
10 minute read
MOTOCROSS reportaje
llaman, que les pida lo que necesite, que les puedo dar una ‘colleja’ a los niños cuando yo quiera, que no hay ningún problema,… Ya les conozco de hace tiempo, no compartiendo la vida entera con nosotros como están ahora, pero de momento no tengo ningún problema. Se han habituado bien a vivir en un pueblo, ellos tienen amigos allí, conocen gente, van en bicicleta... La verdad es que estamos muy contentos con la familia y con los niños.
Trabajo metódico fruto del amor por las motos Nacido en 1994 en Banyeres de Mariola, Alicante, Iván Sanjuan ha sido catalogado por muchos de los ‘habitantes’ del paddock del Nacional como uno de los mecánicos más profesionales y metódicos del momento. Desde pequeño ha ido en moto, “aunque siempre he corrido algo de enduro y de motocross, pero siempre como aficionado” nos explica. Como mecánico lleva cuatro años en equipos y anteriormente había estado con pilotos privados. “Con el que más he trabajado es con Javi Salinas, un piloto de mi pueblo. Luego ya pasé a estar en Braymart y con el Team Pavo Rueda, antes de recalar en Mequitec Racing”. Hablamos tres minutos con él, porque su tiempo es muy limitado en las carreras…
Advertisement
¿Cómo llegas al equipo de la Fede y cuál es tu rol? Me llamaron porque necesitaban un mecánico y no me lo pensé. Llegamos a un acuerdo rápido y me desplacé hasta Mequinenza, donde ahora resido. Soy un poco el encargado de hacer todas las motos entre semana, pero el fin de semana de carrera yo llevo a Gerard Congost y mis compañeros a los otros.
¿Qué ha significado entrar en una estructura que ya está luchando por los mejores puestos en Europa?
La verdad es que en todos los equipos que he estado me he encontrado muy bien, pero ahora estamos a un nivel superior, hemos dado un pasito más. Contamos con muy buenos pilotos y buen material, mucho trabajo, pero muy a gusto, porque al final ves que, con esfuerzo en la mecánica, suerte en el circuito y el trabajo de los pilotos podemos estar adelante. Ojalá, en el mundo del motocross contáramos con más gente como Jordi u otros que también apuestan por esto, porque es lo que hace grande los paddocks y este deporte. Cuantos más equipos profesionales y pilotos haya, mejor siempre para todos.
En plena temporada, ¿poco tiempo tendrás para volver a casa?
La verdad es que sí, pero tampoco me quejo. Sé de qué va esto y estoy muy contento con ello. También ayuda mucho que el entorno en el que me encuentro me gusta y estoy rodeado de buenas personas y pilotos. Con Marco Alonso llevo varios años, con Gerard Congost hemos congeniado a la perfección y, en definitiva, con todos tengo un muy buen trato.
Colecci N Leatt Moto Mx 2023
Con la colección Leatt Motocross 2023 podrás equiparte de pies a cabeza, para que puedas poner el foco en lo importante: dar gas y disfrutar dentro de la pista. Del casco 8.5 a las botas 5.5 FlexLock, pasando por las gafas 6.5 con lente antibalas, la camiseta 5.5 Ultraweld, el pantalón 5.5 IKS y los guantes 2.5 X-Flow. Y por supuesto, las protecciones Leatt son las más reconocidas del mercado, por ser las más seguras, más cómodas, con las mayores homologaciones y mejores valoraciones de los usuarios. Collarines, petos, hombreras, petos integrales, coderas, rodilleras integrales, pantalones interiores de impacto y otras muchas más que no caben en este espacio. Tecnología y experiencia para tu seguridad y confort.



Chicas MTB
Optam nobit alignienime vidusam sunt doluptati
20 A Os Del Subcampeonato
Mundial de Vico
En 2023 el motocross español está de cumpleaños. Hace exactamente veinte años que Javier García Vico se proclamaba subcampeón del Mundo de Motocross en el circuito de Ernée, en Francia. Ya tenía en su haber la segunda posición una semana antes en Alemania, pero mantuvo la esperanza de conseguir el título en la categoría de 650cc hasta el último suspiro. Finalmente, no pudo ser y Stefan Everts seguía por sus fueros para engrandecer su historia y la de este deporte.

L“Luchar por el título sabía que no era fácil, pero tenía que darlo todo por conseguirlo”, nos explicaba el piloto catalán ahora hace cinco años.
Y es que el de Badalona llegaba tras ser tercero en 2002, lo que le situaba entre las apuestas por llevarse el cetro. “Stefan ha sido un excelente piloto y por aquél entonces él tenía mucha más experiencia que yo. Fue imposible arrebatarle el triunfo final”. No es para menos, el belga logró en el trazado galo un hito que sigue vigente en la actualidad: el de ganar en tres categorías en un mismo fin de semana. Algo que muy posiblemente no se repetirá nunca más, aunque nunca se sabe.
Javier García Vico fue uno de los pioneros del motocross en España. Es por ello por lo que no hemos querido dejar pasar la onomástica y rendir un merecido homenaje a una historia que no debe ser nublada por el excelente presente y futuro del motocross nacional en el que estamos inmersos.

Hacemos un breve repaso a su trayectoria con muchas anécdotas y declaraciones que, de bien seguro, os gustarán. Estamos hablando de alguien que ha pasado por Yamaha, KTM, Aprilia, Kawasaki y Honda… casi nada…
Muy buenas Javier, remontémonos a tus inicios… ¿cómo empieza todo?
Como no podía ser de otro modo, con mi padre. Era un gran aficionado al mundo del motociclismo y ayudó a mucha gente en Badalona a empezar y seguir corriendo desde su pequeño taller mecánico en Badalona, mi ciudad.
Entonces, lo empezaste teniendolo fácil, ¿no?
Eran épocas muy diferentes a lo que conocemos ahora. Por aquellos tiempos se empezaba haciendo gincanas y se hacían diferentes juegos para que fueras puntuando. Yo iba sobre mi Cota 25… así empecé. Pero no solo hacía este tipo de actividades, sino que también jugaba al fútbol y la verdad es que me gustaba mucho también. Luego fui a una carrera del Campeonato Catalán a hacer motocross y ya tuve que decidir entre la moto y la pelota… me quedé con el motocross, como queda claro.
Un deporte duro y muy costoso…
La verdad es que sí. Y más para una familia humilde y trabajadora como la mía. Mi padre, con solo un brazo, tenía que trabajar para echarnos adelante a mí y mis cuatro hermanos, junto a mi madre. No fueron épocas nada fáciles, pero tiramos para adelante. Cuando ya empecé a correr fuera me puse a trabajar en una tienda de Barcelona ocho horas como todo el mundo. Ganaba 40.000 pesetas, de las que 30.000 pesetas se iban en viajes y el resto lo daba en casa para ayudar a sufragar gastos.
Tu primera carrera internacional fue en el Mundial de Bellpuig, pero ¿qué recuerdas de aquella cita del Europeo de 250cc en Jerez?
Que gané (ríe). Recuerdo que fui con la furgoneta con Joan Cros (padre). Éramos más de cien pilotos luchando por el objetivo de entrar en las mangas y luego con esto ya conseguido por mi parte llegó dar el todo por el todo en las carreras. Me llevé el triunfo y eso me hice plantearme las cosas de otra manera.
Y te llega una oportunidad muy buena al año siguiente en Italia… Así es. El Team Yamaha RZ se había fijado en mí y me ofrecieron ir a correr el Mundial con ellos. En 1997 ya había ganado un Campeonato de España, pero sabía que necesitaba salir e innovar para vivir y sentir lo que era realmente el motocross. Ellos me contaban conmigo, me dejaron una pequeña autocaravana y allí estaba yo, viviendo en la puerta de su casa. Tuve buenos y malos momentos, porque tampoco era fácil tener contacto con los de casa. Recuerdo que una vez me pasé más de la cuenta con las llamadas con el teléfono móvil y me llegó una factura de medio millón de pesetas (3.000 euros). Por fortuna, supe cómo arreglármelas para pagar. Al final, lo veo como un recuerdo bonito porque me dio un crecimiento y unos grandes valores para convertirme en piloto. También pensé alguna que otra vez en regresar a casa.
La calle curte, como te hace madurar rápido el irte tan lejos por un sueño, ¿no?
En España estábamos muy por detrás de países como Italia. Hasta ese momento, siempre digo que mi coach habían sido las cintas de vídeo VHS de los pilotos americanos. Pasaba horas y horas viendo su técnica… Y ya como piloto, recuerdo que en los Campeonatos de Supercross, cuando venían los americanos lo primero que hacíamos al llegar a los estadios era ir a hacernos amigos de sus mecánicos. Teníamos que saber cómo poner los settings de nuestras motos a punto, nosotros no teníamos ni idea.
¿Alguna anécdota de esas picarescas que te buscabas?
Jajaja, sí. En una carrera a Jeremy McGrath no le llegaron sus neumáticos y vio que yo utilizaba unos como los suyos… cómo no, se lo intentaba copiar todo… llevaba un par para mí y otros de repuesto, por lo que para mí fue todo un honor dárselos al que considero una auténtica leyenda. Creo que a todo el mundo le queda claro que soy muy fan de McGrath… (ríe).

No debe ser fácil que un piloto español, casi salido de la nada, se meta entre los gallos internacionales, ¿cómo lo viviste?
Cada vez que piso el circuito de Bellpuig lo recuerdo. Donde ahora está la salida estuve durmiendo y pasando frío en una tienda de campaña cuando hice mi primera carrera. Nadie te da importancia… pasas desapercibido, pero es cuando llegan los resultados cuando te vas ganando un respeto. En Italia me costó, pero me lo gané rápidamente.
De allí cambias tu residencia a la zona de Holanda y Bélgica… ¿Por qué?
Una de las primeras mecas del motocross fue Italia y ya estuve. Posteriormente, con la llegada de pilotos como Joel Smets o Stefan Everts se centró un poco más en Bélgica y Holanda. Yo tenía que ir para allí para mejorar en arena, que es un terreno al que no estábamos tan acostumbrados y tienes que amoldarte muy bien por su dureza. Tuve la suerte de competir también allí en el Nacional Holandés y ganar carreras internacionales, así que el truco se lo cogimos bien. Cuando hago el cambio de marca y de país es porque lo necesitaba. Tenía que darle una vuelta a la situación.
2001, 2002 y 2003 fueron tus mejores años en el Mundial… con KTM, ¿cómo llegas a ser un piloto de fábrica?
Llega Telefónica Movistar y se crea el Team Movistar Vico y tenía apoyo de KTM fábrica, pero no como los pilotos oficiales, oficiales. Trabajé mucho y ya pudé hacer cuarto en el Mundial de 2001 en 500cc para, al año siguiente, ser tercero ganando en Rusia, algo que tampoco olvidaré. Ya me estaba considerado un piloto Factory, pero por temas contractuales y de patrocinio mi moto era azul… fue algo que, en ocasiones, no gustó a muchos. Y ya en 2003, subcampeón. En aquella última carrera de Ernée era todo o nada y me quedé con la miel en los labios, aunque fue muy bonita la batalla que tuvimos con Smets, un tipo al que valoro tanto como piloto como por su persona con el que he tenido la oportunidad de luchar contra él. Al igual que con Everts… qué decir de los dos, su palmarés lo dice todo.
Después de muchos títulos en España de motocross y supercross, podios mundialistas y demás… ¿te dejaste algo en el tintero? Una de las ilusiones de toda mi vida era la de hacer el Campeonato de Estados Unidos. Corrí una carrera que era como un test previo en Glen Helen, pero finalmente no pude estar allí luchando con los americanos porque me rompí el tobillo.

Has vivido muchos momentos de cambio, pero ¿recuerdas alguno que fuera, realmente, determinante?
Sin duda, la llegada de los motores de 4 Tiempos. De 2001 a 2003 había varios motores de 570cc, yo elegí ese que era el mismo que llevaba Smets. Eran unos 70cv, ahora creo que una 450cc está entre 63 o 60cv y era muy complicado adaptarse. Ahora se habla mucho del ‘flow’, algo que en aquellos tiempos era muy difícil de coger hasta que no se bajó al 450cc. Era un motor muy potente, se salía en tercera y metía la cuarta con el tacón, lo que me hizo conseguir algunos holeshots. Era una buena técnica. Ahí sí que se tenía que estar más fuerte que el dolor. Cuando subías al podio todo parecía muy fácil, pero no lo era. En las salidas tenía miedo de caerme, porque luego no arrancaba. No había una buena compensación entre el peso y la potencia. Era tensión máxima la que vivíamos.
¿Cómo ves a las nuevas generaciones que están llegando y a los que ya están más que aposentados en el Mundial?
En estos momentos todo evoluciona mucho más rápido. Antes íbamos dándonos muchas veces contra las paredes y parecía que no avanzabas. Además, en la pista se han recortado las diferencias entre los pilotos lo que hace que la competencia sea más fuerte en todos los sentidos. Creo que todavía en España los métodos de trabajo van mucho más lentos que en el resto de los países que componen el Mundial, pero el efecto Prado y Rubén Fernández ahora está viniendo muy bien para ir encaminando mejor a las promesas. Cuantos más pilotos españoles tengamos, mejor para todos. Con ellos, y con otros que también están en el Mundial de MX2 y de Féminas, ha vuelto a crecer el número de seguidores a nuestro deporte, a la vez que ha vuelto la televisión y a generarse nuevos impactos. La verdad es que amo este deporte y estoy muy contento del momento en el que se encuentran nuestros pilotos.
Lo dejaste más o menos con 45 años, porque también se te pudo ver haciendo el Nacional Máster y en el Campeonato Americano de Veteranos…
Fue una bonita experiencia la de Estados Unidos y pude acabar tercero en Pro40 y sexto en Pro30, algo que no está nada mal… Antes, en 2007 tenía un contrato sobre la mesa para hacer el Nacional con Kawasaki España y el Mundial de MX1 con un equipo inglés de Kawasaki. Pero no cerramos el contrato… ya eran muchos años batallando y decidí regresar a Honda España y comenzar mi proyecto como Team Manager, algo que duró unos diez años.