Misioneros Nº180

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I N F O R M E INFANCIA MISIONERA 2018

Daniel Mateos

P. (Angola)

D

Servidoras de la Virgen de Matará, y de él se benefician otros 40 niños, menores de 14 años, de Shimkent, la tercera ciudad del país, con 700.000 almas. “Son niños de familias en las que el alcohol ha hecho estragos”, cuenta el obispo. “Los acogen durante unas horas en las dependencias de la parroquia e incluso algunas temporadas se les permite ir a dormir allí. Les ayudan a pagar el colegio y les compran uniformes y material escolar. Algunos no están habituados a ir a la escuela, y para facilitar el proceso de incorporación se ha buscado a una maestra que les da clase en la parroquia. Hemos comprobado los buenos resultados de este método”. El tercer y último proyecto está relacionado también con el acceso a la educación, y de él se benefician otros 20 niños. “Nuestra realidad –concluye monseñor Mumbiela– es que somos pocos para atender muchos frentes. Y aunque los niños son una prioridad, no llegamos a hacer todo lo que nos gustaría por ellos,

sobre todo por falta de personal. Al mismo tiempo, es muy bonito ver la ilusión de tantos sacerdotes y monjas por atenderlos, para que puedan jugar o dormir en una cama limpia o tener una comida caliente, pues algunos tienen una situación familiar tan difícil que casi no viven la infancia tal y como nosotros la recordamos. Y lo cierto es que, si alguien es agradecido, son precisamente estos niños, que valoran muchísimo cualquier muestra de cariño: sus sonrisas son nuestra recompensa”. Estos son algunos ejemplos de las obras que permite acometer la Infancia Misionera. La campaña de este año insta a los niños a ser valientes, a ir contracorriente y, por supuesto, a no tener miedo y a confiar siempre en Jesús. Se les invita, como suele decirse, a lanzarse a la piscina. El objetivo último, el de siempre: crear entre todos un mundo más justo y solidario, un mundo de hermanos en el que los niños ayudan a otros niños. JOSÉ IGNACIO RIVARÉS

aniel María Mateos tiene 32 años y es sacerdote. Pertenece al clero diocesano de la archidiócesis de Luanda, pero es natural de Madrid. Llegó a Angola en 2007. Allí fue ordenado el 9 de diciembre de 2012, y allí trabaja como vicario parroquial. Gran parte de su actividad la realiza con niños. "Tenemos un pequeño colegio de enseñanza primaria, en el que hay unos 250 niños", explica. "En la parroquia hay muchísimos niños y jóvenes, por lo que es muy difícil poder evangelizar a todos. Uno de los grupos que más nos ayuda es el de Infancia y Adolescencia Misionera (IAM), que funciona desde hace 20 años. Está formado por 20 niños y 20 adolescentes que tratan de hacer realidad el lema «Los niños ayudan a los niños». Estos pequeños visitan enfermos en los hospitales, dan comida a los pobres y, sobre todo, hablan de Dios a los jóvenes de sus barrios. No solo hacen labores fuera de la parroquia, también dentro: ayudan en la pastoral juvenil, en el coro para animar las celebraciones...". El P. Mateos no tiene palabras para describir el gozo que supone la presencia de los más pequeños. "Siempre es una alegría poder trabajar con niños. Es muy gratificante ver esa fuerza viva e interior que tienen para creer y confiar en Dios, cosa que a nosotros los mayores nos cuesta hacer muchas veces. Y también resulta extraordinariamente grato comprobar cómo esa semilla que es la Palabra de Dios va germinando con fuerza poco a poco en todos ellos gracias a la Infancia Misionera". NÚM. 180, DICIEMBRE DE 2017

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