CPMI
Círculo de Palabra Mujeres Indígenas

Somos una ONG colombiana fundada en el año 2000, con sedes en Bogotá (Colombia), Santander de Quilichao (Cauca, Colombia) y Madrid (España), conformada por un equipo multidisciplinar que trabaja temas de construcción de Culturas y Pedagogías de Paz en diferentes regiones de Colombia y en múltiples países de Iberoamérica. Nos guiamos por el enfoque socioafectivo y la utilización de metodologías lúdicas y de lenguajes artísticos, integrando planteamientos pedagógicos Freireanos, de Neurociencia y de Educación para la paz.
MAYRA SUÁREZ (CPMI) Y SANTIAGO GONZÁLEZ (OTRA ESCUELA) DURANTE UNA ENTREVISTA EN VIDEO.
CRECER E INSPIRAR ES UN PROYECTO APOYADO POR EL PROGRAMA ALEMÁN DEL SERVICIO CIVIL DE PAZ DE AGIAMONDO E IMPLEMENTADO POR LA CORPORACIÓN OTRA ESCUELA (COE) QUE BUSCA FORTALECER Y VISIBILIZAR LAS INICIATIVAS CONSTRUCTORAS DE PAZ DE ORGANIZACIONES DE BASE.
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Crecer” es la primera parte del proyecto y busca, a través de un proceso formativo y de sistematización de lo hecho y logrado hasta el momento, apoyar la reflexión para enriquecer, transformar y fortalecer las prácticas para consolidar aún más cada iniciativa constructora de paz. Durante tres días, las personas protagonistas de cada iniciativa construyen memoria y reflexionan con metodologías lúdico-vivenciales, a través de diversos lenguajes artísticos, sobre los sentidos y significados de las acciones realizadas en su contexto sociopolítico.
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Inspirar” es la segunda parte del proyecto y busca apoyar la expansión y comunicación de las experiencias constructoras de paz para que inspiren a otras personas y colectivos y así puedan reflexionar, aprender de ellas y recordarnos que sí es posible transformar las realidades del país. Narramos las historias con diferentes lenguajes audiovisuales y con los relatos inspiradores de las personas protagonistas de las experiencias constructoras de paz, sus familiares, expertos y beneficiarios.
CÍRCULO DE LA PALABRA DE MUJERES INDÍGENAS
Es una propuesta pedagógica compuesta por seis momentos o rutas que pueden recorrerse de forma intensiva en tres días completos de trabajo.
Aseguramos las condiciones mínimas para lograr la sistematización, con ejercicios didácticos que ayudan a comprender la tarea que emprendemos y el marco general de lo que concebimos como cultura de paz.
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Buscamos aportar a la construcción del relato y la memoria de la experiencia.
Identificamos las apuestas claves en el presente de la experiencia, sus sueños y deseos, los elementos que identifican la experiencia y la diferencia con otras.
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Buscamos evaluar críticamente la organización interna y la calidad de las relaciones interpersonales.
Identificamos los logros cualitativos en las personas, instituciones, familias y la comunidad en general.
BUSCAMOS CONSTRUIR Y
VISIBILIZAR NUESTRAS
PROPIAS NARRATIVAS
omos un grupo de mujeres indígenas del territorio colombiano, interesadas en promover los saberes propios de nuestras y otras comunidades indígenas, ya que reconocemos la riqueza que hay en las diversas formas de ver el mundo. Al ser conscientes de la importancia de las cosmovisiones, tradiciones y saberes que se mantienen al interior de nuestras comunidades hemos emprendido la tarea de visibilizar y compartir estos saberes para que a través del ejemplo con niños, adolescentes, adultos y personas en todos los cursos de vida para que se sientan orgullosas de sus raíces étnicas e inicien sus caminos en el trabajo por y para las comunidades. Debido a que consideramos que las raíces étnicas hoy en día necesitan de un mayor reconocimiento de la población en general, como también, el hecho de utilizar diferentes canales de comunicación como herramienta para la supervivencia de nuestras tradiciones culturales.
Hemos venido trabajando desde el 2018 a partir del reconocimiento de las necesidades culturales de nuestras comunidades y desde ahí emprendimos la tarea de
darles voz por medio de diferentes formatos multimedia, principalmente lo sonoro, así cómo también lo gráfico y visual. Este trabajo lo hemos adelantado de la mano de personas, colectivos y organizaciones que apuestan a procesos de formación y empoderamiento como la Huerta Niviayo Ta, el Cabildo indígena Universitario de Bogotá, el Crea- IDARTES, Grupo Saber y Vida de la Universidad Nacional de Colombia, el Grupo de estudio Maestra Tierra de la Universidad Pedagógica Nacional, Cultural Survival, Jóvenes en Movimiento, Fundación Mi Sangre, entre otros, logrando el reconocimiento de los usos, saberes y tradiciones de los pueblos originarios del Abya Yala.
De igual forma, nos interesa que las comunidades y sus reivindicaciones sean conocidas por más personas dentro y fuera del país, a partir de la identificación, recolección y realización de material audiovisual que sirva de testimonio y fuente para futuras iniciativas con las comunidades. El Círculo de Palabra de Mujeres Indígenas (CPMI) es un espacio de sororidad, creación y visibilización de culturas ancestrales y milenarias.
La sistematización parte de un proceso de observación riguroso y cuidadoso donde se amplía la mirada de lo que hacemos a través de los sentidos para recolectar información. Además, sistematizar es organizar un conjunto de experiencias y vivencias, teniendo en cuenta un orden e incluyendo la diversidad presente en el grupo. Surge, a partir de un paso a paso, para organizar, jerarquizar y clasificar las ideas que afloran en el proceso. Desde el CPMI aportamos a las culturas de paz desde la democracia, la identidad, la seguridad (cuidado mutuo), el desarrollo, siendo un espacio de transformación individual y colectiva, desde la noviolencia dentro y fuera del Círculo, la transformación de los conflictos, el cuidado del medio ambiente, en relación con nuestros territorios, la ciudad y espacios a los que llegamos, rescatando siempre la importancia de los derechos humanos.
Así mismo, incluimos nuevas categorías para reconocer nuestros aportes en las Culturas de Paz. La primera es la Madre Tierra, entendiendo los ciclos y los tiempos naturales de cada cosa, es decir, entender la ciclicidad representada en la Luna como símbolo para considerar los tiempos y procesos, comprendiendo los ritmos particulares de las situaciones, las personas y los territorios; La segunda, es
la educación propia, simbolizada en una Lechuza, en pro de salvaguardar los saberes propios de nuestras culturas desde la pedagogía, incluyendo metodologías propias en todos los espacios y reconociendo nuestros saberes; la tercera, es la palabra, reconociendo la integridad del otro, desde su hacer evidente en su palabra, sin importar las diferencias, valorando los saberes de cada persona desde su experiencia, simbolizado con un Árbol de Sauce, entendiendo la información que nos brinda la naturaleza y los territorios; la cuarta, es la pasión, desde el amor, la voluntad y querer dejar huella en este mundo, representando esta pasión desde el Palo Santo, como una forma de armonización de nuestros espacios para estar en cuerpo, espíritu, mente y corazón; la quinta, es la creatividad, representada en un Colibrí multicolor, como la capacidad de solucionar problemas, de tener opciones para llegar a un destino; la sexta, es la perseverancia, representada en la planta Destrancadera, simbolizando el no rendirnos ante las adversidades e intentando siempre las veces que sea necesario para fluir desde la palabra y desde lo que nos apasiona; la séptima, es el compartir, representado en la Zarigüeya, como la forma de encontrar espacios, más allá de los laborales, académicos, traspasando fronteras, para saber transitar por cada uno de los espacios en donde estemos.
NUESTRA EXPERIENCIA COMO COLECTIVO CÍRCULO DE LA PALABRA DE MUJERES INDÍGENAS ES UN SUEÑO QUE SE HA IDO TEJIENDO A TRAVÉS DEL TIEMPO DE MANERA COLECTIVA, DESDE EL SENTIR DE CADA UNA DE NOSOTRAS PARA EL FORTALECIMIENTO EN UN PRIMER MOMENTO INDIVIDUAL Y POSTERIORMENTE COMUNITARIO. POR TANTO, HEMOS TOMADO CINCO MOMENTOS FUNDAMENTALES PARA NARRAR NUESTRA HISTORIA.
Este momento inicia en el año 2018, en el marco de la realización de la VII Convención de Líderes a nivel nacional que se realizaba con becarios y exbecarios de los programas de la Embajada de Estados Unidos. Allí compartimos nuestras experiencias de liderazgo desde cada una de nuestras comunidades. Seguido a ello, participamos en un campamento de líderes becarios afro indígenas en Cartagena, en el que algunas de nosotras fuimos seleccionadas para representar a los becarios del programa Martin Luther King de Bogotá; en paralelo, se dieron otra serie de eventos individuales en el que participamos para seguir tejiendo saberes. Posteriormente, en el año 2019 fuimos coordinadoras del Campamento Bilingüe de Liderazgo para jóvenes afro e indígenas, el cual se realizó en San Francisco, Cundinamarca; el ser organizadoras de este proceso de liderazgo nos permitió fortalecer lazos y seguir tejiendo con la palabra.
En el año 2020, empezamos a hablar de cómo continuar tejiendo los procesos de liderazgo, es por ello que en el marco de la pandemia por COVID-19 indagamos al interior de nuestras familias diferentes aspectos de nuestras culturas ancestrales y reflexionamos de manera crítica la situación de nuestras comunidades; en este momento surge una primera reunión virtual propuesta por Daniela, en la que nos pensábamos el papel de la mujer indígena y cómo esto se empezaba a tejer dentro de las comunidades. Iniciamos a gestar reuniones periódicas para mirar los aspectos culturales y realizar una caracterización de nuestros pueblos indígenas.
En estas reuniones compartimos palabra sobre el fortalecimiento cultural y también sobre nuestro bienestar emocional en medio del confinamiento a raíz de la pandemia. Fue así como se empezaron a fortalecer más los vínculos fraternales y redes de apoyo colectivo. En estos primeros encuentros empezamos a reconocer nuestras habilidades y conocimientos desde nuestras experiencias y profesiones. Coordinamos quién lideraba y moderaba esos espacios, explorando nuevas formas de comunicarnos en esas reuniones para ir creando el espacio del CPMI desde el reconocimiento de cada una de sus integrantes y de las comunidades a las que pertenecemos.
Este momento es la continuación del año 2020, en el que estábamos construyendo juntas el espacio del CPMI. En este año, Mayra y María ,egresadas de la Universidad Pedagógica Nacional, tenían articulaciones con docentes y estudiantes activos en distintos grupos estudiantiles. Así se empezaron a tejer formas de transmitir nuestros mensajes a otras comunidades; para ese momento, el grupo de estudio Maestra Tierra en conjunto con la emisora de la Universidad Pedagógica estaba trabajando en un programa radial educativo que buscaba transmitir mensajes formativos a niños en zonas rurales. Así surge una primera propuesta de participar dentro de este espacio. En este momento nuestro primer proyecto es llamado “Caminando Nuestros Territorios” del programa radial Maestra Tierra al aire, en el que nosotras como mujeres indígenas posicionamos saberes y tradiciones de nuestras comunidades; empezamos a construir colectivamente el mensaje que queríamos llevar a los niños a través de la palabra, por medio de canciones, temáticas, personajes, voces y audios.
Este primer programa nos permitió conmemorar el día de la Resistencia Indígena (12 de octubre) haciendo énfasis en la invasión cultural a los pueblos indígenas a la vez que íbamos reivindicando nuestras cosmovisiones desde las voces de los territorios; os permitió aprender colectivamente ya que en un inicio no sabíamos cómo hacer el programa (cómo elaborar un guion, mezclar o montar los audios). Afortunadamente recibimos mucho apoyo por parte del programa, fueron ellos quienes poco a poco nos iban enseñando todo sobre la creación de segmentos radiales y lo que podríamos realizar en cada emisión. En estos primeros programas, trabajamos arduamente entre todas, reconociendo las habilidades de cada una en este proceso y fortaleciéndonos para tomar decisiones frente a lo que queríamos mostrar en el programa radial. En este sentido, empezamos a trabajar en cada emisión con una comunidad en particular y con un tema relevante para la misma desde lo cultural, político y/o social siempre desde nuestro sentir y pensar como mujeres indígenas. Este espacio nos ha permitido hablar desde las realidades históricas y actuales, sin censura y con la libertad de llevar mensajes que son importantes para visibilizar lo que pasa en los territorios con la adaptación pertinente para el público infantil.
En este mismo año, fuimos organizadoras de un conversatorio sobre los procesos comunitarios con diferentes mujeres indígenas, quienes nos empezaron a contar sus vivencias de resistencia de los pueblos indígenas en conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Estos espacios fueron fortalecidos con las redes de apoyo que hemos tenido cada una en escenarios individuales (voluntariados, académicos y laborales), en el que llevamos nuestra voz y emergieron tejidos colectivos para trabajar por nuestras comunidades conjuntamente. También se integraron al CPMI, Sara y Laura, hermanas de María, quien para nosotras es una figura materna y es quien sigue sembrando en su familia la semilla de construir y no dejar perder nuestras costumbres. Fue un momento de alegría para todas, ya que seguimos creciendo como colectivo y fortaleciéndonos como mujeres indígenas.
Para el año 2021, empezamos a reunirnos presencialmente, consolidando más el equipo y todas las proyecciones del CPMI. Por ello buscamos redes de apoyo y convocatorias que estuvieran en línea de nuestros objetivos; para este momento aparece Cultural Survival, una organización internacional, con una convocatoria de Medios de Comunicación Comunitaria: “Beca a Jóvenes Indígenas en Medios Comunitarios”. Decidimos participar en ella para tener financiamiento y visibilización de nuestro trabajo en el Círculo, así realizamos un documento en el que planteamos nuestros sueños y en el que queríamos poner las voces de nuestros pueblos, visitando nuestros
En este proceso no teníamos mucha experiencia, no obstante, contamos con el apoyo de personas cercanas que nos ayudaron a construir y organizar las ideas para materializarlas en el proyecto. Realizamos nuestra primera compra de equipos y nuestro primer viaje a territorio Emberá, en Riosucio Caldas, en donde aprendimos mucho a nivel logístico y administrativo, ya que debíamos tener en cuenta muchos factores para las grabaciones en el territorio (materiales, clima, transporte, formas de acercarnos a la comunidad, entre otros) que incidían en la calidad del material audiovisual que se estaba trabajando con la comunidad. En este año íbamos trabajando en paralelo con los diferentes territorios: Inga en Bogotá, Muisca de Suba y de Bosa,
Para este mismo año (2021), iniciamos un proceso de formación audiovisual con CREA- IDARTES, ampliando nuestro conocimiento y tejiendo redes con más personas durante el proceso. Además, con ellos iniciamos un trabajo de autorretratos para una exposición fotográfica. En paralelo, aplicamos a otra convocatoria llamada “Jóvenes en Movimiento”, de la cual fuimos seleccionados y trabajamos con el territorio Pijao, proceso en el cual se integra Javier, nuestro compañero y aliado en procesos formativos, acercándose más a las dinámicas del Círculo y contribuyendo desde su formación y conocimiento a las actividades del CPMI.
recibimos una invitación para ir al Amazonas a una ceremonia importante del Pueblo Tikuna, la Pelazón
n el año 2022 se empiezan a consolidar otros procesos y como Círculo estamos más organizadas, proyectándonos en todos los compromisos adquiridos, realizamos una planeación a través un cronograma de actividades para el año y para dar lugar a la responsabilidad que estábamos asumiendo. Seguimos con el proyecto radial Caminando Nuestros Territorios en el marco del programa Maestra Tierra al Aire, continuamos con la formación de CREA y empezamos a visibilizar experiencias de otros territorios indígenas, recibiendo una invitación para ir al Amazonas a una ceremonia importante del Pueblo Tikuna, la Pelazón, la cual asumimos ya que para este momento, logramos comprar varios equipos audiovisuales propios (grabadora y cámara) y podíamos adquirir otros en calidad de préstamo.
Empezamos el año con varias posibilidades y propuestas. Una de ellas es el documental Mea na Maû que realizamos (a raíz de la recolección de información que habíamos obtenido en Leticia, Amazonas). A partir del documental, se activaron otras invitaciones de participación en otros espacios. Uno de ellos “Expo vivir-Popayán”, proyecto transmedia con Codice Futuro en alianza con productores nacionales de documentales, permitió la participación en un video musical y oportunidades individuales para varias
de las integrantes. Daniela gana una beca de liderazgo con Fundación Mi Sangre como experiencia constructora de paz y Andrea gana una beca en liderazgo femenino en Estados Unidos. Fue así decidimos realizar una estrategia conjunta para realizar colectivamente nuestro primer encuentro Distrital de Mujeres Indígenas en la ciudad de Bogotá donde el eje central fue el tejido de pensamiento para saber cómo estamos las mujeres indígenas en un contexto urbano y cómo esto empiezan a plantear retos y desafíos para cada uno de los pueblos indígenas.
En este mismo año realizamos una propuesta fotográfica resaltando lo cultural e identitario, el cual tuvo varias fases. La primera, se dio en el parque de los novios, donde cada una de nosotras mostró los saberes colectivos. Posterior a ello realizamos nuestros retratos individuales, en los que cada una buscaba resaltar elementos de su comunidad (vestimenta, instrumentos, alimentos, etc.). Finalmente, realizamos la construcción colectiva de nuestro logo; tenemos un banco de fotografías, audios, paisajes sonoros y podcast de nuestras visitas a los diferentes territorios, que nos han permitido realizar diferentes productos para exposiciones, galerías y documentales que iremos mostrando en el camino, es decir son nuestros frutos y semillas para seguir cultivando nuestros territorios.
EN ESTA RUTA REALIZAMOS UNA CONSTRUCCIÓN
SIMBÓLICA TIPO ALTAR CON LOS OBJETOS QUE
IDENTIFICAN Y CARACTERIZAN LA EXPERIENCIA DE CÍRCULO DE PALABRA DE MUJERES INDÍGENAS; ASIMISMO,
REALIZAMOS UN EJERCICIO DE CREATIVIDAD EN DONDE
REPRESENTAMOS POR MEDIO DEL CUERPO HUMANO NUESTRO COLECTIVO, RECONOCIENDO NUESTRAS RAÍCES, SENTIRES Y PENSAMIENTOS.
En la primera parte de esta ruta, realizamos una ofrenda para compartir, dar y recibir, armonizar e intencionar lo que se desea cosechar para pensar bonito en este espacio. Es importante mencionar que para nosotras las ofrendas en algunos casos se utilizan para pedir permiso al territorio y se ofrendan elementos que hacen referencia a los cuatro elementos (agua, fuego, tierra y aire). En la ofrenda que realizamos en este espacio utilizamos elementos constitutivos como: el fuego ( velas y palo santo) para armonizar, dejar fluir la energía y las ideas; el agua o bebidas ancestrales (vino de naranja del Resguardo de Cañamomo y Lomaprieta en Riosucio-Caldas) para dejar fluir la palabra; la tierra (flores, semillas- sonajeros y mazorca), hacen alusión a elementos que hemos utilizados en nuestros espacios de fotografía y alimentos que unen a nuestros pueblos; el aire representado en el tabaco e incienso.
Para este espacio, cada una aportó objetos característicos y representativos de nuestras comunidades para pensar bonito y encender fuego en las demás. También, cada una compartió una intención y significado sobre lo que se ha ido tejiendo en el CPMI y lo que ha representado para nuestros ancestros y lo que pueda significar para nuestras futuras generaciones.
La distribución de cada objeto en el espacio se fue dando en una construcción conjunta e integrándose de forma armónica.
Persona Objeto Significado
Chumbe
Otras formas de contar historias
¿Por qué lo elegí?
Es el elemento más representativo de mi traje, en él hay diferentes figuras que tienen un significado y cuentan una historia.
Paola
Collares
Collar Inga, alusivos a los colores de la tierra, la naturaleza y el territorio.
Frutas Ofrendas e intenciones
Formas de representar mi territorio
Las utilizamos en nuestras ofrendas con el simbolismo de dar y recibir.
Pañoleta
Representación de estudiantes en el Cabildo indígena universitario de Bogotá
Para mí es importante colocar este símbolo que he llevado en mi proceso como estudiante y como integrante del Cabildo indígena universitario en Bogotá. Siendo este un aliado en espacios de participación y visibilización para el CPMI.
Mayra
Bastón de mando con cintas de colores
Liderazgo propio en cada Cabildo. Posicionamiento político y autoridad.
Wipala Unión, equilibrio y armonía.
Representa a los pueblos indígenas del centro y sur del país en sus formas diversas de gobernar y ser autoridad. Este tiene los colores insignias de mi resguardo que son el amarillo, verde y rojo; también, tiene los colores de la bandera de la UPN, ya que fui representante general de la comunidad indígena de estudiantes de la Universidad Pedagógica, reflejando el liderazgo que se ha ido creando en conjunto con el CPMI.
Representan no solo a los cinco pueblos indígenas al que pertenecemos sino a todos los pueblos andinos a nivel de Latinoamérica.
Semillas
Resistencia ante todo el modelo hegemónico y de las grandes empresas. Sabiduría de los pueblos.
Por la pervivencia de los pueblos indígenas y de su soberanía alimentaria. Forjar la resistencia para unir desde el CPMI.
Frutas Conexión con la tierra Agradecer a la madre tierra. Mecanismos de protección y de prevención ante las enfermedades.
Tejidos Simbología y cosmovisiones de cada pueblo.
Elemento que representa mi pueblo, reconociendo a Nariño por tener diferentes elementos representativos a través del tejido (ruana, sombrero, etc.)
Tabaco Medicina propia Salud como un bienestar espiritual colectivo.
Sol Las distintas formas de estar Elemento cósmico que conecta lo generacional
Persona
Semillas Diversidad
Entender la diversidad según los territorios y la pervivencia: valorar lo propia y lo diferente, reconociendo la variedad y las transformaciones de cada pueblo.
Tabaco Medicina
Entender que en la madre tierra y en nosotras mismas está la medicina. El Reconocimiento de prácticas de cuidado en nuestras propias casas.
María
Tejido
Medicina
Resistencia
Comunicación de la cultura propia
Actividad que integra el pensamiento, la palabra y el amor hacia el quehacer. Formas propias de los pueblos de comunicar sus saberes desde diversos lugares. Hay diferentes formas de telares como representación de distintas formas de comunicar y materializar la energía del momento en el que se está trabajando.
Maracas
Armonización y comunicación
Hilo Mediador
Armonizar un espacio y posibilidades de transmitir saberes desde distintos lugares. Representa la lengua, cosmovisión y elaboración de los mismos en cada pueblo.
Mediador para llevar la palabra, para conocer a otros, compartir y reflexionar sobre sí mismos.
Flores Territorio, acompañamiento y armonización.
Me acompañaron en los procesos que he llevado con CPMI y las ubiqué para armonizar el espacio, poner a disposición y entregar parte de lo que somos y representamos para los demás en este espacio.
Representan el proceso, el camino y las distintas acciones desde la esencia, el quehacer e historia del CPMI. Resalto la fotografía del fogón ya que representa el fuego que reúne la palabra en los círculos de palabra, en la cocina para compartir el vivir y se fortalecen las relaciones que estén presentes.
• Diversidad en todo lo que decimos y ponemos, mostrando diferentes puntos de vista, algunos en común y manteniendo la transversalidad de los elementos en el espacio.
• Reflexiones sobre lo que cada una va a hablar o el discurso que ha construido desde sus conocimientos y profesión, retroalimentándose de saberes en los diferentes espacios.
• Cada una está en la capacidad de liderar y realizar un espacio de ofrenda y armonización. “
PARA NOSOTRAS LAS OFRENDAS EN ALGU -
NOS CASOS SE UTILI -
ZAN PARA PEDIR PERMI -
SO AL TERRITORIO Y SE OFRENDAN ELEMENTOS
QUE HACEN REFERENCIA
A LOS CUATRO ELEMENTOS”
Nuestro corazón es la identidad desde la visión de mujer indígena ancestral. Nuestro propósito es fortalecernos y compartir con mujeres de otros pueblos para seguir cuidando nuestras comunidades y territorios. Así mismo, irradiar y llevar a otras partes del cuerpo y a otras personas, para poder transmitir los mensajes del Círculo sobre la identidad cultural de las comunidades indígenas en todos los espacios en los que estemos.
A través de las herramientas audiovisuales, nosotras realizamos podcasts, documentales, exposiciones fotográficas, en pro de revitalizar y fortalecer los saberes de nuestras comunidades indígenas, reconociendo nuestros territorios y los de otras comunidades. Colocamos el color dorado para simbolizar la importancia y apropiación de todo lo que realizamos en el Círculo; la pulsera de huellas simboliza una de nuestras experiencias que se llama Caminando por Nuestros Territorios.
Nosotras nos ubicamos en las pantorrillas, visualizando hacia dónde queremos llegar. Teniendo en cuenta la sostenibilidad, es decir, que este proyecto pueda ser un sostenimiento en todos los niveles para sus integrantes y
tener un posicionamiento no solo a nivel local, sino generar vínculos internacionales con comunidades de otros países para poder visibilizar nuestro trabajo con las comunidades. También, queremos ser un referente para otros colectivos indígenas y para las mujeres, mostrando que hay otras herramientas para comunicar nuestras historias. Además, queremos contar nuestra historia desde nuestras comunidades indígenas a partir de la mirada interna de los pueblos, desde una apuesta de educación propia y costumbres que no se enseñan en la educación occidental. Por tanto, desde el Círculo queremos posicionar la palabra de las comunidades indígenas desde las mujeres en espacios académicos, políticos, culturales y sociales en el territorio nacional e internacional intercambiando conocimientos y dejando semillas de nuestro entorno.
Dentro de nuestros vestuarios tenemos las manillas que simbolizan uno de nuestros proyectos que se llama “Caminando Nuestros Territorios”. Utilizamos maquillaje y plumas que se utilizan en la vestimenta cotidiana de algunas comunidades; las figuras como los espirales y triángulos son símbolos que tienen diferentes significados para las comunidades, algunos son el labrado, las semillas e imágenes de relación con la naturaleza. También, utilizamos el chumbe como referente de nuestro logo con los colores rojo y amarillo, simbolizando nuestra identidad, lo que hacemos y tejemos en conjunto.
Lo representamos a través del vientre, en donde están los órganos más importantes: el sistema reproductivo femenino simboliza lo que nos hace dar vida, crear y expandirnos, colocamos un espiral que significa fluir, crecer, volver al mismo punto con un crecimiento, estar girando, en movimiento, implicando cambios y transformaciones. Así mismo, colocamos palabras que incorporan la manera en cómo nosotras llevamos el crecimiento y la expansión del grupo. Una de ellas es las alianzas o redes que se pueden generar con personas que nos apoyen desde sus quehaceres, saberes y desde distintos puntos desde los cuales aportar; también, con organizaciones, empresas y proyectos que fortalezcan y visibilicen el trabajo del CPMI. Además, utilizamos las convocatorias de diferentes eventos y esto nos permite expandirnos para acercarnos a otras personas y experiencias que no conocen nuestro trabajo. Como mujeres indígenas. De igual forma, realizamos encuentros como el realizado con mujeres indígenas de diferentes comunidades a nivel Distrital, tejemos socialmente. Otra forma de expansión son las redes sociales, que nos han permitido llegar a personas y lugares en los que físicamente no podemos estar.
Uno de nuestros sueños es poder tener sostenibilidad desde lo que nosotras hacemos en el CPMI, que nuestros contenidos sean divulgados en más espacios nacionales e internacionales. También, crecer como colectivo para ser un referente para las demás mujeres indígenas y de la comunidad en general. Poder viajar y conocer otros territorios, aprendiendo, construyendo, cuidándonos y creando colectivamente.
Durante nuestro proceso hemos identificado 5 dificultades que solucionamos de la mejor manera. La primera, son los conflictos internos en los que tenemos desacuerdos y diferencias, que nos han permitido crecer y mantenernos en nuestro propósito en el Círculo, buscando soluciones entre todas y mediando entre las integrantes a través del diálogo y la comunicación asertiva.
El segundo, es la falta de confianza de lo que nosotras hacemos. Muchas veces no reconocemos el impacto que tienen nuestras acciones, sin embargo, lo hemos
afrontado en el camino, valorando lo construido en cada viaje, en cada espacio de visibilización y confrontando los miedos que surgen en cada nuevo proyecto.
El tercero, es la formación en algunas cosas que no tenemos conocimiento y que en ocasiones necesitamos. No obstante, gestionamos capacitaciones con personas cercanas al Círculo, organizaciones, talleres, de manera autónoma con videos y procesos de socialización e intercambio de saberes indígenas entre nosotras y con las comunidades.
El cuarto, es el tiempo por las diferentes actividades que tiene cada una que en ocasiones no nos coinciden los horarios. Sin embargo, tratamos de buscar tiempos muy temprano en la mañana o muy tarde en la noche, ordenando y priorizando las diferentes actividades. En ocasiones hemos tenido que dejar cosas de lado o encaminarlas de la mejor manera posible para lograrlas.
La última dificultad son las relaciones interinstitucionales, ya que para algunas de las instituciones con las que hemos tenido la oportunidad de trabajar, no están acostumbradas a trabajar con este tipo de poblaciones o con nuestras formas ver el mundo, no tienen la sensibilidad para abordar algunos temas. Por lo tanto, hemos ido mostrando y sensibilizando desde nuestro trabajo esas nuevas formas de poner la palabra de las comunidades indígenas.
EN ESTA RUTA IDENTIFICAMOS LA FORMA EN QUE
NOS ORGANIZAMOS INTERNAMENTE, REALIZANDO
UNA MIRADA REFLEXIVA EN TORNO A LA FORMA
EN QUE NOS RELACIONAMOS Y COMUNICAMOS
PARA NUESTRO QUEHACER COMO COLECTIVO.
Nuestro organigrama lo representamos de forma circular; cada una de nosotras representa alguna de las funciones que realizamos. Sin embargo, esto no quiere decir que estemos estáticas en esta categoría, ya que estamos en constante comunicación para realizar las diferentes actividades, por lo que hay líneas que entran y salen constantemente de los procesos que cada una adelanta. Reconocemos las habilidades de cada una según la profesión y conocimientos para realizar los diferentes procesos del Círculo. Queremos resaltar que el siguiente cuadro es una forma de ver algunas funciones que se realizan dentro del CPMI. Sin embargo, los roles son cambiantes y siempre hay una interacción constante en la que todas aportamos, sin jerarquía alguna: todas podemos ejercer el liderazgo en cualquier actividad. Para nosotras es fundamental la comunicación y reconocer las habilidades de cada una, dependiendo del contexto donde se requiera desenvolvernos.
Integrantes
Mayra Suarez Enfoque pedagógico
Paola Sánchez Gestión
Sara Sandoval Relaciones públicas
Andrea Yatte Financiamiento
Según habilidades y profesión, no hay un rol establecido para cada una, todas aportamos en la medida que se requiera.
Retroalimentación colectiva.
Daniela Ceballos Comunicaciones
María Sandoval Recursos Humano
Laura Sandoval Diseño
En esta ruta dibujamos y reflexionamos en torno a nuestros logros a nivel personal y sobre el impacto que hemos tenido en la familia y comunidad.
Logramos identificar lo que hemos alcanzado a lo largo del tiempo teniendo apoyo, transformaciones, aprendizajes personales y colectivos.
Cambios que se han generado para las integrantes del CPMI
Nosotras identificamos que el Círculo ha tenido bastante impacto en nuestras historias de vida. Ha sido una formación compartida que nos ha permitido fortalecernos en nuestras culturas para crecer, según el ritmo personal, en diferentes ámbitos y arraigar nuestra identidad. Esto nos ha permitido transmitir estos saberes entre nosotras y en otros pueblos. También hemos tenido la posibilidad de desarrollar habilidades blandas para no entrar en conflicto en diferentes situaciones en contextos externos. Además, nos ha permitido inspirarnos para seguir perseverando por nuestros sueños colectivos y se han creado vínculos de hermandad en el andar, fortaleciendo los lazos entre nosotras y nuestras familias.
Impacto que el CPMI ha generado en nuestras familias
Ponemos nuestro legado para ser ejemplo de futuras generaciones de nuestras familias. Hemos crecido junto a ellas, han visto nuestro proceso y han valorado nuestro esfuerzo, creyendo en lo que hacemos. Hemos percibido que han cambiado la forma de ver el mundo: cambió la perspectiva frente a los limitantes para lograr algunas cosas como acceder a la educación superior, viajar y oportunidades que ellos creían que solo tenían las personas con dinero. Ponemos las semillas, como símbolo de sembrar esa inquietud en los niños, para seguir el legado de nuestras comunidades, valorando lo propio y los conocimientos y legados que nos permiten otras miradas, desde las anécdotas de vida de nuestras familias y desde los podcasts que nosotras realizamos y que ellas escuchan.
Nosotras consideramos beneficiarios a las personas que acceden a nuestros contenidos, quienes escuchan nuestros podcasts, quienes ven nuestros documentales o que están interactuando en las redes sociales con todo lo que hacemos. Les representamos a través de una planta que absorbe lo que nosotras entregamos en nuestros contenidos y permite la escucha o sentir de los mensajes que se trasmiten en los diferentes medios audiovisuales que realizamos. Esto permite el fortalecimiento de las personas externas en conocimientos sobre los diferentes Pueblos Indígenas en Colombia.
Impacto ha generado el CPMI en la comunidad
Hemos representado la balanza como una revalorización y resignificación de la historia y las tradiciones de cada comunidad, rescatando sus conocimientos y fortaleciendo estos saberes que deben ser escuchados y transmitidos a los demás. Dibujamos el megáfono representado como símbolo de llevar y permitir que sea la propia comunidad la que narre, cuente y escuche sus propias historias, permitiéndoles ser los protagonistas con sus voces e historias, reconociendo la identidad de los pueblos indígenas desde sus narraciones y resignificando su papel en la historia. Así mismo, impactamos en el fortalecimiento de la interculturalidad, reconociendo las diversas formas de ver e interpretar el mundo.
EN ESTA RUTA LOGRAMOS IDENTIFICAR NUESTRAS FORTALEZAS, DEBILIDADES, OPORTUNIDADES Y AMENAZAS UTILIZANDO EL TEATRO IMAGEN, PROPUESTA ESCÉNICA Y DE INDAGACIÓN SOCIAL DEL TEATRO DE LAS PERSONAS OPRIMIDAS PARA
CONTINUAR CRECIENDO, REFLEXIONANDO Y MEJORANDO.
En las diferentes escenas encontramos el amor, la pasión, la gestión, la vocería, el liderazgo, el empoderamiento, sostén y apoyo, la entrega y el compromiso. También representamos la incidencia social del trabajo que realizamos, la enseñanza y la siembra de lo que queremos cosechar.
Los viajes a las comunidades para realizar los podcasts son oportunidades para documentar los procesos de estos pueblos. Nos dan la posibilidad de compartir desde lo sonoro y permite que otros pueblos participen contando sus historias. Reconocer otros espacios de participación social y académico nos han posibilitado mejorar nuestros procesos en el Círculo y han permitido
sembrar conocimiento en otras personas y ampliación de la expresión y visualización para las comunidades indígenas. Todo esto nos ha permitido ampliar la mirada a otras posibilidades y oportunidades de viajar, de estudiar en el exterior, romper con las fronteras que se establecen socialmente y ampliar la voz de las mujeres indígenas en espacios de participación académica, política, social y cultural. Abrimos caminos a diálogos intergeneracionales en nuestras comunidades y en otros espacios en los que visibilizamos con los aliados el trabajo juvenil rescatar nuestro legado ancestral.
Consideramos que la falta de tiempo y las discusiones internas que hemos tenido en el grupo. Reconocemos que las actitudes y formas de expresar las cosas pueden afectar la armonía y las dinámicas dentro del Círculo. También es importante considerar las cosas que nos generan tensión a nivel personal y reconocer que la sobrecarga, al estar en tantas cosas, pueden causar agotamiento físico y mental. Nos es muy importante considerar la puntualidad de todas frente a los compromisos adquiridos dentro del Círculo.
El ser visibles en muchos espacios sociales y de incidencia política puede ser contraproducente, pues a parte de los aliados que nos apoyan y quieren fortalecer nuestro proceso, podemos encontrar personas que quieren aprovecharse de nuestro trabajo y beneficiarse con malas intenciones
que pueden afectar nuestra propuesta colectiva. A veces, cargamos con los prejuicios que se tienen sobre las comunidades indígenas, sobre las malas interpretaciones de las prácticas indígenas y esto nos resuena en muchas ocasiones convirtiéndose en una amenaza. Nos enfrentamos a estereotipos y construcciones sociales que se han creado, dándose unas exigencias hacia nosotras como mujeres indígenas frente a lo que se “debe de ser”. Nosotras nos “movemos” en dos mundos: el mundo occidental y el mundo indígena, enfrentándonos a dos dinámicas distintas en las que debemos responder sin afectar los saberes de nuestras comunidades. Por lo tanto, tratamos de encontrar un equilibrio y mediar, lo que no desconoce que en ocasiones haya tensiones ya que debemos tener cuidado con todo lo que decimos y hacemos para no afectar el proceso.
• La sistematización nos ha permitido reconocer las fortalezas y debilidades como colectivo, para valorar el recorrido que hemos tenido, resaltando los logros alcanzados y valorando cada peldaño de todas las actividades que realizamos.
• Nos ha sensibilizado y ha permitido interiorizar sobre el proceso de cada una, sobre el componente histórico de cada integrante y como nuestras historias se logran unificar para llegar al colectivo, consolidando un sueño en común. Nos ha permitido reconocer y fortalecer algunas habilidades, a través de herramientas artísticas, contribuyendo a que se tenga cierta sensibilidad artística para llevar a otros procesos, replicando estas actividades, que no se hacen comúnmente, nos impulsa a ser más sensibles desde el arte, el juego y la creatividad.
Nos retamos a hacer cosas que no hacemos en la cotidianidad, ejercitando la parte creativa, artística y teatral. Estas metodologías vivenciales nos permitieron afianzar los vínculos, dándose un acercamiento profundo entre todas.
• Reconocer nuevas formas artísticas y reflexivas, que nos permiten reconocer e interiorizar para planear, organizar y visualizar el Círculo.
Tener una visión externa, de nuestro proceso, desde las cotidianidades, de compartir los espacios donde nos desenvolvemos, desde la objetividad.
El aporte audiovisual de la sistematización nos sirve como una herramienta para la construcción de memoria desde las comunidades indígenas y desde el proceso que ha llevado el CPMI; es como tener la información capturada en material audiovisual y poderle llevar a otros espacios, mostrando información del colectivo y de toda la labor que se ha desarrollado desde el CPMI
Lo audiovisual nos permite hacer una retrospectiva hacia lo interno, hacia esos aspectos identitarios de toda la comunidad, desde los saberes ancestrales, desde la representación y cúmulo de tradiciones que nosotras traemos para compartir.