Los Almohades

Page 107

FORTIFICACIONES ALMOHADES EN LA PROVINCIA DE CÁDIZ

Marrakech, verdaderos “arcos de triunfo” y elementos arquitectónicos en los que se plasmaba físicamente el poder omnipresente de la nueva dinastía dominante. Aunque no abandonaron la mejora de los recintos de las pequeñas fortalezas de altura, ni dejaron de edificar torres almenaras o “ribœ§” costeros, la mayor parte del esfuerzo almohades en arquitectura militar se concentró en los recintos urbanos. Las murallas urbanas, levantadas preferentemente de tapial, con poderosas torres de flanqueo, generalmente de planta cuadrada, con paramentos que simulaban despiece de inexistentes sillares, y reforzadas con antemuros o barbacanas, torres albarranas o esquineras de planta octogonal -también de tapial pero con cadenas de sillares4 en los ángulos-, corachas que cerraban el paso desde la playa o permitían el acceso a manantiales o a la orilla de un río, etc.., proporcionaron a las ciudades unas cualidades defensivas capaces de transmitir confianza a sus habitantes y de disuadir a posibles enemigos de atacarlas, so pena de tener que establecer un largo y costoso asedio de incierto resultado. Si a estos valores unimos la apertura de los ingresos en el interior de potentes bastiones, con puertas desenfiladas, pasadizos con dos, tres o más codos y patios trampas, tendremos como resultado unos enclaves urbanos verdaderamente inexpugnables que, al mismo tiempo que aportaban la defensa necesaria a la población, reforzaban la posición política de los unitarios tanto en al-Andalus como en el Magreb. La separación entre la población civil y la guarnición militar -que ya puso en práctica al-Nœåir- se consolidará en este período. La erección de alcázares como edificios independientes y con acceso directo desde la zona extramuros en las principales ciudades andalusíes, permitía una defensa del enclave fortificado donde residía el poder separada del resto de la población y, al mismo tiempo, salvaguardar al emir o su representante de cualquier rebelión interna. Ese papel lo ejercieron, por ejemplo, el Alcázar de Sevilla5, la Alcazaba de Badajoz y, en la provincia de Cádiz, las alcazabas de Jerez de la Frontera, Algeciras y Gibraltar. Los recintos urbanos Una de las obligaciones del buen gobernante musulmán consistía en la defensa de la comunidad islámica y la expansión de Dar al-Islam. Estos cometidos se concretaban en la erección y el mantenimiento de los recintos fortificados6, la dotación y ampliación del ejército y la preparación y dirección del ^ihœd. Pero, al mismo tiempo, el emir debía, en su acción de gobierno, lograr el mejoramiento de la vida de sus súbditos mediante la ejecución de obras públicas, el acondicionamiento y urbanización de las madina-s, los barrios y los arrabales y la fundación de nuevos enclaves urbanos7. El hecho urbano estuvo, por tanto, vinculado, desde los orígenes del Islam, a su propia existencia y a su vertiginoso proceso de expansión, incluso en espacios geográficos, como el Magreb al-Aqsà, donde la tradición tribal y las formas de vida fuertemente ruralizadas podían representar un elemento de atomización social y de rechazo a la compleja vida urbana. En palabras de Ibn Jald@n, “el poder legítimo induce a habitar en las ciudades”8. Y ciertamente, si el fenómeno urbano ha de ser relacionado con alguna civilización, esa sería indefectiblemente la civilización islámica. La ciudad se presenta, pues, en el mundo islámico como el lugar donde reside el mulk y desde el cual se irradia dicho poder y los procesos de arabización e islamización hacia los territorios que la circundan. Por tanto, desde época muy temprana, los dirigentes musulmanes se caracterizarán por acometer la fundación de nuevas ciudades, a veces junto a las viejas urbes romanobizantinas, a veces ex novo, allí donde las condiciones climáticas, orográficas y edafológicas lo permitían. Con estos proyectos urbanos de nuevo cuño, los emires aspiraban, no sólo a proporcionar a la comunidad un lugar de residencia y de convivencia dotado de los necesarios elementos de defensa pasiva y acorde con las

105


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.