al Borde, o bien a través de Al Borde Producciones y de espacios como Las Aficionadas, le dieron otra cara al activismo de las mujeres diversas en la ciudad y en el país.

Con el tiempo comienzo a escuchar sobre las chicas de Mujeres Al Borde que me parecían encantadoras, porque uno tenía una tradición como lesbiana y ellas llegaron a hacer cosas diferentes y muy bacanas, a conectar a partir del arte para irrumpir en un escenario distinto, acompañando a mujeres enclosetadas muertas de miedo”.

Cristina Rojas Tello

Mujeres Al Borde también fue una inspiración para Gordas sin Chaqueta y para construir sujetos colectivos”.

Diana Pulido

Adriana Elizabeth González Sanabria

Para mí, y creo que para muchos activistas y organizaciones sociales, Mujeres Al borde es muy

Después creamos Las Aficionadas[41]; fue genial en ese momento. Fue

41 Grupo de teatro experimental dentro de Mujeres Al Borde. Para más información sobre Mujeres Al Borde, ver https:// mujeresalborde.org/3901-2/

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un boom. Nos abrió las puertas a nivel internacional, mostramos que aquí en Colombia también había mujeres lesbianas. Ese cuento de quitarnos las máscaras fue un acto político que se hizo en varios momentos”. Clau Corredor

Olga sin pelos en la lengua fue la primera obra de teatro lésbica que se hizo. Theatron se llenó en el estreno, había más de doscientas personas. El día que salimos a la marcha, Olga se subió a un camioncito. Le dijeron: “¿Entonces tú eres Olga sin pelos en la lengua?”. Empezaron a saludar a las actrices y ellas, al ser reconocidas, se quitaron las máscaras para que la gente las abrazara y las saludara. Entonces comprendimos que el teatro generaba un proceso de sanación interna. Luego pensé: “Me van a ver y me siento orgullosa porque me reconocen como actriz, entonces mi orientación sexual será: soy la actriz lesbiana”. A medida que había más compañeras que salían sin máscara, se sentían abrazadas por un grupo, por lo que ya no teníamos que

cubrirnos el rostro”. Ana Lucía Ramírez

Las fiestas de la Pochi Las mujeres de la Corporación Femme[42] durante muchos años realizaron fiestas para mujeres en Bogotá, donde iban desapareciendo progresivamente los bares especiales para este público. Las fiestas organizadas por la Corporación Femm, en cabeza de Cristina González, la Pochi, se convirtieron en lugar de encuentro y también de confabulación para muchas mujeres lesbianas y bisexuales en Bogotá.

La primera de esas fiestas fue el 31 de agosto de 2007 en el bar Cavu, ubicado en la calle 90 con carrera 15, al norte de Bogotá. La última que se realizó fue en el parque de la 93, en el mes de septiembre de 2013”.

Cristina González

42 Corporación Femm es una organización feminista de base social y comunitaria que trabaja en pro de la movilización social y política de las mujeres en razón de su orientación sexual e identidad de género. Para más información sobre Corporación Femm, véase https://www.corporacion-femm.org/

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Para nosotras era maravilloso ver a las organizaciones cómo buscaban cosas creativas para poder hacer de estas luchas políticas un espacio para mujeres. Eran inolvidables las fiestas que organizaba la Pochi”.

Marcela Sánchez

La batucada

Nos mamamos de marchar de la misma manera. Era el cumpleaños de Marcela Sánchez, nos sentamos en un bar Sandra, Mariana, Marcela y yo. Estábamos tomándonos una cerveza y pensamos: “Hagamos una batucada”; y todas respondimos: “¡Sí, hagámosle! ¡Usted sabe de música, convoquemos, cada una traiga cinco amigas y listo! Al día siguiente nos fuimos a comprar canecas y las llevamos a las oficinas de Unipaz. Las canecas sonaban y olían horrible. Nadie podía saber lo que estábamos haciendo, era un secreto. Ensayamos durante casi seis meses y alcanzamos a sacar tres ritmos que todavía suenan en las batucadas grandes. Eso fue en el año 2009. Ese

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día nos llevamos una camiseta de un solo color. Además, compramos otros instrumentos de papayera, superbrasileño”. Sandra Montealegre

Ese día nos encontramos en la parte baja de Ecopetrol, estábamos escondidas y muy emocionadas. Juntas, en la esquina de la lagartija de Ecopetrol, nos fumamos el mamajuana, que era parte de los ritos. Y fue ahí cuando empezó a cambiar la forma de movilizarnos”.

Sandra Montealegre

Fue así como, el 25 de noviembre de ese año, las mujeres nos pidieron que las lesbianas encabezáramos la marcha. Luego empezamos a acompañar otras marchas. La Marcha de la Ciudadanía LGBT se ha enriquecido de varias expresiones creativas, una de ellas las batucadas, y eso la hace una de las movilizaciones más fuertes de la ciudad”.

Adriana Elizabeth González Sanabria


“Nos cubre la bandera”. Fotografía de Colombia Diversa, 2011

Las mujeres diversas se toman la carrera Séptima con sus tambores. Fotografía de Colombia Diversa, 2010


Empezamos a ensayar en una casa y después en la casa de mi abuela; a ensayar primero con canecas de basura, después surgió la idea de ponerle el toque lésbico. Estábamos llenas de ansias de luchar y transformar. Éramos mujeres de distintas orillas, algunas adultas, ya cerca de los cuarenta años algunas. Al comienzo éramos solo diez mujeres que no sabíamos tocar. Pero los tambores llenaron el espacio. Inicialmente era la lucha por la visibilidad, el reconocimiento, la no discriminación; después trajeron otros temas, como el del matrimonio, el de la igualdad y el de la paz. En él siempre hacíamos camisetas con los temas que mostraban cada momento, las que más nos gozamos fueron las de las areperas”.

Adriana Elizabeth González “Una indígena lesbiana, no me dejan ni pensarlo”. Fotografía de Corporación Femm, 2013

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La Resistencia Antipatriarcal

La Resistencia Antipatriarcal responde a una pregunta: ¿dónde está el feminismo?”

Algunos colectivos, sobre todo de mujeres, comenzaron a manifestarse ante una marcha que leían como hegemónica en la primera década del 2000 y que sentían que ya no representaba sus intereses. En esos casos, las opciones fueron organizar otras marchas diferentes a la tradicional o robustecer, con la presencia de las mujeres, movilizaciones ya existentes que tenían un horizonte claramente feminista. Fue así como comenzaron a participar de manera coordinada en la marcha del Día de la Mujer Trabajadora, del 8 de marzo, y el Día de la No Violencia Contra las Mujeres, del 25 de noviembre, como una forma de visibilizar la lucha por la mujer en todas las dimensiones, no solo desde la Marcha de la Ciudadanía LGBT.

El primer hito relacionado con la participación de las mujeres diversas en la marcha fue cuando dijimos: “Basta de que nuestra marcha termine en los bares, queremos llegar a la plaza de Bolívar”. El siguiente hito fue la Resistencia Antipatriarcal”.

Diana Pulido

En 2015 los grupos de mujeres nos comenzamos a hacer más visibles. No solo consideramos nuestra orientación de género o sexual como elementos preponderantes, sino también el hecho de ser feministas. Empiezan a florecer iniciativas de otras organizaciones de mujeres al sur de Bogotá, otras batucadas y unos planteamientos fuertes desde los feminismos: “No queremos que estos patriarcas de nuestro propio movimiento vengan a tratarnos mal o a imponerse”.

Diana Pulido

El siguiente quiebre fue cuando las mujeres preferimos participar en la Marcha del Sur. Fue decisión, por ejemplo, dentro de Mujeres Al Borde no seguir en la marcha tradicional. No hay una sola marcha, hay muchas marchas. Ana Lucía Ramírez

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Recuerdo que alguna vez hicimos otra marcha que bajaba por el río Arzobispo. En esa ocasión las mujeres diversas marchábamos en contra de las violaciones que se estaban dando por ese sector”.

July Tatiana Rosero Triana

Las mujeres sentíamos que la marcha original estaba atravesada por temas económicos y políticos que no nos interesaban. Entonces, muchas de las organizaciones nos pasamos a marchar con las mujeres de la Red Comunitaria Trans, otras nos fuimos a la Marcha del Sur, aunque esta también tiene una relación fuerte con los bares del sur de la ciudad”.

Clau Corredor

Las mujeres somos muy políticas y la marcha siempre nos la estamos pensando desde ese lugar. Pensamos el uso del espacio público como una reivindicación, no solo por ser lesbianas, sino por ser mujeres. Tener un tambor y estar en manada nos hace sentir seguras”.

activista Diana Pulido de la Resistencia Antipatriarcal. Fotografía de Leonardo Suárez Aranda Malacay, 2016

Sandra Montealegre

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La Contramarcha La presencia de la Resistencia Antipatriarcal cada vez es más fuerte y participa en otras manifestaciones, como las del 8 de marzo y el 25 de noviembre. Fue así como en el año 2015 portaron el lema: “Por una Colombia libre de machismo”.

Activista Valeria Bonilla en la Contramarcha. Fotografía de @ el.contestatario, 2021


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“No hay nada más político que las tetas de una mujer trans”[43] “Se han mostrado los cuerpos porque es algo político y porque se nos ha dado la gana mostrarlos. ¡Decidió mostrarlo porque se siente orgullosa!” Madonna Lozada

Las mujeres trans recuerdan siempre haber participado en las marchas, incluso durante las primeras manifestaciones que se realizaron en Bogotá, cuando se llamaba la Marcha del Orgullo Gay, término que pretendía recoger a todas aquellas personas disidentes del género y la sexualidad. Con el tiempo, los procesos de politización de la marcha, los debates dentro de su organización y la presencia de las mujeres trans en sus diferentes roles dieron paso para que la marcha se fuera transformando junto con los modos de participación.

43 Esta frase fue dicha por Elizabeth Castillo en una reunión preparatoria de una marcha alrededor de la discusión sobre si las mujeres trans debían o no mostrar sus senos. La frase pasó a la historia y fue recordada en las Mesas de Memoria por Diana Navarro.

La madre Marta. Fotografía de Leonardo Suárez Aranda Malacay, 2013

página opuesta: Un grito de libertad. Fotografía de Leonardo Suárez Aranda Malacay, 2016

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De simples observadoras o marchantes pasamos a ser organizadoras de la marcha”.

Diana Navarro

Durante los años ochenta, interactuaban desde el lugar de observadoras activas, como bien lo refleja el recuerdo de aquella mujer trans que trabajaba en la plaza de Las Nieves y les regaló flores a las personas marchantes en la marcha de 1982. Algunas reconocen que posteriormente, en los años noventa, tuvieron un papel más activo: las travestis y transformistas hicieron visibles sus expresiones artísticas y culturales en las carrozas y en las calles. En muchas ocasiones, lo hicieron en alianza con establecimientos comerciales donde, por fuera del espacio de la marcha, también se propiciaban espacios de arte y cultura, principalmente transformista. Las primeras marchas no eran marchas. La primera en la que yo estuve era un carnaval y durante

mucho tiempo fue un escenario para ser por fin visibles”. Charlotte Callejas

Hacia los años 2000, el papel de las mujeres trans dio un giro importante, ya no solo como observadoras o como artistas independientes, sino también como organizadoras de la Marcha de la Ciudadanía LGBT, con la participación de Samanta Palacios. En ese camino, los años posteriores fueron fortaleciendo su capacidad de incidencia durante la marcha, pero también en todos los temas organizativos que ella implicaba: la organización temática, el recorrido, la logística, el sentido mismo de la movilización; es decir, pensar sobre su carácter político y a la vez de celebración por los logros obtenidos.

Salimos a marchar vestidos de fucsia, por la ola fucsia, porque ese año organizaciones trans quisieron destacarse de esa manera y les apoyamos, junto con el bloque animalista. Salimos mayoritariamente con nuestros perritos, les pusimos pañoletas de color fucsia. Todos tenían que ver con nuestros perros. Fue como una forma de decir que también nos interesan los animales y tenemos otras

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Preámbulo a la marcha LGBTI del Sur. Fotografía de Camilo Gómez Cárdenas, 2021.


Wanda Fox organizado por la Fundación Procrear[44].

agendas que complementan con la agenda LGBTI”. Marcial Ortega

Más adelante, en el año 2010, hubo un suceso de enorme importancia: la participación de un grupo de mujeres trans habitantes de calle, quienes encabezaron la marcha. Aquello tuvo múltiples respuestas, algunas favorables y muchas otras en contra. Ninguna de esas posiciones era ajena al hecho de que este acto de presencia constituía un punto de quiebre, una manifestación subversiva. La presencia de este grupo de mujeres trans implicó también un proceso previo de organización y de participación ciudadana.

Al iniciar la marcha del año 2010 de Bogotá, la encabezaron mujeres trans habitantes de calle. Fue muy controversial, pero fue muy bello. Las mujeres trans en situación de habitabilidad de calle también tienen derecho a este espacio”.

Diana Navarro

Las mujeres trans no solo se han manifestado en la Marcha de la Ciudadanía LGBT, sino también en otros eventos y actividades. Por ejemplo, desde el año 2010 en el barrio Santa Fe, de la localidad de Los Mártires, se realiza el Festival

La participación de las mujeres trans en la marcha ha sido muy distinta. Desde el 98 las mujeres trans que nos antecedían abrieron el camino en medio de muchas discusiones sobre nuestro rol en las marchas”.

Charlotte Callejas

Este festival se realiza en conmemoración de la lideresa trans Wanda Fox, quien a sus 34 años fue asesinada el jueves 29 de octubre de 2009 entre las 7:15 y las 7:45 p. m. de la noche en la localidad de Los Mártires, en el barrio Santa Fe. Ella se encontraba junto a sus amigas en la esquina de la carrera 16 con calle 20, lugar en 44 La Fundación Procrear es una organización no gubernamental (ONG) sin ánimo de lucro que trabaja con población vulnerable desde el año 1998. Procrear ha generado una estrategia de intervención comunitaria desde el año 2002, que le apostó a un modelo que actualmente es ejemplo en Latinoamérica y se está desarrollando en más de cuarenta organizaciones en distintos países de Centroamérica y Suramérica. La metodología se llama ECO 2, epistemología de la complejidad ética y comunitaria, y está enfocada a diferentes tipos de poblaciones: niños, niñas y adolescentes, habitantes de calle y mujeres trans en ejercicio de prostitución, etc. Han iniciado centros de escucha, zonas de habitación escolar y zonas de habitación universitaria, entre otros procesos comunitarios.

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Mujer trans en el año 1997. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1997


“Fumando espero”. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1997


el que ejercía la prostitución. Wanda era de la ciudad de Pasto, Nariño. Llevaba en ese momento aproximadamente un año trabajando en la Fundación Procrear, como operadora par y participando en el proyecto Zona Trans. Cuatro días antes, en la misma zona habían asesinado a Katherine Noriega, otra trabajadora del lugar[45]. En los días anteriores habían aparecido unos panfletos con amenazas contra la vida de varias personas, principalmente de mujeres en ejercicio de prostitución. Desde entonces y cada año al finalizar el mes de octubre, la Fundación Procrear realiza en la localidad de Los Mártires el festival Wanda Fox[46], con toda una serie de actividades. Por otra parte, es importante mencionar diferentes apuestas individuales y colectivas de mujeres trans que han hecho presencia en la Marcha de la Ciudadanía LGBT, como las alianzas con grupos universitarios en el año 2017. Estos espacios le apostaron a acabar con la marginalidad en la que vivían muchas mujeres trans en diferentes marchas, en gran parte debido a la

discriminación y el estigma que recae sobre sus cuerpos, expresiones y modos de participación.

Salimos todos los grupos universitarios y yo era la jefe de las porristas. Durante muchos años no querían que estuviéramos al frente, con nuestros trajes y nuestras desnudeces, sino que estuviéramos atrás para poder decir: “Ellas no nos representan”.

Jéssica Useche

“No me puse tetas para que me dijeran señor”[47] “Cuando exhibíamos nuestros cuerpos exhibíamos todos los esfuerzos que nos costaba llegar a tener esos cuerpos”. Diana Navarro

45 file:///C:/Users/nrojas.DAPD/Downloads/Sin%20Broche%20&%20Sin%20Costura%20No%205.pdf

La Marcha de la Ciudadanía LGBT ha sido un espacio que muchas mujeres trans habitan para celebrar la vida, para reconocer qué se ha hecho frente a las dificultades que enfrentan en su cotidianidad. Ha sido también un escenario de visibilización de sus existencias, de sus cuerpos,

46 Espacio permanente de acciones pedagógicas, culturales y de encuentro para la denuncia de violaciones de población diversa.

47 Frase de la activista trans Wanda Fox.

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de sus circunstancias sociales, de sus reclamos. Quienes habitan esta marcha son mujeres trans que, a su vez, son trabajadoras sexuales, estilistas, funcionarias del Distrito, activistas, habitantes de calle, estudiantes y artistas, entre otras.

La marcha es una celebración por los logros obtenidos”.

Diana Navarro

Yo lloraba y lloraba, no sabía por qué, pero en el fondo sí sabía, era ese sentimiento de luchar y salir, estar presente en la lucha constante por las mujeres trans”.

diferentes personas, se ha buscado restringir la participación de las mujeres trans en la marcha, debido a la percepción negativa que recae sobre sus corporalidades, sus atuendos, su desnudez, sus modos de sobrevivencia. Los cuerpos de las mujeres trans han sido señalados como antimorales y perniciosos, lo que restringe su potencial representación pública. De diferentes maneras, la marcha congrega un conjunto de debates profundos que ponen en juego el estatus ciudadano, la posibilidad de habitar un cuerpo y hacer parte del tejido social.

Daniela Taborda

Fue un espacio de liberación, un espacio en el que sentía que podía estar con otras personas pares”.

Lorena Duarte

La presencia de las mujeres trans en la marcha ha suscitado una enorme discusión en torno a los significados y valores que se atribuyen a las personas para que puedan ser consideradas ciudadanas. Uno de los aspectos centrales que se ha puesto en debate comprende sus cuerpos. En múltiples escenarios y a través de la voz de

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Hay 364 días del año para tomar, mover el culo… y solo un día para movilizarnos y marchar. Nuestras luchas de las mujeres trans son distintas a las de la población LGB y por lo tanto se necesita tener acciones distintas. En el circo, las mujeres trans somos las payasas: somos las que pelamos el cuerpo, las que les servimos para que se tomen la foto con nosotras, pero siempre al final vamos atrás”.

Johana Alexandra Pérez

Me sentí totalmente libre, muy feliz, podía cantar, gritar. Nosotras nos inventábamos canciones, nosotras


decíamos: “Somos lindas, somos bellas, somos flores de alelí. No nos gustan las mujeres porque no tienen pipí”. Madonna Lozada

Lo que se estaba tratando de hacer era normalizar la forma en que se deberían mostrar las personas en la marcha. En la actualidad hay otros discursos. Antes parecía que había una sola forma de ser trans”.

Lorena Duarte

“Somos la resistencia”. Activista Alexa Yourfantasy. Fotografía de Xploratorium Colombia, 2019

La Marcha de la Ciudadanía LGBT ha sido un espacio que reúne matices. Es el llanto de felicidad de ser parte de una comunidad, como lo fue para Daniela Taborda, al saberse presente y perteneciente; es la sensación de liberación, de percibir la compañía de iguales, aunque también de sentirse observada, como comenta Lorena Duarte; es el rol de organización y liderazgo que expresa Diana Navarro; es la experiencia de marchar bajo la lluvia; sentir frío, pero vivirlo con la felicidad de estar presente, de jugar, compartir con otras personas, como lo fue para Totoya; es la experiencia de autorreconocimiento, de sentirse libre, cantar, gritar, moverse, como lo ha sido para Madonna; y

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es también, sentirse acogida, estar en familia, construir ese significado de familia, como lo fue para Brianna.

Si es el día de nuestro orgullo, ¿por qué tantos códigos de participación?”

Madonna Lozada

Laura siempre decía que las mujeres trans no tenemos cartones porque muchas no hemos podido ir a la academia y lo único que nos queda al final son nuestros cuerpos. Es lo que hemos luchado por tener y por eso nos sentimos orgullosas de mostrar. Mostramos nuestros cuerpos porque mostramos todo lo que nos ha costado ser y estar”.

Derecho al nombre identitario en la cédula. Fotografía de Andrés de la Cuadra, 2015

Briana

La marcha me ha enseñado a luchar por una vida digna, un trabajo digno, la educación y a defender a mis hermanas. Yo marcho por la memoria y por todas las hermanas trans que han sido

Madonna y sus divas en la plaza de Bolívar. Fotografía de Madonna Lozada, s. f.

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asesinadas y por todas las que han ejercido el trabajo sexual”. Alexa Yourfantasy

Para la Red Comunitaria Trans, la falta de representación de las mujeres trans más vulnerables, como las trabajadoras sexuales y habitantes de calle que viven en el barrio Santa Fe, así como la reproducción de prejuicios y señalamientos contrarios a su dignidad, y la exclusión social experimentada en diferentes espacios de participación LGB, a partir de posiciones clasistas, patriarcales y racistas, han conllevado la fragmentación de una parte importante de la marcha.

Activista Carla Jaramillo. Fotografía de Corporación Femm, 2014

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Otras versiones de lo trans. Fotografía de Leonardo Suárez Aranda Malacay, 2016


En medio de la multitud. Fotografía de Leonardo Suárez Aranda Malacay, 2016


Diversidad en tiempos de pandemia. Fotografía de Lina Castro, 2021


NO ERA SOLO SALIR, SINO TAMBIÉN IMAGINARNOS UN MUNDO PROPIO PARA NOSOTROS, ALGO MUY DISTINTO. LAS TRANSMASCULINIDADES EN LA MARCHA

Mi primera marcha fue haciendo parte de la organización Mujeres Al Borde”.

Jhonnatan Espinosa

Como se llega al tránsito se llega a la marcha. Al comienzo fui de los curiosos que iban a la marcha a mirar sin organizarme; en esa época yo estaba en el colegio. Recuerdo la primera vez que salí a marchar, fue con la Mesa LGBT de Rafael Uribe Uribe, yo inicié con ellos mi activismo y mi tránsito por el género. Después llegué a Entretránsitos. Así arranqué yo”.

Los hombres trans han existido desde siempre y, por tanto, siempre han acompañado la Marcha de la Ciudadanía LGBT. Sin embargo, la presencia de las transmasculinidades en esta movilización social ha cambiado con el tiempo. En las primeras marchas asistían de manera individual. Seguramente varias de las personas que marchaban con máscaras en la cara eran hombres trans. Las memorias recogidas relatan cómo los hombres trans comenzaron a marchar dentro de colectividades mixtas durante los años 2007 y 2009.

Recuerdo espacios como el Colectivo Sentimos Diverso donde participaban varios hombres trans y con quienes también salíamos a marchar”.

Nikita Dupuis

David Santiago Castañeda Vargas

Para el año 2009, los hombres trans en Bogotá comenzaron a marchar de forma organizada como parte del Colectivo Entretránsitos[48].

Entretránsitos fue una conjunción de seres muy particular que se reunieron en un momento y espacio

48 Colectivo Entretránsitos fue una organización conformada en el año 2007 y fundada por Marina Bernal y Camilo Rojas, que trabajaba a través del arte las muchas posibilidades de la identidad de género. En él participaron bastantes hombres trans; algunos hicieron sus tránsitos allí y otros, más adelante, se convertirían en líderes y crearían sus propias organizaciones.

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Hombres trans abriéndose paso en la marcha. Fotografía de Nikita Dupuis, s. f.

especial, y que permitió que muchas personas se expandieran y se abrieran a nivel personal”. Camilo Rojas

En ese momento las transmasculinidades trabajaron de la mano de organizaciones aliadas alrededor de la identidad de género, las nuevas masculinidades y la familia, entre otros temas. En el año 2010 los integrantes del Colectivo Entretránsitos salieron a marchar junto con el Colectivo de Hombres y Masculinidades[49],

“Los hombres con tetas sí existimos”. Fotografía de Colectiva Transpopulares. Fotografía Berta Neris Sánchez, 2013.

49 Colectivo de Hombres y Masculinidades es una ONG legalmente constituida, conformada con el propósito de adelantar actividades de investigación, capacitación y activismo sobre distintos aspectos de género y, de manera particular, de movilización sobre la construcción de nuevos referentes de masculinidad. En esta línea ha venido adelantando, desde

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porque en ese momento tenían proyectos y apuestas conjuntas.

La noche anterior todos nos quedamos en la casa de Camilo Rojas y allí preparamos arengas, trajes y utilería. Para aquella marcha todos salimos vestidos de superhéroes con diferentes poderes que hacían alusión a la diversidad. En esa ocasión salieron a marchar junto a la organización Transfamilias[50]”.

Uno de los temas que han posicionado los hombres trans dentro del movimiento social LGBTI en Bogotá es el de las nuevas masculinidades. Se han cuestionado los roles y los privilegios de la masculinidad y han puesto el tema en discusión, entendiendo que solo se logrará una revolución de los géneros si examinamos de manera crítica las masculinidades diversas que se están gestando.

David Santiago Castañeda Vargas

La noche antes de la marcha del 2011 alguien, mientras que hacíamos los disfraces y las arengas, estaba haciendo una sopa gigante para todos. Era una excusa para el encuentro creativo”.

Para muchos hombres trans, una de las marchas más recordadas es la del año 2011. En ese momento salieron con el colectivo dentro de una apuesta artística que para muchos fue inolvidable.

Nikita Dupuis

1996, actividades formativas con poblaciones diversas, tanto en la capital como en otras ciudades del país, e impulsado la perspectiva relacional de género como una manera de abordar el tema de manera articulada. Con esta labor se busca aportar al replanteamiento de los patrones de género, y en particular de los de la masculinidad, como una propuesta política para abordar fenómenos de agresividad y maltrato, violencias de género, sexismo, homofobia, vulneración de derechos de las mujeres y, en general, situaciones que están asociadas a las maneras como hombres y mujeres viven su condición de género y sus relaciones. Véase https://colectivohombresymasculinidades.com/

En ese entonces no solo marchaban hombres trans, sino también sus familias y amigos. La movilización transmasculina tenía el arte y la imaginación como primer recurso para expresarse. Por ejemplo, de esa performance de la marcha del 2011 aparecería en 2013 Transven-

50 Transfamilias fue un grupo de padres, madres y familiares de personas LGBTI que funcionó en Bogotá entre los años 2007 y 2017.

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ger[51], un corto que habla sobre los derechos laborales de los hombres trans. Otro hito importante en la movilización de los hombres trans dentro de la marcha de la ciudadanía LGBT se dio en el año 2015, justamente veinte días antes de que se consumara uno de los logros en derechos más importantes para las personas trans en Colombia: el Decreto 1227 de 2015.

La marcha del 2015 es la que recuerdo con más amor; fue muy importante. En ella celebramos anticipadamente la salida del Decreto 1227. Nuestra arenga fue: “Mi identidad, mi derecho”.

Un triunfo legal para las personas trans. Fotografía de Nikita Dupuis, 2015

Fue la primera vez que vi tantos hombres trans marchando en bloque, todos iguales, con las camisetas que nosotros mismos habíamos diseñado”.

Andrew Aguacia

En el año 2017 fue la primera vez que marchó la Red Distrital de Hombres Trans[52], después de una preparación previa que incluyó hacer pancartas y camisetas.

Jhonnatan Espinosa

En el año 2018 se hizo una acción de protesta en la cual las organizaciones transmasculinas nos unimos con GAAT[53] y nos tomamos

51 https://www.youtube.com/watch?v=5kZOSFwoZh4&t=37s 52 La Red Distrital de Hombres Trans es una plataforma donde se articulan organizaciones transmasculinas y activistas transmasculinos, o que hacen el tránsito hacia lo masculino, con el fin de potenciar el trabajo de hombres trans de manera más articulada.

53 GAAT (Grupo de Apoyo y Acción Trans), conformado en el año 2007 como GAT. En sus orígenes estuvo compuesto principalmente por mujeres trans y era coordinado por Paula Mount. Más adelante, importantes activistas pasaron por allí, como Lorena Duarte y Tatiana Piñeros, entre otras. En el año

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la punta de la marcha sin avisar. Esperamos a que arrancara la marcha y nos pusimos al frente. El siguiente año, la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá nos invitó a encabezar la marcha”.

pues inculca un deber ser, incluso dentro de la diversidad”. Camilo Rojas

Otros se sienten cómodos desde la invisibilidad:

Jhonnatan Espinosa

Yo he sido de los más invisibles. Llevo por lo menos diez años en esto y tengo el poder de la invisibilidad”.

En 2019 los hombres trans, como parte de la participación en la marcha, realizaron un ejercicio de memoria: imprimieron fotografías de activistas trans vivos de toda América Latina y las expusieron en todo el recorrido. Entre ellos estaban Lohana Berkins y Blas Radi.

David Santiago Castañeda Vargas

Mi primera marcha fue a los dieciocho años. Salí a marchar con una chica que había conocido por internet y ella fue con un amigo suyo que iba con otro amigo. Yo iba solo con mi guitarra y la pasé en medio de la multitud. Con esa chica que conocí por internet no tuve mayor contacto. Pasado el tiempo, me buscó para saber sobre el tema de hormonas, y hoy se llama Ian, yo recuerdo que fue un par de veces a Entretránsitos”.

Es importante tener en cuenta que las transmasculinidades también se han bifurcado, creando nuevos escenarios y posturas frente al activismo y la presencia en la marcha. Existen hombres trans que no desean visibilizarse ni organizarse. Otros reivindican el “desorganizarse” para salir a marchar.

La única forma de marchar no es desde la militancia y el congregar; encuentro este ejercicio normativo

2013 pasó a ser GAAT, bajo la coordinación de Laura Weinstein, quien posicionó a nivel nacional e internacional dicha organización hasta el día de su muerte, el 2 de enero de 2021.

Alex Rodríguez Pineda

En resumen, la historia por ahora recolectada de las transmasculinidades en Bogotá inicia con una prehistoria en la que los hombres trans no eran nombrados; existían, pero desde la in-

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Transpopulares por cuerpos libres, Colectiva Transpopulares. Fotografía de Berta Neris Sánchez, 2013

visibilidad. Posteriormente aparecieron como parte de colectividades mixtas, en donde ya se nombraban como hombres trans. Luego, con el Colectivo Entretránsitos, se dio un proceso de visibilización desde el arte; surgieron líderes como Camilo Andrés Rojas, Nikita Dupuis, Camilo Losada y Juan Sebastián Cifuentes, entre otros. Luego, con la disolución del colectivo Entretránsitos, estos liderazgos se bifurcaron y dieron vida a nuevas organizaciones, como la Colectiva Transpopulares[54], que trabajó con hombres trans y personas víctimas del conflicto armado en general, y Hombres en Desorden, quienes hicieron parte del Aquelarre Trans[55], que propició la aparición del Decreto 1227 de 2015, entre otras muchas acciones. En un cuarto momento aparecieron nuevos liderazgos en toda la ciudad. Fue el caso de Transtocando, una batucada y organización social cuyos

54 Colectiva Transpopulares, “Por cuerpos libres de miedo, prejuicio y discriminación, por una ley de identidad de género”.

Transpopulares llegando a la plaza de Bolívar. Colectiva Transpopulares. Fotografía de Berta Neris Sánchez, 2013

55 Aquelarre Trans fue la coalición de organizaciones que se juntaron, entre otros motivos, para la consecución del Decreto 1227 de 2015. En sus inicios, la integraron la Fundación Procrear, el GAAT y Colectivo Entretránsitos, y fue liderado por Siri Guruved y Hombres en Desorden. Posteriormente se unió Santamaría Fundación. Organizaciones como Colombia Diversa, Parces ONG y Paiis no estaban dentro del Aquelarre, sino que eran asesores externos de este.

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líderes eran Nato y Ángel, y que tenía su sede en la localidad de Rafael Uribe Uribe. Posteriormente surgieron liderazgos como el de Jhonnatan Espinosa con el Colectivo Ayllú Familias Transmasculinas[56] y finalmente, en 2017, la Red Distrital de Hombres Trans[57] realizó, entre otras actividades, las tomas transmasculinas anuales. Las transmasculinidades participan activamente de otros espacios de movilización, por ejemplo, en el Stop Transpatologización, una movilización internacional que se realiza todos los años en el mes de octubre. También, en la Marcha LGBTI del Sur. Vale recordar que muchos hombres trans de esta zona de la ciudad gustan más de reconocerse como tomboys[58].

Actualmente los hombres trans se han fortalecido, tienen una presencia en la ciudad, ya sea desde las organizaciones o desde los procesos individuales. Han propiciado importantes avances políticos y de derechos para las personas trans en el país y se constituyen en un colectivo crítico frente a temas como las masculinidades, las intervenciones médicas y el tema laboral o de tarjeta militar. En la actualidad, la reflexión sobre el aborto en hombres trans se ha hecho visible a través de colectivos como AlienHadas, que se describe como colectiva transfeminista, disidente de las normas de género, del cissexismo y de la heteronorma patriarcal, y transaborteros.

56 Ayllú Familias Transmasculinas es una organización de base comunitaria que trabaja por los derechos de los hombres trans, sus familias, parejas, redes de afecto, y por niños y niñas trans, sus familias y redes de afecto. Tiene varias líneas de trabajo: incidencia jurídica, línea cultural a través de la banda 250 Miligramos y la línea de redes de apoyo y afecto para hombres trans y sus familias. 57 Dentro de las acciones más importantes de la Red Distrital de Hombres Trans está la Toma Transmasculina, que integra a otras organizaciones y entidades alrededor de los derechos de los hombres trans o personas que transitan hacia lo masculino. 58 Originalmente tomboy significa “chico rudo”, pero con el tiempo se tomó ese nombre para designar a mujeres que vestían y actuaban de manera masculina. En algunos contextos es utilizado para mencionar a hombres trans, sin embargo, en

otros casos solo designa a mujeres masculinas; eso depende del contexto.

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NOSOTR@S TAMBIÉN MARCHAMOS Son muchas las organizaciones, individuos e incluso empresas que hoy salen a marchar sin pertenecer o trabajar directamente con personas de los sectores sociales LGBTI. La diversidad sexual convoca cada vez más a aquellos que sienten empatía por las reivindicaciones relacionadas con la sexualidad y el género, y quienes han entendido que estos temas no solo competen a las personas diversas. Todos y todas de alguna manera hemos sido afectados por el patriarcado, el machismo y la jerarquización de los cuerpos. Cada año organizaciones y entidades que trabajan temas diversos se sienten acogidas por estas luchas: grupos de disidentes sexuales, no binarios, queer, poliamorosos, practicantes de BDSM[59], y entidades como Profamilia y empresas privadas se vinculan por razones solidarias o porque han visto en las personas LGBTI clientes potenciales para sus empresas. Esta movilización social y mundial ha transformado la cultura contemporánea.

Los colores de la diversidad. Fotografía de CORPORACIÓN BDSM COLOMBIA. Fotografía Yaqueline Cequera, s.f.

59 BDSM son las siglas para designar seis prácticas sexuales diferentes: bondage, disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo. Aunque estas han sido consideradas perversas por creerse que el dolor es el protagonista, se trata de prácticas sexuales en las que la confianza, el conocimiento mutuo y la comunicación son fundamentales.

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Celebrando la diversidad. Fotografía de Mauricio Toro. 2019


Es una marcha nacional La Marcha de la Ciudadanía LGBT de Bogotá ha sido inspiración para otras marchas en el país, pero también para muchas personas LGBTI de otras regiones que se preparan durante todo el año para viajar a Bogotá en junio y poder marchar.

Muchas personas de las regiones viajan a la marcha en Bogotá buscando precisamente el anonimato y la tranquilidad que da estar inmerso en la masa de gente que marcha en Bogotá, algo que no encuentran en sus regiones. Otros viajan buscando sus iguales y sus pares también para sentirse protegidos. Incluso para muchos es un plan de pareja venir a Bogotá en esas fechas”.

Fundación Santamaría de Cali en la Marcha de la Ciudadanía LGBT de Bogotá. Fotografía de Colombia Diversa, 2006

Nikita Dupuis

Hay gente de regiones que se vienen a la marcha de Bogotá porque tiene un carácter de movilización nacional”.

“Mirá, ve”, delegación del Valle del Cauca. Fotografía de Corporación Femme, 2007

Jorge Virviescas

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Verdes a Colores. Fotografía Camilo Gómez, 2019

Marcha del Orgullo en el departamento del Chocó I. Fotografía de María Victoria Palacios, 2021

Marcha del Orgullo en el departamento del Chocó II. Fotografía de María Victoria Palacios, 2021



por la pasarela del tiempo


Mucho se queda por fuera, mucho falta por caminar aún, pero aquí se encuentran algunos de los recuerdos de este ejercicio político y festivo. Existen varias maneras de entender el tiempo: de manera lineal, como se construye en Occidente; de manera circular, como la rueda del tiempo de los budistas; o, como lo hacen los guambianos, quienes consideran que el pasado va delante de nosotros porque es lo que podemos ver. Las primeras personas que marcharon en el año 1982 fueron treinta. Hoy se cuentan miles. El tiempo de la Marcha de la Ciudadanía LGBT tiene varias dimensiones: el transcurrido desde que lleva realizándose en la ciudad, aproximadamente cuarenta años; el de cada movilización anual, entre cuatro y seis horas de toma de las calles; la dimensión del tiempo empleado en su preparación, que pueden ser más de diez meses; y, por último, el que invierten los colectivos preparando sus comparsas, atuendos y performances.

Iván Escobar, Alejandro Michells, Paola Zuluaga, Elizabeth Castillo y Santiago Ibáñez. Fotografía de Iván Escobar, 2019

Marcha del Orgullo y el ahora de la Marcha de la Ciudadanía.

En el ejercicio de las Mesas de Memoria varias personas tenían recuerdos sin tiempo ni cronología. Hubo historias compartidas que diferían con respecto a los años en que, aseguraban, habían ocurrido los hechos. El tiempo en que fue la

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Sigue siendo la marcha LGBT de Bogotá un espacio donde se visibiliza el trabajo como movimiento. Para mí se ha convertido en algo superbonito y quienes me conocen saben que en la empresa en la que trabajaba pedía vacaciones para estar ese mes de lleno en la organización de la marcha”.

Iván Escobar


Voluntarios y voluntarias de la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá. Fotografía de Iván Escobar, 2019

Mucho ha pasado en estos años de movilización. Ni la marcha, ni el movimiento social ni las personas que en ella participan son los mismos. El tiempo es una ilusión, nosotros lo inventamos.

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Del orgullo a la ciudadanía[60]

1977 “

La primera reunión que se hizo en torno a la marcha fue el 9 de abril de 1977. En esa reunión me entero que yo era delincuente, pues en ese momento la homosexualidad era todavía considerada un delito. Ahí empezó una discusión: cambiar la norma no cambia las relaciones sociales”.

Manuel Antonio Velandia

Entre los asistentes estuvo Guillermo Cortés de la Universidad Católica. Solo asistieron hombres y a esos encuentros los denominaron grupos de encuentro de liberación de los gais. Al comienzo se reunían en una biblioteca cristiana[61] y tres años después empezaron a reunirse en el parque Nacional. Allí comenzaron a pensar en la mejor manera de manifestarse y cómo incidir en reuniones con los sindicatos y organizaciones sociales.

60 La línea de tiempo que presentamos en este capítulo fue construida gracias a los testimonios y recuerdos conseguidos a través de varias fuentes. En primer lugar, la información recogida en las diferentes Mesas de Memoria realizadas por la Dirección de Diversidad Sexual entre febrero y abril de 2021. Por otra parte, y de manera muy especial, el trabajo de Felipe Caro Romero y Álvaro Lizarralde Díaz de la Universidad Santo Tomas, quienes elaboraron, dentro de la Mesa de Memoria, una primera línea de tiempo. Posteriormente, esta se fue nutriendo con los aportes recolectados en las dos Mesas de Memoria sobre la participación de las mujeres diversas en la marcha, realizadas los días 22 de febrero y 10 de marzo de 2021. Incluye también testimonios de José Fernando Serrano, Franklin Gil y Alfredo Cobos, y otros de manera individual. Por último, fue posible gracias a la generosa colaboración de Manuel Antonio Velandia que puso su blog a disposición para este proyecto. 61 Biblioteca Emmanuel Mounier, ubicada en la diagonal 46 entre las transversales 16 bis y 16A. Allí funcionó la primera sede del Grupo de Encuentro por la Liberación de las Güeis (GELG, 9 de abril de 1977) y del Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia (28 de junio de 1977), hasta junio de 1979. Información suministrada por Manuel Antonio Velandia en las Mesas de Memoria realizadas entre febrero y abril de 2021.

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1979 Se creó la Revista Ventana Gay[62], en la que, entre otros temas, se discutía la importancia de despenalizar la homosexualidad en Colombia. Se hacían reuniones con algunos juristas sobre el Código Penal.

1980 Despenalización de la homosexualidad en Colombia[63].

1982 Fecha de realización de la marcha: lunes 28 de junio de 1982 Lema de la marcha: “Saltemos por la ventana” Recorrido: por la carrera Séptima, desde la plaza de Santamaría ubicada en la carrera 6.ª # 26B-50, hasta la plaza de Las Nieves, sobre la carrera Séptima con calle 20, al frente de la parroquia de Nuestra Señora de Las Nieves.

Para la primera marcha en 1982, se consiguió una autorización para que los manifestantes llegaran y se agruparan en la plaza de Las Nieves. Esta plaza ha sido históricamente un espacio sindical. Por coincidencia, ese 28 de junio había una huelga de la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB) y los sindicalistas prestaron la tarima y el sonido a los manifestantes LGBTI para leer su manifiesto.

62 La primera sede de Ventana Gay se ubicó en la carrera 12 n.o 23-41 en la ciudad de Bogotá. 63 Como ya se mencionó, en Colombia se despenalizó la homosexualidad a través de la Ley 100 de 1980. “Cuatro décadas amando en libertad”.

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“Trabajamos por la liberación social y liberación sexual”. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1982

“Ni delincuentes ni antisociales, simplemente homosexuales”. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1982


“Marchamos con la cara pintada con el número de nuestro documento de identidad y un triángulo rosa. Dos pasacalles con los eslóganes: ‘Ni delincuentes ni antisociales, simplemente homosexuales, y madre, si tú amas a tu hombre, deja que yo ame al mío’”[64]. En su blog, Manuel Velandia incluye dentro de los organizadores de la marcha a Guillermo Cortés, los integrantes de la revista Ventana Gay y el movimiento de liberación homosexual de Colombia:

Financiamiento y apoyos: Revista Ventana Gay, Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia, GELG Grupo de Encuentro por la Liberación de las GÜEIS. Estrategias de publicidad: Articulo en la revista Ventana Gay. Volantes en los bares y lugares de encuentro. Conmemoraciones y homenajes especiales: Encuentro Gay Latinoamericano Cobertura en medios de comunicación: Revista Semana (artículo), Televisión, informes de agencias internacionales y nacionales de noticias, El Heraldo de Barranquilla. Cierre con el apoyo del Sindicato de trabajadores ETB, quienes nos facilitaron tarima y sonido. Intervenciones de Manuel Velandia y León Zuleta. Hubo presencia de delegados de Medellín, Nicaragua y Venezuela. Dos travestis trabajadoras sexuales se acercaron a la tarima y nos entregaron dos ramos de flores. Velandia tomó el suyo y el otro se lo dio en la tarima a la comandante de la policía donándole agradecimiento por su presencia y apoyo a los policías homosexuales que no podían estar en la marcha sino acompañando desde afuera. La pandemia del SIDA estaba tan fuerte que dedicamos los siguientes 5 años todos nuestros esfuerzos a combatirlo. Por eso no marchamos durante esos años[65].

64 Manuel Antonio Velandia, entrevista para Red Somos, 26 de junio de 2019. 65 Manuel Antonio Velandia, “Itinerario de las marchas LGTB en Bogotá, Colombia (28 de junio)”, Manuel Antonio Velandia Mora. Autobiografía y artículos (blog), 3 de mayo, 2012. http://manuelvelandiaautobiografiayarticulos.blogspot.com/2012/

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1983-1989 Pasaron trece o catorce años antes de poder realizar otra marcha de esta índole. No es claro por qué se dio este bache, pero podemos aventurar algunas razones: el resto de la década de los ochenta y la primera mitad de la década siguiente no fueron un tiempo propicio para la lucha por los derechos humanos, dado el clima de violencia que vivió Colombia de la mano de diferentes actores, la mayor parte de ellos poco afectos a la causa de la diversidad sexual, particularmente los grupos armados.

Por otro lado, en ese momento la pandemia del VIH-sida concentró la mirada inquisidora de las sociedades en los homosexuales, a quienes se responsabilizó en gran medida del surgimiento y expansión del virus. Luego de esta primera marcha, algunos activistas orientaron su trabajo básicamente a la prevención del VIH-sida y al cuidado frente al mismo, razón por la cual tampoco no se dedicó tiempo a organizar otras marchas”.

Manuel Antonio Velandia

1990 “

Ya había mujeres lesbianas organizadas en ese momento, muy clandestinas todavía, pero existía una sensación de sentirse solas y se preguntan: “¿Dónde están las demás lesbianas?”.

Adriana Elizabeth González

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1994[66] “

En el año 94, cuando se cumplen 25 años de Stonewall, mandan a hacer un libro sobre voces y rostros LGBT. Allí Elsa Rondón hace un artículo sobre las mujeres lesbianas en la marcha y conoce a Juan Pablo Ordóñez, quien después de ganarse el Premio Felipa de Souza viene con la idea de formar la Asociación Colombiana de Gays y Lesbianas”.

Marcela Sánchez

Mi primera marcha no fue en Bogotá, fue en Medellín, yo estaba estudiando en la Universidad de Antioquia cuando mataron a León Zuleta. En la primera marcha patrocinada por la Alianza Colombo Francesa me invitaron a mí porque tenía fama de “marica” en la Universidad. Y por “marica” se referían a las mujeres trans. Fuimos por la plaza de San Antonio, que estaba recién remodelada, y me invitaron a participar”.

Diana Navarro

“ “

Equiláteros fue la primera organización con personas heterosexuales y bisexuales. En la primera asamblea se propuso salir a marchar”.

Manuel Antonio Velandia

En la marcha de 1994 o 1995 se hizo una alianza con el diario El Espectador, periódico que publicó una página completa sobre la marcha. En esa marcha se organizó la primera exposición de fotografías que contenía material de las marchas anteriores. Esas fotos ahora hacen parte de la decoración del Caids [Centro de Atención Integral a la Diversidad Sexual y de Género] de Teusaquillo. Para esa época tenían la sede Apoyémonos en Chapinero”.

Manuel Antonio Velandia 66 Existen versiones encontradas sobre si hubo marcha en la ciudad de Bogotá ese año. Algunas mujeres refieren que sí se realizó una pequeña movilización.

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1995 Fecha de realización: martes 27 de junio de 1995 Recorrido: parque Nacional a la calle 72. También hay versiones que dicen que salió de la plaza Santamaría a la calle 72.

Las primeras marchas que se realizaron en patines y bicicleta alrededor de 1995 finalizaban en la cancha de patinaje del parque Nacional. Después de la marcha, y como era costumbre los domingos, en su mayoría hombres gais subían a patinar y se quedaban toda la tarde conversando y compartiendo. En ese lugar se reunieron por casi diez años. Los patinadores diversos que allí se reunían venían de diferentes lugares de la ciudad, muchos del sur y varias personas eran sordas, según comenta Manuel Velandia. Los homosexuales en su diversidad se apropiaron de ese espacio los domingos.

La segunda marcha fue el 27 de junio de 1995. Decidieron marchar con patines entre el parque Nacional y la calle 72, con el esfuerzo del grupo Equiláteros. Para esa marcha se aprovechó la visita de Juan Pablo Ordóñez Gómez, autor del libro Ningún ser humano es desechable, título publicado en el año 1995[67]”.

Álvaro Lizarralde

En la marcha de 1995 participó Triángulo Negro, una organización de mujeres lesbianas. La de ese año fue una marcha pequeña, asistimos tan solo unas cincuenta personas y fuimos de Chapinero hasta el parque Nacional por un carril de

67 Juan Pablo Ordóñez, Ningún ser humano es desechable: limpieza social, derechos humanos y orientación sexual en Colombia, vol. 3: Cuadernos África. América Latina, Serie Documentos (s. l.: Sodepaz, 1995). Juan Pablo Ordóñez es un colombiano residente en Washington, que en el año 1994 ganó el Premio Felipa de Souza. A raíz de este reconocimiento, se trasladó a Bogotá y, con otras personas, organizó la Asociación Colombiana de Lesbianas y Homosexuales, un nuevo proyecto de alianza entre organizaciones. Esta asociación fue la primera en incluir dentro de su nombre de manera explícita la palabra lesbiana. Camila Esguerra Muelle, “Contra la sombra”, Semana, 2018, https://www.semana.com/especiales/articulo/contra-sombra/75552-3/

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“Era otra Bogotá la que comenzamos a forjar”. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1996

“A pesar del miedo, había motivos para sonreír”. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1996

la ciclorruta y sin permiso”. Camila Esguerra

Recuerdo que nos tiraban orines desde los edificios de Chapinero. La participación en la marcha de activistas feministas y de las mujeres de Triángulo Negro fue muy importante… se sentía la solidaridad lésbica. A partir de esa experiencia se volvió recurrente posicionar otros temas de actualidad y políticos dentro de la marcha, como lo fue más adelante la demanda por inconstitucional del Estatuto Docente”.

Camila Esguerra

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En los primeros años, dentro de los bares se preparaban y se organizaban las marchas. Nos mandábamos a la casa por correo o al código postal las actas de estas reuniones”.

Edwar Eugenio Hernández Vargas

Cuando la marcha salía de la plaza de la Santamaría para desembocar en la calle 72, se tomaba la ciclovía y se acostumbraba, una vez terminaba el recorrido, leer públicamente un manifiesto.

1996 Fecha de realización de la marcha: un día sin definir en junio de 1996 Lema: “Por los derechos humanos y los derechos sexuales de homosexuales y lesbianas en Colombia” Recorrido: parque Nacional de Bogotá a la Calle 72, sobre la carrera Séptima

Entre 1996 y 2002 se realizaron recorridos que iban desde el parque Nacional hasta la calle 72 con pocas personas acompañándolos. La marcha de 1996 se acogió al proyecto colombiano de diversidades y minorías sexuales, con el apoyo del grupo Equiláteros, y contó con la participación de personajes públicos, acompañamiento de la policía y también presencia de grupos en contra. Entre sus organizadores estaban Manuel Velandia y Equiláteros, proyecto colombiano de diversidades y minorías sexuales, con un número estimado de participantes de dieciséis hombres gais y una mujer lesbiana, Liliana Gómez Ángel. Para su difusión, se utilizaron volantes en los bares y lugares de encuentro. Los agentes de policía de la ciclorruta se interesaron por el tema; uno de ellos marchó en su bicicleta junto a los caminantes. Se portó una bandera arco iris de 16 metros de larga. Sin permiso de las autoridades correspondientes, se tomó la ciclovía. Todo el grupo se reunió con posterioridad a la marcha para evaluar y celebrar los logros de la actividad, incluyendo a cinco participantes desconocidos que aceptaron la convocatoria[68]. 68 Velandia Mora, “Itinerario de las marchas LGTB en Bogotá, Colombia (28 de junio)”.

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Proyecto Agenda y Equiláteros. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1996

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Yo participé de manera muy individual. Sacábamos con Fabiola una pequeña publicación que llevábamos a los bares invitando a las mujeres a participar en la marcha. Fabiola[69] llevaba máscara, incluso ante la Corte siendo docente del Distrito tuvo que llevar puesta la máscara. El miedo no era de vergüenza, sino era el miedo de hacer parte de una disidencia y lo que eso implicaba”.

Adriana Elizabeth González Sanabria

Triángulo Negro participó en la marcha del silencio que hicieron las mujeres por los soldados retenidos por el conflicto armado en 1996”.

Camila Esguerra

1997 Fecha de la marcha: un día sin definir de junio de 1997 Lema de la marcha: “Pase por la ciclovía con la bandera gay” Recorrido: se desarrolló a lo largo de la ciclovía[70]. La ruta fue desde la plaza La Santamaría a la calle 72 y la actividad finalizó con un bazar en La Calera.

Se contó con el apoyo y el permiso de la alcaldía. Además, se realizaron conferencias, actividades y cineforos en los días previos y posteriores al día de la marcha. También se imprimieron volantes con la conmemoración de la primera marcha de 1982. A la realización de la marcha se sumó otra

69 “Fabiola Espitia, junto con Marta Montenegro, fueron dos mujeres lesbianas que se pronunciaron en contra del Estatuto Docente que prohibía que personas homosexuales fueran maestros. Hizo parte de Triángulo Negro durante muchos años, yo creo que desde su fundación. Era una mujer alta, crespa, guapísima”. Sandra Montealegre, entrevista telefónica, 7 de junio de 2021. 70 En 1995, el recién posesionado alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, dio un nuevo impulso a la ciclovía en Bogotá que, aunque ya existía desde 1974, amplió su cobertura paulatinamente y la posicionó como un espacio no solo para montar en bicicleta, sino para la recreación, la cultura, las actividades físicas y la integración social de ciudadanos. Los sectores LGBTI vieron en ella una oportunidad de visibilización y la inclusión en el espacio público. Por ello, el lema de la marcha en 1997 fue “Pase por la ciclovía con la bandera gay”, como una invitación a perder el miedo a mostrarse sin tapujos y a naturalizar la presencia de las personas LGBTI en el ámbito urbano. Mesa de Memoria, 2021.

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actividad llamada la Semana por la Diversidad[71], organizada por el grupo universitario GAEDS de la Universidad Nacional. Entre los organizadores se encontraban Germán Humberto Rincón Perfetti[72] y Manuel Velandia, con un número estimado de ochocientos participantes. Para publicitar la marcha se imprimió publicidad en blanco y negro, que se distribuyó en volantes en los bares y lugares de encuentro. Los medios comenzaban tímidamente a acercarse al tema. En el programa de radio Hablemos de sexo de RCN entrevistaron a Marta Lucía Palacio y Manuel Velandia antes de la marcha. En esta marcha se contó con el apoyo económico de los bares, y estos a su vez convocaron a sus clientes. Se marchó con permiso de la alcaldía local. Durante una semana se realizó un ciclo de conferencias y cineforos en la sede de Flag Bar. Se reimprimió el volante de la primera marcha en Colombia de 1982 y se realizó un cierre improvisado con palabras de Germán Humberto Rincón Perfetti y Manuel Antonio Velandia[73].

En la marcha de 1997 mi madre, Lucía Muelle, nos estaba esperando al final de la marcha para aplaudirnos. En esa marcha también salió con nosotras la novia de mi hermano. En ese momento empezamos a pensar en alianzas, no en identidades”.

Camila Esguerra

71 “Al año siguiente ya salíamos un poco más organizados por los colores de la bandera, haciendo la ruta del parque Nacional a la calle 72 y de la calle 72 al parque Nacional, hasta que los comerciantes quisieron participar con las carrozas que no podían participar dentro de una ciclovía, y fue por eso que las marchas comienzan cuando se acaba la ciclovía. Ya con el tiempo decidimos irnos a la plaza de Bolívar”. Rincón Perfetti, entrevista, 23 de julio de 2021. 72 Germán Humberto Rincón Perfetti es un abogado colombiano nacido en Bogotá el 13 de julio de 1961. Ha hecho parte fundamental de la construcción del movimiento social LGBT en Colombia. Comenzó a hacer activismo desde la Liga Colombiana de Lucha Contra el Sida, posteriormente con temas LGBT y ahora en litigio estratégico. Hizo parte de quienes fundaron Colombia Diversa y durante trece años participó en el comité que organiza la Marcha de la Ciudadanía en Bogotá. 73 Velandia Mora, “Itinerario de las marchas LGTB en Bogotá, Colombia (28 de junio)”.

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Luego de un debate sobre la conveniencia de salir a marchar desnudos como forma de protesta, las mujeres de la organización lésbica Triángulo Negro finalmente se lanzaron a hacerlo con el cuerpo pintado de azul y antifaces. Marcaron con ello un hito, pues fueron las primeras en hacerlo en Colombia. De cualquier forma, había temor a las agresiones y muchas otras mujeres marcharon con máscaras para no ser reconocidas. En medio del recorrido no faltaban las que se envalentonaban y se arriesgaban a quitarse la máscara.

Sentí que con máscara o sin máscara nos reconocerían. Pensé que este país no podía seguir siendo de NN ni de anónimos. Por eso desde el año 1997 salí a marchar con el rostro descubierto”.

Adriana Elizabeth González Sanabria

“En los años noventa algunos todavía se protegían bajo una máscara”. Fotografía de Manu Mojito, s. f.

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“En la plaza de Lourdes con nuestras banderas I”. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1997


Manuel Antonio Velandia Mora en la marcha de 1997. Fotografía de Manuel Antonio Velandia, 1997


1998 Fecha de realización de la marcha: domingo 28 de junio de 1998 Lema: “Segunda Semana Nacional por la Diversidad Sexual. Idénticos pero diversos” Recorrido: de la plaza de toros, ubicada en la carrera 6.ª # 26B-50, a la calle 72 sobre la carrera Séptima.

Se continuó la misma disposición del año anterior sin mayores diferencias. Unos días antes de la marcha se realizaron talleres de creación de máscaras. Estos fueron mayoritariamente organizados por y para las mujeres, como forma de prevenir represalias al ser identificadas. En ese momento la marcha la organizó el Proyecto Agenda, que determinó el recorrido y las acciones a realizar. Entre los organizadores de la marcha de ese año estaban Germán Humberto Rincón, Edison Ramírez y Manuel Velandia. Para la publicidad, Manuel Velandia diseñó un logo, un programa y volantes impresos a color con el apoyo de diferentes bares. También se realizaron dos videos. En esa ocasión participaron en la marcha el actor y concejal Bruno Díaz, quien era también colaborador de Equiláteros. Los medios se pronunciaron al respecto: salió un artículo especial de dos páginas en diario El Espectador y también en el diario El Tiempo. Fue la primera vez que aparecieron carrozas en la marcha. En el marco de la preparación de la marcha se realizaron talleres de formación a líderes y lideresas como voceros ante los medios de comunicación, que se llevaron a cabo en el bar Zona Franca. Toda la preparación tardó alrededor de tres meses y se realizó en el Centro Cultural Santa Teresita, con el apoyo económico de la comunidad de las carmelitas descalzas quienes facilitaron el lugar de manera gratuita. Ese año se construyó una agenda conjunta con Medellín y Cali. Se cerró la marcha con discursos de Germán Humberto Rincón Perfetti, Edison Ramírez y Manuel Velandia, y se realizó un bazar en La Calera, en el bar San Antonio[74].

74 Velandia Mora, “Itinerario de las marchas LGTB en Bogotá, Colombia (28 de junio)”.

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Participación del bar Zona Franca en la marcha. Fotografía de Manu Mojito, s. f.

Diversidad en la diversidad. Fotografía de Manu Mojito, s. f.

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1999 Fecha de realización de la marcha: domingo 27 de junio de 1999 Recorrido: de la plaza de La Santamaría a la calle 72 con carrera Séptima Lema: No hay claridad sobre el lema de ese año, hay quienes sostienen que “Mi cuerpo, primer territorio de paz” se utilizó ese año y durante varios años más.

Ese año la marcha se realizó el mismo día que una manifestación convocada en contra de los secuestros, por lo que algunas organizaciones sociales como GAEDS[75] prefirieron participar en esta última.

Cuando yo llegué a Bogotá huyendo del paramilitarismo, me presenté al espacio donde se preparaba la marcha. En ese momento era un espacio muy hostil para las mujeres transgénero. Un hombre gay preguntaba que para qué nos invitaban si a nosotras solo nos interesaba pintarnos, entaconarnos y estar con hombres; nuestro espacio debía ser era la peluquería y el puteo”.

Diana Navarro

Fue la primera vez que en una marcha en el país salieron mujeres semidesnudas a movilizarse con los cuerpos pintados. Este acto fue de gran impacto y generó una reflexión sobre el moralismo y el control sobre el cuerpo de las mujeres, incluso dentro del mismo movimiento social LGBT”.

Camila Esguerra 75 “Parece ser que el GAEDS (Grupo de Apoyo y Estudios de la Diversidad de la Sexualidad) se crea en el año 1995 por la misma época que surge Gados en la Universidad de los Andes, que desaparece en el año 1997. Al comienzo, esta organización se reunía en el parqueadero de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Con el tiempo se quiso ir formalizando este espacio. En el año 1996 y hasta 1999, comienza a existir GAEDS de manera más formal en las facultades de Derecho, Enfermería y en Ciencias Humanas. Para el año 2000, GAEDS se fortalece en las facultades de Economía y Biología, con la participación de Arturo Sanjuán y Sebastián Romero”. Edward Hernández, entrevista telefónica, 23 de julio de 2021. Para más información sobre el grupo GAEDS y el trabajo universitario alrededor del tema de la diversidad sexual y de género, consultar la Revista Transformación, n.os 1 (2010) y 2 (2011), en https://issuu.com/revistatransformacion

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2000 Fecha de realización de la marcha: domingo 25 de junio de 2000 Recorrido: desde la plaza de La Santamaría a la calle 72, sobre la carrera Séptima. Algunas personas aseguran que la marcha llegó hasta el parque Nacional. Lema: “Mi cuerpo, primer territorio de paz”[76]

Previo a la marcha, nuevamente se realizó el taller de máscaras por parte de la organización de mujeres lesbianas Triángulo Negro, quienes marcharon portándolas para evitar ser identificadas.

Aún para ese año existía mucho miedo de ser visto marchando o como espectador de la marcha. El recorrido ese año fue hasta el parque Nacional”.

Álvaro Lizarralde

Cuando llegó la fecha de la marcha yo dije: “Tengo que ir”. Pero me moría del miedo porque asumía que todos los medios iban a ir y no quería salir en fotos. Fui, como la gran mayoría de las mujeres, con máscara. Una de las actividades de los grupos de mujeres era hacer un taller de máscaras. ¡Qué incomodidad tan absoluta!, porque era una máscara de yeso y no se podía gritar. Al año siguiente la llevé como balaca y al siguiente ya no llevé máscara”.

Elizabeth Castillo

76 Varios años duró el lema “Mi cuerpo, primer territorio de paz”. Edwar Eugenio Hernández Vargas, Mesa de Memoria.

Caminata Internacional Gay, Santafé de Bogotá, junio de 2000. Fotografía de Madorilyn Crawford, 2000

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En el año 2000 salí con máscara a marchar, salí con Triángulo Negro que hacía los talleres porque había mucho miedo, éramos cerca de treinta mujeres. La primera década del nuevo milenio marca una forma de mayor participación en la marcha por parte de más mujeres diversas”.

Adriana Elizabeth González Sanabria

Se repartieron 256.000 condones junto con El Espectador. Simultáneamente se hicieron los primeros carteles relacionados con el sida, las personas trans y los cristianos. El 10 diciembre de 2000 con la Defensoría del Pueblo se realizaron talleres sobre los derechos de los homosexuales en la Biblioteca Luis Ángel Arango”.

Manuel Antonio Velandia

En el año 2000 el papel de las mujeres trans dio un giro importante dentro de la marcha, ya no solo como observadoras o como artistas independientes, sino también como organizadoras con la participación de Samanta Palacios”.

Ana Lucía Ramírez

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2001 Fecha de la marcha: domingo 1.º de julio de 2001 Lema: “Mi cuerpo, primer territorio de paz” Recorrido: desde el parque Nacional a la calle 72

Fue la primera marcha organizada por la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá, aún en construcción, que surgió a partir del proyecto Planeta Paz y que buscaba incluir a las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas en los diálogos de paz y en las discusiones llevadas a cabo en el proceso de negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) en el Caguán. Aún no se hablaba de personas LGBTI. A partir de este año empezó a pensarse el nombre de Marcha de la Ciudadanía LGBT, aunque no de manera oficial. Comenzaron a darse las discusiones sobre el recorrido de la marcha y las críticas con respecto a la dirección del sentido de la marcha hacia el norte, sobre todo por parte de las mujeres y grupos universitarios. Se empezó a pensar que la marcha debía terminar en la plaza de Bolívar. Nombrarnos como los sectores sociales LGBT surge en el año 2001, en el marco del proceso de Planeta Paz. Allí también surge el lema: “Mi cuerpo, primer territorio de paz”, que además era un lema ya usado por el movimiento de mujeres y feminista, y que se usó durante varios años. Fue toda una pelea que la L fuera primero en el acrónimo, fue toda una discusión que dimos las mujeres por la visibilidad y por separarnos de las agendas gais que habían invisibilizado hasta ese momento las luchas de las mujeres lesbianas, trans, bisexuales y también de los hombres trans. En esa marcha participaron Mujeres Al Borde. Una de las frases que se gritaban era: “El carnaval también es político”, porque queríamos hablar de ciudadanía. Se discutía la importación del “orgullo gay” y la agregación de todos en esa categoría. Una de las principales luchas de Triángulo Negro era porque se hablara de mujeres lesbianas.

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¿Por qué tenemos que importar esa noción de orgullo gay? En Estados Unidos tiene todo el sentido en años de opresión, pero acá éramos todo menos gais”.

Camila Esguerra

Diana Navarro redactó la primera tutela en el año 2001, revisada por la Corte Constitucional, contra el maltrato hacia las personas trans.

Logramos un fallo vía tutela que hablaba de no al maltrato a las mujeres trans. Yo me quejaba de que la marcha fuera hacia el norte y discutí muchas veces ese tema. ¿Por qué llevar a las muchachas a que hagan el papel de payasas para participar un día allá en el norte y luego volverse a esconder? Teníamos que aprovechar muchas otras cosas y aprovechar otros espacios”.

Diana Navarro

Planeta Paz llegó a mostrarnos los gais y lesbianas de Colombia. Nosotras ni idea que había más lesbianas y gais en otras partes de Colombia haciendo activismo. El proceso de Planeta Paz fue muy importante a nivel de comunicación, fue por ese proceso que comenzamos de manera estratégica a pensar en lo LGBT. Luego, años más tarde, apareció la I. Que yo recuerde, Ana Lucía Ramírez fue la primera mujer que se visibilizó como bisexual y entonces dijimos “Somos más”.

Clau Corredor

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2002 Fecha de la marcha: domingo 23 de junio de 2002 Lema: “El cuerpo, primer territorio de paz” Recorrido: desde el parque Nacional a la calle 72, sobre la carrera Séptima

En febrero de este año se rompieron los diálogos de paz entre las FARC-EP y el Gobierno nacional encabezado por Andrés Pastrana. Como una respuesta a la inseguridad que se preveía a futuro y el recrudecimiento del conflicto, se decidió impulsar la campaña de paz que se había establecido tiempo atrás a través del proyecto Planeta Paz. Esta había incorporado por primera vez a personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas en discusiones sobre el conflicto armado en Colombia. La marcha hacía alusión a la paz como un anhelo constante, pese al clima de desconsuelo que se vivía. Pero no una paz vista solo como ausencia de conflicto armado, sino también como producto del reconocimiento de derechos sexuales y reproductivos. La opinión pública en torno al tema de derechos para los homosexuales estaba candente, por cuenta del segundo proyecto de ley encaminado a reconocer las uniones de parejas del mismo sexo, presentado en agosto de 2001 por la senadora Piedad Córdoba Ruiz, del Partido Liberal. Con ponencia del senador Enrique Piñacué, pasó su primer debate en la Comisión Primera del Senado, con nueve votos a favor y uno en contra, el voto de la senadora Viviane Morales. El defensor del Pueblo, Eduardo Cifuentes, defendió ante dicha comisión la propuesta confirmando su constitucionalidad, y el ministro de Justicia, Rómulo González, negó la constitucionalidad del mismo definiéndolo como inconveniente, además de especificar que las relaciones entre personas del mismo sexo son actos inmorales, contranaturales.[77]

77 El sociólogo y activista Manuel Antonio Velandia Mora, “Unión homosexual”, Semana, 15 de noviembre, 2002, https://www. semana.com/on-line/articulo/union-homosexual/55047-3/

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El 2 de mayo de 2002 se logró la zona de alto impacto, lo que antes se conocía como zonas de tolerancia, donde se permitía con cierta reglamentación el ejercicio de la prostitución, y además se asiste a la Mesa de Trabajo LGBT, en la que llevaron un borrador del decreto de política pública. En ese momento solo había dos representaciones y debían estar las de cada una de las letras del acrónimo LGBT”.

Diana Navarro

La marcha siempre ha respondido a un momento político particular. El asesinato de los doce diputados del Valle y el duelo que le siguió marcaron el tema de la marcha de ese año. Aun así, la gente nos decía que estábamos de fiesta cuando el país estaba de luto. Se alcanzó a discutir si se suspendía. Una mujer trans en la reunión dijo: “Mataron doce diputados, eso es horrible, pero han matado quince trans en lo que va del año y nadie ha dicho nada”. En la marcha se llevó un pendón enorme en el que decía que ellos también merecían ser libres, y en la primera parte o segmento de quienes marchaban, llevaban cintas negras en el brazo. La marcha está enquistada en la realidad del país y en lo que sucede en lo cotidiano.

“Somos amigos”: fortaleciendo un estilo de vida. Claudia Hurtado Caycedo. Fotografía del Archivo de la SDP, 2002

La marcha no ha sido un proceso pacífico. Ha habido situaciones que han puesto incluso en peligro la seguridad de quienes marchamos”.

Edwar Eugenio Hernández Vargas

En la marcha de ese año la consigna de Labrys[78] fue: “En la cama y en la calle”, para poner en el centro el tema de la sexualidad y el género como un asunto político”. Camila Esguerra

78 “Labrys fue una organización de mujeres lesbianas que surge a finales de los años noventa en Bogotá y cuyo énfasis estaba en la investigación y producción simbólica alrededor de las nuevas ciudadanías lésbicas, transgenéricas y bisexuales”. Esguerra Muelle, “Contra la sombra”.

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En este año aparece la obra de teatro Olga sin pelos en la lengua que se estrenó en Zona Franca, ahora Theatron. Fue muy importante porque algunas de las actrices de la obra sintieron la valentía de quitarse las máscaras en la calle al sentirse reconocidas por su público. Nuestro lema era: “Por el orgullo de ser lesbianas”. Ana Lucía Ramírez

2003 ¡Llegamos a la plaza!

Cuando ya se decidió que la marcha iba para el centro, me empezó a llamar la atención ir a marchar”.

Diana Navarro

Fecha de la marcha: domingo 23 de junio de 2003 Lema: “Por una Colombia incluyente: el cuerpo, primer territorio de paz”. Se decide retomar el lema del año pasado, adicionando un llamado a la inclusión. Recorrido: del parque Nacional hasta la plaza de Bolívar, por la carrera Séptima Organizadores de la marcha: Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá

La marcha mantuvo el lema de 2002, con la adición de una frase antecedente (“Por una Colombia incluyente”), pues era imperativo hacer contrapeso a los sectores guerreristas y conservadores, cuyos discursos se oían cada vez más fuertes. El senador Carlos Gaviria en septiembre de ese año intentó, a través de un pliego de modificaciones, darle un nuevo aire al proyecto de unión de parejas del mismo sexo que Piedad Córdoba había presentado en 2001. El objetivo era precisar términos y alcances que generaban resistencia entre los sectores conservadores, que no lograban asumir el proyecto desde el concepto de unión, sino como validador del “matrimonio entre parejas del mismo sexo”. Aunque el proyecto fue aprobado en su primer debate, finalmente se hundió.

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En las primeras marchas asistí de curioso con mi mejor amigo, con el que luego terminaríamos montando un proceso político que aún hoy está vigente. La noche anterior estábamos de fiesta y llegamos al punto de la marcha donde había mucha gente mirando en los andenes. La mitad de la gente que estaba en el andén era gente gay, lesbiana, medio de clóset, viendo a la gente que estaba marchando. Había más gente en los andenes que gente marchando”.

Jorge Virviescas

En el año 2003 se hizo la Marcha de la Paz e Inravisión hizo la transmisión en directo por televisión. Esa marcha fue la primera en la que incluimos otros temas que también nos importan, como la paz en Colombia. Había una bandera de 16 metros y todas las personas participantes vestían de blanco y llevaban un moño verde del proceso de la paz”.

Manuel Antonio Velandia

La marcha del año 2003 fue muy importante porque fue la primera vez que llegó a la plaza de Bolívar, aunque con restricciones. La administración del alcalde Antanas Mockus solo permitió que un carro con una tarima sin sonido se estacionara por un tiempo no superior a quince minutos, sin que las y los participantes de la marcha ingresaran a la plaza. A partir del año 2003 y de manera oficial, la marcha comenzó a llamarse Marcha de la Ciudadanía LGBT, una propuesta realizada por la Red Nosotras LBT de Bogotá, integrada por las activistas y grupos de mujeres lesbianas, bisexuales y trans de Bogotá[79].

La marcha cambia de rumbo desde el parque Nacional hacia la plaza de Bolívar, encabezada por las mujeres. Se realiza para ese año un taller con mamás lesbianas en Santandercito. En 2003 empezó a cambiar todo, ya no fue una

79 Ana Lucía Ramírez, “Del orgullo a la ciudadanía”, 2012, citado en Manuel Antonio Velandia Mora. Autobiografía y artículos (blog de Manuel Antonio Velandia), http://manuelvelandiaautobiografiayarticulos.blogspot.com/2012/05/itinerario-de-lasmarchas-lgtb-en.html

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actividad de construir máscaras, ya no era parte de lo que se programaba”. Elizabeth Castillo

Esa primera marcha, cuando salimos no hacia el norte sino hacia la plaza de Bolívar, fue muy emocionante porque llegamos al centro político de Bogotá”.

Sandra Montealegre

Llegamos con un banner gigante a la plaza. Eso se logró, entre otras cosas, por el apoyo de Olga Beatriz Gutiérrez, quien en ese entonces fue la persona encargada de las comunicaciones del proyecto Planeta Paz. Más adelante, ella se convirtió en la directora del Idpac, y fue cuando se creó la Gerencia de Mujer y Género que fue fundamental en la construcción de la política pública LGBTI en Bogotá. En esa época Juan Carlos Prieto era asistente de Olga Beatriz; más adelante, en el año 2012, él se

“Mi cuerpo, primer territorio de paz”. Fotografía de Madorilyn Crawford, 2003

“No solo éramos gais marchando, somos muchas identidades”. Fotografía del Archivo de la SDP, 2003.

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“La primera vez en la plaza de Bolívar no tuvimos tarima, unos pocos pudimos entrar”. Fotografía de José Fernando Serrano, 2003


convirtió en el director de Diversidad Sexual”. José Fernando Serrano[80]

Toda la historia de la marcha del año 2003 se encuentra en el corto Instrucciones para perder la vergüenza realizado por Mujeres Al Borde”.

Clau Corredor

La primera vez que encabezamos la marcha y llegamos a la plaza no nos dieron permiso de entrar. Solo años después, en el 2006, cuando empezó la lucha por una política pública en Bogotá.

José Fernando Serrano en la marcha. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, s. f.

Yo hablé en representación de las personas bisexuales, Elizabeth Castillo por las lesbianas, Samantha Palacios por las mujeres trans, Carlos Alejandro por los gais. ¡Fue un momento superemotivo!”

Ana Lucía Ramírez

80 Antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia, máster en Resolución de Conflictos de University of Bradford y Ph. D. de The University of Sydney. Ha sido consultor para entidades públicas internacionales, nacionales y locales, y profesor en las universidades del Rosario, Central, Javeriana, de los Andes y Nacional, en Colombia. Además, visiting fellow en la Universidad de Sussex y en la Universidad de South Bank (Reino Unido). En 2017 recibió la beca posdoctoral Thomas and Ethel Mary Ewing Postdoctoral Fellow, School of Education and Social Work, The University of Sydney.

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Labrys, “Ciudadanas en la calle y en la cama”. Fotografía de Colombia Diversa, 2003


Marchando por la carrera Séptima a la altura de la localidad de Chapinero. Fotografía de Manu Mojito, s. f.

“Nuestros amigos siempre han estado presentes”. Manu Mojito, s. f.


Vehículos decorados adornan la marcha. Fotografía de Madorilyn Crawford, 2003


“Somos diversidad”. Fotografía de Manu Mojito, s. f.

“Ni la lluvia nos detiene”. Fotografía de Manu Mojito, s. f.

Miss Amistad en la marcha. Fotografía de Manu Mojito, s. f.


2004 Fecha de la marcha: domingo 27 de junio de 2004 Lema: “Por una Colombia incluyente: el cuerpo, primer territorio de paz” Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza de Bolívar, sobre la carrera Séptima Organizadores: Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá Financiamiento y apoyos: Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá – Alcaldía Mayor de Bogotá Participación de personajes públicos: abre la marcha el alcalde mayor de Bogotá, Luis Eduardo Garzón

Las barricadas levantadas desde algunos partidos políticos y desde la Iglesia contra los proyectos de ley a favor de la unión entre parejas del mismo sexo llevaron a los activistas y colectivos LGBTI a mantener el enfoque de la marcha en los derechos. El carácter político tomaba cada vez más forma. La lucha contra las persistentes negativas por parte de varios grupos y actores sociales para reconocer la ciudadanía plena sería inspiración por varios años.

Al llegar a Triángulo Negro recuerdo que la forma en que se presentaban las asistentes era muy identitaria, soy lesbiana y el nombre. Yo decía eso y sufría mucho porque realmente no era lesbiana, también me gustaban los hombres. Después yo decía mi nombre y no decía nada sobre mi identidad, hasta que un

Mujeres de Triángulo Negro, Barranquilla, Bogotá. Fotografía de Cristina Rojas Tello, s. f.

Brokeback Mountain. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2004

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Regreso a clases. Fotografía del Archivo de la SDP. 2004.


par de señoras me descubrieron dándome un beso con mi novio de esa época por los lados del Planetario. Llegué de primera a la siguiente reunión y dije: “Soy Ana Lucía Ramírez, me gustan los hombres y también las mujeres”. Dos compañeras se opusieron a que me echaran del grupo e intervinieron a mi favor. Había una normativa muy grande de cómo debía ser una lesbiana. Por eso decidimos crear otra organización y llamarnos Mujeres Al Borde y que incluyéramos a esas personas que no encajábamos en las categorías, es decir, las que estamos al borde”. Ana Lucía Ramírez

2005 Fecha de la marcha: domingo 29 de junio de 2005 Lema: Contra todas las formas de violencia Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza de Bolívar, sobre la carrera Séptima

La organización de la marcha en cabeza de la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá (que reúne a grupos base), con respaldo de la Alcaldía Mayor, le comenzó a dar un carácter más institucional y marcó el inicio de una política pública para los sectores LGBTI en la ciudad. Según el Instituto Distrital de Cultura y Turismo, fueron 100.000 los asistentes ese año a la marcha, lo que se constituyó en el abrebocas de lo que sería el Carnaval de la Diversidad, realizado luego en julio y agosto, y organizado también por la Alcaldía Mayor de Bogotá. Fue la primera marcha en donde salió el Polo de Rosa, una de las primeras organizaciones partidistas LGBTI de la ciudad.

En el año 2005 se funda el Polo de Rosa y uno de los sectores que lo integraban fue LGBT, que ya tenía una participación más política y decidida. Ese año hubo un incidente en el parque Nacional, recuerdo a la policía correteando a las chicas trans”. Jorge Virviescas

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Blanca Durán y Sandra Montealegre en los inicios del Polo de Rosa. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2005

Laura Branigan en la marcha. Fotografía de Xploratorium Colombia, 2019.


Mi primera marcha fue en el 2005. Yo tenía once años y fui con mi mamá. Estaba sorprendido de tanta “rareza”. Estaba descubriéndome, fue fuerte pero emocionante para mí. Recuerdo que no sabía de activismo. Sentía miedo, fui a mirar y en un momento nos sumamos a marchar. Recuerdo en esa marcha haber visto a Laura Branigan”.

Camilo Rojas

La primera vez que yo llegué a una marcha fue en el 2005. Salía del parque de la Independencia y allí conocí a Martha Álvarez y salí del clóset”.

Ilichna Manga

Esta marcha fue anunciada como la primera actividad previa a los carnavales de la ciudad (que se organizan para el cumpleaños de la ciudad), con una caravana temática LGBT finalizando en la plaza de Bolívar, con presencia del secretario de Gobierno y representantes del IDCT.[81]

2006 Fecha de la marcha: domingo 2 de julio de 2006 Lema: Bogotá, territorio de diversidad Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

En el año 2006 la marcha contó con el decidido apoyo de la Alcaldía Mayor de Bogotá, lo cual incluyó avisos por la ciudad y un evento cultural como anticipación. Contó con la participación del entonces alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, y reconocidas figuras de la vida cultural, como Fanny Mikey, además de políticos progresistas.

81 Ramírez, “Del orgullo a la ciudadanía”.

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Hoy gritamos. Fotografía de Manuel Antonio Velandia. 2006


El 30 de septiembre de este año, iglesias cristianas marcharon por la Séptima para protestar contra el aborto, contra los matrimonios y adopciones igualitarias, en oposición al apoyo que el alcalde Lucho Garzón daba al tema de la diversidad sexual y de género. Decían que la idea del alcalde era declarar a Bogotá como distrito gay. Se realizó una marcha contra “el LGBT de Lucho Garzón” por parte de sectores conservadores que criticaron esta postura oficial”. La diferencia también es un derecho. Fotografía de Colombia Diversa, 2006

Elizabeth Castillo

Seguí en otras marchas de mirón. En otras iba con amigos del colegio que me apoyaban y me metí de activista. La primera marcha en la que participé con consigna fue en el 2006, tenía 12 años y fue con Mujeres Al Borde. Siempre ligado al arte. Marchar no es solo gritar, es mostrar desde el arte, hacer performance”.

Camilo Rojas

Hubo unos tres años en los que nos tocó armar un operativo especial de seguridad para la marcha. Había grupos rezando para que nosotros nos purificáramos”.

Paradero de buses anunciando la política pública LGBT en Bogotá. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2006

Elizabeth Castillo

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Alcalde Luis Eduardo Garzón en la tarima. Fotografía de Germán Humberto Rincón, 2006

Piedad Córdoba y Ana Lucía Ramírez en la tarima de la plaza de Bolívar después de la marcha. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2006

En el año 2006 fue la primera vez que salió a marchar el Grupo de Mamás Lesbianas de Bogotá. Aunque el grupo se formó en el 2004 con un encuentro al que nos acompañó Florence Thomas, fue en el año 2006 cuando decidimos marchar. Recuerdo que les conté a mis hijos que iba a salir a marchar y ellos dijeron: “Nosotros también”. El pasacalle lo llevan nuestros hijos: Leandro, hijo de Elizabeth, y mis hijos. Ellos se pusieron las camisetas de las mamás. Fue mi primera marcha y también para el grupo”.

Nancy Lee

En la tarima también estaba Piedad Córdoba y convenció a Lucho Garzón para que saliera a la marcha y dijera unas palabras. Hubo abrazos y besos de felicidad. Era la primera vez que se pudo llegar a la plaza de Bolívar, era histórico”.

Ana Lucía Ramírez

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Quienes convencen a Lucho Garzón de salir a la marcha son Florence Thomas, Juanita Barreto y Martha Senn; a ellas les debemos eso”.

Elizabeth Castillo

En diciembre del 2006 abrió sus puertas el primer Centro Comunitario LGBT de Bogotá, ubicado en ese entonces en la calle 66 # 9A-28. Su primer coordinador fue Henry Vallejo y, posteriormente, Iván Ángel. Estuvieron también en su coordinación Elizabeth Castillo, Miguel Rueda y, luego, pasó a ser enteramente de la Administración distrital, para ser incluido dentro de la estrategia Proyecto 610 a cargo de la Gerencia de Mujer y Género del Idpac, que integraba otros tres centros comunitarios en la ciudad. Su primera coordinadora en esta nueva fase fue Alexandra Pinzón, que había hecho parte de Triángulo Negro[82]. Este centro fue fundamental en la creación de nuevos colectivos y organizaciones sociales que también hacían parte de la Marcha de la Ciudadanía.

82 Para más información sobre el centro comunitario, véase Elizabeth Castillo, No somos etcétera. Veinte años de historia del movimiento LGBT en Colombia (Bogotá: Penguin Random House Grupo Editorial, 2018), 127 y ss.

Grupo de Mamás Lesbianas de Bogotá. Fotografía de Cristina Rojas Tello, s. f.

Florence Thomas y Germán Humberto Rincón Perfetti. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2004

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2007 Lema: “Parejas del mismo sexo. Con mi pareja, iguales derechos” Recorrido: del parque Nacional a la plaza de Bolívar, sobre la carrera Séptima Organizadores y financiamiento: Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá y Alcaldía Mayor de Bogotá

El lema de este año se constituyó en una reafirmación y una celebración de los derechos patrimoniales que la Corte Constitucional reconoció a las parejas del mismo sexo, a través de la Sentencia C-075 de febrero de 2007. La lucha sostenida por tantos años para afianzar la ciudadanía plena de los sectores LGBT empezaba a dar sus frutos. Luego de este logro vendrían muchos más. De hecho, en este mismo año la Corte, a través de la Sentencia C811, reconoció los derechos de afiliación al sistema de salud para las parejas del mismo sexo. El colectivo León Zuleta, que marchó por primera vez ese año, fue acompañado por la Red & Anarchist Skin Heads (RASH), un grupo de izquierda de skinhead[83] vinculado a procesos antifascistas.

83 “El movimiento skinhead surgió en Inglaterra en los años 70. Su ideología original se inspiró en la cultura obrera —de ahí el uso botas, overoles y tirantas— y se asoció con la afrodescendencia. ”Su tesis central se basó en la oposición a las normas que rigen a la sociedad, por lo que adoptaron la violencia como una forma de manifestarse. Sin embargo, la influencia de partidos de ultraderecha hizo que se generaran conflictos entre ellos y así se tejieron las dos corrientes, que hasta el día de hoy se mantienen: anarquistas (70 por ciento) y nazis (30). ”En Bogotá —según el Centro de Estudio y Análisis en Convivencia y Seguridad Ciudadana (CEACSC), adscrito a la Secretaría de Gobierno— hay registro de los cabezas rapadas desde 1985 y fue en Bosa donde empezaron a verse los primeros brotes, que se autodenominaron ‘Virus’, según señala Rubén Darío Ramírez, director del CEACSC. ”Un par de años después las tendencias fueron inevitables: los calvos que comulgaban con las ideas comunistas crearon grupos como R.E.A (Rechazo a la explotación animal) que a su vez fueron los pilares de los Sharp y los R.A.S.H. ”Estas comunidades se caracterizan por su defensa de los animales, su repudio por la tauromaquia e incluso una corriente, conocida como ‘veganos’, que va en contra de los excesos en el consumo de licor u otros vicios. ”Por el lado de la ultraderecha la presencia más fuerte en la capital es la de ‘Tercera Fuerza’, que se califica como un centro de estudios socio-políticos anticomunista. Utilizan simbología nazi y justifican sus acciones mediante su propia interpretación de la Constitución y de los derechos humanos que se refieren a la libertad de expresión y pensamiento”. “‘Skinheads’: temidos, odiados y rechazados”, El Tiempo, 10 de junio, 2013,https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12860183

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Mi primera marcha fue en el 2007, con el Colectivo León Zuleta, y fueron unos cuatro años saliendo con el bloque político de la marcha».

Miguel Ángel Barriga

Cuando hicimos público el Colectivo León Zuleta, salimos a marchar con un grupo de la RASH. Al llegar a la plaza de Bolívar la gente se asustó mucho, hasta que vieron que eran distintos a los grupos neonazis”.

“¡Intercambio humanitario ya!”. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2007

Jorge Virviescas

El secuestro de los diputados del Valle fue una coyuntura particularmente importante para esta marcha, pues el tema de la libertad resultaba transversal. El 28 de junio, tres días antes de la marcha, las FARC habían hecho público el asesinato de once de los doce diputados secuestrados en 2003, razón por la cual el hecho fue tenido en cuenta por los organizadores para solidarizarse con el dolor de los familiares y de la sociedad en general. El tema de la desnudez de algunos marchantes, particularmente de mujeres trans, fue un punto de discusión también ese año en la mesa. Algunos se mostraron en contra de los cuerpos desnudos y otros, como Elizabeth Castillo, reivindicaron el derecho a marchar sin ropa.

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No hay nada más satisfactorio que celebrar ese día en el cual uno se siente orgulloso. Vestidas o desvestidas, nosotras dirigimos nuestros cuerpos”. Madonna Lozada

Siempre hubo esas discusiones eternas (el desorden, las tetas de las trans, la gente mostrona), todos esos temas que se ponen en la mesa. Realmente lo que a mí más me ha fascinado, lo que no les gusta a muchos activistas y que disgustaban a otros, pero para mí era lo más importante, era ver esas personas borrachas, desordenadas, ver cómo


Madonna y sus divas de superheroínas. Fotografía de Madonna Lozada, s. f.

“Por una escuela sin prejuicios”. Fotografía de Colombia Diversa, 2007


las personas se apropiaban de estos espacios en las calles, llevando un mensaje y diciendo “Yo estoy aquí, estoy marchando con mi pareja, existimos”. Franklin Gil

En el 2007 participé en la marcha con el grupo de jóvenes de Profamilia. Ese mismo año me pidieron que hiciera el discurso en la plaza en representación de las personas bisexuales”.

Camilo Andrés Rojas

Después de presentar dos veces consecutivas el proyecto de acuerdo para la política pública LGBT de Bogotá y de haber sido negado por el Concejo de Bogotá, a pocos días de terminar su mandato, el alcalde mayor, Luis Eduardo Garzón, firmó el Decreto 608 de 2007, que constituye el primer documento de la política pública LGBT en Bogotá.

En el año 2007, tal vez como producto de la emoción que produjo en muchos de nosotros el hecho de vernos fortalecidos y reconocidos en la ciudad, entre otras cosas por la existencia del Centro Comunitario LGBT y el trabajo por la consecución de una política pública LGBT en la ciudad, nacieron muchas organizaciones de personas diversas. Muchas de ellas aún existen, como son GAAT (Grupo de Apoyo y Acción Trans), que en aquel entonces era tan solo GAT. También apareció la Corporación Red Somos, el Grupo de Padres, Madres y Familiares de Personas LGBTI Transfamilias, el Colectivo León Zuleta y la Mesa LGBT de Rafael Uribe Uribe, y muchas otras organizaciones”.

Cristina Rojas Tello

Ese año fue la última marcha de la organización Triángulo Negro. Muchas mujeres de Barranquilla habían pertenecido a Triángulo”.

Cristina González

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En la marcha del año 2007, el Centro Latinoamericano de Sexualidad y Derechos Humanos (CLAM), junto con el Grupo de Estudios de Género, Sexualidad y Salud en América Latina (Gessam), adscrito a la Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia y Profamilia, realizaron la Encuesta LGBT: Sexualidad y Derechos a participantes de la Marcha de la Ciudadanía LGBT Bogotá 2007[84], elaborada por Mauro Brigeiro, Elizabeth Castillo y Rocío Murad. En la encuesta se quiso profundizar sobre formas de participación social, concepciones políticas, cuidados corporales y experiencias de discriminación y violencia entre personas LGBT que asistieron a la marcha de ese año[85].

Marina Talero, primera directora de Diversidad Sexual. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2007

Ese año los miembros de la Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe[86] marchamos como parte del Centro Comunitario LGBT, porque sentíamos mucha apropiación de ese espacio”. Alfredo Cobos

84 Mauro Brigeiro, Elizabeth Castillo y Rocío Murad, Encuesta LGBT: sexualidad y derechos participantes de la marcha de la ciudadanía LGBT de Bogotá 2007 (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia; Profamilia; Centro Latinoamericano de Sexualidad y Derechos Humanos [CLAM]; IMS / UERJ, 2009). https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/52753 85 Esta fue tal vez una de las primeras investigaciones que se realizaron alrededor de la Marcha de la Ciudadanía LGBT. 86 La Mesa LGBT de Rafael Uribe Uribe fue la primera mesa local para tratar el tema de la diversidad sexual y de género en la ciudad de Bogotá. Muchas formas organizativas se dieron en los territorios para tocar esos temas en la ciudad mucho antes que la mesa, pero el primer espacio que incluía la participación de organizaciones y entidades locales alrededor de este asunto surgió en el año 2007. Ese año, a raíz de varios eventos, entre ellos la aparición de la política pública LGBT en Bogotá, se dio un renacer de organizaciones sociales cuya fuerza convocó a muchas personas. Algunas se mantienen aún hoy en día o han dado vida a nuevas formas organizativas. Una inspiración para este espacio fue la aparición del Centro Comunitario LGBT de Bogotá, ubicado en la calle 66 con carrera 9.ª, a donde llegaron varios jóvenes y activistas lesbianas, gais, bisexuales y trans de Rafael Uribe Uribe que se movilizaban hasta allí para organizarse y parchar. El artífice de todo este movimiento en Rafael Uribe Uribe fue Manuel Gutiérrez.

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2008 Fecha de realización de la marcha: domingo 29 de junio de 2008. Lema: “Bogotá: una ciudad para ejercer derechos. ¡Aquí nadie es raro!” Recorrido: del parque Nacional a la plaza de Bolívar, sobre la carrera Séptima

Un caso de discriminación contra dos adolescentes lesbianas que fueron expulsadas en el primer semestre de este año de un colegio en Manizales marcó la agenda de algunas organizaciones LGBTI, con el respaldo de varias instituciones públicas, como la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo[87].

En la marcha del año 2008 hubo varias consignas alusivas a este hecho: “Yo también fui colegiala y aún soy lesbiana” o “Por escuelas sin prejuicios”, entre otras, y muchos marcharon con atuendos y elementos propios del ámbito escolar”.

Sandra Rojas

Estaba aburrida de ir a las marchas casi que a lo mismo. Y fuimos a una marcha que era sobre la escuela. Nos mandamos a hacer un banner de uniforme de colegialas”.

Sandra Rojas

En este año inicia el Toque Lésbico. Una pareja de mujeres lesbianas marchó promoviendo el activismo religioso con el eslogan “Jesús nos ama tal como somos”.

Salimos a marchar ya como Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe con una apuesta artística que hablaba sobre los juegos, los derechos y el tema de la niñez. Queríamos llevar a la marcha otros mensajes aparte de la rumba, que está muy bien, pero queríamos mostrar otras cosas. Salimos con un presupuesto que

87 “Nuevas protestas en colegio de Manizales por dos niñas lesbianas”, El Espectador, 28 de abril, 2008, https://www.elespectador.com/politica/nuevas-protestas-en-colegio-de-manizales-por-dos-ninas-lesbianas-article-11544/

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Escuela de Colores. Fotografía de Ana Carolina Rojas, 2008

Mujer trans con imagen de Ingrid Betancourt. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2008

Mujer trans levantando la mano. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2008.

De Colores. Fotografía de Colombia Diversa, 2008


nos dio la Alcaldía Local. Días antes de la marcha nos fuimos a la plaza España y compramos mucha ropa de segunda para nuestros trajes y disfraces, y nuestro primer pasacalle lo diseñó Wandy”. Alfredo Cobos

2009 Fecha de realización de la marcha: domingo 29 de junio de 2009 Lema: “No más crímenes de odio en Colombia. Conformamos familia, formamos parte de ella” Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza de Bolívar, sobre la carrera Séptima

El aumento de violencia sistemática contra personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas fue el motor de esta marcha. La violencia marcaba un crecimiento del 22 % del 2007 al 2008, es decir, de 66 a 81 casos. A esto se le sumó el nombramiento de Alejandro Ordóñez en diciembre del año anterior como procurador general de la Nación, quien inició una campaña contra los derechos de las parejas del mismo sexo. Alejandro Ordóñez tomó posesión del cargo en enero de 2009 y solo tres meses después enfiló baterías contra la adopción por parte de parejas del mismo sexo, a partir de un concepto que emitió por solicitud de la Corte Constitucional. Sin embargo, el hecho no causó sorpresa, pues desde mucho antes de ser procurador se conocían sus posiciones ultraconservadoras en contra de los derechos de los homosexuales. En 2004, por ejemplo, había

Olga Beatriz Gutiérrez y Camilo Andrés Rojas en la marcha. Fotografía de Cristina Rojas Tello, 2009

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Radio Diversia llegando a la plaza de Bolívar. Fotografía de Carlos Serrano, s. f.

Stop colectivo LGBTI Diverso de Bosa, homenaje a Oswaldo Fúquene. Caminando al lado de Jairo Alarcón. Fotografía de Ana Carolina Rojas, 2009

publicado un libro titulado: El desarrollo de la animalidad, en el que trataba a las personas diversas como enfermos y criminales. En este año las amenazas a miembros de colectivos y de medios defensores de la diversidad se hicieron frecuentes. Fue notorio el caso de Radio Diversia, cuyo director, el chileno Carlos Serrano, se vio obligado a salir del país ante las constantes amenazas e intimidaciones.

En 2009 nació el colectivo Entretránsitos, una organización de experiencias de vida transetcétera, ese año salimos a marchar”.

Siri Guruved

En ese año se logró que las mujeres transgeneristas habitantes de calle abrieran la marcha cargando el pendón. Después de muchas discusiones dentro de la Mesa de Trabajo LGBT, logramos que fueran ellas quienes iniciaran la marcha. Fue muy significativo”.

Diana Navarro

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El día 1.º de abril de 2009 la política pública LGBT en Bogotá pasó a ser un acuerdo del Concejo de Bogotá: el Acuerdo 371 de 2009.

Que nombren a las organizaciones al ingreso de la plaza es muy emocionante para sus miembros”.

Miguel Ángel Barriga

Para la marcha del 2009, en medio de tantos preparativos, mis zapatos se me quedaron en la camioneta donde traían los refrigerios. Un rato marché descalzo. Luego conseguí unas sandalias que se rompieron en el camino y me tocó amarrarlas con un gancho. Preciso el día en que todo el mundo está trepado, yo corriendo con la logística con sandalias rotas. Nunca lo olvidaré”.

Fuera del clóset. Fotografía de Colombia Diversa, 2009

al Parque todavía con los trajes y con uñas pintadas de la marcha es chistoso. A nosotros nos gusta el rock, somos personas LGBTI que nos gusta el rockear. Aquí somos rockeros punkeros diversos”.

Alfredo Cobos

Para nosotros, de unos cuatro años para acá ha sido terrible la marcha porque se nos cruza con Rock al Parque[88]. Llegar a Rock

Alfredo Cobos

88 En la decimoquinta edición del Festival Rock al Parque se celebraron los quince años de vida de este. Entre las novedades del evento estuvo el cambio de fecha del festival en junio,

debido a los problemas del clima del año anterior. Desde ese momento, Rock al Parque y la Marcha de la Ciudadanía LGBT se cruzan el mismo fin de semana.

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2010 Fecha de realización de la marcha: domingo 27 de junio de 2010. Lema: “Ni enfermos ni antisociales, orgullosamente LGBT” Recorrido: desde el parque Nacional a la Plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

En 2010 la marcha en Bogotá tuvo una mayor presencia de personas cisgénero y heterosexuales que apoyaban la causa de la diversidad. Seguía palpándose el espíritu de carnaval, por el que tanto los medios como gran parte de la ciudadanía estigmatizaban el evento como algo desbordado e inmoral, pero cada vez más se hacían presentes las pancartas con enfoque político en derechos. Entre muchas personas ataviadas de plumas y lentejuelas y algunas semidesnudas, se apretujaban los miembros de colectivos y organizaciones como Colombia Diversa, con mensajes como “Familias diversas, familias felices”. Otros participantes hacían gala de múltiples símbolos y montajes para denunciar las estructuras tradicionales y represivas de la sociedad colombiana, o para criticar el segundo gobierno de Álvaro Uribe Vélez.

Manuel Alfredo Gutiérrez estuvo en nuestra marcha cuyo tema fue: “Los dioses deben estar locos y locas”, los mostrábamos en medio de una bacanal. Llevábamos una estructura gigante donde iba una diosa arriba. La estructura se nos dañó en medio de la marcha, fue dificilísimo trasportarnos, pero fue muy bonito”.

Alfredo Cobos

Antes de la mesa, para mí la marcha significaba full sexo, al cien. Después de la mesa la marcha para mí es familia. Hacer parte de la mesa RUU me cambió la vida”.

Alfredo Cobos

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1. Política pública para la garantía plena de derechos. Fotografía de Colombia Diversa, 2010 2. Sentido Bisexual. Fotografía de Colombia Diversa, 2010 3. Homenaje a Guillermo Garzón Andrade, marchando con Radio Diversia. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2010 4. Corporación Femm. Fotografía de Corporación Femm, 2010 5. Al Rosa Vivo. Fotografía de Corporación Femm, 2010 6. “Ni conformes ni callados”. Fotografía de Corporación Femme, 2010

7. Performance Monseñor procurador. Fotografía de Colombia Diversa, 2010 8. “Mi comandante”. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2010 9. Diversidad al son de los tambores. Fotografía de Colombia Diversa, 2010 10. Familia Diversa. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2010 11. Policía diversa por el derecho a sentir diferente. Fotografía de Germán Rincón Perfetti, 2010 12. Beso en medio de la diversidad. Fotografía de Germán Humberto Rincón Perfetti, 2010


2011 Fecha de realización de la marcha: domingo 26 de junio de 2011 Lema: “Somos familias de mil colores” Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

El propósito de la marcha es la búsqueda del reconocimiento del matrimonio igualitario. La Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá apostó por un lema que hacía referencia a los sectores LGBTI como una familia diversa, que acoge muchas visiones de vida, identidades y orientaciones, y también a la diversidad de modelos de familia dentro de la sociedad. Más aún, a la sociedad toda, vista como una familia diversa, en un país como Colombia, caracterizado por ser multicultural y pluriétnico. En julio la Corte Constitucional conminó al Congreso de la República a legislar sobre las uniones de parejas del mismo sexo y le dio un plazo de dos años. La Corte Constitucional basaba su orden en el derecho de las parejas del mismo sexo a formar familia. El 22 de septiembre la Corte dio otro paso significativo al reconocer el derecho a sustitución pensional de parejas del mismo sexo a través de la Sentencia T716/11. Los integrantes del colectivo Entretránsitos salieron ese año a marchar disfrazados de superhéroes. De esta puesta en escena, el colectivo realizó el corto metraje Transvengers[89], para sensibilizar sobre el derecho al trabajo de los hombres trans.

Ese año para la marcha nos fuimos disfrazados de superhéroes bajo la idea de los Transvengers; marchamos con Transfamilias. Recuerdo que marché con mi abuelo, mis primos y con Laura Weinstein, que iba con su primera organización que

89 “Transvergers Inicia es la primera entrega de una saga de cortometrajes de ficción sobre una liga de la justicia trans, cuyo objetivo es luchar contra la transfobia y la discriminación por la expresión de género”. Colectivo Entretránsitos, Transvergers inicia [cortometraje], dirigido por Nathalia Castillo Vélez, 2013, https://www.youtube.com/watch?v=5kZOSFwoZh4&t=7s

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Un mar de diversidad. Fotografía de Sergio León Santaella, 2011

“Hombre con hombre, mujer con mujer y en el sentido contrario”. Fotografía Colombia Diversa, 2011


“Sí!! Acepto”. Fotografía de Colombia Diversa, 2011

“Por una luna de miel con la Corte”. Fotografía de Colombia Diversa, 2011


“Mi nieto es transexual y es mi orgullo”. Fotografía de Cristina Rojas Tello, 2011

Derechos iguales para todas las parejas. Fotografía de Colombia Diversa, 2011

se llamaba Transrevolucionando el Género”. Camilo Rojas

En la marcha del 2011 estuvieron en la tarima Clara López y algunos alcaldes locales. Ese año las familias diversas dieron el discurso en la tarima y marchó la Alianza VIH Bogotá. Transfamilias dio el discurso de la marcha”.

Jorge Virviescas Homenaje a Manuel Gutiérrez. Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe. Fotografía de Alfredo Cobos, 2011

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2012 Fecha de realización de la marcha: domingo 1.º de julio de 2012 Lema: “No al matoneo escolar, no más maltrato”. Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

El matoneo escolar en todas sus formas se instaló como uno de los temas de agenda de la sociedad y el Estado. Los casos salían cada vez más a la luz pública. El hostigamiento a escolares por razón de su orientación sexual era una de las modalidades de matoneo más frecuentes, aunque tal vez la menos visibilizada. La marcha de este año hizo eco a la preocupación por este tipo de violencia, que muchas veces desencadenaba maltratos físicos. Al año siguiente, en 2013, el Congreso promulgó la Ley 1620 o Ley de Convivencia Escolar, que, según la web del Ministerio de Educación, “creó mecanismos de prevención, protección, detección temprana y de denuncia ante las autoridades competentes, de todas aquellas conductas que atenten contra la convivencia escolar, la ciudadanía y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los estudiantes dentro y fuera de la escuela”. Un par de años después, la ley y el Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para el Ejercicio de los Derechos Humanos, Sexuales y Reproductivos y la Prevención y Mitigación de la Violencia Escolar, creado por la misma norma, se convertirían en motivo de intensa polémica entre los sectores defensores de los derechos y los sectores conservadores.

Para ese año pensábamos la marcha en Bogotá proyectándonos a lo nacional. Por ese motivo se hizo una columna de marchantes dentro de la Marcha Patriótica de más de ochenta personas y con la participación de Piedad Córdoba”.

Jorge Virviescas

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Derecho a estar con otra mujer. Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe. Fotografía de Alfredo Cobos, 2012.

“La telaraña que nos envuelve”. Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe. Fotografía Alfredo Cobos, 2012

“La política del amor se expresa en la diversidad”. Fotografía de Colombia Diversa, 2012

Loba asexual, fotografía de Colombia Diversa, 2012


2013 Fecha de realización de la marcha: domingo 30 de junio de 2013 Lema: “Por nuestros derechos”. Recorrido: desde el parque Nacional a la Plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

Unos días después de la marcha vencía el plazo dado por la Corte Constitucional al Congreso para que legislara sobre la unión de parejas del mismo sexo y este, luego de dieciséis intentos, no surtió el trámite completo para legislar al respecto. Por tal razón, las parejas del mismo sexo pudieron acudir a juzgados y notarías para legalizar sus uniones, según lo había estipulado la misma Corte. Ante la inminencia del vencimiento del plazo, el procurador Alejandro Ordóñez enfiló baterías contra esa opción y se pronunció en distintos escenarios contra el derecho de las parejas del mismo sexo a legalizar su unión. De ahí que la marcha retomara como lema “Monseñor procurador se equivocó de profesión”. Después de la marcha, en agosto, la Corte Constitucional emitió otra sentencia, la T-565, sobre protección de la orientación sexual y la identidad de género en los manuales de convivencia escolar. La polémica respecto de cómo debía ser la educación sexual en los colegios no cesaba. En este año se realizó el primer matrimonio homosexual entre Adriana Elizabeth González Sanabria y Sandra Marcela Rojas en Colombia, y también el primer encuentro lésbico feminista en el municipio de Chinauta, Cundinamarca.

Con el tema del matrimonio de nosotras, decidimos salir a la marcha con Colombia Diversa, que es una de las organizaciones que desde el 2007 siempre acompañamos sin ser nosotras de la organización”.

Adriana Elizabeth González Sanabria

Ese año trabajamos el tema de escuela, llevábamos una telaraña gigante apoyados por unos estudiantes. Ese día llovió mucho”.

Alfredo Cobos

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2014 Fecha de realización de la marcha: domingo 29 de junio de 2014 Lema: “Por una cultura de paz” Recorrido: desde el parque Nacional a la Plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

A casi dos años del anuncio del inicio de los diálogos de paz entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos, la sociedad debatía acerca de muchos aspectos asociados a la paz, entre ellos, el de una cultura favorable a ella. Los sectores LGBTI quisieron aprovechar la marcha para llamar la atención acerca del papel que tiene el respeto por la diversidad sexual dentro de una sociedad que aspira a la paz y a la construcción de democracia. En este año el reconocimiento de los derechos siguió avanzando. El 9 de julio la Corte Constitucional emitió la Sentencia T-476, por medio de la cual se declaró como inaplicable la obligación de presentación de libreta militar para contratar a una mujer transgénero. Y en agosto la Sentencia SU617 otorgó el derecho de adopción de hijos biológicos a las parejas del mismo sexo. Ese año, el joven de catorce años Sergio David Urrego Reyes se suicidó después de ser víctima de homofobia y persecución en su colegio. En ese momento su madre, Alba Reyes, asumió el liderazgo en busca de justicia por la muerte de su hijo. Como fruto de sus luchas se creó la Fundación Sergio Urrego y también la Sentencia T-478 de 2015. En el año 2014 se aprobó el Decreto 062 de 2014 en el cual se incluyeron otras disposiciones relacionadas con la política pública LGBT en Bogotá, entre ellas, la inclusión de la I de intersexual como un direccionamiento del Ministerio del Interior[90].

90 Alcaldía Mayor de Bogotá, Decreto 062 de 2014, “Por el cual se adopta la Política Pública para la garantía plena de los derechos de las personas lesbianas, gay, bisexuales, transgeneristas e intersexuales —LGBTI— y sobre identidades de género y orientaciones sexuales en el Distrito Capital, y se dictan otras disposiciones”, http://www.saludcapital.gov.co/politicas/decreto_062_de_2014.pdf

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Diversidad en primer plano. Fotografía de Leonardo Suárez Aranda Malacay, s. f.

Cruella de Vil. Fotografía de Leonardo Suárez Aranda Malacay, s. f.


Para ese año hicimos para la marcha un bloque animalista intentando alimentar la marcha de otras acciones que hace la gente de los sectores LGBTI. En medio de la diversidad siempre hay opciones para la participación de actores políticos y movimientos sociales. Fue un ejercicio de alianza desde la época de Lucho Garzón”. Jorge Virviescas Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe. Fotografía Alfredo Cobos, 2014

“¿Quién nos devolverá los hijos e hijas que la homofobia se llevó?”. Fotografía de Nicolás Lara, 2014

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2015 Fecha de realización de la marcha: domingo 28 de junio de 2015 Lema: “Colombia libre de prejuicios” Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

A raíz del suicidio de Sergio Urrego, la polémica en torno a los derechos y la protección a los adolescentes homosexuales se intensificó. Pese a lo estipulado por la Ley 1620 de 2013, acerca de la prevención y tratamiento de la violencia escolar por razones de género, raza o credo, en muchas instituciones escolares prevalecían los prejuicios, especialmente contra la diversidad sexual, razón por la cual la Corte Constitucional, mediante la Sentencia T-478 del 3 de agosto, prohibió la discriminación por orientación sexual e identidad de género en instituciones educativas. La marcha de este año, a través de su lema, hizo un llamado para luchar contra los prejuicios, que muchas veces son la causa de las violencias más radicales. Uno de los pronunciamientos más polémicos de la Corte Constitucional se daría en noviembre cuando, a través de la Sentencia C-683, se estipuló que las parejas del mismo sexo podían adoptar. Se reconocía así uno de los derechos más arduamente exigidos, junto al del matrimonio igualitario, que se conquistaría hasta el 2016. En el año 2015 apareció la Resistencia Antipatriarcal. Ese año las mujeres no salieron con la marcha desde el parque Nacional, sino que esperaron en el centro comercial San Martín, ubicado en la carrera Séptima con calle 32. Una vez pasó la marcha, la tomaron de frente y la encabezaron desde ese punto con la batucada.

Cuando salió Bogotá Noche de Colores nosotros marchamos de blanco, pues sentíamos que el color discriminaba y dividía. Éramos como cuarenta personas marchando de blanco”.

Alfredo Cobos

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El amor es más fuerte. Fotografía de Xploratorium Colombia, 2015


Plumas, brillo y glamour. Fotografía de Xploratorium Colombia, 2015

Javier Santamaría y Gustavo Patiño viviendo su diversidad. Fotografía de Xploratorium Colombia, 2015


2016 Fecha de realización de la marcha: domingo 26 de junio de 2016 Lema: “Paz en igualdad” Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

Cuando faltaban ya pocos meses para la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, esta marcha recogió el sentir de los sectores LGBTI, para los cuales era necesario incluir el enfoque de género en los acuerdos y reconocer a los gais, lesbianas, bisexuales, y hombres y mujeres trans que fueron víctimas del conflicto armado. En la marcha se vieron pancartas con mensajes como este: “Para las personas trans, la paz se construye reconociendo nuestra identidad de género”. Por distintas razones, el clima de polarización frente a los acuerdos se fue caldeando cada vez más. Los sectores cristianos y católicos se pronunciaron en contra de la supuesta inclusión de la mal llamada ideología de género en dichos acuerdos, al igual que en los manuales de convivencia de los colegios. El Ministerio de Educación era enfático en la necesidad de comenzar a hablar en los colegios sobre temas de diversidad sexual y de género, promoviendo el respeto por la diversidad y la diferencia. Para ello, lanzó unas cartillas para que niños y niñas, jóvenes y maestros entendieran el tema de la diversidad de una manera sencilla y muy en sintonía con la Constitución colombiana y las sentencias de la Corte Constitucional acerca del respeto a la diversidad y la no discriminación. Sin embargo, estas cartillas fueron tomadas como excusa para fomentar un clima de rechazo a todo lo que se relacionara con diversidad sexual y de género. El 10 de agosto de este año se realizó una marcha de protesta convocada por sectores de la Iglesia católica y cristianos, secundados por el procurador Alejandro Ordóñez, contra la ministra de Educación, Gina Parody, y contra la supuesta ideología de género. En el fondo, la llamada Marcha por la Defensa de la Familia no era solo contra la educación sexual basada en lo diverso, sino también en contra de todo lo no heterosexual.

Mientras la Iglesia católica no nos pida perdón por todo el daño que nos han hecho, no volvemos a tener sexo con ellos”.

Germán Humberto Rincón Perfetti

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“Mi sexualidad es mi propio paraíso”, Sergio Urrego. Fotografía de Colombia Diversa, 2016


Brigitte Baptiste junto a Adriana Vásquez y Marcela Sánchez celebrando la diversidad. Fotografía de Colombia Diversa, 2016

Diversidad, color y picardía. Fotografía de la Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe, 2016


Los avances en pro de los derechos de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas incomodaron a muchos sectores reaccionarios del país. En abril de este año se había alcanzado otro de los grandes avances del movimiento social por la diversidad sexual y de género: el matrimonio igualitario, gracias a la Sentencia SU214 de la Corte Constitucional.

Ese año nos fuimos vestidos de negro a la marcha. Queríamos hacer una acción de protesta, entre otras cosas por los muchos crímenes y abusos que estaban sucediendo en la cárcel la Picota contra personas LGBTI y como un reconocimiento a las víctimas del conflicto. Ese año conocimos a la Gata, que ahora está en la Red Comunitaria Trans, y que nos acompañó”.

Performance por las voces del sur II. Fotografía de la Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe, 2016

Alfredo Cobos

De sotanas y colores. Fotografía de Colombia Diversa, 2016

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2017 Fecha de realización de la marcha: domingo 24 de julio 2017 Lema: “Estado laico, cuerpos libres” Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

En declaraciones para el periódico El Tiempo, Alejandro Michells, integrante de la Mesa de Trabajo LGBT de Bogotá, explicó: “Esto es un mensaje muy claro a las diferentes confesionalidades, somos respetuosos de la religión, pero marchamos con el lema de Estado laico y seres libres. La Biblia no puede seguir siendo usada como una herramienta de discriminación a esta población”[91]. Las tensiones que se originaron desde el 2015 cuando la Corte Constitucional aprobó la adopción por parte de parejas del mismo sexo se acrecentaron en el 2016, cuando se avaló el matrimonio igualitario. La senadora Viviane Morales había presentado un proyecto de referendo ante el Congreso, para impedir la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo y de personas solteras. Aunque la iniciativa se hundió en la Cámara de Representantes en mayo, el clima de desfavorabilidad entre grupos antiderechos LGBTI y religiosos seguía latente. El llamado a no ligar las visiones religiosas con los asuntos del Estado era imperioso.

Lucharemos hasta que la igualdad sea costumbre. Fotografía de Colombia Diversa, 2017

91 “La ciudadanía LGBTI de Colombia marcha por el Estado laico ante la arremetida fundamentalista contra sus derechos”, Dosmanzanas.com, 5 de julio, 2017, https://www.dosmanzanas.com/2017/07/la-ciudadania-lgbti-de-colombia-marcha-por-el-estado-laico-ante-la-arremetida-fundamentalista-contra-sus-derechos.html

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2018 Fecha de realización de la marcha: 1.º de julio de 2018 Lema: “Ni un paso atrás” Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

La consigna “Ni un paso atrás” estaba dirigida a los sectores conservadores y de ultraderecha, que en los años pasados habían emprendido distintas acciones para torpedear el reconocimiento de derechos a las personas de los sectores sociales LGBTI. Pero también estaba dirigida a Iván Duque, el presidente recientemente elegido, que tomó posesión el 7 de agosto siguiente y quien contó con el respaldo de personajes desafectos a la causa de la diversidad, como Alejandro Ordóñez, Viviane Morales y Álvaro Uribe. En esta ocasión pudo verse toda clase de participantes: personas LGBTI, movimientos políticos progresistas, sindicalistas, empresas del sector privado, colectivos de mujeres, víctimas del conflicto, entidades públicas que llevan ya varios años acompañando la marcha, madres y padres de familia que respaldaban la diversidad e, incluso, niños y niñas. En el año 2018 se generó una ruptura que derivó en la separación de la Red Comunitaria Trans, y muchas otras personas trans, de la Marcha de la Ciudadanía LGBT, para movilizarse en un espacio autónomo denominado #Yo Marcho Trans.

Orgullosamente diversos y diversas. Fotografía de la Mesa LGBTI de Rafael Uribe Uribe, 2018.

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El orgullo es una respuesta política. Fotografía de Colombia Diversa, 2018

“Para amar, ni un paso atrás”. Fotografía de Colombia Diversa, 2018


2019 Fecha de la marcha: domingo 30 de junio de 2019 Lema: “Elijo ser, deseo vivir”. Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

La marcha de este año conmemoró los cincuenta años de los disturbios en el bar Stonewall de Nueva York ocurridos en 1969. Había mucho para celebrar y todo ello se reflejó en el espíritu de la gente que participó, con un despliegue de los colores alusivos a la bandera de la diversidad que sobresalió, en comparación con años anteriores. Cinco décadas después, son muchos los logros de las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas en Colombia, al alcanzar una legislación bastante amplia de reconocimiento de derechos. En el caso específico de Bogotá, la política pública ha permitido desplegar procesos de asistencia a la población LGBTI, cambio cultural, corresponsabilidad en el ejercicio de derechos, fortalecimiento institucional, y estudios e investigaciones alrededor del tema.

Marchamos con máscaras blancas y capas negras. Por un lado, teníamos la imagen de un líder o lideresa ya fallecido y al otro lado, un líder vivo que queríamos reconocer. Utilizamos en esa oportunidad una estructura muy sencilla. Queríamos decir que no olvidáramos nuestros muertos y nuestros líderes. Esa vez marchamos estilo marcha fue pinak, con esas imágenes sacamos un calendario”.

Alfredo Cobos

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“Acá un heterosexual que apoya la diversidad”. Fotografía de Colombia Diversa, 2019

“Sin Marsha no habría marcha”. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2019


50 años de orgullo. Fotografía de Colombia Diversa, 2019

“Nuestro orgullo está incompleto sin nuestros líderes y lideresas”. Fotografía de Colombia Diversa, 2019


“Yo celebro la diversidad”. Defensoría del Pueblo acompaña la marcha de la diversidad. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2019

Colectivos de hombres trans se reúnen a compartir en el restaurante La Florida después de la marcha. Esta sería la última marcha presencial de Laura Weinstein. Fotografía de Nikita Dupuis, 2019

Amor y orgullo sin límites. Fotografía de Colombia Diversa, 2019


Participación de Mujeres a la Plancha en el concierto de cierre de la marcha. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2019

Antonio Hernández y Juan Carlos Prieto en el concierto de cierre de la marcha. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2019


2020 “

Hacer una marcha virtual… ver la carrera Séptima desocupada en 2020 fue muy duro. Hicimos la transmisión desde la sede del Idpac que coincidencialmente tenía la sede arriba del parque Nacional, el mismo lugar del que debía estar saliendo la marcha”.

Alejandro Michells Fecha de la marcha: domingo 28 de junio de 2020 Lema: “#ResisteViveSiente” Recorrido: la Marcha de la Ciudadanía LGBT de Bogotá se realizó de manera virtual, al igual

Participación en la marcha virtual III. Fotografía de Leonardo Suárez Aranda Malacay, 2020

que en otros lugares del mundo

Por la pandemia mundial, la XXIV Marcha de la Ciudadanía LGBT se realizó virtualmente, con más de 3.200 personas conectadas durante la transmisión, y con alrededor de 50.000 reproducciones alcanzadas en los dos días posteriores a esta emisión, según la página de la Secretaría de Integración Social, de la Alcaldía de Bogotá[92]. La marcha virtual contó con la conducción de activistas de los sectores sociales LGBTI. Se organizó como un programa televisivo, con intervención de artistas musicales, y testimonios de personajes públicos e integrantes de fundaciones y colectivos afectos a la causa.

92 “Bogotá conmemora el Día Internacional del Orgullo LGBTI con marcha virtual”, Bogotá, 26 de junio, 2020, https://bogota.gov. co/mi-ciudad/planeacion/marcha-dia-internacional-del-orgullo-lgbti

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Recreación de la primera Marcha del Orgullo por vecinos de La Macarena. Fotografía Archivo Secretaría Distrital de Planeación (SDP), 2020

Por Twitter nos contactamos con gente que no conocía, porque puse la bandera en la ventana y alguien nos contactó. Terminamos en su casa haciendo un cartel y saliendo un grupo pequeño a la plaza de La Macarena para reinterpretar la foto de la marcha del 82. En medio de la pandemia eso fue muy poderoso”.

Ilichna Manga

En el 2020 hicimos marcha, pero dentro de la localidad, porque estábamos en medio de la pandemia. No fue la primera vez que marchamos localmente. Nuestra primera marcha local fue cuando estábamos iniciando la mesa y que terminamos en la plaza del Veinte de Julio. En esa marchamos en contra de los crímenes de odio; fue por los años 2008 o 2009”.

Alfredo Cobos

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2021 Fecha de realización de la marcha: domingo 4 de julio de 2021 Lema: “Junt@s y viv@s nos queremos” Recorrido: desde el parque Nacional a la plaza Bolívar, sobre la carrera Séptima

A pesar de las diferentes opiniones sobre realizar o no la marcha de la ciudadanía debido a la situación de la crisis sanitaria a raíz de la COVID-19, las organizaciones sociales exigieron la realización de la marcha de manera presencial, guardando todas las normas de bioseguridad.

CIDER X U. ANDES Recreación de la fotografía plaza de toros 1982

Uno de los eventos a destacar este año, además de la gran cantidad de personas que la acompañaron, fue el homenaje a la memoria de Laura Frida Weinstein[93]. Fue de especial impacto el homenaje que expuso el Museo Nacional de Colombia sobre su fachada, donde con flores construyeron las banderas de la diversidad, la bandera que identifica a las personas trans y, por último, la imagen de Laura Weinstein. Por otra parte, este mismo día se realizó una movilización en contraposición a la Marcha de la Ciudadanía LGBT, llamada la Contramarcha, que seguía una dirección contraria a la tradicional de la carrera Séptima en sentido norte-sur. Esta partió de la avenida Jiménez con carrera Séptima, para tomar la calle 32 hacia la avenida Caracas, hasta llegar al Monumento de los Héroes. Esta movilización no es nueva, pues lleva siete años realizándose.

93 Laura Frida Weinstein fue una reconocida lideresa trans coordinadora del Grupo de Apoyo y Acción Trans (GAAT) de Bogotá, quien falleció el 2 de enero de 2021. En su memoria y recordando su trabajo por las personas trans en el país, se realizó la Marcha de la Ciudadanía LGBT del 2021.

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Homenaje a Laura Weinstein en el Museo Nacional. Fotografía de Lina Castro, 2021

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Durante los últimos años, la movilización por los derechos sexuales y reproductivos no se ha limitado a la Marcha del Orgullo o a la Marcha de la Ciudadanía LGBT. La sociedad ha comprendido que el patriarcado y el machismo son estructuras tan fuertes como el capitalismo y que han dejado tantas víctimas como la guerra. Vemos cada vez con más fuerza la presencia de colectivos por la diversidad sexual y de género haciendo parte de diferentes manifestaciones y protestas sociales. Lo más interesante es que las personas LGBTI han llevado a estos escenarios sus muy particulares formas de manifestarse y protestar. Encontramos presencia de personas LGBTI en marchas animalistas, del Día del Trabajo, en huelgas sindicales, paros nacionales, el Día de la Mujer Trabajadora, y en otras más. Se manifiestan desde su lugar político y social, colocando el enfoque de diversidad sexual en nuevos escenarios de protesta y de movilización. Las movilizaciones sociales que se han dado en Colombia desde el año 2019 hasta hoy, en lo que se ha conocido como el estallido social[94], han permitido sacar a la luz las inmensas injusticias y desigualdades que existen en el país, así como las múltiples maneras de expresar la inconformidad. Han puesto a la vista que la orientación sexual y la identidad de género diversa también han sido causa de discriminación, muerte, violencia y empobrecimiento. En el marco del Paro Nacional en Colombia, las personas LGBTI+ se han manifestado de manera contundente desde el arte, haciendo una crítica frente a la situación actual del país. La inclusión de bailes y coreografías dentro de las protestas han marcado nuevas formas de manifestarse, como es el caso del voguing[95]. 94 Estallido social es la manera como se han denominado las diferentes manifestaciones sociales que se iniciaron en Chile a finales de 2019 y que posteriormente también se comenzaron a dar a raíz de una ola de inconformidad y cansancio en Colombia, y adoptaron este nombre. Dichas manifestaciones en Colombia se continúan presentando hasta el momento de la escritura de este texto en 2021. 95 Voguing es un baile que se atribuye a las comunidades negras y latinas en Nueva York entre los años sesenta y ochenta, en el que las personas, en su mayoría gais y trans, imitaban las poses de las estrellas y modelos que salían en Vogue y otras revistas de moda. A partir de esa imitación de poses y posturas se comenzaron a crear coreografías con las cuales se competía en certámenes que enfrentaban diferentes casas. Estas por lo general eran los lugares que acogían a jóvenes que habían sido expulsados de sus hogares en razón de su orientación sexual o de género. Sarah Schijen, “De las salas de Harlem al estrellato: 40 años de historia del ‘voguing’”, Vogue, 22 de junio, 2019, https://www.vogue.es/living/articulos/voguing-estilo-baile-40-anos-historia

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Primera línea en la Marcha del Sur, en el marco del Paro Nacional. Fotografía de Máximo Castellanos, 2021


Cultura vogue y diversidad en el Paro Nacional II. Fotografía de Piisciis, 2021

Cultura vogue y diversidad en el Paro Nacional I. Fotografía de Piisciiss, 2021



“Por todas las piernas que no pueden caminar”. Hombre trans frente a la policía. Fotografía de Mateo Caballero, 2021


mi marcha No existe una sola marcha, existen tantas marchas como personas que la disfrutan y la acompañan. La marcha no es un evento anual, es la experiencia única, personal y colectiva de ser parte de una causa y una apuesta transformadora. El siguiente espacio es para que cada quien escriba su propia experiencia de la marcha.

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La marcha en la plaza de Bolívar. Fotografía de Mathew Valbuena-Idartes, s. f.


Edwar Eugenio Hernández Vargas, Coordinador de la Mesa de trabajo LGBT de Bogotá durante varios años, gestor de grupos universitarios por la diversidad sexual en Bogotá, compañero de la Dirección de Diversidad Sexual y activista de derechos humanos. Gracias Edwar.



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