LOS PRINCIPIOS FILOSÓFICOS DE LA EDUCACIÓN MEXICANA AUTOR: MIGUEL ÁNGEL GARCÍA PÉREZ Debido a los acontecimientos que se vienen dando en la actualidad, tales como la propuesta por parte de los católicos para impartir religión en educación pública, el rezago educativo como consecuencia del abandono de estudios y deserción escolar, es necesario reforzar el conocimiento de los principios filosóficos, pilares de la Educación Básica Mexicana, para lo cual ahondo en este texto una explicación amplia acerca de laicidad, gratuidad y obligatoriedad, abordando eficazmente sobre los beneficios de conocerlos, en qué consisten y su influencia en el trabajo docente, esperando cumpla su función como instrumento de valoración y critica. Iniciaré hablando del principio de laicidad, al cual lo vamos a entender como la independencia en educación de los organismos religiosos, pero antes de entrar en materia, veamos de manera muy breve desde cuando aparece dicho principio filosófico. La educación laica es definida como una educación que se mantiene neutral sobre todas las doctrinas (religiosas, filosóficas, morales, políticas, económicas, etc.). Ahora bien, quizás sea posible para un profesor de matemática dictar una clase de una hora de duración sin influir sobre sus alumnos en cuanto se refiere a estos temas significativos. En la Constitución de 1857 aparece por vez primera la independencia de la iglesia; continua en la de 1917; el 14 de diciembre de 1874 queda explícitamente prohibida la instrucción religiosa; en la ley del 23 de marzo de 1888 se excluyen a los ministros de culto en la enseñanza y posteriormente en el artículo 3º de la Constitución de Querétaro se destaca que las instituciones educativas no tendrán relación alguna con corporaciones religiosas, de esta forma en 1917 se extiende el laicismo a las escuelas particulares en el nivel primaria. Así, esta etapa comprendida de 1857 a 1917 la denominaremos laicismo moderado, en el cual se mantenía cierta neutralidad respecto de la religión. Posteriormente en 1926 se repitió la prohibición de que los directores fueran ministros de algún culto, con lo cual se pasó al laicismo agresivo, separando completamente EscuelaReligión. En 1931, todas estas acepciones de laicidad se extienden a las escuelas secundarias. Finalmente, durante la administración del Presidente Carlos Salinas de Gortari, se modificó el artículo 3º constitucional con restricción del laicismo sólo a la educación impartida por el Estado. Igualmente encontramos en la Ley General de Educación en su artículo 5º la libertad de creencias y en el artículo 10 de la Ley Estatal de Educación marca se estrictamente que la educación debe ser laica y ajena a toda doctrina religiosa. A partir de estas premisas nacen ciertas necesidades para el maestro, tales como: ¿por qué conocer este principio?, ¿cuál es su influencia en el trabajo docente? Considerando la