LZ.- ¿Y cuánto tiempo duró su padre atendiendo el cementerio? AJB.- Mi papá duró como administrador desde 1956 hasta el 2004, pero toda su vida se desarrolló dentro del cementerio. LZ.- El Cementerio de Dolores sucedió a otros cementerios que fueron muy importantes en Chihuahua, como el de San Felipe, que fue creado a principios del siglo XIX y luego a mediados del siglo XIX el panteón de La Regla y el panteón de La Merced. Supongo que usted, al igual que su padre ha dedicado parte de su vida alrededor del quehacer del cementerio, ¿es así? AJB.- Yo crecí ahí, mis domingos eran ahí, mi infancia fue ahí; es un lugar al que le tengo mucho cariño. Yo siempre he dicho que mi amor a la arquitectura nació en ese lugar, en donde hay grandes obras arquitectónicas, grandes obras escultóricas, realmente se siente; mi papá siempre nos dijo algo: que con el dolor ajeno no había que jugar… y yo creo que uno no lo entiende hasta que esta ahí; realmente yo nunca entendí el sentido de esas palabras hasta estuve realmente ahí. LZ.- ¿No se vuelve insensible quien está al frente de un cementerio, viendo a diario estas ceremonias de inhumación? AJB.- Cualquiera pensaría que sí; de hecho, mucha gente piensa que sí, pero en verdad no es así. Otra cosa que a mí me sorprendía de mi padre y que a mucha gente también, es la facilidad con que mi papá se podía acordar de toda la gente y de todos los funerales, pero realmente cada funeral que uno realiza se le queda a uno presente por algo; siempre hay un detalle que lo hace personal, que lo hace a uno recordarlo. El poco tiempo que yo tengo al frente del cementerio ha sido especial, cada funeral nos recuerda algo, es especial por algo y realmente sí, mucha gente piensa que al estar ahí, al estarlo viendo, se vuelve insensible a eso, pero realmente yo siempre les digo: “una pérdida es una pérdida”, y uno tiene que aprender qué nos están dejando quienes se van y que son lo más valioso que tiene quien lo pierde; entonces es algo que tratamos de que toda la gente sepa que nosotros estamos consientes de que nos están dejando algo muy valioso en el cementerio. LZ.- Alejandra, ¿por qué y en qué circunstancias su abuelo Manuel Rodríguez Chávez crea el Cementerio de Dolores? AJB.- Fue un negocio que él quiso hacer; a lo mejor porque era época de revolución, pienso yo. LZ.- ¿A quién le compró el terreno y en qué condiciones? AJB.- Ese predio se lo compró mi abuelo a don Luis Terrazas; por cierto, cuando le dice a don Luis Terrazas para qué quiere ese predio, don Luis Terrazas le dice que sí le vende pero con la condición de que le reserve cierta área para su cementerio privado, que él quiere tener una parte de sus tumbas dentro de este cementerio 264
LZ.- Así, don Manuel Rodríguez acepta las condiciones, crea el Cementerio de Dolores y empieza a trabajar y a recibir a todos los restos de las personas que iban muriendo. ¿Cómo cuántas tumbas habrá en el Cementerio de Dolores?
AJB.- Exactamente no se lo sabría decir; apenas ahorita estamos un poco sistematizando, y todo; ahorita le puedo decir de que llevamos sistematizados 48 años, que es la mitad del tiempo que tiene el cementerio, y hasta ahorita llevamos 21 mil cuerpos, entonces yo pienso que aproximadamente nos va a salir entre unos 42 mil o 45 mi cuerpos. LZ.- ¿Es común que en una tumba haya más de un cuerpo? AJB.- Muy común, de hecho sepultamos ahorita en un mismo terreno lo que son las cuartas generaciones; o sea, muchas veces en un terreno usted ya ve el último apellido y ya no tiene nada que ver con los primeros cuerpos, así como yo, que el Rodríguez ya no lo tengo. LZ.- El Cementerio de Dolores ha conservado una tradición de inhumaciones familiares… AJB.- Así es, y de hecho es lo que seguimos promoviendo, que si ya tienen una propiedad, la sigan utilizando para que la familia siga quedando junta. LZ.- Siguiendo esa tradición familiar, y bueno a propósito de la tradición, dentro de los trabajadores del Cementerio de Dolores, ¿hay algunos que hayan trabajado con su papá o antes con su abuelo?, y cuál es su trabajo? AJB.- Ahorita ya no, pero sí hubo muchos que trabajaron durante mucho tiempo; ahorita ya todos somos nueva generación. La forma de trabajar antes era muy diferente, porque antes no había luz y haga de cuenta que se tenían que quedar en la noche para tener la fosa lista para el día siguiente, porque los funerales eran temprano y tenían que hacerlo con velas. Ahora en realidad seguimos usando pico y pala, porque seguimos en el aspecto tradicional porque es un cementerio antiguo y no hay espacio para meter maquinaria; en ese aspecto seguimos igual, no podemos modernizarnos mucho. Ahora ya no nos quedamos de noche, cumplimos el horario y sacamos el trabajo en el horario que tiene que ser; muy pocas veces llegan los trabajadores más temprano o se queden un poco más tarde. LZ.- ¿Hay diferencias en los funerales de parte de los deudos del difunto?, quiero decir, que seguramente habrá algunos que nos más sentidos y otros solamente convencionales ¿no? AJB.- Hay toda clase de funeral, definitivo; hay funerales que sí son muy formales, hay otros que son más tranquilos; hay algunos que realmente llevan mucha gente y otros que son más sencillos; hay de todo. LZ.- ¿Qué pasa en estos días, alrededor del 2 de noviembre, en el Cementerio de Dolores?, ¿cómo se vive la devoción de la gente por sus muertos? LZ.- Pues realmente es mucha gente, de verdad nos sorprende, porque sí es mucha la gente que va; realmente no la podríamos cuantificar pero sí es un gran movimiento. LZ.- Dígame, ¿desde qué día y a qué horas empieza el movimiento?