






una lucha por el ciudado y la sanación del territorio

Durante estos años de caminar junto a Las Siemprevivas, he escuchado muchas versiones sobre cómo nació la asociación. No se trata de contradicciones, sino de la riqueza de voces, tiempos y trayectorias que habitan este proceso. Sus historias, como la flor que les da nombre, son diversas, resistentes y llenas de color. Cada relato es un tono distinto en una colcha que hemos ido tejiendo juntas, especialmente en estos últimos seis años de escuela compartida. Lo que presento aquí es justamente eso: un nuevo hilo en ese tejido colectivo que narra cómo se fue dando vida a esta organización de mujeres campesinas que cuidan y defienden su territorio.
Ellas, las mujeres fundadoras de la asociación, han compartido en varios espacios cómo








































