Los Almohades

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MIGUEL ÁNGEL TABALES RODRÍGUEZ

Aunque no se han conservado vestigios relativos a la existencia de medios auxiliares específicos de este período se adivina a través de la Arqueología un uso poco habitual en al-Andalus de maquinarias de elevación, de cimentación y de extracción de aguas habituales desde el período helenístico, al menos en las grandes empresas califales de fines del siglo XII. En la base de la Giralda Ben Basso tuvo que redoblar el ingenio para extraer el agua, presente en el sustrato desde el tercer metro bajo la cota de superficie; si tenemos en cuenta que se profundizó al menos otros tres metros más resulta inconcebible la ausencia de algún tipo de rueda de extracción de la que, en cualquier caso no hay constancia documental. En la Torre del Oro se emplearon postes de madera hincados en el fango como parte del enrejado argamasado de sustentación para lo cual debió usarse el martinete a la manera romana (Barrios, A. et alii 2003: 65). Por otro lado, la altura de la Giralda podría haber justificado el empleo de poleas compuestas para elevar el material, tornos o simples cabrias, frecuentes en la Europa altomedieval. Las fábricas Las principales características relativas a las fábricas de este período son: - La utilización mayoritaria del tapial, con todas sus variantes. - El abandono de los gruesos módulos de ladrillo romano y la industrialización masiva del ladrillo cocido de un pie árabe, dentro del que se advierten variables métricas sintetizables en tres modelos (el pie mayor, el ladrillo fino y el ladrillón almohade). - La progresiva desaparición del sillar, no exenta de momentos de inusitado resurgimiento, como el que se advierte durante el califato de Ab@ Ya‘q@b Y@suf, en la segunda mitad del XII. - El aumento de la mampostería y de las fábricas mixtas será tal vez una de las manifestaciones más peculiares de la construcción doméstica; asistiremos a la variedad de aparejos mayor de nuestra historia (espigados, alternancias de hiladas de los materiales más dispares, combinación en un mismo muro de sillares, ladrillos árabes de varios tipos, ladrillos romanos, cajones de tapial, etc... siempre bajo la misma tónica de exquisitez y delicadeza formal. - La calidad de los muros de uso hidráulico; baños, aljibes, albercas, canales, verán resurgir un mortero similar al opus signinum romano como revoco de fábricas dispares, normalmente de tapial o ladrillo. Cimentaciones La ciudad de Sevilla, edificada sobre rellenos originados por la superposición de construcciones derribadas, tuvo que contar siempre con la ausencia de un sustrato pétreo lo suficientemente cercano como para apoyar sobre él los cimientos. La cercanía al río, los falsos freáticos y bolsadas de agua completaban un panorama poco propicio para fundamentar “a la manera vitruviana”. Por ello, desde antiguo, el paisaje urbano se caracterizó por la ausencia de grandes edificios en altura, no constituyendo los almohades excepción en este campo. La I™bæliya islámica fue una ciudad plana, con edificaciones de planta única de entre las que sobresaldrían pequeños alminares. No destacó especialmente por la seriedad de sus cimientos, que por lo general no penetraban mucho bajo la superficie, a excepción lógicamente de los de las murallas y de la Giralda.

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