El fondo de esta guitarra es de palisandro y de tejo, y la roseta de haya (derecha).
Usted es un luthier muy ecléctico… K. A. – Sí, yo no sé tocar música clásica, a mí me gusta más el blues, por eso me interesan también las otras guitarras. Yo diría que la construcción de guitarras clásicas es mi profesión y las otras más bien una afición. ¿De donde viene su pasión por los “cigar box”? K. A. – No lo sé, a mí me encantan! Son algo completamente distinto. Si se amplifica el sonido y se agrega un poco de distorsión, se obtiene un sonido muy “bluesy”. Yo hago varios modelos: de 3 o 4 cuerdas, con o sin trastes. También hago un modelo de dulcémele (especie de salterio) de 4 cuerdas. Aquí tengo un “cigar box” eléctrico con un mástil de Telecaster de arce, clavijeros Gotoh, pickups Bare Knuckle y diapasón de palisandro brasileño. Es casi un instrumento salido del Custom Shop de Fender y que, además, suena fantástico. En Inglaterra no hay mucha gente interesada por esas guitarras, pero en América son muy populares. Al principio estaban hechas por gente muy modesta. Muchos “bluesmen” comenzaron con esas guitarras cuando eran niños. Son instrumento simples pero con ellos se puede tocar música y es eso lo que importa.