Número 2 Revista Umbral

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Revista

Umbral

cultura+ literatura + creación

Ensayo + Creación + Crónica + Panoramas culturales

d a d i l a Margin Ilustración: Javier Muñoz


EquiPo Umbral

Revista

Umbral

cultura+ literatura

+ creación

Editora: • María Fernanda Rozas Equipo: • Camila Camacho U. • Josefina Marambio. • Rodrigo Zúñiga M. Diseño gráfico: • Rodrigo Zúñiga M. Ilustración portada: • Javier Muñoz (javimunoz.com) Colaboradores: • Melinka Fuenzalida • Josefina cortés (www.flickr.com/photos/ jotaoeseeefeienea)

• Evelyn Nuñez

nos)

(www.flickr.com/elsolentusma-

Agradecimientos: • Queremos dar las gracias a nuestros pacientes lectores, que a pesar de la demora, siguieron pendientes esperando nuestro número; además extendemos el

agradecimiento a nuestros colaboradores, quienes enriquecen nuestra revistas con sus escritos.


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Cuando pensamos en los términos marginal, marginación y marginalidad es fácil apostar por al menos dos concepciones. Sin dudas, la primera de estas concepciones hace referencia a sujetos sociales que no se ajustan a las leyes impuestas del lugar donde residen (delincuentes, vagabundos, pandillas juveniles), y en segundo lugar, y quizás de forma más rebuscada, se puede ligar estos términos a una situación de exclusión de determinados individuos o grupos respecto a los ámbitos del poder e interacción social que son considerados dominantes, normalizados y más apreciados en el contexto social donde viven, ámbito que sin duda tiene una gran relación con la primera acepción, sin embargo, el proceso de marginación es algo que proviene desde tiempos remotos. Recordemos que en Grecia sólo podían ser ciudadanos aquellos hombres libres y solamente ellos podían ser partícipes de las decisiones que se tomaban en torno a la ciudad. Sin duda ya existe una inclusión mayoritaria en este tema, pero de todas maneras el asunto no ha cambiado mucho, las decisiones populares siguen estando en manos de las elites que gobiernan, lo cual nos refuerza la idea de cómo el poder provoca en sí marginación. Si tomamos estas referencias, la gran parte de la población estaría de acuerdo en que la mayoría de las cosas que ellos consideran marginalidad, entran dentro de las categorías dadas, pero la mayoría puede a su vez que no repare en la trampa ligada a toda definición. Las definiciones acotan, nos ayudan a organizar, a ordenar nuestra cabeza, pero toda cosa que tiende a concebirse como sistema tiene una entropía, todo sistema tiende al caos, y la sociedad no es ajena a esto. Esta entropía que se huele en toda sociedad es lo que verdaderamente llamamos marginalidad, sin lugar a dudas las anteriores definiciones también quedan dentro del concepto, pero ante nuestra despistada mirada, quizá escapen actos marginales diminutos, diarios, en los cuales cada uno de nosotros es protagonista absoluto. En un nivel general, podemos observar la marginalidad en la discriminación racial, de género, de nivel socioeconómico; o incluso en ese estúpido afán que tenemos como santiaguinos de creer que todo lo que pase fuera del área metropolitana no existe, es harina de otro costal, dejando a las regiones a su propia suerte, concentrando la capital cada vez más, el poder absoluto en sí. Si esto último lo tomamos desde los preceptos del Postcolonialismo, se traduciría a la dicotomía centro/margen, donde el primero siempre subordina al segundo. Otra situación que se da en la actualidad y sustenta al sistema capitalista, es este pisoteo constante, para dejar al más débil atrás, la sociedad se volvió una selva, los escupitajos por parte de los poderosos siempre estuvieron, pero ahora los escupitajos se dan descaradamente entre pares. La sociedad, crea entes individualistas, en donde no exixte margen puesto que todo comienza y termina en sí mismos, esto hace que nos enajenemos tanto, que nos automarginamos de aquellos que nos rodean (vecinos, por ejemplo), teniendo en claro que lo importante no es saludar o conocer el nombre de tus vecinos, sino que desligarse de todo tipo de vínculo humano que pueda hacer que la gente establezca lazos profundos. Si quiere demostrarse esto empíricamente,piense en esta época de festejos, que recién pasó y dese cuenta de cómo la mayoría sólo estaba preocupada de su propio bienestar, sin considerar en absoluto al resto que no tiene la misma suerte que uno: no saludamos al guardia que en nochebuena o año nuevo le tocó hacer turno. No respetamos a los empleados de supermercados al ir a comprar todo a última hora, no somos capaces de entregar, por única vez en el año, un saludo cargado de buenos deseos y un largo etc , que finalmente desemboca en la constante negación del otro, otro que no tiene el derecho de recibir alguna clase de atención por parte nuestra, en síntesis, todos estos gestos llegan a la bahía social traducidos en la omisión de algún gesto que haga construir un lazo social. La marginalidad desde siempre ha sido y será un tema de subordinados (y de sus insubordinaciones) y subalternos. Es simpático cómo con esto se da un interesante juego lingüístico: las mayorías subordinadas, son así denominadas minorías sociales, sin considerar que la toma de decisiones siempre sean realizadas por unos pocos a cuesta de su propio beneficio y, que el pueblo, quede marginado de un proceso que le pertenece intrínsecamente. A mi juicio,lo marginal es un tema que no desaparecerá de nuestras vidas mientras tengamos en mente la idea de erradicar todo aquello que no es productivo, que no es efectivo. Lo marginal convive en nuestras cabezas cada vez que despreciamos a un peruano, que no acudimos al llamado de un vagabundo que nos ruega por una moneda; cuando reclamamos si hay alguna "población calllampa" cerca de nuestras casitas que aspiran a un sector social que no existe (la afamada clase media, la burguesía capitalina); la marginalidad existirá mientras las cabezas del estado no creen verdaderas salidas a la pobreza, que no sean un millón de empleos y un largo etc, sino que de verdad una inclusión social. La marginalidad dejará de ser tema cuando aceptemos a un ex carcelario dentro de las lides de nuestras empresas,sin mirarlo en menos; la marginalidad, disminuirá su arrastre cuando salga un gobernante escogido POR el pueblo y que gobierne PARA pueblo; la marginalidad, desaparecerá cuando La Pintana, San Bernardo, Pudahuel y Maipú (por sólo dar algunos ejemplos) dejen de ser consideradas "localidades ajenas" a la gran manzana santiaguina; la marginalidad dejará de ser tema, finalmente, cuando Santiago deje de ser Chile. Y se abra a un potenciamiento de nuestras regiones. Claramente la gran mayoría de las ideas propuestas en esta editorial forman parte de la quimera de muchos de nosotros, pero finalmente, son éstas las que nos mantienen con vida, con esa pulsión que alimenta nuestras almas y sueños, que amplía nuestros horizontes y que nos muestran la posibilidad de pensar en salidas para una buen vivir y no sólo sobrevivir. Al tener viva en nosotros esa inocencia de pequeños ilusos, que pretenden cambiar el mundo en que habitamos con detalles, podemos comenzar a crear espacios que nos incluyan a todo por igual, sin ningún tipo de distinción.

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tan fugaces

por Gael Nazaá

narrativa Al despertar la mañana siguiente, besé su nariz y la cogí entre mis brazos. Nos quedamos abrazados o más bien anudados el uno contra el otro. Y así nos mantuvimos, quietos e impertérritos por largo rato.

Fotografía: Josefina Cortés

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ería ridículo negarlo, porque es verdad. Para nosotros siempre fue un buen paseo ir a la playa, pero ese día... ese día realmente no quería nada. Simplemente, como otros días, no quería nada. Martina, que había ya comenzando a acostumbrarse a mis ridículas depresiones, insistía con ir. Nunca desechaba la esperanza de que algún día, como por milagro, me pusiese bien y volviera a ser el que alguna vez fui. Aquella tarde me dio un beso inesperado bajo ese montón de cúmulos rosáceos, y se quedó pegada a mí. Sacó levemente su lengua, y me lamió delicadamente la mejilla. -Estás exquisitamente salado -me dijo. La tarde y el mar tenían una candidez extrema. El cielo se presentaba ante nosotros

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partido, como si aquel espacio atestado de nubes, repeliera con horror al cielo que lo miraba desde arriba, despejado y amarillento. Todo este escenario me retrotrajo a mi latitud original. Me imaginé adolescente y enamorado junto al mar. Al parecer derramé un par de lágrimas o puede que sólo lo haya inventado. Eso, ya no lo recuerdo. Esa noche volvimos tarde al hostal. Hicimos el amor melancólicamente. Yo sabía que Martina percibía perfectamente mi pena. Ella, por su parte, fingía indiferencia. Cerraba sus delicados ojos café, cuando su rostro contiguo, sentía la inhóspita cercanía del mío. Al despertar la mañana siguiente, besé su nariz y la cogí entre mis brazos. Nos quedamos abrazados o más bien anuda-

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dos el uno contra el otro. Y así nos mantuvimos, quietos e impertérritos por largo rato. Luego, me volví a dormir. Creo que la culpa, esta vez, fue de la tibieza. Desperté pronto y absolutamente acalorado. Miré a aquella mujer a mi lado, desnuda, casi feliz y somnolienta. Una figura seguramente enternecedora. Me recordó la primera vez que convencí a una mujer para que pasásemos unos días en la playa. En ese tiempo era yo más bien niño; dieciocho o diecinueve años. La casa era húmeda como un trapo de cocina y helada como sólo es posible en la soledad de un invierno playero. Maravillosamente ese lugar, por el espacio de una semana, se convertiría en la excusa perfecta para que ambos nos dejásemos en-


gañar, pensando que en el follar como locos, se encontraría escondida alguna forma de trascendencia. Al menos, eso creía yo. Antes de que siquiera llegásemos al lugar en que añoraba se cumpliesen algunos de mis sueños adolescentes y eróticos [que tal vez sean lo mismo] me sentía simplemente inmortal como se sienten los jóvenes a esa edad. Mi rostro el día de la partida, brillaba esplendoroso detrás de mi boba sonrisa. Los días avanzaban sin poder evitar que comenzara en mí una desesperación que ya hacia el fin de la semana se volvió insostenible. Entre aquella mujer y yo, hasta ese día, no habían habido más que horrorosos abrazos de amigos. Quizá hubo un par de besos tan fugaces como un par de miradas coquetas. Martina solía caminar minutos eternos por la playa tras desayunar. Decía sentir que caminar era como escribir un cuento. Un cuento sin protagonista ni antagonista; sin trama, sin nudos y sin un fin moralizador. En definitiva, un cuento basado en el horizonte y el silencio cinematográfico; para algunos, un cuento sobre la nada. Una vez dijo que le gustaba llevarme a la playa porque le recordaba al protagonista de su novela favorita. Después de leer aquella novela comprendí el por qué de tanta paciencia. Yo pensaba cons-

tantemente en la posibilidad de que Martina me viera como a un paciente, más que como a su novio, pero sinceramente importaba menos que mi terror a la belleza. Finalmente, el asunto es que yo estaba allí con ella, y ella, según me declaró una vez, cuidaría de mí hasta que nuestras arrugas se aburrieran de pasar tanto tiempo en nuestras caras. Yo a veces también la acompañaba en sus caminatas. Mas conmigo el cuento dejaba de ser aquel cuento, y como ella tenía completa conciencia de aquello, rompía el silencio de olas y me hacía preguntas. La peor y más recurrente era si la amaba. Muchas veces yo callaba, otras la miraba y decía –Sí, te quiero mucho- mientras ella bajaba la cabeza. Luego, continuábamos caminando y el silencio se reconstituía. Al volver Martina de su caminata, a eso del medio día, nos miramos ella y yo con cara de almuerzo, y sonreímos. Es bello sonreírle a Martina, aun cuando en mi caso, la mayor parte del tiempo sea un trabajo difícil, incluso para un sindicato de payasos. Nos pusimos a cocinar albacora encebollada. Fue un momento mágico. Yo cortaba la cebolla y lloraba como un niño. Martina sabía que mi llanto no era de cebollas, pero que para mí era la excusa perfecta para llorar frente a ella. Martina, que he llegado a pensar posee corpús-

culos de felicidad, en un instante de cometas y soles me tomó de la cintura. Martina es pecosa, y bajita. Apoyó su frente entre mis omóplatos y me apretó con la fuerza de quien levanta a un muro caído tratando de rescatar a su hijo pequeño bajo él. Yo me quedé inmovilizado, impactado por la fuerza y quizás hasta con cara de tonto. Luego se estiró, y me dio un beso suave en la oreja. -Nunca me pareciste más sexy- me dijo. Yo intenté darme vueltas para abrazarla, pero sus fuertes brazos se esforzaban tozudos por vencerme. Se acercó nuevamente a mi oído y me dio un discurso tierno, tan tierno como un arrullo de madre. Me prometía que a partir de aquel día todo cambiaría, que lograría ser un hombre nuevo (un yo nuevo que no es más que el yo antiguo). Y me liberó de la opresión de su abrazo. Volteé lentamente, intentando sentir su figura dibujándose en mi espalda. Quedamos de frente y muy cerca. Ella, que tenía la vista hacia el suelo, alzó sus ojos y los situó frente a los míos. Yo planté mis cansados ojos sobre los suyos, y lo hice de una manera profundamente chilena . Entonces nos miramos. Ella, por su parte, me miró y luego se sonrió de una forma altamente encebollada.

Fotografía: Evelyn Nuñez

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TrAbAjAdOrEs creacion Fotografía: Juan José Correa Escrito: Josefina Marambio

- ¡Ay, Don Peiro!, no me diga naíta qui la pestañeá que me pegué en la banca no fue ná de reparadora. No veí qui soñé “- ¡Hernández!, ¡Hernández!, Quí hací flojeando, quí una pesaílla, tiai creío, ¿¡No veí que la avenía central ta llena di hoja quera empresario, di esos del y papele!? Si la gente e má cochina aunque sea cuica barrio alto, y bien ensucia too, vó no poí dormirte” jodío qui les toca a eso caallero, puro número y papele y teléfono. La secretaria taba rica, pero ahí no má, media flacucha la caura, jaja. Pobres weones eso no es vía, no sé pa que tanto trabajan si al final tenemo toos lo mismos placeres: el trago, el furgol, las mujeres. - Yia, oh, te poní filosófico Hernández, vámono a terminar de barrer la mugre mejor. Pedro y Hernández toman sus escobas y se van a barrer el parque. En una de las bancas: - ¡Ay, Jorge! ¡Qué atroz la vida de estos pobres abuelos! Imagínate andar limpiando parques a esos años. - ¡Como pesadilla! Con estos calores...

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abía sido un día agotador de trabajo. El teléfono no paró de sonar desde el momento en el que ingresó en la oficina, a las nueve y treinta de la mañana. Incluso antes, pues ya se registraban cinco llamadas perdidas. Las toneladas de documentos se acumulaban sobre su escritorio. Con un café en la mano (dos de café, sin azúcar), se sentó a revisar los papeles. Fecha: Santiago, lunes del tanto tanto, bla bla. Estimado Señor Hernández, tatata tatata... ay, otra vez con lo mismo, solicitudes absurdas que uno no puede hacer llegar al jefe... Una carta, dos cartas,

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tres cartas. Un presupuesto. Cinco planillas con datos. Otra taza de café que no hace efecto y los números que bailan sobre el papel y comienzan a perder sentido. Cinco minutos de cerrar los ojos y descansar. Nadie lo notará. - ¡Hernández!, ¡Hernández!, Quí hací flojeando, quí tiai creío, ¿¡No veí que la avenía central ta llena di hoja y papele!? Si la gente e má cochina aunque sea cuica ensucia too, vó no poí dormirmirte no veí quial final ti toca má pega arrejuntá, como qui si acumula la custión, y depué te andai quejando ó viejo e mierda, ya pué.

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- Según mis cálculos, a esa edad yo debería estar jubilado con buena pensión, viviendo con la Martita en la casa de Zapallar. - Ojalá pues Andrés, si te has esforzado tanto... Oye, ¡Son las dos! - La reunión... - ¡Vamos!


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on su permiso, tía. Aquí voy a quedarme esperando. Espero a mi hermana. (Grita) ¡Hermana! ¡Hermana, ven! Le gusta hablar con las palomas y darles migas de pan. (Gritando más fuerte y enojada) ¡Hermana! Ya poh’, no tengo todo el día. (Dirigiéndose a la persona de la banca). ¿La ve? (Apuntando hacia un árbol). La flaca tiene problemas en los huesos, por eso es tan lenta (Se ríe y se sienta en la banca). Sabe, que estos chuchesumadre me patean como quiltro con tiña. ¿No le molesta, cierto? (La otra persona no le responde, sólo la mira extrañada).

Me

llaman calle

A ese hueón le voy a sacar la chucha, a ése poh’, tía (Señala con su cabeza la estatua de Pedro de Valdivia). Ese flaco culiao ¿qué se cree? De un solo combo lo voy a dejar tuerto. A mí nadie me trata así, menos ese piojento que no sabe na’ de cómo es sobrevivir en la jungla de cemento. Estos conchesumadre le quitan todo a una. Me quitaron mi poncho… ellos fueron. ¡Hasta una frazá que tenía yo poh’! No les gusta que tenga cosas. Te dan por lástima, pero te quitan el doble. Así se llenan los bolsillos con plata. Y si yo quisiera ser como ellos, tendría que ser a puros lanzazos, no má’, Pero no es na’ así, porque ellos roban y viajan, y yo el único viaje que me gano es irme en cana. Cabezas de alcornoque. Hipócritas, eso es lo que son, mosquitas muertas. Pasan y me miran con asco, con indiferencia. Se hacen los tontos. ¿Y Ud. qué me mira así? Yo no tengo nada que le pertenezca, ni mi dignidad, ni nada. Yo ya no tengo nada. (Gritando) ¡Mejor sigan gritando hasta reventarse el cogote! Parecen locos. Deberían estar en el siquiátrico todo estos hueones que gritan (Apuntando con el dedo, los imita): “¡Chi chi chi, le le le, viva chile!”… pero ellos no saben na ser chilenos, ni menos Chile. ¡Sólo el de arriba sabe, mierda! Se colocan benditos con agua bendita, te dan cafecito calentito, pero cuando una más los necesita, ahí están tocando bocinazos por su país. Ellos predican, pero no practican ypa’ rematarla, se llevan a las mocositas al Santa Lucía, ahí se las llevan. Ellos creen que no me doy cuenta, pero sí. En el día se pasean muy tranquilos, los cara’e raja, por el centro, del brazo de las locas de sus señoras, bien pintarrajeas las tontas.

Fotografía: Josefina Cortés

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Sabe que la otra noche, esa en la que hizo harto frío, vi cómo mi hermana se subía al auto del califa más califa del centro. Ese sí que es caliente. Llegó con su auto limpiecito y se la llevó. Al otro día estaba ahí tiraíta, toa moretiá… Cuando lo vea se va arrepentir toda su vida. Me cansé de esperar justicia divina yo. Entre tanto grito sordo uno va perdiendo la paciencia . Desde ahí que mi hermana no me habla. Sólo esos ratones con alas saben sus secretos, sus dolores. Es como si se hubiera olvidado de mí, como si estuviera dibujá una. Está como ciega… como muda…… está fría. Desde ese día que anda con la cara llena de pena. Mi poncho iba a ser para ella. ¿No me cree cierto? Yo podría hacerme la loca, pero no soy na’ mentirosa yo. ¡Ni menos asesina! Esa palabra es muy fea, más fea que pobre. Sólo que yo soy una mujer bien despierta. Para vivir en la calle hay que estar bien despierta. Dios da la mano, pero limpia con lluvia, con rastrillo, soledad, enfermedad, con cárcel, con frío. Sobre todo con frío. De un puro cachetazo. Tía, estos hueones me robaron mi ponchito, me echan de donde esté, y si estoy en su iglesia, más se enojan, los hueones. Podrían rezar al menos, y ni eso. Pretenden comprarse el cielo. No saben na que el que manda allá arriba no acepta cheques (Se ríe). Se creen dueños de todo. Un día de estos no me van a dejar ni respirar. Hasta eso me van a quitar. Me van a dejarme en pelota. Vienen a celebrar y son felices. Hay que ser tonto para creer que gritando uno encuentra la felicidad. ¿Creen que están solos? No poh’, estamos nosotros… nosotros que sabemos todos sus cagasos... los miramos todos los días como entretención y pagamos por todos sus pecados. Yo no camino rencorosa, pero harto que me debe la vida. Me deben la vida entera y la de mi hermana. Por eso cobré no má’… Ahí poh’, tío, al lao de la iglesia, delante de Dios y de todos los Santos, ¡Pa’ que se haga justicia de una vez por toas! ¡Nadie me va a venir con hueás nunca más!

Lucía Díaz Piga Estudiante Teatro Universidad Mayor

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Dialógate y recuérdame Pregúntale a tu cuerpo cómo soy es que no recuerdas mi presencia dialoga con tu corporeidad y hazte conciente de mi especialidad en las

tablas de la Rubia No soy de esas perras arrastrás de “la pasta” que bailan ebrias, no soy. No soy de esas perras de Pantano que andan entre las tablas llenas de copete y colillas de cigarro. La Bohem es parte del ritmo

Pregúntale a tu cuerpo cómo bailo, y verás que soy más que “una explosión y pierdo la cabeza, me he vuelto de neón”

¡Dialógate y recuérdame! No soy una perra del montón.

Fotografía: Evelyn Nuñez

Kurtteim Guafftum 20 años Estudiante

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ensayo

El exodemos chilensis iglo V a.C., el siglo de oro de la Atenas clásica, cuyo mayor legado para nuestros días es el sistema democrático. Sistema que, sin embargo y como es bien sabido, dista bastante del que corre en la actualidad. Ahí el demos, la ciudadanía era una proporción minoritaria respecto al grueso de los habitantes de la ciudad; sólo un puñado de unos 5.000 hombres libres, a lo mucho, mayores de edad, comparado con las miles de mujeres, niños, metecos (extranjeros, dedicados sobre todo al comercio) y, por supuesto, esclavos. Esa era, grosso modo la realidad de la democracia ateniense, terrible en muchos aspectos para nuestros ilustrados ojos occidentales del siglo XXI, especialmente en lo que se refiere a la exclusión en la participación política de una parte importantísima de la población. Pero dejando de lado los juicios actuales (lo cual es difícil), hay que reconocer que el sistema funcionaba, y bien. Tan bien que era una democracia realmente participativa, y no meramente representativa. Donde la política se tenía en la más alta estima, y la participación activa en ella, tanto en las discusiones como en el ocupar cargos públicos era, más que un derecho, un

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deber, el cual podía ser castigado con el ostracismo –exiliode no ejercerse. Pues, ¿quién se encargaría de organizar y gobernar la ciudad si no eran ellos, los ciudadanos, los hijos de Atenas, los miembros y formadores de esa comunidad? Se veía la participación política como un deber hacia la ciudad y la comunidad que la conformaba; del servicio brindado a la polis dependía el honor del ciudadano, y quién no ayudara a mejorarla y embellecerla en todos los aspectos posibles sin duda no merecía ser parte de esa comunidad, mucho menos recibir los privilegios que otorgaba la condición de ciudadano. Era un dar y recibir constante, desde el ciudadano a la ciudad, la cual podría considerarse como Patria, como elemento de arraigo. Y claro, con sólo 5.000 sujetos la organización no debe haber sido del todo difícil. Si hablamos en términos prácticos, es entendible que mientras menos ciudadanos fueran, mejor funcionaría el sistema. Sin embargo, esto no justifica para nosotros el hecho de excluir a los esclavos, los extranjeros, y a las mujeres. Los primeros fueron sin duda la base de las civilizaciones antiguas, pues sin ellos muy pocos de sus logros se habrían conseguido. La civilización helénica no es la excepción. Sin los esclavos, difícilmente los atenienses

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podrían haberse dedicado al bello arte de la política. Si no, ¿quién habría sistema democrático no les convence, por lo que lo más lógico sería labrado las tierras que les correspondían por derecho? ¿Quién habría no participar de él, y otros porque simplemente no les gusta el estado construido los templos y edificios públicos? ¿Quiénes los habrían asistido actual de las cosas. Como dije anteriormente, todas son opciones que en sus acaloradas discusiones, u mantenido en orden sus casas para deben ser respetadas, pero respecto a la última en específico, la cual que pudieran dedicarse tranquilamente al gobierno de la ciudad? Ellos parece estar muy extendida, mi gran pregunta es: Si les molesta la no, sin duda, menos aún sus hijos o esposas. forma de hacer política actualmente, ¿cómo pueden esperar a que las En lo que respecta a ellas, las mujeres atenienses, se produce cosas cambien si su forma de contribuir es dar un paso al lado? Muchos una paradoja: ¿cómo podían considerarse inferiores a lo hombres, dicen que es la única manera de que las autoridades se den cuenta de específicamente en lo relativo a la ciudadanía, si el ateniense se que “están haciendo las cosas mal” pero, ¿y el voto nulo? Es cierto que a la hora de dar los resultados oficiales éstos no se contemplan para que definía como el hombre libre, mayor de edad, nacido de padre y madre ateniense? Estas mujeres eran por tanto parte fundamental de la información sea más clara, pero eso no significa que nadie los tome en cuenta, y mucho menos que no tengan importancia. Personalmente la definición de la ciudadanía, a pesar de lo cual su importancia en creo que la única forma de cambiar un sistema es adentrándose en la sociedad era ínfima (situación radicalmente distinta a la espartana, él, y participando desde ahí. Pues si bien las obras se aprecian mejor por ejemplo, donde las mujeres cumplían un papel fundamental dentro en perspectiva, la única forma de la sociedad). Otro de los actores de modificarlas es acercándose marginados eran los metecos, que si a ellas, ensuciándose las manos bien eran extranjeros, ejercían en su ay automarginados en la directamente para que cambien. mayoría una actividad importantísima En una democracia como la para Atenas –y para el mundo antiguo, democracia chilena y las nuestra, con tantos actores presentes en general- como fue el comercio, sin el a diferencia de la ateniense, la forma razones de tal situación cual la ciudad-estado no habría llegado más clara de participación se ve tan lejos, como es lógico pensar. Así pueden ser millones uchos reflejada en el voto. Pueden existir también, muchos metecos ejercieron la miles; somos animales políticos actividad intelectual, haciendo que la no alcanzaron a inscribirse otros y podemos arreglárnoslas para filosofía floreciera en la polis. Muchos encontrar otras formas de expresar de ellos llegaron a arraigarse en nunca se informaron nuestra opinión, respetando la de Atenas, incluso al punto de defenderla los demás, pero sin duda el sufragio y considerarla su ciudad, a pesar de no tener la calidad de ciudadanos. es la más generalizada, conocida por todos, y donde se garantiza la Estos eran los marginados de la política ateniense, a pesar de los participación del electorado en pleno. Así las cosas, y sin dejar de lado múltiples servicios prestados a tan ilustre ciudad. Pero era una época otras manifestaciones, ¿por qué el afán de automarginarse alegando y, por tanto, una mentalidad distinta, donde se permitían cosas que que “las cosas no van a cambiar”? Los votos se suman uno a uno, y ahora nos parecen abominables, y parte de la visión histórica consiste sólo uno de ellos puede significar que un candidato obtenga la mayoría en entender y apreciar las cosas dentro de su contexto. Y es cosa sabida absoluta. Y ni siquiera es necesario votar por uno de los nombres de la que en el mundo antiguo muchos eran los excluidos, en este y otros papeleta. ¿Por qué no darle un voto a cada uno, o escribir el nombre aspectos de la sociedad. de nuestro propio candidato? Muchos pueden pensar que los votos Pero si nos enfocamos ahora en nuestra época ¿Quiénes podrían al final no cuentan. Claro, un grano de trigo solo no sirve, pero con ser los marginados? En el caso específico de nuestro país, una república muchos de ellos se puede hacer un pan. ¿Y si ningún candidato fuera democrática –con un sistema más representativo que participativo - con lo suficientemente bueno para merecer un voto, y los nulos superaran a ciudadanía universal, ¿Se puede decir que, al menos en teoría, haya los propios candidatos? Eso sumado a distintas formas de participación marginados? Personalmente, creo que no. Las elecciones presidenciales ciudadana, seguramente generarían más cambios que la pasividad y parlamentarias del pasado domingo 13 de diciembre demostraron que absoluta en Chile se pueden llevar a cabo procesos eleccionarios limpios y sin Siempre se dice que en el sistema actual no hay espacio para los más desórdenes que los que pueden causar el calor veraniego y las jóvenes, pero si consideramos que muchos de esos jóvenes no parten filas en las mesas de votación. No obstante, no todas las personas en por lo más básico, por la forma más simple de expresión, como es el condiciones de inscribirse en los registros electorales lo hicieron. No voto, probablemente habría que reformular el enunciado. están obligadas por ley, por lo que tienen plena libertad de elegir entre sumarse al electorado o quedarse tras bambalinas. Ambas son sin duda opciones válidas y completamente respetables, pero ante tal situación, podemos decir que los marginados que en la antigüedad fueron excluidos Marianne Rippes por ley, ahora lo hacen por voluntad propia. Hay automarginados en la Licenciatura en Historia democracia chilena, y las razones de tal situación pueden ser millones. Pontificia Universidad Católica de Chile Muchos no alcanzaron a inscribirse, otros nunca se informaron, y otros, muchos de ellos jóvenes, dieron un paso al lado deliberadamente, a pesar de su interés por la política y la sociedad, algunos porque el

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Alegrando murallas: el trabajo de Natalia Cáceres 23 años Por lo que estudié (diseño gráfico, Universidad Arcis) llegué a los muros: yo hacía dibujos y comencé a publicarlos y resultó que a las personas les gustaban, así entre esas cosas de la vida un día (hace como 2 años), me invitaron a pintar, de ahí que ya no paro.

Mi tema es lo femenino, mujeres, niñas, la mayoría del tiempo felices y con lindos vestidos, chicas felices dentro de esta ciudad gris, me gusta pintar los muros más feos, para en cierta forma alegrar, me gusta que la gente mire, admire, critique; lo más importante es el impacto en

Título: La venada herida (Versión Libre del cuadro de Frida Kahlo del mismo nombre Ubicación: General Velázquez esq. Alameda (Borrado) Técnica: Latex blanco, rojo, amarillo, azul y oleo negro


los niños, que vean y sientan ganas de pintar, de expresarse, que son parte de su entorno, es parte de la identidad, las calles son de todos, hay que tomárselas.

http://www.flickr.com/photos/alter_nati_va Título:

Desatándonos al viento

(El nombre viene de un tema de la Banda El otro yo)

Ubicación: Av La Estrella con San Francisco Técnica: Latex al agua blanco y oleo negro


Una cuestión generacional

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Comentario de antemano: El texto queda expuesto (al open source1). Tengo entendido que hay instancias para lo que trataré, pero aún así son mínimas, sobre todo las referidas a narrativa, más aún al área dramática. Las analogías no van en vano. Aviso que mis textos jamás buscan un fin único, para nada inductivos. 1 Open source: código abierto, este texto puede ser reutilizado y editado para perfeccionarlo, colaborando en su construcción; no me mata la autoría.

dio el casi axioma “el escritor escribe para los Literatura- nos enseñan teoría porque nos creen intelectuales que demás”. Lo odio porque no tiene razón. Sin piensan mucho, casi colegas de filósofos, por el sólo hecho de leer. Los embargo en esta ocasión, seré su abogado. Tuve estudiantes de Teoría del Arte tendrán cercanía con Literatura y Filosofía, la suerte de participar en el montaje de SUDALA quizá hasta los de Artes Plásticas. Estos teóricos han de considerar el 2009. Encontreme con diseñadores iberoamericanos mamones, emos. diseño como pseudoarte, huérfano, híbrido. No sé si actualmente haya Ahora bien, más palabras para definir eso. a analogía entre diseño y el best seller no es en en mi opinión, la Burbujas, muffins, ternura, qué vano […] Alguien debe hacer hincapié en el pro- pseudoliteratura es el sé yo en qué estaban/están best seller (aunque pensando. Aludo lo mamón de blema de las artes, ya que éstas no deberían estar a veces hay una tan los diseñadores a una cuestión segregadas en distintas facultades, sino más bien en pseudo que ni siquiera generacional. Pienso en cuán un gran espacio capaz de generar discusiones (entre es best seller), sin difícil es darse a conocer – muchas otras cosas). embargo no busco suponiendo que ese es el enfocarlo en eso. Mi resultado de nuestras expresiones creativas— para algunos. futura pregunta -¿qué se está creando?— se enfoca en si los creadores Soy partidario de creer que a nosotros –estudiantes de de Literatura (y no sólo los de lírica), son o no mamones, pensando

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que puedo conocerlos a través de sus ropas, de su forma de ser con el resto, diría que en parte. Aunque para mí cuando se trata de Literatura, escribo influenciándome sin querer de los antiguos, descartando persé hablar de un arcoiris que se mueve con una inmensa sonrisa con ganas de besar a la Luna, mientras yo tengo una apariencia monstruosa, pero que los diseñadores han de encontrar hermosa con una flor en la mano, sentado en una rama. Preguntas imbéciles alrededor de sus fotografías y/o creaciones, páginas como cabrochico.com y un largo etcétera; no es necesario detenerse en sus creaciones. La analogía entre diseño y el best ¿Qué daño puede hacer un seller no es en vano. lector, más que influenEn mi parecer, las ciarse, criticar y/o copiar artes, los movimientos ideas? Está bien no lograr y las generaciones no ser como los modelos del viven separadas. No pedestal, pero estamos nos damos cuenta que generación, haciendo generación y hacemos situarme en una sería hay que aprovecharlo. sueño realizado. Alguien debe hacer hincapié en el problema de las artes, ya que éstas no deberían estar segregadas en distintas facultades, sino más bien en un gran espacio capaz de generar discusiones (entre muchas otras cosas). [El hincapié para el open source] No estoy de acuerdo con que la Literatura sea un espacio netamente solemne, serio y elitista. Insisto en volverla un tanto más informal. Pero, por otra parte, me pregunto de qué mierda se influencian los bestsellerianos, los diseñadores mamones. Quisiera conocer cómo escribe esta generación -la posmodernidad a medias en Chile respondería que hay muchas posibilidades, pero tengo fe en que mamonerías no habrá. Me pregunto por qué temen mostrar sus creaciones a cualquiera, son incompetentes que no asumen lo que escriben, cobardes. Así no publicarán nunca. Y esta parte no logro entenderla en particular, si alguien que ama escribir literatura, más de alguna vez ha pensado en publicar. Dudo que las aspiraciones de los estudiantes sean titularse de una buena vez para hacer algo más con esta carrera (que es para nada teleológica) ¿Qué daño puede hacer un lector, más que influenciarse, criticar y/o copiar ideas? Está bien no lograr ser como los modelos del pedestal, pero estamos haciendo generación y hay que aprovecharlo. Para mí es particularmente extraño que no haya coloquios, o me he informado mal quizá. Hasta en las universidades privadas son más activos, no debemos esperar a instancias como JALLA, o Jornadas Cervantinas, talleres o revistas inconclusas para hablar de Literatura (y no sólo lírica). No digo que la conversación de pasillo no valga, pero debemos considerar el peso que tenemos al ser estudiantes de la Universidad de Chile y sacarle provecho. No sólo los académicos tienen acceso a hacer. No por ser estudiantes de Literatura somos creadores

frustrados. Sé que un concurso es una vía burda, sin embargo, propongo vulgarmente compartir en vez de competir. Las instancias no son menores, debemos jugar al brain storm. Dejar de lado las disyuntivas y pensar que para nuestras creaciones somos autores muertos, las obras se defienden por sí solas, por ende, tener más facilidad de lanzarlas a lo público. En lo personal, nunca he mostrado todo lo mío, pero es porque no me llama la atención que me lean todo, aunque no por timidez. Pero deberíamos dejar de ser tan chilenos y crecer intelectualmente como colectividad. No propongo bajo ningún caso un fin único experimental que deba darle a la Literatura esta generación, para nada, sumando que entre más posmoderno más vasto el campo de probabilidades, pero como de alguna manera todo conlleva un fin ideológico, propongo en primera instancia conocer la escritura de todos los posibles, no crear un fin, insisto, pero sí orientar y conocer. Conocer esta generación.

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Moriak Núñez Castro Estudiante de Literatura Hispánica Universidad de Chile

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Juana (Manuela Infante) y las nuevas nociones de texto dramático as diferencias entre dramaturgo, director, grupo y actor más bien se borran en el teatro actual. Ya no es novedad encontrarse con la producción de una textualidad performartiva en la que la práctica escénica se funde y exhibe como un acto reflexivo; una serie de dramaturgos/directores atribuyen a la palabra la ambigüedad y la relatividad como centros de reflexión y de interrogación: lo que buscan no es la instalación de una estética netamente latinoamericana, sino de otra que sea capaz de expresar una actividad artística y una concepción del mundo. Al aproximarnos a Juana (2004) de Manuela Infante estamos, pues, aproximándonos a esta forma diversa de teatro que es equivalente a la pluralidad cultural de nuestros tiempos. El texto ya no se presenta como una estructura estática que pueda sistematizarse, sino que se transforma y flexibiliza en función del espacio de la representación, como guía para un montaje. Ya su subtítulo, "Guía para la creación de un mundo", afirma la poca distancia que separa a la escritora Manuela de la directora Infante: en el momento de la escritura la vocación de la directora está formando o, mejor dicho, reformulando eso que sale en el papel, la guía. Y aún así la obra no logra desalojar por completo un sentido profundo, antes bien, diversos vacíos o zonas de interpretación reclaman su construcción a partir de nuestra experiencia propia, tan nueva y diversa como los esquemas verbales y las evocaciones que nos vinculan. Un sentido, uno entre tantos, puede tomarse como un ovillo cuya punta se encuentra en el llamado Prólogo, de Prat.

Ya su subtítulo, “Guía para la creación de un mundo”, afirma la poca distancia que separa a la escritora Manuela de la directora Infante: en el momento de la escritura la vocación de la directora está formando o, mejor dicho, reformulando eso que sale en el papel, la guía.

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Esta apertura del texto se refleja en las escasas acotaciones. Diálogos desnudos aparecen con una fuerza poética cargada de ambigüedad, permitiendo la aparición de su autora a través de la ausencia: Manuela Infante pertenece al grupo de los que reformulan el concepto de autor, elidiendo la otrora voz dominante para abrir paso a una inagotable posibilidad de concreciones. Plantea cada elemento de su obra como constitutiva de la organización inestable, y del permanente proceso de articulación y desarticulación que representa. Ante nosotros, por tanto, se presentan unos personajes indeterminados, niños que emergen del contexto de la Primera Guerra para rearmar, en juego de roles, la vida de Juana de Arco; un Prólogo que se anticipa como un juego de puntos que se unen. En su propuesta se hace evidente la plurivocalidad, porque se entiende así misma como un discurso práctico, y no como un objeto, como un hacer, como una entidad pragmática que incluye agentes activos: es el imperio de las construcciones abiertas, el imperio infinalizado que inevitablemente coexiste con

los discursos previos y posteriores. De esta forma, el lenguaje se constituye por sí mismo, brillando en la potencialidad de su significación, vislumbrándose como un espacio donde es posible desconstruir el yo, a través de una descarada desconfianza. Tal cuestionamiento al yo, vale decir, esta crítica al monologismo, implica, por extensión, un movimiento de cuestionamiento al canon que se realiza a partir de la problematización del discurso de la Iglesia Católica y su corte de santos. Frontalmente no ataca la odisea de Juana en busca de su misión dictada por el divino, pero de todos modos, su arremetida no deja de ser nociva. Así, elude los momentos históricos -la revelación de las voces, las grandes batallas, el juicio y la sentencia final en la hoguera-, opta por relatar los espacios después de las guerras y los momentos antes del juicio, por escuchar las posiciones en torno a la figura de Juana desde variopintas perspectivas: la corte, los ateos convertidos en creyentes, los fieles, etcétera. Lo que radicaliza este tipo de teatro es “la necesidad de no ser lo Mismo, en cuanto someterse a estructuras de

dominio social, esencialmente patriarcal” (Fernando de Toro, 1996). El discurso histórico que se interpone al mito logra, entonces, develar algunos mecanismos formadores de aquél, y las deformaciones de los fines que escapan al hecho mismo, de las cuales los poderosos posteriores usufructúan. La autora recoge una concepción del teatro “como liturgia renovadora de los imaginarios culturales; (…) como instrumento de reflexión sobre las estructuras de poder que disimulan los imaginarios sociales. En síntesis, parece proponer un modo saludablemente trasgresor, desacralizador y revitalizador, de relacionarse el arte con la memoria de los pueblos” (Eduardo Thomas, 2008). La obra es expresión de una concepción teatral que acoge el cuestionamiento y la reinterpretación de los sistemas simbólicos que, según Ricoeur, integran la memoria colectiva. Ha escrito “unos textos sobre el pasado llenos de agujeros para ver si el presente ponía su rostro y se hacía figura”.

Sandra Araya Rojas estudiante de literatura hispánica universidad de chile Bibliografía De Toro, Fernando. “La(s) teatralidad(es) postmoderna(s) simulación, deconstrucción y escritura rizomática”. En: Variaciones sobre el teatro hispanoamericano, tendencias y perspectivas. Iberoamericana, Madrid, 1996. Thomas Dublé, Eduardo. “Intertextualidades y memoria en Juana de Manuela Infante”. Apuntes para “Teoría del Discurso”, cátedra dictada por el Profesor Manuel Jofré el segundo semestre del 2007 en la Universidad de Chile.

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ensayo

El Neobarroso en Pedro Lemebel:

El símbolo

del falo como obsesión homosexual

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éstor Perlongher plantea el concepto de neobarroso, realizando un juego de lenguaje con el neobarroco, término acuñado por Severo Sarduy, el que a su vez surge a raíz del barroco del Siglo de Oro. De esta manera, para explicar el neobarroso el autor procede a argumentar en torno a los conceptos de neobarroco, y barroco. El barroco es un concepto para denominar la época en que se destacó la articulación de una mirada caleidoscópica, asentada en medio de la excentricidad y del exceso. Asimismo, en este periodo hubo una férrea disputa con el racionalismo discursivo occidental. A partir de esta conceptualización, Sarduy plantea que a principios del siglo XX existiría una regeneración del barroco, el neobarroco, tendencia que se manifestaría a través de diversas literaturas que emplean un lenguaje enloquecido y la inclusión de nuevas temáticas transgresoras de sentido. Es en este marco donde Perlongher propone la existencia del neobarroso, concepto para denominar aquella literatura enloquecida, asentada en la marginalidad del Plata. Este nuevo estilo no está determinado por una escuela o disciplina única, puesto que persigue la parodia, la carnavalización, y la dirrisión, sobre cualquier estilo. Así pues, el neobarroso se configura como un estilo de extremada abstracción, haciéndose cargo de realidades marginales o no valoradas por el discurso oficial, como la homosexualidad. Para ejemplificar este nuevo estilo, consideraremos tres crónicas de Pedro Lemebel, pertenecientes a Adiós mariquita linda, éstas son las siguientes: El Wilson, Noche quiltra y Eres mío, niña. En El Wilson apreciamos la relación sexual entre Lemebel y un joven provinciano encontrado en la calle, quien no conoce el sexo hasta entonces. La homosexualidad se manifiesta a través de un encuentro casual, donde este jovencito ingenuo baila para Lemebel y luego se acuesta con él. Finalmente se enamora del escritor, declarándole

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su amor a través de una canción de Chayanne. En esta crónica apreciamos la carnavalización como elemento del relato neobarroso, y dentro de este mismo concepto, nos encontramos con la pulsión del deseo sexual, a través de una escritura que resalta el roce del cuerpo entre dos sujetos del mismo sexo biológico. “Y sus ojillos chinocos reflejaban el paraíso con la mamada deliciosa que le regalé después de preguntarle: ¿querís ver a Dios, loco?”. Al posicionar esta crónica desde el texto de Perlongher, Avatares de los muchachos de la noche, nos podemos percatar que está presente la prostitución viril, marcada por la diferencia de edad y de clase. Asimismo, encontramos la presencia de la pasión como fundamento del impulso y la fuga. Otro componente importante es el exceso, el que se aprecia en la borrachera realizada en la casa del escritor, luego de una exposición, donde el alcohol es numeroso y toda la fiesta termina en nada. En Noche quiltra nos encontramos con la zoofilia entre Lemebel y un perro callejero. El escritor volvía de un carrete, y llegó muy ebrio a su calle, donde estuvo con algunos jóvenes, y luego despertó al lado de un perro con quien tuvo relaciones sexuales. Esta crónica considera una realidad marginal, que es sancionada por el discurso oficial, debido a que están involucrados aspectos morales y legales, porque se considera un abuso tener relaciones sexuales con los animales. Sin embargo, en Noche quiltra, aparece el deseo y el goce animal como fuente de bienestar, y el falo animal como símbolo de lujuria. Lo que vendría a comprobar la presencia de la obsesión por el pene, por la penetración y la succión que describe Perlongher como parte del neobarroso. “Y así se fue meneándome la cola caninamente agradecido, y yo también le dije adiós con la mano espumosa de su semen”. En Eres mío, niña, apreciamos la penetración anal de un niño prostituto a Lemebel, quien ocupa el rol femenino en el acto, pues el niño es bisexual y le dice a Lemebel: “Eres mío, niña”. De esta manera, se plantea el pene como significante de una identidad homosexual, y como gesto del travestismo, donde se oculta la imposibilidad de la penetración vaginal y lo femenino, puesto que la relación sexual se realiza a través de un simulacro donde uno de los dos participantes opera en la imaginación como mujer, mientras el otro lo realiza pensando como si fuera un hombre. Y en este caso Lemebel actúa como la loca que espera el pene del macho. En cuanto a la configuración del prostituto callejero, cabe señalar que esta condición se desarrolla en esta crónica, mediante el relato que realiza el personaje sobre su vida en la calle, producto de la pobreza familiar, lo que explicaría su condición de prostituto, y pese a gozar la homosexualidad, también desea a las mujeres. En síntesis, las manifestaciones del neobarroso encontradas en Lemebel, describen muy bien cuál es el sentido de este estilo, pues la idea principal es destacar lo marginal y degradado, convirtiéndolo en espectáculo, de tal manera que ese pasar por el barro se convierte en un juego con el lenguaje y la realidad, dialogando con el barroco original.

Referencias bibliográficas: Lemebel, Pedro Adiós mariquita linda. Santiago de Chile: Sudamericana, 2004. Perlongher, Néstor Prosa plebeya. Buenos Aires: Ediciones Colihue, 1997.

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Rosa Valentina Mayorga Estudiante de Castellano Universidad Católica de Valparaíso


Gente que deberias conocer

Fotografía: Josefina Marambio

Desde el margen de la tradición, al centro de la cultura:

Recoleta Carmen Lira (cueca)

Hernán “Nano” Núñez Oyarce.

Recoleta Carmen Lira callejón del Seminario la avenida Independencia junto a la calle ‘el Rosario.

Por Camila Camacho

Y adiós calle San Pablo con Maturana y adiós Patricio Lynch con Villasana

M

uchas personas y personajes quedan al margen de la historia, chilena o universal. Algunos por ser considerados indignos, otros por omisión. Cuando digo por omisión, me refiero más bien a aquellos que quedan fuera por no entrar en el marco de lo visible o “normal” o ejemplar, digno de ser dicho y más aún, de ser escrito en las páginas de la Historia (sí, de esa que se escribe con H mayúscula). Pensemos en lo siguiente: Vicuña Mackenna delineando el plano del Santiago “apto”, de la imaginada Ciudad de los Césares, delimita lo que es y no es ciudad, lo que es y no es civilizado, lo que se puede ver y lo que debería estar oculto. Pues bien, quienes viven en el Santiago de Mackenna son aquellos “aptos”, los que viven al centro (y están al centro de la Historia), los demás, viven al margen, a las afueras de la ciudad cercada por las buenas apariencias (y son, por lo mismo, los marginales de la historia oficial). La particularidad del personaje del que quiero hablarles, es que a pesar de estar al margen del oficialismo, entra en la historia de nuestro país y de la música, por mantener celosamente un sonido típico de aquellos sectores entre la Estación Central y el Matadero, un sonido que no canta a los emblemas ni al paisaje turístico de Chile, sino a la calle y la sangre, al amor y al olvido, y así canta de la patria. Voy a hablarles de Hernán “Nano” Núñez, quien desarrolló, conservó y legó la cueca urbana. El que con mucho cariño es llamado entre los cuequeros, el “Nano”, nació en un pasaje de la calle Ecuador, en el Barrio de la Estación Central, ahí cultivó la cueca áspera

con Villasana, si Cinco de Abril y adiós señora Elena me voy a ir. Que no muere de pena la guasa Elena.

y apasionada conocida como “chilena”, aquella que en el lenguaje de los entendidos es aniñá y acarambolá, que es oficio de valientes, de gallos choros. Brava como ella sola, la cueca es el canto de la vida que esos barrios amerita, pues la gran edificación de la Estación Central oculta como un telón que disimula la brutalidad de aquellos sectores, o como dice Carlos Franz, es el “Umbral” de cierta perdición y suciedad que invita a la alegría y el pecado. No podría esperarse otra cosa, los barrios bravos curtieron a este hombre como a muchos otros que, empleándose en oficios diversos como lustrabotas, vendedor de jabón, boxeador, contador de sandías, entre otros tantos, rodeado de los veguinos y los matarifes, cultivó el “pito” necesario para salir a cantar: abriendo bien la boca, con el cuello duro, frunciendo el ceño en un gesto casi para llorar, pues como narran las propias letras de las “chilenas”, estos no eran cantos porque sí, sino que eran verdaderas

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crónicas de la vida de cada una de estas personas. El “Nano” atrapó en sus más de doscientas cuecas la realidad de sus experiencias y de las de otros, como un documentalista, y es ahí donde radica su importancia, pues no solo hizo música, sino que representó en ella el espíritu de tantos cuantos vivieron al margen de las labores tradicionales y visibles, descuerándose por un par de pesos para parar la olla, pero que no por eso eran miserables hombres, mujeres y niños; no por eso no se permitían gozar de la vida y sus placeres: el vino, las mujeres alegres y la música; ni menos dejaban de tener la fiereza de espíritu necesaria para afrontar las adversidades de la vida. Todos cuantos oscilaban en estos barrios estaban al margen de la “postal chilena”, pero estaban al centro del arte que les es propio y que nosotros vamos aprendiendo de a poco, con el respeto que con mucha razón se merece. La cueca urbana es legado vivo de este hombre y tantos otros cuequeros (que les invito también a conocer). Muchos tuvieron el privilegio de aprender la chilena desde la fuente misma, pues todo esto lo enseñaba muy generosamente Don Nano desde su casa, a quién quisiera aprender el oficio y arte de la cueca, pero eso sí, comprometiéndose quien lo recibiera a cultivar también, para sí mismo y los demás, el amor por la chilena. Es ese amor por el oficio, que es en sí mismo muestra de amor, el que me hace recomendarles a Hernán Núñez Oyarce como ese alguien a quien deben conocer, descubrir y admirar.

Fotografia: Josefina Marambio

Para

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panoramas culturales

por Melinka Fuenzalida y María Fernanda Rozas

Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Vespucio, se presenta el ciclo de cine Páginas chilenas, el cual debutará con “Gabriela del Elqui, Mistral del mundo. Cuándo: 5 de abril, 17:30 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Vespucio, se presenta Shakespeare enamorado, en el marco del ciclo de cine de grande autores. Cuándo: 8 de abril, 17:30 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Teatro: En el Teatro Camilo Henríquez, la obra teatral “La pérgola de las flores 50 años después” celebrará los cincuenta años el mismo día y a la misma hora del estreno en el Teatro Camilo Henríquez, donde fue presentada por primera vez, con un elenco que mezcla nuevas y tradicionales generaciones. Cuándo: 9 de abril, 20:00 Hrs. Valor: General $5000; Estudiantes y 3ra Edad $3000 Abril, Exposiciones: En la Galería Espora, se presentará Transparencias. Más info en: www.galeriaespora.com Cuándo: 9 de abril, 20:30 Hrs. GRATIS Abril, Música: El Club de Jazz de Santiago retomará sus conciertos en el Centro Cultural de la Reina, estos se realizarán con el fin de recaudar fondos en beneficio de la restauración del funcionamiento del Club de Jazz de Santiago. Cuándo: 9 de abril, 20:30 Hrs. Valor: General $4000; Estudiantes y 3ra Edad $2500 Abril, Taller: La Biblioteca Viva Tobalaba invita a Maravillas giratorias, donde podrás armar un zootropo, juguete que consiste en el movimiento giratorio de dos imágenes que al moverlas dan la sensación de movimiento. Cuándo: 10 de abril, 20:30 Hrs. ENTRADA LIBERADA, PREVIA INSCRIPCIÓN. Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Vespucio, se presenta El mundo mágico de Terabithia, en el marco del ciclo de cine familiar. Cuándo: 11 de abril, 16:00 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Tobalaba, se presenta Oliver Twist, en el marco del ciclo de cine “Literatura y Cine”. Cuándo: 11 de abril, 16:00 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Música: Goran Bregovic, uno de los máximos representantes de la cultura balcánica y compositor de gran parte de las películas de Emir Kusturica (“Tiempo de gitanos”, 1989; “Sueños de Arizona”, 1993; y “Underground”, 1995)- vuelve a Chile para presentar su nuevo álbum “Alkohol Sljivovica & Champagne”, un disco “para bailar y beber”, según ha comentado el artista. Cuándo: 13 de abril, 21:00 Hrs. Dónde: Teatro Oriente Valor: entre $20.000 y 44.000 Abril, Exposiciones: En el Centro Cultural La Reina, se presentará “Mujeres en el arte”, exposición a cargo de Luisa Villavicencio, Ximena Gamonal, Viviana Gormaz y Erika Orozco. Esta muestra incluirá: técnicas mixtas, óleos, grabados. Cuándo: 14 de abril, 19:30 Hrs. GRATIS

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Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Vespucio, se presenta Miss Potter, en el marco del ciclo de cine de grande autores. Cuándo: 15 de abril, 17:30 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Danza: El Centro Cultural de La Reina tiene el agrado de invitar al estreno de su ciclo GALA DE TANGO EN LA REINA 2010 con la presentación del espectáculo “CREPÚSCULOS DE TANGO” a cargo del destacada compañía nacional PROYECTANGO, bajo la dirección de los CAMPEONES MUNDIALES DE TANGO, Paloma Berrios y Maximiliano Alvarado Cuándo: 17 de abril, 20:30 Hrs. Valor: General $4000; Estudiantes y 3ra Edad $3000 Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Vespucio, se presenta Casper, en el marco del ciclo de cine familiar. Cuándo: 18 de abril, 16:00 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Tobalaba, se presenta Alicia en el País de las Maravillas, en el marco del ciclo de cine “Literatura y Cine”. Cuándo: 18 de abril, 16:00 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Vespucio, se presenta Neruda: el hombre y su obra, en el marco del ciclo de cine Páginas chilenas. Cuándo: 19 de abril, 17:30 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Vespucio, se presenta Las Horas, en el marco del ciclo de cine de grande autores. Cuándo: 22 de abril, 17:30 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Expolibros: El 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y en este día se conmemora la muerte de tres grandes escritores de la literatura universal: Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega. En Biblioteca Viva Vespucio se destacará las más representativas obras de estos autores. La sala de exposiciones se llenará de música, poesía y documentos literarios en recuerdo de estos destacados escritores. DURANTE TODO EL DÍA ENTRADA LIBERADA Abril, Danza: En el marco del Día Internacional del Libro y el Día Internacional de la Danza, que se celebra el 29 de abril, la Compañía de Danza Círculo deleitará a chicos y grandes de espíritu con una hermosa presentación en tres tiempos, a cargo del coreógrafo nacional Alejandro Núñez Vera, con la destacada musicalización de Lhasa de Sela. Cuándo: 24 de abril, 19:00 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Vespucio, se presenta Coraline y la puerta secreta, en el marco del ciclo de cine familiar. Cuándo: 25 de abril, 16:00 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Cine: En la Biblioteca Viva Tobalaba, se presenta La Historia Interminable, en el marco del ciclo de cine “Literatura y Cine”. Cuándo: 25 de abril, 16:00 Hrs. ENTRADA LIBERADA Abril, Taller: En la Biblioteca Viva Tobalaba, se hace extensa la invitación a participar en el taller Confecciona tu Libro. Cuándo: 25 de abril, 18:00 Hrs. ENTRADA LIBERADA PREVIA INSCRIPCIÓN.

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TERCERA CONVOCATORIA Revista

En este tercer número de Revista Umbral, los invitamos a enviar sus escritos críticos y/o literarios en torno al tema del viaje, dentro de las siguientes categorías: Poesía (máx. 150 versos) ~ Crítica cultural (máx. 5.000 caracteres) Cuento (máx. 11.000 caracteres) ~ Micro cuento (máx. 1000 caracteres) Crónica (máx. 11.000 caracteres)

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Umbral

Escríbenos hasta el día 30 de abril de 2010, junto con tus datos: nombre, edad y ocupación a: revistaumbral@gmail.com Recuerda poner en el "asunto" del correo: Postulación a publicación Los escritos deben venir listos para ser publicados, No se hará corrección alguna de estos.

Fotografía:

josefina marambio


Ilustraci贸n: Javier Mu帽oz


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