Proyecto Coloreando Sonrisas

Page 24

muros. Le pedimos permiso a uno de los monjes para que nos abriera una de las puertas de las torres del muro. Amablemente nos abrió el candado y, en un visto y no visto, estábamos encaramados a lo más alto del monasterio, disfrutando de unas espectaculares vistas.

Momentos antes de quedarnos encerrados en el monasterio

Después de unos 30 minutos volvimos a la puerta por la que habíamos entrado, pero (¡sorpresa!) la puerta estaba cerrada. Nos habíamos quedado allí, a unos 10 metros del suelo. Comenzamos a golpear la puerta y a pedir ayuda, pero ¡nada!. No había nadie por allí. Nerviosamente comenzamos a buscar una salida alternativa. Eran las 9 menos cinco. El resto de personas del grupo ya estarían esperándonos. Suponíamos que si a las 9 y media veían que no aparecíamos, pues nos buscarían. Eso nos calmó un poco. Hacía mucho frío. Calculo que unos 5 grados bajo cero, aunque la sensación era de mucho más frío, puesto que estábamos en alto, en un espacio abierto. ¿Cómo nos podían haber encerrado? ¿Querrán estos tipos que nos hiciéramos monjes? Pues si es eso lo que querían, estaban aviados. Fueron momentos de nerviosismo, pero tras unos minutos buscando una salida, conseguimos encontrar una vieja escalera que estaba apoyada en uno de los muros


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.