Hoy, que el tragasables vomitó sangre y los mejillones de la cena
Hoy, que el mezquino omnipresente que sin querer te preñó ya no te persigue con la boca
Hoy, que la pescadera del puerto se compró un sujetador de los de aumentar talla para intimar con los clientes
Hoy, que el que sembró vientos