El científico que se volvió viral Alberto Kornblihtt es uno de los biólogos moleculares más renombrados y premiados de Argentina. Se formó con Leloir, se perfeccionó en Oxford y hoy investiga un tratamiento para la atrofia muscular espinal. Pero su nombre se hizo popular entre los jóvenes a partir de su intervención en el debate por el aborto. Posverdad, devaluación en la ciencia y el pensamiento de un hombre que cree que la ciencia –como la política– tiene que favorecer a los vulnerables. por
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Pablo Corso. fotos de Juan Francisco Sánchez
etrás del meme hay un científico y detrás del científico hay un hombre. Pero empecemos por el meme. El 31 de mayo de 2008, Alberto Kornblihtt habló sobre el aborto en el plenario de la Cámara de Diputados. Daniel Lipovetzky, el héroe blando de Cambiemos, dirigía un debate democrático, casi primermundista. Se intercalaban posiciones a favor y en contra, se permitían preguntas y aplausos. Como al biólogo le sentó bien el fragor de las ideas, el 17 de julio repitió la charla en el Senado. Fue una trampa. Después de cinco horas de espera, salió a un escenario inquisitorio. Sintió que los legisladores pro vida querían refutarlo con preguntas insidiosas. Mientras subía al estrado, anticipaba un disgusto en el paladar. “La definición de vida en sentido estricto está referida solo a las células”, dijo. “Un embrión está formado por células vivas, pero
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todavía no es un ser humano”. Explicó que el concepto de vida humana era arbitrario y escapaba al rigor científico. Que respondía a acuerdos sociales, jurídicos y religiosos. Que abortar no era un crimen. “De lo contrario, se convierte a la mujer en una esclava de su embrión”, atizó. “Los genetistas que detectan que el embrión va a nacer con una enfermedad no curable se lavan las manos al no garantizar la opción de la interrupción del embarazo”. Fue demasiado para la tucumana Silvia Beatriz Elías de Pérez. E: O sea que usted está propiciando el uso eugenésico del aborto. K: No. No es un uso eugenésico, es la voluntad de la madre. E: Pero está claro que si de pronto detectan que es un niñito con síndrome de Down… K: No dije síndrome de Down. Dije una enfermedad incurable. ¿Usted cree que el síndrome de Down es una enfermedad?
E: Está bien… K: No. No está bien; está mal. E: La pregunta es si usted está recomendando abortos eugenésicos. K: No, el aborto no se recomienda. Es una opción, nunca se recomienda. Jamás. Yo estaría en contra de que se recomiende. No es nada gratuito ni nada feliz de hacer. La última frase había sido concluyente, pero la discusión se había abortado en la anteúltima. El “No está bien; está mal” se convirtió en video viral, bomba tuitera y consigna política. Un mes después, Kornblihtt volvió al Congreso –esta vez del lado de afuera– para protestar por la subejecución del presupuesto en ciencia. A pedido de una manifestante, sostuvo un cartel con el dibujo de sí mismo y la frase “¿Está bien ahogar el sistema científico?”. El remate estaba servido. Ahora, los –y las– adolescentes lo corren para sacarse selfies.