Orbea 175 Aniversario

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IXIO AL MANDO DE TODO

OLABERRIA, GARRO, LEZAUN...

Por aquellos días Ixio Barandiaran andaba siempre cerca del negocio de bicicletas que Jokin no podía atender por sus viajes. “Entré en el mundo de la bicicleta gracias a la tienda de Jokin en Beasain –empieza comentando Ixio–. El vínculo con Orbea era de tienda a marca. La relación se estrechó hasta que entré directamente en Orbea. Ya como cliente, desde la tienda, le propusimos a Orbea la posibilidad del equipo. La propuesta llegó cuando Jokin acabó de competir en carretera. Vimos que aún tenía cosas que ofrecer. La entrada de la marca fue poco a poco, al principio Orbea entró como sponsor de las carreras de ciclocross. El trabajo fue a más y la marca entró directamente en el equipo, siempre bajo mi dirección”.

El camino estaba trazado y poco a poco la estructura creció. Volvió a las huestes de Orbea Andoni Olaberria, un talento en BTT, que llegaba avalado por un título y un subcampeonato nacionales. Andoni, primo de Leire, medallista olímpica en la pista de Pequín, tenía ADN Orbea: “Con 17 años empecé a correr con el Orbea en juveniles. Luego estuve de amateur con Caja Rural y al final con Paternina”. “Llevaba cuatro años corriendo en BTT y veía cómo el equipo Orbea iba creciendo, pues también llegaron Garro e Igor Fernández –prosigue Andoni–. En 1995 apostaron algo por mí, venía de ganar el Campeonato de España. A partir de esos días el equipo ya se hacía fuerte. Estuve con ellos unos seis años. En 1995 y 1996 tuve dos años muy malos, luego remonté manteniéndome, con altibajos, entre los corredores que contaban para carreras nacionales y siendo llamado por la selección para europeos y mundiales”.

Sin competir en carretera, a Jokin la bicicleta le seguía tirando. Hacía más de diez años que había sido subcampeón del mundo de juveniles en ciclocross y la modalidad de barro y frío le iba perfecta. Fue hasta tres veces campeón de España ganando a la leyenda, el valenciano Paco Pla, y al futuro dominador, el vizcaíno David Seco. Inspirado, Ixio animó a Jokin a probar suerte en la BTT. La línea de progreso era clara, de las ruedas finas de la carretera al tubular híbrido de campas y prados, para aterrizar en la nueva modalidad que tenía adeptos por doquier.

La llegada de Andoni fue justo después de la de Juan Carlos Garro. “Un biker muy bravo y explosivo que si hubiera pillado la época actual habría dado que hablar”, según Ixio. Ciertamente tuvo relevancia también en aquella época, entre otras cosas ganó siete etapas de la Vuelta a España BTT, carrera a la que, como en el Tour de la modalidad, Orbea acudía ante lo mejorcito del mundo, entre otros el Sunn, con Christophe Dupouey y Miguel Martínez, el primer campeón olímpico de BTT.

“Había un fiebre, a la revolución del mercado le siguió una ola de competiciones. Había oportunidades de brillar”. Ixio recuerda que “la idea era buena porque coincide con el momento de explosión de la BTT. Teníamos potencial y un corredor de calidad. Había además un buen entorno para este deporte, con televisión incluso para apoyarnos”.

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— Primero Jokin, luego Roberto. Sin esperarlo, Ixio se había metido en un mundo relativamente nuevo a dos profesionales de la carretera, con años, experiencia y muchos conocimientos que repartieron entre sus compañeros de equipo.

En 1996, hastiado de la carretera, como Jokin, aterrizó Roberto Lezaun, que también como Jokin era familia de Ixio. Lezaun había sido profesional de carretera cinco años. Estuvo en el Banesto y se dio la circunstancia de que su primera carrera profesional, la Vuelta a Andalucía, la acabó ganando frente al danés Jesper Skibby, quien no escatimó riesgos en los descensos para poner a prueba al navarro. Lezaun pasó su último año de profesional en la Fundación Euskadi, con la que corrió su cuarta y última Vuelta a España.

También existía un vínculo directo: “Ixio y yo somos familia, además él llevaba nuestra tienda porque mi hermano y yo estábamos siempre compitiendo o de viaje –rememora Jokin–. Sinceramente no me veía fuera del ciclismo con esa edad. Trabajé como profesor de taller con mi título de maestría en FP y me llegó la opción de correr en ciclocross a través de Orbea. Ixio hacía de chófer, mecánico y todo. Empezamos los dos juntos y poco a poco fue viniendo gente. Yo acabé de competir en 1996”. De entrada Jokin ya ganó el Open de Euskadi, todo un presagio.

— “La propuesta llegó cuando Jokin acabó de competir en carretera. Vimos que aún tenía cosas que ofrecer. La entrada de la marca fue poco a poco, al principio Orbea entró como sponsor de las carreras de ciclocross”.

portista, pues venían de la carretera. Yo conocí la BTT en sus inicios siendo un deporte incipiente y poco serio. Cuando llegó la gente de carretera enseñó al resto la importancia de una buena preparación y la profesionalidad”, comenta el técnico.

Lezaun, no obstante, valora su paso por la carretera muy positivamente: “En todas las épocas, desde mis años de escuela, pasando por amateurs, categorías inferiores y profesional. Y digo buenísimo porque al final haces lo que te gusta y llevas la vida que quieres. Quizá lo peor fueron mis años de profesional, porque es un ciclismo muy duro, donde sufres, más con mi nivel, que iba todo el día en la cola. Entrenas mucho, te cuidas como el que más, pero no hubo manera. En 1996 me decidí por la BTT”. ROBERTO LEZAUN

IXIO BARANDIARAN PRESENCIANDO UNA CARRERA DE CICLOCROSS

Primero Jokin, luego Roberto. Sin esperarlo, Ixio se había metido en un mundo relativamente nuevo a dos profesionales de la carretera, con años, experiencia y muchos conocimientos que repartieron entre sus compañeros de equipo. “Roberto fue un buen maestro para muchos. Cuando yo entré en la BTT lo hice un poco a mi aire, improvisando, pero tanto Roberto como Jokin enseñaron a muchos la importancia de la disciplina en la vida del de-

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PRIMERO SOLO HAY UNO


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