HISTORIA DE LA OFS Y DE SU REGLA LA “NOVITAS” FRANCISCANA. LA TRILOGÍA FRANCISCANA. MAGISTERIO DE LOS PONTÍFICES SOBRE LA OFS.
Benedetto Lino, OFS
EL PAPEL ESENCIAL DE LA HISTORIA EN LA FORMACIÓN Por qué una lección de historia en un curso de formación inicial de la OFS? El conocimiento de nuestra historia nos remite a las raíces y a las fértiles fuentes de la gracia a través de la cual el proyecto de Dios se ha realizado en Francisco y, a través de él, en todos los que, llamados por Dios, se han dispuesto a su seguimiento. Esto nos pone en línea de continuidad con quien nos ha precedido en la misma Familia, en la misma vocación, y con el desarrollo que la Familia ha experimentado en el transcurso del tiempo. Conocer nuestra historia nos permite, por un lado, recorrer a la pureza de la fuente de la que provenimos y, por otro, comprobar si con el paso del tiempo el “depósito” de vocación, carisma y misión se ha ido modificando o contaminando, desnaturalizando la originaria vocación y misión, mortificando el mismo carisma de Dios. Solamente el conocimiento de nuestra historia nos va a permitir ponernos en continuidad con el proyecto originario de Dios, que continua en nosotros, para no traicionarlo y para no caer en fáciles tentaciones de autosuficiencia y auto-referencialidad. La historia nos enseña los errores del pasado para no repetirlos en el presente; nos ayuda a conocernos, nos pone cara a cara a las figuras de tantos hermanos y hermanas que nos han precedido encarnando de la mejor forma posible el ideal y nos ayuda a emular su ejemplo. La historia, que es siempre la puesta en práctica en el contexto exacto de un hecho humano y de gracia, nos enseña también cómo la vocación y la misión se pueden y se deben reinterpretar constantemente en los diferentes periodos histórico-culturales-políticos, justamente para no vivir fuera del tiempo y, a la vez, para permanecer fieles a la vocación original como personas del propio tiempo. La historia es realmente maestra. No puede existir auténtica formación prescindiendo de la historia. Sería una formación abstracta y, por lo tanto, inútil. Esto es cierto tanto para la formación inicial como para la permanente. De hecho la historia se hace cada día y cada día nosotros debemos pedir a Dios la sabiduría de “interpretar” los signos de los tiempos que están siempre relacionados con el proyecto de Dios para nosotros en nuestro hoy (hic et nunc) de manera coherente y en continuidad con el proyecto original que Él confió a Francisco y a su Familia. Hemos hablado, en las lecciones anteriores, de las vocaciones individuales y de las vocaciones paradigmáticas de los “Fundadores”, como la de Francisco, dadas por Dios para la vida de la Iglesia. También hemos hablado de un carisma constitutivo que Dios ha entregado a Francisco para la vida de la Iglesia de todos los tiempos y de la continuidad de la misión y del carisma que perduran en la historia gracias a los seguidores de Francisco.