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reportaje Mundial Supercross

EDurante dos décadas lo que hoy conocemos como Monster Energy AMA Supercross fue codirigido tanto por la AMA como por la FIM, convirtiendo el supercross en un Campeonato Mundial. Después de la temporada 2021, Feld Entertainment (los promotores del supercross) decidieron dejar que su ‘estatus’ de la FIM expirara, volviendo a promocionar exclusivamente la AMA. Esto puso la etiqueta de Campeonato Mundial de Supercross de la FIM libre, hasta que un grupo llamado SX Global, conformado por los directores del exitoso AUS-X Open de Australia y de la serie V8 Supercar, emergió para unir fuerzas con la FIM y crear una nuevo Campeonato Mundial de Supercross.

Como carta de presentación las series optaron por una innovadora estructura de diez licencias exclusivas para equipos privados con dos pilotos por categoría, los cuales recibieron ayudas en traslados y pagos por carrera.

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En un principio los pilotos seleccionados no suscitaron demasiado entusiasmo. Salvo por Ken Roczen, quien llegaba a las series tras dejar de forma inesperada Honda HRC y unirse al equipo australiano Honda Genuine, o

la presencia de Eli Tomac como piloto Wildcard para la ronda de apertura, los demás pilotos provenían de campeonatos nacionales como el francés y el australiano, mientras que otros desembarcaron del AMA Supercross en busca de nuevas oportunidades. También hubo algunos casos particulares como Cole Seely o Josh Grant, quienes desempolvaron sus botas tras haber estado fuera de combate varios años. En general, daba la impresión de tratarse más de una exhibición que de un campeonato mundial. Sin embargo, el intenso formato de carreras de 3 Main Events consecutivos puso las cosas más interesantes de lo que se podría haber pensado. Al final, Ken Roczen obtuvo la corona en la categoría principal, no sin antes tener que lidiar con algo de presión en lo que fue un inesperado duelo contra Vince Friese.

Ken Roczen contra Vince Friese por el título no era precisamente el duelo que se hubiera esperado antes de la ronda final de un campeonato, pero en una serie comprendida por sólo dos rondas, las puertas se abrieron hacia lo inesperado. Roczen, quien había sido segundo en el inicio de la temporada era el líder provisional después de que Eli Tomac, que ganó la ronda de apertura en Cardiff, Gales, no se alineara para Australia. Tomac no tuvo permitido batallar por el título al no for-

mar parte de uno de los equipos homologados por la serie, y en Gales solo pudo competir bajo la excepción de piloto Wildcard.

En líneas generales Roczen estaba en una gran posición al llegar a la segunda y última prueba. El piloto alemán lo comprobaba inmediatamente al vencer en la primera de las tres `mangas´. En la segunda se ponía en cabeza mientras Friese volvía a tener problemas con la salida. Roczen parecía dispuesto a continuar dominando y aumentando su ventaja en puntos hasta que, de repente, a dos vueltas del final de la segunda, pinchó la rueda trasera. Roczen no tuvo más alternativa que dirigirse a la zona de mecánicos para reparar el neumático antes de ponerse en marcha la siguiente carrera.

Para suerte de Roczen, algunos pilotos habían abandonado antes que el alemán, evitando que quedase en última posición y permitiendo que sumase algunos puntos a pesar de no completar la carrera.

Rumbo al Main Event final, Vince Friese se convertía en el líder provisional por una mínima ventaja de 1 punto sobre su compañero de equipo Justin Brayton, mientras que Roczen ocupaba el tercer casillero con un déficit de 4 puntos. Obtener una buena salida era crucial en una trazado que no ofrecía muchas opciones de adelantamientos, además, la primera curva había causado estragos durante toda la noche. Friese no conseguía una buena salida, pero al llegar a la primera curva se lanzaba por el interno para intentar llegar a Brayton y así no perder pisada a sus rivales en los primeros compases de carrera. Sin embargo, la maniobra acabó en una colisión con nada más ni nada menos que su compañero de equipo, Brayton, ambos padeciendo sendas caídas. Naturalmente, esto eliminó a Friese y a Brayton de la lucha por el título.

“La adversidad vino por parte de mi compañero de equipo.” comentaba un furioso Brayton una vez terminada la carrera. “Continúa haciendo lo mismo una y otra vez, como lo ha hecho en toda su carrera. Simplemente va y me barre en la primera curva, no es gran cosa, simplemente lanza su moto contra mí y luego actúa como si

nada hubiera pasado, como siempre ha hecho. Es una locura, es ridículo; nunca pensé que estaría en esta posición, pero en realidad es como la cuarta vez que sucede esto, incluso siendo su compañero de equipo.” y admitía “Sí, estoy bastante molesto”.

Roczen, por su parte, pudo escapar del posible desastre y rodar en una holgada segunda posición hasta la bandera a cuadros, resultado suficiente para asegurar el título.

Al momento de escribir estas líneas el futuro de Roczen es impredecible. La decisión del piloto alemán de querer formar parte del nuevo Mundial de Supercross acabó costándole un nuevo acuerdo con Honda HRC que abarcaría todo 2023 y más. Tanto Roczen como Honda HRC no se pusieron de acuerdo para que Roczen compitiera en el nuevo Campeonato Mundial de Supercross de la FIM. Honda Estados Unidos no quiso que sus pilotos formen parte de las series, pero Roczen ya se había comprometido a correr esos eventos. Se puede decir que Honda no firmaría con Roczen si éste corriera en el extranjero, o en caso contrario, que Roczen se negó a firmar con Honda si eso significaba que no podría correr el WSX. Cualquiera de las dos versiones es cierta. Para bien o para mal, Roczen decidió elegir el camino de su agrado, que, de momento, le ha dejado sin montura en 2023. A pesar de ello, Roczen no se arrepiente de nada y su objetivo sigue siendo el AMA Supercross.

“Dejé un equipo de fábrica por razones obvias”, comentaba Roczen semanas previas a la cita de Australia. “Pero ahora, en un equipo privado, no tengo dudas de que somos capaces de ganar. Estar en un equipo privado viene con muchas cosas positivas; podemos hacer lo que queramos, y la gente que me rodea ahora mismo quiere ganar. Están dispuestos a todo, y en todo caso, eso es un plus, la verdad. Estoy encantado de estar donde estoy ahora mismo. Mucha gente pensó que estaba acabado este año, y no les culpo, lo pasé realmente mal”, apuntaba sobre lo que fue el 2022 en Estados Unidos. “Pero ahora voy a centrarme en estas próximas carreras, y al mismo tiempo, estoy en plena

preparación para el supercross y el motocross americano para los dos próximos años. Voy a bajar la cabeza y seguir trabajando en mi cuerpo. Quiero hacer esto y todavía quiero dar una oportunidad legítima. Este año ha sido duro para mí, pero me recuperaré, tal y como he hecho en el pasado. Mi atención se centra en las carreras de los próximos dos años. No sé qué equipo me va a elegir, o si un equipo me va a elegir. Pase lo que pase, en cuanto terminemos con el mundial de sx, voy a coger una moto en algún sitio y me voy a poner a trabajar. Si eso significa que tengo que presentarme en Anaheim 1 como privado, que así sea. No creo que haya habido un privado que haya ganado Anaheim 1, pero quizá sea yo”.

El beneficiado en medio de todo el drama entre Brayton y Friese fue Joey Savatgy, quien se adjudicó la victoria global de la última ronda y ascendió al segundo casillero de la clasificación en lo que fue un emotivo triunfo bajo las luces del Marvel Stadium. Tres años atrás, en el mismo escenario, se había celebrado el ahora extinto AUS-X Open, prueba que supuso uno de los peores momentos para Savatgy. Durante los entrenamientos libres de aquella prueba disputada en 2019, una avería mecánica acabó en una aparatosa caída al momento de saltar un triple. Savatgy sufrió una compleja fractura de tobillo que le mantuvo por mucho tiempo al margen de la competición, incluso el personal médico le había dicho que nunca volvería a pilotar.

“Había demasiada gente que me decía ‘oye, la última vez que estuviste aquí no te fue demasiado buena’... ‘sí, dímelo a mí´ decía yo. “Para ser sincero, fue un poco emotivo para mí, de hecho, cuando surgió todo este asunto del WSX y la oportunidad de competir, lo primero que me pregunté fue dónde serían las pruebas. Me dijeron que una sería aquí (Marvel Stadium) y, para ser sincero, mi respuesta inicial fue ‘estoy fuera’. Tuve que pensarlo porque es una de esas situaciones en las que piensas ¿huyo de ello o la miro fijamente a los ojos y le enseño quién manda? Lo que me ayudó a decidir un poco más fácil es que la caída no fue culpa mía. Tuvimos un problema con la moto que quedó en punto muerto, así que fue una de esos incidentes que no tuvo que ver mucho con mi pilotaje.

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