boletín UNIVERSIDAD DE LOS ANDES No. 68
- DICIEMBRE 1986 • EDICION: SECRETARIA GENERAL • DISEÑO Y PRODUCCION: CENTRO DE RECURSOS
EDITORIAL El periodista y nuestro tiempo No se ha planteado, o replanteado, todavía, dentro de los fenómenos actuales, el tema del poder y la responsabilidad del periodista Ocurre que ya estamos ante otros hechos. La ¡rupción de la masa en la escena histórica, la extensión de las comunicaciones, la presencia imperiosa de la opinión pública han multiplicado la influencia del periodista y modificado la dimensión de su actividad. Hace unas décadas, apenas alcanzaba a cubrir zonas muy reducidas. Hoy penetra en el acto con un micrófono vastas y diferentes capas sociales. Hoy su voz se oye más, amparada por una licencia de locutor, que la de los grandes ensayistas y humanistas que orientaban en el pasado el pensamiento y la acción de la sociedad. Estos hechos exigen al periodista una particular toma de con ciencia, un marco de valores que dé un sentido ético a su misión y a la responsabilidad que ha adquirido frente a su gente y a su país. La comunicación, ya se ha dicho, tiene dos fi/os. Puede ser instrumento de poder, arma revolucionaria, producto comercial, vehículo de educación, instrumento formativo de la personalidad individual o adoctrinamiento uniforme de seres humanos. Cada nación la utiliza a su modo. Pero siempre es posible, más allá de/as divergencias y de las situaciones políticas, encontrar un acuerdo sobre lo que se debe defender en e/ámbito humano. E/nuevo órden mundial de la comunicación y la información que la Unesco ha buscado durante ésta última década, ofrece unas misiones que han aceptado todos los países del mundo. Por ejemplo: la lucha contra el armamentismo: la aspiración a un órden social más justo y democrático, basado en el respeto a los derechos humanos fundamentales: la necesidad de que ese nuevo órden mundial repose sobre los principios básicos del derecho internacional, tal como están inscritos en la carta de las Naciones Unidas. Entonces, ya hay un sumario sistema de valores para e/periodista, que se alcanza a traíes de un proceso de educación y formación. Si la comunicación es un derecho fundamental, individual y colectivo, que es necesario garantizar a todas las sociedades y naciones, y si la libertad de información es requisito previo de éstos derechos, la formación del periodista dentro de un órden cultural y moral debe ser requisito previo de esa libertad de información.
En países de Europa, y aún en los Estados Unidos, la influencia del periodista no es decisiva. Cuando un país se afirma a través de siglos en unas líneas de cultura propias de su origen y en la evolución producida por su propia historia, los medios de comunicación no alcanzan a subvertir su estructura y apenas dejan materiales de análisis o aceptaciones escépticas. Pero en países como el nuestro, en donde aún estamos con formándonos social y éticamente, su intervención puede ser destructora. Estas escuelas para mi/Iones de seres de todo nivel, la radio y la televisión por ejemplo, pueden invalidar cualquier esfuerzo oficial o privado para encontrar nociones normativas. No es que aspiremos a una comunicación dogmática, ostentosa de consejos morales y símbolos patrióticos de aniversario. Pero sí, para un país que se debate entre la ignorancia, la pobreza y la violencia, una comunicación positiva que no haga más difícil su posibilidad de rescate.
EL CORO DE UNIANDES
Fue en 1961. Por aquellos días la universidad colombiana con particular empeño laboraba por ensanchar su ámbito institucional con una serie de actividades y programas - deportes, teatro, música - que complementaran la formación profesional del estudiante y lo enriquecieran espiritualmente. Entre los proyectos prioritarios figuraba la formación de Grupos Corales.