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El trabajo social y más conquistas
Junto a Miguel Ceara Haton trabajó el programa de Gobierno en materia de protección social en la campaña.
El éxito de Luis Abinader, en torno a este punto fue concientizar a la gente que la tarjeta es un derecho no una dádiva y que el Gobierno de turno no debía quitarle ese derecho, sostiene la funcionaria.
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Se comunicó el compromiso que tenía el Presidente con la continuidad, la ampliación y la refocalización de los programas sociales.
«Por eso nos ves aquí y le agradezco al Presidente que me haya dado esta oportunidad y de cumplir con lo que había prometido. Porque cuando salíamos a recorrer el país junto a Roberto Salcedo y Carlos de la Mota y decíamos que el Gobierno iba a duplicar las ayudas sociales que de 825 pesos la iba a llevar al doble a 1,650 pesos, yo lo decía con temor, porque si él no cumplía ese compromiso, eso iba a arruinar mi carrera política, porque todo el mundo me sacaría esos videos», recuerda la directora general de Supérate.
Transformaron Prosoli en Supérate, una entidad que vincula otros servicios que le agrega una mirada diferente a la protección social, tomando las mejores prácticas del Prosoli.
Han hecho grandes alianzas como por ejemplo, con el Ministerio de la Vivienda para Vivienda feliz, los programas de educación financiera y lo vinculado a los temas de emergencia.
«Robustecimos una visión más actualizada sobre la pro- recho, y él era profesor. Él fue parte de esos referentes para mí desde joven y que luego la vida me permitió trabajar y colaborar con él, convirtiéndolo en uno de mis principales apoyos en la política. Fernando Mejía, sobrino de Hipólito, en 2009, me llama junto a Carolina Serrata, nos invita para ir a una actividad a la finca de Don Hipólito, de hecho mi familia tiene cercanía, mi padre era de Gurabo, y había una afinidad natural. Inicié en ese momento, ese primer contacto de manera activa y militante con la política. Iniciamos el movimiento de jóvenes políticos para apoyar a Hipólito en 2012. Terminé como coordinadora general de la juventud en el sector externo de Don Hipólito, ayudada bajo el liderazgo de Sergio Grullón, quien dirigía el sector externo y lo que me permitió viajar por todo el país. Participé incluso en viajes al exterior con el apoyo de Sergio y su esposa Chavela, quienes fueron unos mentores importantes que confiaron en mí.
¿Donde quedó la diputada? Luego de que perdiéramos las elecciones, me había quedado con el sueño de ser diputada, porque mi papá siempre tuvo ese deseo y no lo pudo ser. A mí me preocupaba la situación de la gente, estudié en un colegio en la capital, pero vivía en tección social, bajo un enfoque de no apoyar a la gente a mantenerse en la pobreza sino a salir de ella, que es lo más determinando en esta nueva visión». la provincia, tenía dos mundos, mis amiguitos, la mayoría sus padres eran políticos o vivían fuera, y yo crecí en medio de esos dos mundos, sin darme cuenta comencé a entender lo que era la desigualdad social. darle acceso a recursos».
Dentro de las complejidades del cargo señala el tema de la tarjeta que lleva el mismo nombre que la institución: Supérate.
«Yo lidero una institución que se llama como la tarjeta pero es administrada y gestionada por otra institución que no es Supérate, que es la ADES, entonces todas las situaciones que hemos pasado vinculada a fraudes y personas que no han podido usar sus tarjetas, o un comercio, impacta a la institución, pero la gobernanza de ese proceso no está en Supérate. O sea, que aunque yo quisiera que eso cambiara no está bajo mi responsabilidad, entonces ese ha sido el reto más grande». Aún cuando ella no es quien gestiona lo de la tarjeta dice que asume con responsabilidad dar la cara por el Gobierno públicamente, porque «para mí es importante que las familias sientan que se les da la cara y tengan la tranquilidad y sepan que hemos vivido situaciones complejas que no han sido deseadas por nosotros y que hemos hecho todo lo posible por mejorarlas y evitar que se siguiera ampliando».
Quizás no lo entendía claramente, pero sabía que había una diferencia, y eso me motivó a involucrarme en causas sociales y espacios de servicios comunitarios. Me gustaba ayudar a la gente.
Yo estaba en Madrid, España, y al regresar se dio la división del PRD, había apoyado al presidente Hipólito Mejía. Ya era vicepresidente de la Juventud del PRD. Luego comienzan a sugerirme que aspire a una posición electiva, pero la idea era que fuera a la alcaldía de Pantoja, un cargo que mi padre aspiró.
Comienzo a visitar a los liderazgos y llego a donde Hipólito, y él es que me dice, ‘tú no puedes aspirar a alcaldesa, eso no es para ti, debes aspirar a diputada’. Con ese respaldo moral, fui donde mi papá y a donde mi mamá y le dije y comenzamos a trabajar en ese proceso, en la campaña del 2012 desarrollé una amistad con Yayo [Eduardo Sanz Lovatón], Orlando [Jorge Mera] y [Alfredo] Pacheco y cuando decido aspirar les consulto.
¿Qué aprendiste de ese proceso?
Recuerdo que Orlando Jorge me dio los consejos vitales que uno necesita cuando está en política. Su humildad fue tal que hizo un recorrido conmigo en Los Alcarrizos para que los dirigentes vieran que me apoyaba.
Fue un proceso duro, porque esa zona es de mucha rudeza política, la circunscripción 5 que incluye Los Alcarrizos, Pedro Brand, Pantoja, La Guáyiga, Los Palmarejos y la Cuaba. Se hace una política cuerpo a cuerpo y agresiva.
El político es mentiroso dicen muchos y más en campaña ¿qué piensa usted?
Siempre le hablaba con la verdad a la gente. Le decía que era una candidata que no tenía grandes recursos, mi compromiso era representarlos, porque son comunidades muy marginadas que no tenían quien los representara, siempre les dije que sería su vocera, y ese fue el principal compromiso que hice y al parecer fue cumplido.

¿Los robles del partido la apoyaron en ese momento?
Alfredo Pacheco me apoyó y asesoró. Para mí ha sido muy valioso contar con esa asesoría y eso lo quiero reivindicar, porque hacer una campaña política es dinero, es importante y es un instrumento, pero no es lo más importante. Eduardo (Yayo) Sanz Lovaton también fue un gran soporte.
Su trabajo a favor de conquistas para la mujer política. No voté por la Ley Electoral, que contradecía la Ley de Partidos Políticos, donde decía que la cuota de la mujer era territorial y por nivel de elección, y luego los mismos legisladores se contradicen diciendo que es la representación nacional en la Ley Electoral. Eso llevó a una lucha inmensa, donde varias mujeres recurrimos a los tribunales y se pudo rectificar con sentencias, y hoy parte de estas modificaciones que hemos tenido en el accionar que ha normado la Junta Central Electoral ha sido producto de esas luchas que han llevado las mujeres diputadas con el apoyo de abogadas que se sensibilizan con las mujeres candidatas de todos los partidos.
Ha sido un proceso arduo. Hay que decirlo, si las mujeres políticas nos unimos, somos una fuerza.
¿Se mantiene esa lucha desde el Congreso?
A pesar de que la representación de las diputadas bajó ahora en cuanto a porcentaje, la realidad es que si nos unificamos podemos empujar muchos temas. Esa fue mi experiencia, no veo ese liderazgo en la cámara. Hay una crisis de representación de la mujer en política. La realidad es que, en esos escenarios, los temas de mujeres solo nos interesa a nosotras. Hay que articular a todas las mujeres sin importar la actividad a la que se dediquen. Esto debe importarnos a todas.
La lucha no es solo para que las mujeres aspiren, sino, que se creen las condiciones reales para que ellas puedan aprender. Hay que facilitar espacios de formación, facilitar financiamientos especializado para mujeres, porque tienen menos acceso a recursos que los hombres, para nivelar y equiparar esos derechos tú tienes que procurar condiciones especiales que fortalezcan esa participación.

¿Cómo asume las críticas como funcionaria?
Es un proceso complejo, lo más difícil es cómo afecta a la gente que te quiere, al principio tuve que sentarme con mi mamá para hacerle conciencia, que ella no debía hacer comentarios en red social, es la parte más dura, y asi mismo hablar con mi esposo que da la vida por mí que desde que sabe que están acabando conmigo quiere reaccionar, sobre todo cuando son mentiras, mucha difamación.
Es complejo porque uno no quiere ver a todo el que ama sufriendo, yo lo puedo resistir y lo entiendo, que es parte de la vida pública, de las críticas que le toca a uno llevar en estas funciones y no asumirlo en lo personal. He tenido que sentarme con gente que ha sido muy dura y crítica conmigo, porque creo que al final siempre hay que hacer un ejercicio de humildad.
¿Qué piensa del periodismo y la comunicación de hoy? Me parece que en el periodismo y la comunicación debe haber un ejercicio de mayor rigurosidad a la hora de emitir opiniones.
Pienso que en algunas cosas se les está yendo la mano, porque el periodismo tradicional es más cuidadoso y riguroso, pero ahora de repente hay personas que no tienen la formación profesional pero están en un micrófono y emiten opinión y no tienen el cuidado de validar fuentes y documentarse y pueden emitir comentarios muy nocivos que afectan a personas, familias e instituciones. Y no tiene que ver con censurar, sino procurar tener datos, y no sólo emitir opinión, más bien que para emitir opinión tengan base e información. Hay cosas que indignan a uno.
¿Cómo se define?
No me gustan los conflictos, aunque no tengo miedo, procuro que las cosas se resuelvan en el diálogo. Soy una mujer combativa. Cuando los retos son más fuertes los asumo con más energía.
Si algo puedo decir de mi característica es que soy muy disciplinada. La gente entiende que Gloria trabaja, que es comprometida y capaz.