María Dominguez Romero 3º ESO A "Perseguindo a liberdade"
Ata hai uns meses vivía en Damasco, con meus pais, miña irmá Zaahira e o noso irmán pequeno Farid, cando todo cambiou. Chegou a guerra, e con ela o medo e a desesperación que aniñaron en nós. Todo se tinguiu de gris, encheuse de ruinas, persoas mortas e outro tanto berrando desconsoladamente. Tras os bombardeos, o lugar onde viviamos quedou reducido a escombros como moitos outros, mais unha das bombas caeu de pleno na nosa casa e quedamos atrapados. Conseguimos saír con vida, todos menos Farid. Estivemos días sen un teito no cal refuxiarnos e vímonos obrigados a abandonar o país, para polo menos intentar salvar o escuro futuro que nos agardaba. Dirixímos cara a Turquía, meu pai, Zaahira e mais eu. El non quere que falemos de mamá, di que nos abandonou. Eu sei que sería incapaz de facelo. Meu pai maltratábaa, insultábaa, pegáballe boas malleiras e prohibíalle relacionarse con calquera distinto aos seus fillos. E esta vez acoitelouna ata acabar con ella, e seino porque o vin eu mesmo. Levamos semanas camiñando sen descanso, sen auga nin nada para alimentarnos, ata tal extremo que decidimos comer area para distraer a fame. Xa na fronteira, agardo que este novo mundo sexa diferente, non ter a preocupación de se mañá seguiremos vivos ou non, ter o medo no corpo. Quero esquecer a guerra e ser feliz, cruzar a porta da liberdade e selo dunha vez por todas. Chámome Farûq e teño doce anos. Son sirio, musulmán, árabe... Son persoa.
Paula Alonso Mazorra 1º Bacharelato B "Salir de aquí"
Llevo días encerrada. He perdido la cuenta. No puedo ver el sol. Me falta mi hijo. Le he perdido, es mi culpa, es mi culpa. No olvido la última vez que vi su preciosa cara, aquella sonrisa de su padre. Recuerdo sus gritos cuando fue arrebatado de mis brazos. Oigo otra vez pasos en el exterior de esta jaula en la que estoy, ¿serán otra vez ellos? Un enorme escalofrío me recorre la espalda, cierro los ojos y las lágrimas caen sin control por mis mejillas. Quiero escapar de todo esto, quiero ver a mi hijo y poder resguardarme en la seguridad de mi hogar. Quiero que cese esta guerra de una vez. Quiero saber por qué no paran todo esto, quiero creer que podrá acabar algún día esta lucha de locos. Les escucho, se están riendo. Noto como la oscuridad que me rodea se desvanece. Unas manos rodean mis tobillos y tiran de mí. Son ellos otra vez. No puedo cesar mi llanto. Trato de hacer acopio de mis fuerzas, sacarlas de donde ya no las hay, porque tengo que salir de aquí. Consigo zafarme de sus manos, y me pongo en pie, pero un golpe tan fuerte como sonoro en mi rostro me derrumba en el suelo. Me están atando, se burlan. Y así, maniatada, noto como sus sucias manos me recorren, puedo ver en sus rostros sus intenciones. Me revuelvo en mis ataduras sin conseguir soltarme. Otro golpe, y noto como la sangre emana de mis labios. Sólo deseo salir de aquí.
Susana Roa Diz 1ºBacharelato A "Como siempre"
Me desperté después de escuchar los gritos de un bebé llorando. Como siempre. Caminé hacia el regato situado al lado del campamento para asearme y beber. Como siempre. Acudí a la base de la ONG situada allí para solicitar mi ración de comida diaria. Como siempre, y volví a mi tienda. Me senté a reflexionar. Como siempre, y aquí estoy pensando sobre la monotonía. Antes mi vida era siempre lo mismo, me levantaba y veía a mi familia, me iba a trabajar y veía a mis amigos, volvía a casa y veía a mi familia de nuevo para acabar durmiendo plácidamente. Ahora, me despierto y mi familia no está, no voy a trabajar y mis amigos tampoco están pues todos han muerto. La guerra se lo ha llevado todo. Vidas de gente inocente. Pero para algunos la muerte se prolonga y se convierte en este limbo donde algunos Estados nos mantienen pues primero son las fronteras, los intereses económicos, y todo lo demás y luego las personas. Aquí termina el stand by de mi muerte. Suerte a los que continúan en este mundo despiadado.