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El ejercicio del poder no ha sido tarea fácil para ningún Presidente
(1844-1966). Retos e ironías del poder»)
EURI CABRAL @euri_cabral
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El 24 de abril es una fecha muy especial. Y por eso la hemos escogido para poner en circulación nuestro libro Presidentes dominicanos en la historia (1844-1966)
El 24 de abril del 2023 se cumplen 58 años de la revolución Constitucionalista de Abril de 1965 y de la oprobiosa segunda intervención militar de los Estados Unidos que mancilló la soberanía nacional.
El líder principal de esta gesta heroica fue el pueblo dominicano. Pero en ella emergió como líder el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, que justamente en medio de la guerra de abril fue elegido Presidente Constitucional de la República Dominicana.
Él es uno de 47 protagonistas del libro que hoy ponemos a circular. La obra Presidentes dominicanos en la historia (18441966). Retos e ironías del poder es el resultado de la amplia investigación que hicimos para la producción del documental que con ese mismo nombre presentamos en los cines del país en diciembre del año 2021.
Ese proceso investigativo, en el cual tuvimos un gran apoyo de nuestra amiga y hermana
Margarita Jiménez, conllevó un tiempo de más de veinte años, desde que nos surgió la idea de hacer un libro y el documental sobre los presidentes dominicanos, allá por el año de 1998, cuando en una librería del downtown de Disney World, junto a Zinayda y nuestras dos hijas, Amelia y Chezi, vimos un hermoso libro sobre la historia de todos los presidentes de Estados Unidos.
Desde ese momento fui consultando y almacenando materiales sobre los presidentes de nuestra nación. Con los primeros resultados de esa investigación, en el año 2021, hicimos el documental Presidentes dominicanos en la historia, el cual nos permitió dar a la luz este libro que hoy presentamos.
Presidente, ejercicio de la autoridad
El presidente de una nación, cuando asume el poder, tiene la misión y la función de dirigir la población para determinar sus conductas, para organizarlos, para garantizar orden, suplir sus necesidades básicas y prefigurar el funcionamiento correcto del Estado que se trate.
En los 177 años que tenemos de vida como nación libre e independiente, la República Dominicana ha tenido 54 pre- sidentes elegidos de diversas formas: por elecciones democráticas, por fraudes electorales, por disposiciones constitucionales, por designaciones legislativas, por el dedo de un dictador, por insurrecciones armadas, por la renuncia o fallecimiento de los titulares, por golpes de Estado militares y por decisión de un gobierno extranjero.
Con este libro, buscamos conocer y analizar algunas de esas situaciones especiales que se han dado con los 47 presidentes que hemos tenido desde el nacimiento de la nación hasta el año 1966.
Partiendo del hecho cierto de que existen serias limitaciones en la enseñanza de la historia en escuelas, colegios y universidades, esta investigación sobre la vida y obra de nuestros presidentes en el período 1844-1966, quiere contribuir a llenar una parte de ese gran vacío de información y de análisis, sobre muchos elementos de importancia que se han producido en el ejercicio del poder en el país.
Y a la vez es parte de nuestro compromiso como empresa, como canal y como ciudadanos, de seguir sembrando valores en la sociedad dominicana.
Acuerdo con ADP y el Ministerio de Educación
Partiendo de nuestro esfuerzo de sembrar valores estamos tratando de concertar un acuerdo con la directiva de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), de manera que este libro y el documental sobre los presidentes puedan ser incorporados como parte
La primera de esas conclusiones es constatar que el ejercicio del poder en el país dominicano, no ha sido una tarea fácil para ninguno de los 47 presidentes que hemos tenido en el período estudiado, desde Pedro Santana, el primero en 1844 y hasta Héctor García Godoy, el presidente número 47.
La segunda conclusión es confirmar las tantas situaciones irónicas y fuera de toda lógica política que han sucedido en la historia del poder en nuestro país. En el período analizado podemos destacar las siguientes situaciones. –El primer presidente no fue, como debió ser, Juan Pablo Duarte, creador, fundador y principal padre de la patria, sino que, como una ironía de la historia, el primer presidente lo fue el general Pedro Santana, quien lo declaró traidor a la nación y expulsó de por vida a Duarte y sus compañeros trinitarios y quien, diecisiete años después de la Independencia, cometió el crimen de anexar el país a España.
El segundo presidente, Manuel Jimenes, fue un gallero empedernido, hasta el punto que pasaba parte de sus días jugando gallos y en muchas ocasiones debió llevársele los decretos a la gallera para que los firmara.
El tercero, Buenaventura Báez hizo todo lo posible por anexar la nación dominicana a los Estados Unidos. Fue capaz de venderle la Bahía de Samaná a los Estados Unidos en 1869, y permitir que se izara la bandera de ese país en esa zona del territorio nacional. Y algo más sorprendente todavía: El hecho que contribuyó a que no se pudiera consumar la anexión a Estados Unidos fue la intervención del senador de Boston, Charles Sumner, quien, por un sentimiento racista contra los dominicanos, se opuso a que el Congreso estadouniden- se aprobara esa anexión.
–Dos de los mejores presidentes que ha tenido la nación dominicana en toda su historia, Ulises Francisco Espaillat y Juan Bosch, no pudieron concluir sus mandatos presidenciales y duraron ambos menos de siete meses en el poder. Espaillat tuvo que renunciar por la presión y la inestabilidad política de su época a los 5 meses y 6 días, y Bosch fue acusado de comunista y derrocado por un golpe de Estado militar a los 6 meses y 28 días.
–Un presidente, el general Gaspar Polanco, no sabía leer ni escribir. Fue un valiente y aguerrido militar, héroe de la Restauración de la República, pero no pudo alfabetizarse en su época de niño ni de joven. Firmaba los decretos con tres XXX.


–Tres presidentes dominicanos nacieron en otros países: Manuel Jimenes en Cuba, Pepillo Salcedo en España y Ramón Báez en Puerto Rico.
–Tres mandatarios tuvieron ascendencia haitiana: Lilís, Trujillo y Balaguer.

–Dos presidentes, Lilís y Trujillo, se convirtieron en tiranos sanguinarios y fueron ajusticiados a balazos, por personas cercanas de su entorno cuando sus regímenes se tornaron insoportables.
–Cuatro padres y sus hijos han sido presidentes de la República: Manuel Jimenes y Juan Isidro Jimenes, Pedro Guillermo y Cesáreo Guillermo, Buenaventura Báez y Ramón Báez, y Memé Cáceres y Ramón Cáceres.
–Dos gobernantes dominicanos fueron sacerdotes: el padre Fernando Arturo de Meriño y el arzobispo Adolfo Alejandro Nouel.
–El presidente que menos tiempo ha gobernado es el doctor José Rafael Molina Ureña, quien solo duró dos días, del 25 al 27 de abril del 1965. Y el que más tiempo duró es el dictador Rafael Leonidas Trujillo, quien ejerció el poder por casi 31 años de manera contínua.
–Un caso que llama la atención es el del Presidente Ignacio María González, quien gobernó en cinco oportunidades, casi todas de manera provisional y muy cortas, de manera que su total de tiempo gobernando no llega a los tres años en cinco períodos.
–Cinco presidentes han muerto estando en el poder. Tres de ellos, Lilís, Trujillo y Mon Cá- ceres, fueron acribillados a tiros en atentados directos; uno de ellos, Jacinto B. Peynado, murió de cáncer, y el quinto se suicidó 43 días antes de entregar el poder, Antonio Guzmán. Como vemos, la historia del poder en nuestra nación está lleno de grandes contradicciones, de realidades difíciles de creer y de muchas ironías del fscinante ejercicio del poder.
Homenaje a Juan Bosch

Este 24 de abril, fecha donde recordamos la lucha para reponer a Juan Bosch en el poder, quiero concluir mis palabras rindiendo un homenaje especial a quien precisamente ha sido catalogado como uno de los mejores presidentes dominicanos de todos los tiempos. Juan Bosch, aunque solo gobernó menos de 7 meses, es el modelo de buen gobernante y de lider político ejemplar.
Al juramentarse como Presidente de la República dio la mejor orientación para ejercer un buen gobierno, cuando pronunció estas palabras:
«Un gobernante democrático debe tener oídos abiertos para oír la verdad, ojos activos para ver lo mal hecho antes de que se realice, mente vigilante para que nada ponga en peligro la libertad de cada ciudadano, y un corazón libre de odios, dedicado día y noche solo al servicio del pueblo».