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ARTE Y CULTURA
América Latina y República Dominicana
Aunque no existen cifras concretas que pueda medir el impacto de los discos de vinilos en América Latina, se advierte una cultura entusiasta y de arraigo, segmentada de acuerdo al tipo de música. En México, Panamá, Colombia, Perú y otros puntos, se mantienen una dinámica eufórica que involucra encuentros nacionales e internacionales de coleccionistas o las llamadas audiciones, espacio de animación donde la esencia puede girar en torno a un artista o un género musical y se programa música en LPs.; en tanto que Puerto Rico sigue siendo uno de líderes de la región en mantener una industria fonográfica robusta, gracias a una muestra de fidelidad que, por años los boricuas han manifestado hacia sus artistas preferidos, traducida en la compra de sus productos y respeto a su obra.
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En las tiendas de estos países, los vinilos, en convivencia con CDs y casetes, son el centro de encuentros de «buzos» que vuelcan todas sus pasiones en la búsqueda de joyas puntuales. A esos momentos de culto se suman los nuevos consumidores que, quizás no buscan tanta gloria, pero que se han montado en la ola y viven lo que, para ellos, es una nueva y maravillosa experiencia.
En RD también existen consumidores del referido disfrute. Aunque no se sienten con la intensidad de otros países, los hay con un alto nivel de conocimiento y una pasión que lo ha llevado a mantener viva la memoria de la música nacional.
Ciudades como Lima en Perú y Cali, Medellín y Bogotá en Colombia, han normalizado las audiciones y encuentros de co-
Johnny Ventura Presentando a...

leccionistas. La salsa, la cumbia y otras expresiones tropicales, así como el tango, son las que más brillan. Existen colectivos que las impulsan. Entre rarezas, se puede encontrar grupos muy exclusivos, como uno bogotano, cuyos integrantes se dedican a coleccionar vinilos de merengue dominicano u otro que se caracteriza por coleccionar los de 45 r.p.m., no importa el tipo de música. En República Dominicana también existen consumidores del referido disfrute. Aunque no se sienten con la intensidad de otros países, los hay con un alto nivel de conocimiento y una pasión que lo ha llevado a mantener viva la memoria de la música dominicana. Existen espacios de venta informal. Las ausencias de tiendas, casi nulas, suplen las ventas directas por internet de compañías discográficas y artistas y plataformas que los venden nuevos y usados. Es el caso de Amazon, Ebay y redes como Discog, entre otras, que funcionan en todo el mundo.
La celebración de sus 15 años con el Combo Show sorprendió a Johnny Ventura en un momento de plenitud artística. Presentando a mi nueva cosecha es una referencia directa a la entrada de nuevos integrantes, teniendo al cantante Roberto del Castillo como al más notable de todos, quien fue presentado a la prensa a todo lujo en un encuentro celebrado en la discoteca El Moroco el 20 de febrero de 1978. Camino a los 80, el líder de la legendaria orquesta estrena este LP que se revela con el Filete, composición propia, en la que combina su ingenio popular con el ritmo trepidante de su merengue de mayor acogida a lo largo de su carrera.
Como de costumbre, Johnny intenta mantenerse fiel a su marca registrada: apostar a su versatilidad interpretativa como a su consistente apuesta a satisfacer las audiencias de esos géneros que cultivó, sobre todo, en casi todas las producciones de sus primeros quince años. Por eso persisten merengues como Me tiene enredao, un clásico de Toño Abréu, tema que forma parte de su admirable discografía de grandes éxitos.

En las cinco canciones de la cara A del álbum concede la oportunidad para que el debutante Roberto del Castillo se introduzca con todas las de la ley. Yo no me muero es el bolero que le permite demostrar sus capacidades interpretativas, pero Johnny, consciente de su talento, prepara el terreno para que estimule al público del Combo Show con una segunda canción, Pago y me voy, poco conocida pero no menos notable en su conceptualización.
Solo se necesita conocer la trayectoria del carismático merenguero para atribuirle los versos de Sonero, otro de los temas apreciables de esta producción. El viaje a través de sus canciones más conocidas le permite a Las vacaciones el reconocimiento que solo alcanzan los merengues del artista que han logrado vencer el paso del tiempo. Son precisamente las composiciones del artista que sintonizan con mayor facilidad con el gusto de la gente. Esta es una canción clave del LP Presentando a mi nueva cosecha, sin duda otro de sus hits más consistentes. Está en esa línea bailable, divertida y que privilegian el tipo de arreglos que dio personalidad artística al Combo Show.
La publicación de este disco le permitió a Johnny Ventura reafirmar su visión sobre la actualización del cancionero para mantener su vigencia y transitar de la mano de las tendencias del momento. La rubia es una guaracha vibrante con arreglos del propio músico, Ese mismo deseo, conectar con lo popular sin descuidar lo que pudiera preferir el melómano cultivado, pone en la voz de Roberto del Castillo Honor a la verdad, un bolero lindísimo del inolvidable Manuel Troncoso que, aunque menos conocido que la mayoría de las canciones de este repertorio, es una celebración a esas estampas melódicas del legado del célebre compositor. De vuelta a sus primorosos merengues, Presentando a mi nueva cosecha cierra con elegancia con Amoi dei negrito y La vida, ambas autoría de Johnny Ventura, las cuales rememoran las sonoridades que dimensionaron al incomparable Combo Show.