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Inteligencia Artificial

Así interpreta la estados de ánimo nuestros

¿Puede un robot enseñarnos empatía?

¿Es posible una

Inteligencia Artificial emociones con sentimientos? y

Abril del 2024
www.balancedemo.com
Edición N°2
BALANCED M E O
ISSN 2792-7148

¿Es posible una IA con emociones y sentimientos?

Así interpreta la IA nuestros estados de animo

01 02 03 04 05 06 07 Portada Contenido y editorial

¿Puede un robot enseñarnos empatía?

La relación entre la inteligencia artificial y las emociones es fascinante y compleja. Aunque la IA en sí misma no posee emociones como los humanos, puede ser diseñada para detectar, interpretar y responder a las emociones humanas de varias maneras. Aquí hay algunas formas en que la IA y las emociones están interconectadas

Generación de emociones: Aunque la IA no siente emociones por sí misma, puede generar contenido que evoca emociones en los humanos. Por ejemplo, los sistemas de generación de texto pueden ser utilizados para escribir historias, poemas o música que provoquen emociones en los lectores u oyentes.

Terapia y bienestar emocional: La IA está siendo utilizada cada vez más en aplicaciones de salud mental para proporcionar apoyo terapéutico y promover el bienestar emocional. Esto incluye chatbots terapéuticos, aplicaciones de meditación guiada y herramientas de seguimiento del estado de ánimo.

Detección de emociones en datos: La IA puede analizar grandes volúmenes de datos, como publicaciones en redes sociales o comentarios de clientes, para identificar patrones y tendencias en las emociones humanas hacia ciertos temas o productos. Esto puede ser útil para empresas que deseen comprender mejor las necesidades y preferencias de sus clientes.

¿Necesitan los sistemas de inteligencia sentir emociones ?

Una nueva relación con la Tecnología

En resumen, si bien la inteligencia artificial no experimenta emociones como los humanos, puede desempeñar un papel importante en el reconocimiento, interpretación y respuesta a las emociones humanas en una variedad de contextos.

Creditos Redacción

Juan Pablo Castrillon Ruiz

Diseño y diagramación

Juan Pablo Castrillon Ruiz

Director general

Aura M. Florian

año de producción

02 CONTENIDO Editorial CONTENIDO
2024

¿Puede un robot enseñarnos Empatía?

Foto: Shutterstock

Dado que las máquinas tendrán roles sociales y compartirán entornos con nosotros en el futuro, es esencial comprender qué tipo de diseños podrían suponer un beneficio para la educación socioemocional de los niños con los que interactúen.

La empatía es un concepto bien arraigado en la investigación que ha tomado una nueva dirección en los últimos veinte años. Anteriormente, los trabajos sobre la empatía se centraban casi exclusivamente en la comprensión del fenómeno, ya sea mediante el estudio de los comportamientos o por los correlatos fisiológicos y neurofisiológicos.

Hoy en día, además, la inteligencia artificial intenta reproducir e introducir la empatía en entidades físicas y reales, especialmente en robots, que realizan tareas características del ser humano. Dado que las máquinas tendrán roles sociales y compartirán entornos con nosotros en el futuro, es esencial comprender qué tipo de diseños podrían suponer un beneficio para la educación socioemocional de los niños con los que interactúen.

Los robots sociales siguen un camino de desarrollo similar al de la empatía humana. Se pueden esbozar tres tipos de robots en función de la complejidad de sus componentes y del proceso empático para el que están d iseñados. Según el propósito, el contexto y las tareas que vayan a realizar estas máquinas, pueden variar los factores críticos de empatía.

Un robot social tipo III podría proyectar escenarios imaginarios construidos a partir de las señales empáticas, el contexto e historia del niño, anticipar su comportamiento, mostrar preocupación y sugerir nuevas alternativas de respuesta.

Esta capacidad de imaginación proyectiva permitiría al niño detectar claves relevantes en diferentes situaciones sociales y anticipar patrones de acción propios y ajenos. Sin embargo, se requiere mucho más avance tecnológico para que un robot social haga juicios atributivos para identificar las causas detrás de los pensamientos, sentimientos y características del niño.

¿es

posible una con Inteligencia Artificial Emociones sentimientos? y

Los seres humanos interactuamos constantemente y sin darnos cuenta con sistemas de inteligencia artificial en nuestra rutina diaria. Muchas personas ya empiezan a sentirse emocionalmente vinculadas a ellas pero, ¿tiene sentido que este sentimiento sea recíproco?, ¿es posible que las máquinas puedan llegar a sentirse emocionalmente involucradas con nosotros? ¿qué relación hay entre la inteligencia artificial y los sentimientos?

La inteligencia artificial o IA ya está entre nosotros, no en forma de crueles robots asesinos estilo ciencia ficción Terminator, sino en una forma muchísimo más sutil de tecnología inteligente: chatbots, reconocimiento de expresiones faciales, traductores, asistentes personales, recomendadores de películas, etc. Sin embargo, mucha gente no es consciente de estar interactuando ya con sistemas de inteligencia artificial y reaccionan con rechaz manos de las máquinas.

deep blue), a conducir coches autónomos, sistemas expertos que actúan y manejan grandes cantidades de datos sin esfuerzo (big data), a resolver problemas y complicadas operaciones en tiempo mínimo, a descifrar el genoma humano… Inevitablemente nos empezamos a preguntar si las máquinas no acabarán siendo mejores y si no intentarán esclavizarnos o acabar con nosotros.

“Nuestra idea para mejorar la IA es ir más allá del cerebro”

Esta reacción es completamente normal. Desde los primeros años de las ciencias de la computación con John MacCarthy, Alan Turing, y Marvin Minsky hasta nuestros años, hemos alimentado nuestra autoestima como especie basándonos en nuestra superior inteligencia humana, y ahora llega la inteligencia artificial y empieza a ganarnos a jugar al ajedrez (máquina

Esta manera de pensar se debe a que de forma no consciente estamos asumiendo que una máquina es capaz de sentir emociones, y que esas emociones podrían llevarla a intentar exterminar la raza humana.

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¿Necesitan los sistemas de Inteligencia Artificial sentir emociones?

PAl final, las emociones humanas dependen también de la percepción que tenemos del exterior y de nuestro interior. En el caso humano, la percepción del mundo exterior la conseguimos con nuestros sentidos y la percepción del mundo interior depende de la homeostasis a nivel básico y a nivel más elaborado de nuestra cognición.

Antonio Damasio, uno de los neurocientíficos que más ha estudiado las emociones y sentimientos humanos, afirma tajante:

“Estoy totalmente en contra de la idea de que la inteligencia artificial puede recrear una mente humana”

ensando en los sistemas actuales que incorporan inteligencia artificial y que usamos habitualmente no parece que necesiten tener emociones propias, ni parece que tenerlas pueda servir al sistema a realizar mejor las tareas que tienen que realizar.

En el caso de sistemas que se relacionan con humanos sí que puede ser de gran valor que esos sistemas sean capaces de detectar ciertas emociones básicas o sentimientos humanos, y reaccionar adaptándose a ellas. ¿No sería útil que nuestro móvil modificara sus interfaces en función de nuestro estado de ánimo o experiencia emocional? Sin embargo, eso no significa en ningún caso que la tecnología tenga emociones, es decir, las máquinas no necesitan ser empáticas, como mucho necesitan parecerlo.

¿Es útil para los seres humanos que las máquinas tengan emociones?

Si pensamos desde un punto de vista de ventajas para cada persona, a priori puede parecer que no nos debería hacer falta: simplemente con que parezca que tienen emociones es suficiente. Sin embargo, es obvio que los seres humanos somos capaces de establecer vínculos emocionales con las máquinas y quizá en algún momento tengamos la necesidad de que esos vínculos sean recíprocos y reales, igual que nos ocurre con las personas.

Si pensamos desde un punto de vista de ventajas como especie humana, hay quien opina que si los sistemas de IA tuvieran emociones podrían ser compasivas y quizá evitar el apocalipsis que algunos temen. Pero por otro lado, los sistemas de IA podrían tener emociones no precisamente positivas con la raza humana.

Y probablemente tenga razón, ya que para que una inteligencia artificial tuviera emociones humanas no sólo tendríamos que recrear el cerebro humano sino también sus sentidos, su cuerpo y su cognición.

¿Es posible dotar de emociones a las máquinas?

Para tratar de responder a esta pregunta es especialmente interesante tratar de entender cómo funciona el cerebro y las emociones humanas.

Lo primero es entender qué provoca la reacción emocional (sigue este enlace para leer sobre emoción y razón) en el comportamiento humano. Básicamente la reacción puede venir provocada por un estímulo externo que captamos con nuestros sentidos o bien por un estímulo interno que puede ser una alteración de la homeostasis (sistema de autorregulación del cuerpo) o un estímulo debido a nuestra propia cognición.

Foto tomada de freepik

Una vez que se produce el estímulo, se producen cambios no conscientes en el estado somático.

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Así interpreta la nuestros Inteligencia Artificial ESTADOS DE ANIMO

Una nueva inteligencia artificial podría revelar nuestras emociones internas a partir de tecnología inalámbrica como ondas WiFi o de radio en lo que sería un adelanto tan revolucionario como controvertido.

Tradicionalmente, el campo todavía en pañales de la detección de emociones mediante inteligencia artificial se ha basado en la evaluación de señales visuales como expresiones faciales, gestos corporales, movimientos oculares e incluso del habla. De hecho, tal y como nos recuerda el inmenso pozo de sabiduría que es nuestro refranero es pañol, la cara es el espejo del alma.Y sin ir más lejos es en el mismo rostro humano que pode mos hallar un libro abierto de nuestras emocio nes.

Sin embargo, pese a las investigaciones al efec to, los métodos de reconocimiento de emociones a través de las expresiones faciales pueden resultar poco fiables cuando es una máquina las que ha de descifrarlas, y es por ello que los investigadores se hallan a la búsqueda de nuevas formas de conseguir que maquinas o robots logren interpretar nuestros estados de ánimo. Esto es precisamente en lo que se encuentra trabajando un equipo de científicos de la Universidad Queen Mary de Londres, quienes a través de la medición de variables como el ritmo respiratorio o la frecuencia cardíaca mediante ondas de radio o WiFi, pretenden desarrollar una inteligencia artificial capaz de revelar las emociones humanas.

DE LA EMOCIÓN A LA E-MOCIÓN

No se trata de una estrategia completamente innovadora, pues con anterioridad métodos similares no invasivos o inalámbricos de detección de emociones ya habían sido empleados en otras investigaciones. Sin embargo, la novedad en la presente investigación radica en que en esta ocasión, los científicos se valieron de una red neuronal, la cual, gracias al aprendizaje profundo pudo aprender por sí misma a interpretar las emociones de los participantes en tiempo real basándonos en sus constantes cardiorespiratorias, demostrando que podía detectar emociones con mayor precisión que los métodos tradi-

“Los investigadores han orientado su mirada hacia constantes invisibles para los humanos, más no para la máquinas, en aras de tratar de detectar los diferentes estados de ánimo de las personas”

Una prueba de electrocardiograma, además de medir la cadencia con la que late nuestro corazón, proporciona un vínculo entre el sistema nervioso y el ritmo cardíaco. Hasta la fecha, la medición de estas señales se ha realizado en gran medida utilizando sensores que se colocan en el cuerpo, pero recientemente los investigadores han estado buscando enfoques no invasivos que utilicen ondas WiFi, de radio e incluso de radar para detectar estas señales.

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CON LA TECNOLOGÍA

¿Es esto realmente lo que esperamos de las máquinas del futuro?¿Estamos realmente preparados para ello? Puede que sea este el momento de hacernos esta y otras preguntas. Quizá luego sea demasiado tarde.

“este trabajo abre la puerta a muchas e innovadoras aplicaciones prácticas, especialmente en áreas como la interacción humano- robot, la atención médica y el bienestar emocional,

También, según informan los autores, en el futuro el equipo planea trabajar con profesionales de la salud y científicos sociales sobre la aceptación pública y las preocupaciones éticas en torno al uso de esta tecnología.

Y es precisamente en este punto, el de las implicaciones éticas de un tecnología que se desarrolla a un ritmo vertiginoso, en el que cabría hacer una pausa para la reflexión y plantearnos las que parecen unas preguntas más que necesarias: ¿queremos en realidad máquinas capaz de detectar nuestras emociones y en última instancia interactuar emocionalmente con los seres humanos? ¿Para qué exactamente? ¿Sería posible en el futuro que algunos de nosotros prefiriéramos relacionarnos con máquinas empáticas antes que con otros seres humanos? ¿Podría esto resultar, al contrario de lo que defiende el autor del artículo, Yang

Hao, en una merma del bienestar emocional a largo plazo, más allá del inmediato chute dopamina que nos proporcionan las redes sociales y que cada vez más estudios relacionan con patologías como la ansiedad y la depresión?

Pero sobre todo, ¿estamos dispuestos a que un algoritmo y aquellos que lo controlan, más allá del acceso que ya tienen a nuestros gustos, hábitos y siendo malpensados, incluso a nuestras conversaciones privadas, tengan acceso a lo que sentimos en todo momento?

No cabe duda de que, pese a las presumibles buenas intenciones de sus creadores, esta nueva tecnología es susceptible de abrir la puerta de nuestras emociones a cualquiera con la tecnología adecuada para acceder a ellas. la última frontera entre el mercado y la más inexplorada dimensión de nuestra privacidad.

07 Una nueva Relación

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EMO BALANCED - IA Emocional. by JUAN PABLO CASTRILLON RUIZ - Issuu