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Cómo funciona nuestro lenguaje gestual

En el mundo animal no tienen cabida las palabras pero sí los sonidos, aunque estos forman parte de una minoría dentro del contexto global que sería el lenguaje expresivo. En la jungla, son los olores, formas, texturas e imágenes los que se encargan de sustituir a las palabras.

En la selva de asfalto sucede algo parecido, y el lenguaje verbal no es más que una forma de expresión. Hay un lenguaje que es, más o menos, universal: el no verbal. En general, todo el mundo puede entender una sonrisa, una mueca de dolor o una expresión de temor en los ojos de la otra persona. Un niño que no domine el lenguaje verbal, entenderá perfectamente que si le miramos con una sonrisa y con actitud armónica le estamos intentando decir que no pasa nada, que somos amigos suyos y que no deseamos hacerle daño. Por supuesto, también sabrá entender que nuestra seriedad y la mueca de las cejas, casi uniéndose en el entrecejo, reflejan un posible descontento. Todo ello sin ni siquiera pronunciar una palabra.

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A medida que vamos creciendo, descubrimos cómo son los demás por lo que dicen y por lo que hacen, pero la gran escuela de la vida nos enseña en primer lugar el lenguaje de los gestos. Cuando no tenemos naciones idiomáticas, lo visual es mucho más fácil de comprender que una frase. De hecho, de muy pequeños entendemos el tono y la cadencia de la voz, pero no el significado de las palabras. Son las expre- siones faciales, en especial las de los ojos y labios, las que nos dan mayor información.

A medida que sabemos hablar y que dominamos un idioma, seguimos de igual modo haciendo caso a los gestos, pero pasan a un segundo plano. El verbo es el que domina las interacciones. Sin embargo, el verbo engaña, o al menos puede hacerlo. A medida que crecemos, estudiamos y aprendemos a dominar y emplear de modo correcto el lenguaje oral, pero nadie (sólo la intuición), nos dice cómo funciona nuestro lenguaje gestual y de qué manera podemos utilizarlo. Seducimos con una mirada y tal vez una sonrisa a modo de invitación.

Por tanto, es vital acercarnos al otro lenguaje, aquel que comunica más claramente que el oral, que lo que pensamos, deseamos, sentimos y creemos en realidad, es decir, nos muestra todo aquello que no siempre sabemos comunicar. Cada persona tiene una naturaleza que se forja al paso de los años, de la educación que reciben y la sociedad en la que vive. Con todo ello se forma un carácter, una manera de ser, pensar y comportarse. Esta identidad es la que se manifiesta cada día mientras hablamos, pero también cuando no pronunciamos palabra.

Nuestra naturaleza es visible al andar, el sentarnos, al esperar para entrar en una reunión, cuando leemos y, por supuesto, también cuando dormimos.

Sólo es necesario prestar un poco de atención para descubrir mejor cómo

#JAQUEMATE

ROBERTO MONCLÚS » @MONCLUSRADIO son los que nos rodean, incluso cuando no los conocemos. En el reino animal, el elefante coloca sus orejas abiertamente para que veamos que está enfadado. Por su parte, los felinos las retiran y erizan el pelo de sus lomos.

Los humanos también disponemos de nuestros gestos, y un enfado puede manifestarse frunciendo el ceño, cruzando los brazos o mediante una expresión a través de los labios.

La sumisión es otro gesto bastante claro y fácil de interpretar en la naturaleza. Un animal sumiso se desprotege y cuando confía en otro, se tumba de espaldas mostrando su vulnerabilidad, sus órganos sexuales y todo su vientre. Aunque cuando se trata de cuestiones jerárquicas, muchas veces todo consiste en algo tan simple como mostrar el respeto bajando la cabeza o apartando la mirada.

En el ser humano, las cosas no son tan diferentes. Cuando estamos tumbados nos protegemos de lo incierto adoptando una posición fetal. En cambio, cuando estamos tranquilos y confiados, dormimos boca arriba, con piernas y brazos separados. En el caso de estar sentados, usamos el cruce de piernas como elementos reductor de nuestra zona personal y como protección. Por el contrario, en momentos agradables y plácidos, separamos las piernas al sentarnos y gesticulamos de manera abierta mostrando las palmas de las manos a nuestro interlocutor, como clara alusión de qué no tenemos nada que esconder.

NOTAS BREVES DUNIA DE WIND » @DUNIADW2

Pobre oferta electoral

El panorama político en la gran mayoría de países de la región y del otro lado del Atlántico es realmente de pena. Los populismos, clientelismo tan nuestro en Latinoamérica aún es el estandarte para medir el grado popular de un determinado candidato. Si construye o no obras de infraestructura, si regala dinero, subvenciona servicios o simplemente continúa las malas prácticas del pasado. Salvo excepciones como Nicaragua, Venezuela, Cuba que viven bajo dictaduras que agudizan la agonía de sus ciudadanos y los empuja a un exilio feroz. Venezuela es una «democracia» pero vestida de dictadura. El caso, por ejemplo, de El Salvador, comandado por Nayib Bukele, al que muchos tachan de «pichón de dictador» puede evaluarse de distintas formas. El Salvador es un país que ha vivido largas décadas hundida en la sangre de su ciudadanía en manos de bandas de maras. Bukele, conservador en muchas situaciones, decidió actuar con vehemencia, apresar a todos esos asesinos, delincuentes, crear una cárcel para que quepan todos bajo un «régimen de excepción» en el que las autoridades pueden apresar a cualquier transeúnte que encuentre o le parezca sospechoso sin garantías legales.

Y es ahí donde Bukele, es denunciado por periodistas, medios y organizaciones de derechos humanos. Sí, al Presidente de El Salvador no le gusta que hablen mal de él. Ser duro era la única opción para «terminar» con la fatídica violencia, una violencia atroz que se ha llevado miles y miles de vida sin distinción. La violencia disminuyó significativamente en ese pequeño país desde que Bukele enfrentó a estas bandas. Basta investigar y conocer lo que han sido y son estas bandas repletas de asesinos para uno imaginarse el nivel de locura que poseen e instauraron en ese país. Y con todo eso, Bukele tiene mayoría popular en ese país.

Nuestra primera experiencia en un equipo de campaña se produjo hace 16 años con un presidente buscando la reelección presidencial para un segundo período. Fue una bonita experiencia. El primer escenario era ganar el proceso interno en una organización que manejaba por segunda vez la cosa pública. Compitieron dos liderazgos, ganó el que ostentaba el poder, derrotando al estratega y armador de victoriosos procesos electorales, incluyendo el retorno al poder de esa agrupación política.

El segundo escenario fue participar en un proceso electoral nacional frente a una poderosa organización de mucho arraigo en la masa popular con cuatro experiencias gubernamentales. El bloque opositor presentaba un candidato que contaba con una buena imagen cuando había manejado un ministerio que ejecutas obras civiles de gran envergadura. Ese candidato tenía fama de resolver cualquier situación por compleja o simple que se presentara. Ahora respondo la pregunta. La pasada semana se conoció la información de la renuncia de Francisco Javier García Fernández como jefe de campaña de las aspiraciones presidenciales de Abel Martínez, actualmente alcalde de Santiago de los Caballeros. Si mi memoria no me falla, los dos últimos dominicanos, reales, jefes de campaña fueron el fenecido José (Dorín) Cabrera y el expresidente Danilo Medina, cuando dirigió la campaña de 1996, que dejó como resultado el triunfo de Leonel Fernández, en una segunda vuelta. Los partidos políticos con vocación de poder siempre contratan un asesor internacional para ejecutar crear el perfil del candidato y los tres, cuatro o cinco pilares donde se sustentará el discurso o la propuesta del candidato.

Leonel siempre se ha preocupado por la ausencia de un verdadero «jefe de campaña», que diseñe todos los elementos estratégicos de un proceso electoral. El propio expresidente y líder de Fuerza del Pueblo ha tenido que depender de asesores internacionales para alcanzar la Presidencia de la República en los procesos del 2004, 2007, 2008. Recuerdo que Fernández llegó a contratar los servicios de una firma extranjera de asesoría donde se destacaban el colombiano naturalizado, Mauricio Deveingochea, Sergio Gamarra y un español que ahora no recuerdo su nombre. Los tres tienen una característica particular pertenecen a un círculo de asesores de una prestigiosa universidad ubicada en Washington. Es importante destacar que Mauricio es el principal asesor de Luis Abinader, ya había ganado la presidencia con Juan Manuel Santos en Colombia.

Recuerdo que un español, catalán o vasco de nombre Iñigo, de un fuerte parecido físico con el actor Jack Nicholson, hizo grandes aportes a la campaña triunfadora de Hipólito Mejía. Miguel Vargas Maldonado utiliza los servicios desde hace muchos años de un español residente en el país, que tiene su oficina frente a un importante banco de la capital.

El exitoso Joao Santana, hombre clave de la Constructora de don Norberto Odebrecht, trabajó la campaña de Danilo en 2012 con unas piezas publicitarias de una realización estética de alta gama. En nuestro país la renuncia de un jefe de campaña es un tema de medios y de tertulias. Una función específica es coordinar la reunión semanal, manejar el cronograma de actividades, concertar reuniones con grupos de apoyo y sectores externos a la entidad política. El trabajo estratégico lo hace un extranjero.

El caso de Nicaragua, en el que Daniel Ortega es el único que tiene derecho a «ganar» elecciones, vive desde hace años bajo un régimen dictatorial que ha aniquilado a los demás poderes del Estado. Ortega, junto a su terrible esposa Rosario Murillo, son los dueños de facto de Nicaragua. Controlan todo, incluso ese otro poder que es la Iglesia. Ambos, dieron orden de apresamiento contra periodistas, legisladores, curas y las alcaldías de casi todo el país. Tienen por supuesto, la justicia y el Congreso bajo su poderío. En el año 2021 Ortega, inició su quinto mandato presidencial bajo fuertes críticas de organismos internacionales, calificando ese último proceso como «antidemocrático, ilegítimo y sin credibilidad». Una pantomima como bien dijo el presidente norteamericano Joe Biden. Con todo y esto, Daniel Ortega continúa con Nicaragua en un puño y hasta quitó la nacionalidad a un centenar de intelectuales y artistas. Por su parte en Estados Unidos, solo hay dos bandos a los que aferrarse desde siempre y últimamente los candidatos que salen del ala republicana y demócrata no son lo mejor. Muchos no vislumbran un sucesor digno de Biden, y éste se aferra a una reelección muy cuestionada por su edad y su visible falta de enunciados y olvido en ciertos temas. En el ala republicana todos quieren un cambio, un candidato fresco que a lo interno luche contra el trumpismo y que tenga carisma. Recientemente Ron de Santis, lanzó su candidatura a la Casa Blanca.

Nosotros, en República Dominicana nos debatimos entre prostituidos y desgastados partidos que solo saben ejercer el populismo. Nos encontramos en un año pre-electoral como sucede en muchos países y somos testigos del poco entusiasmo y carencia de buenos candidatos. El líder de la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, insiste en regresar al poder luego de 12 años. No le alcanzó el tiempo para cargar el país en una maleta. El Presidente Abinader aun no afirma su reelección pero es probable que continúe. El PLD un muerto en vida necesita aires de renovación interna y líderes nuevos, no Abel Martínez. Los demás partidos, bisagras y cobradores de la JCE, como los mayoritarios.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL:

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